🏍️3🏍️
Sus largos cabellos eran tan oscuros, profundos y puros. Se decía en los pasillos que los pintaba sin falta cada mes.
Yo sabía que eso era una mentira. Su cabello siempre desprendía un delicioso aroma a frutillas rojas, no a ese aroma a tinte y químicos estéticos.
Fresas, cerezas, frambuesas y arándanos.
Si así huele, ¿a qué sabra un beso suyo?
Estaba sentado detrás suyo en la clase de historia 3. Era buena en esta materia, que va lo era en la mayoría de ellas. Es una chica dedicada y aplicada. Su inteligente parecían un don.
La considero una niña prodigio
Su olor golpeaba mi nariz constantemente, llegando al punto de poder saborear los frutos rojos en mis papilas gustativas, ahora tenía un antojo de ellas.
El maestro seguía hablando de fechas, nombres de personajes importantes de la historia y miles de leyes que se aplicaron y hoy aún siguen latentes.
Podía poner atención y tener mi mente en dos cosas, pero el chico de pecas que hace unos días la defendió, que por cierto me entere de su nombre. James, él no podía.
Desde ese miércoles en el pasillo había estado siguiendo cual perro faldero a Claytin. La cual solo lo ignoraba, ya que ella la había dicho que no era su tipo. No por el momento.
Y ahora estaba mirándola sin ninguna pizca de discreción y pudor.
Y yo por mi lado, solo podía disfrutar de la esencia que desprendía su largo y sedosos cabello.
Solo ella me provoca estos celos
La sangre me hervía, yo debería ser él que este a su lado mirándola sin vergüenza, él era un chico popular que solo quiere meterse entre sus bragas.
Apreté la mandíbula y el lápiz en mi mano, tome la atención de mi mejor amigo el cual me regaló un apretón de hombros tratando de calmarme.
Relaje mis hombros y deja escapar un aire que no sabia que retenía.
-Lo siento es solo que... Me carcome verlo junto a ella.
-Lo sé Rick, pero sabes como es ella, lo mandara a volar en poco tiempo no tiene mucha paciencia y eso yo lo sé. -Sus palabras me hicieron sentir mejor.
Marco había intentado tener algo serio con ella, se le declaró con un cartel y unas rosas negras en gran número. Ella se hecho a reír dejándole más que avergonzado. Las palabras que le dirigió fueron de las más duras.
Yo las escuche claramente, ya que era uno de los amigos fieles que sostenía el cartel.
'Perdona pero, no estoy interesada en algo serio una, dos no eres mi tipo, tres consiguete una chica que no sea en nada parecida a mi di quieres olvidarme, cuatro por el momento sólo quiero sexo pero, tengo a alguien que será el único que tendrá mis labios, en resumen, no quiero nada contigo, no es nada personal. Dios te bendiga y buena suerte'.
Sus palabras fueron frías y calculadoras, también tenían un toque de diversión lo cual las hacían más dolorosas aún.
-James, ¿quién dirigía el batallón enemigo de la batalla de Puebla?-. El maestro de historia me saco de golpe de mis pensamientos.
_Ahm... Fue... -La nuez de Adam subió con velocidad por los nervios en su garganta-. ¿Benito Juarez?
Todos en el salón se destornillaron de la risa, todos incluyéndome. Esa era la respuesta más estúpida que había escuchado en mi vida.
Mi estómago dolía, de mis párpados se querían desbordar lágrimas de risa.
-¡Silencio!-. Pidió el profesor a lo que los demás obedecieron,- le daré su respuesta al director, James.
Mi sonrisa de gato rison apareció en mis labios, sintiendo una gran satisfacción inundar mi estómago.
Volví a mirar a Monriokova, ella sostenía su barriga con su brazo y con la otra tapaba su boca reteniendo su hermosa risa. Eso hizo desaparecer mi sonrisa de victoria.
-¿Puedes reírte?-. Preguntó James con asombro.
-Claro que puedo, una cosa es que nadie tenga la suficiente carisma para hacerme reír-. Puso su mirada encima del chico pecoso y sonrió de una manera dulce y única
Yo por mi lado, volví a hacer mis manos dos puños.
Odio a ese tipo
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