Maratón con  Claytin 5/5

-¿En que estabas pensando?-Su mirada me atraviesa tal cuchillo caliente hundiéndose en mantequilla, era muy penetrante esa mirara suya, me hacía sentirme como la que tiene la culpa de lo me pasa.

Bueno, técnicamente yo no tengo... ¡Ah!, a quien engaño yo tengo la culpa de todo en lo que me enredo

-Sabes de antemano todo por lo que tuve que pasar por esto,-Señale con ambas manos entexidadas mi vestuario de ese martes por la mañana en la universidad.

Unos jens vaqueros, playera del Santos, unas vans rojas, y para verme aun mas genial que sexy, una desordenada cebolla de peinado, de la cual se escapaban varios cabellos esparciendo se por mi frente, lados de mis rostro y el inicio de mi nuca.

No más ropa vulgar para atraer chicos, ni hombre, ni ancianos, no mas prendas de una puta, adiós antigua vida, bye vieja reputación

-Entiendo que, ya no más abrida de piernas para pagar la deuda del cáncer médula de la señora MCFloyd pero, lo que no me entra en razón para entenderte es, ¿porque te sientes mal, si se supone que le dejaste en claro que todo lo que haces es por trabajo?-Me mira comfusa, arrugando su nariz y frente,-Y él sabia a que se atenia, deja de sentirte culpable por coger por saldar una ves por todas esa maldita deuda.

-¿¡Cómo que porque me siento mal!?-Bocifere como loca que le explica a un perro mi situación y es tan obvio que no la entiende,-Yo se que el estaba celoso y muy atento a James desde que me defendió de Evelyn, cabe decir que si se entera de mi pasado lo voy dejar fuera de rango, si sabe que salí de ese problema gracias a que me acosté con su, se podría decir,-Hice comillas con mis manos,-Rival, romperé su blando corazón.

-Preferiblemente que se entere por ti de esas dos importantes datos, que se entere por su contrincante, James ara lo que sea por sólo tenerte, hasta usar tu verdad para derrocarte,-Sus palabras lograron que un frío escalofriante recorrió mi espalda, y revolviera mi estómago,-No se que haces aquí, ve, corre mujer, deja de temer a algo que ahora es desconocido para ti, no le tengas miedo a algo que no sabes que es, mejor temele cuando descubras que es realmente.

Amaba saber que en mi miserable vida había una aliada para mostrar desgracias, alguien que me dejaba clara la conciencia y mente para pensar o reaccionar.

-Gracias, Luz,-La abrace en un corto pero significativo momento y comencé a trotar entre la gente, apenas acababa de terminar el primer módulo, y los pasillos estaban saturados de cuerpos en movimiento.

Me dirigí a su cubículo dónde guardaba sus pertenencias. Mire una gorra, la cual ocultaba lo que podría ser un desordenado cabello rubio oscuro, como el caramelo, reconocía esa gorra, algunas veces lo vi usarla, ya que era el único que la usaba en ciertas ocasiones. Por eso sabia que era él, el que seguí cubierto por más gente que no me dejaba verlo no avanzar.

Frunció su cara bonita, estaba confuso y enojado mientras me seguí acercando a su presencia. Cuando creí que estaba libre del mar de gente, me detuve en seco, James estaba enfrente suyo, con una sonrisa de victoria socarrona en sus labios, de brazos cruzados, observando con sus fanales verde militar a Rick. El cual sostenía un teléfono que yo sabia con exactitud no era suyo.

Como si sintiera mi mirada, dejó de enfocar el aparato móvil, y se detuvo en mi, recorriendo con descaro, pero no era el mismo sentimiento en su mirar que cuando usaba ropa corta y ajustada, ahora era de decepción. Y una muy pura.

Nunca me habían dolido las miradas de decepción, desde los 15 estoy acostumbrada a esa mirada, porque mi madre me mira así a diario, pero él, su forma de escudriñar me con ese sentimiento en sus iris. Me hizo sentirme miserable, cual rata de alcantarilla. Cual puta de quinta que aún era, porque mientras los demás lo recordaran, ¿de que servía que para mi sea pasado?.

Si para ellos sólo soy una sexo servidora