—Oh vamos, no era tan feo,— replicó divertido y algo indignado por la forma en la que todos se la pasan describiendo mi yo de hace dos años.

Soy el centro de atención, que vergüenza

—Tenías dientes en tus encías, eran retorcidos y algo deformes, te cargabas un acné tremendo, —Luz parece divertirse al recordar a mi antiguo yo.

—Lo bueno que en las carreras te ocultabas detras de el casco con dientes puntiagudos en el cristal. —Una mano se posa en mi hombro dándome un pequeño apretón—. DinoFree era tu máscara; ahora mis sospechas se confirman, eras feo por eso te escondidas detrás de un seudonimo y se podría decir disfraz.

—¿Que haces aquí, Frist?—. Mi antiguo representante de carreras callejeras aparece enfrente mío con sus lentes de sol puestos, ocultando uno de sus ojos ciegos, el cual perdió en un accidente de carrera cuando tenía mi edad.

—Este es mi restaurante habitual para almorzar, no esperaba verte aquí, Rick,—. Procede a quitarse los lentes, y sus ojos viajan por el rostro de cada uno de mis amigos con los que comparto mesa, los analiza para si mismo, como siempre, cuando termina vuelve a regresar sus lentes negros al puente de su nariz.

—Parece una coincidencia demasiado favorable para ti, escuche que tu actual corredor no da el ancho como yo lo hice, parece que ser tu pupilo estando debajo de tu ala, no significa que da talento ni agallas para surcar las calles de las zonas bajas de la ciudad, —termino de comer el ultimo pedazo de quesadilla que me queda en mi plato, me levanto colocando las manos en la mesa.

Pago mi parte de la comida y comienzo a caminar hacía una mesa en el fundó, alejada de mis amigos y por supuesto de Claytin.

No quiero que ella se entere de mi pasado, no de esta manera

—Regreso enseguida chicos, disfruten de el resto de su comida y si gustan puedo seguir siendo su tema de conversación si es que no encuentran de que mas hablar, —me alejo de la mesa tenso, mis hombros urgidos y firmes, atentos a cualquier amenazada que pueda presentarse de improvisto.

Cuando me siendo cara a cara con alguien importante de mi pasado este no se apresura a ir al grano.

—¿Y bien? ¿Que quieres?—. Soy seco, yo diría agresivo y lasivo.

—Pero que carácter, podrías tratarme al menos con el sarcasmo que usabas siempre cuando era tu maestro en las carreras—, se lleva una mano al pecho, falsamente ofendido.

—Cómo sea, ve al grano. —Le consedo su petición y lo trato con indiferencia.

—El chico del que escuchaste, renuncio, ya tiene lo que quería, experiencia, consejos, dinero y la mancha de mi reputación, ahora, necesito de ti de nuevo. Tengo que volver a ser conocido y la paga que deja las carreras cuando yo te representaba—. Une sus manos sobre la mesa, dando por hecho que esta siendo serio. —Se que tú también necesitas el dinero y, pronto abra una carrera importante, donde el dinero es el premio mayor y obviamente la fama queda de sobra si la ganas. —Se quita los lentes para colgarlos en el cuello de su camisa de botones color vino. —Tu quieres el dinero y yo más que nada la fama, la carrera es en el lugar que más trabajo te dio tiempo aprender a surcar la pero, ahora es la pista que conoces como la palma de tu mano. ¿Qué dices, trabajarias con este viejo por los antiguos tiempos?—. Extiende su mano en palma abierta esperando que yo la estreche, su mirada está tranquila, en paz, no se logra ver que tenga una doble intención, su ojo gris sin vista me enfoca y parece que leyera todos mis secretos y penas.

¿Estoy seguro de esto?

—Solo una carrera. —Mi mano deja en evidencia que cierro el trato con él y estrecho su palma.

—Por mi está bien, me da tiempo de encontrar a algún novato que pueda convertir en la próxima leyenda, al igual que hice contigo pero, si así tu lo quieres seguiré ayudándote después de este trabajo para que consigas dinero para tu señora. —Jala mi mano que aún está enredada con la suya en un firme apretón de manos y, su cara se acerca peligrosamente a la mía.

Siento un mal augurio acercarse