Maratón con Claytin 1/?

Tengo un mal presentimiento...

—Pero miren quien es, es Richi frenillos—, una voz chillona a mis espaldas hizo desaparecer el ambiente espeso que nos comenzaba a envolver.

—Un gusto verte Lila,—susurro con sarcasmo.

—Pero miren, aún tiene sus metálicos amigos,—parece que aún no han notado mi existencia, pero viendo de reojo su forma de ser apuesto mis labios vírgenes que, lo hacen a propósito.

Dos chicas esbeltas y algo atractivas aparecieron, una de ellas rubia de ojos pardos y la otra castaña de iris negros como el ojo de un gato a media luna.

Su aura es de arpías y aves de rapiña

—¿Cuándo se supone que te los quitarán?— . Se burló la rubia, llevando su mano a la boca dejándola encima a escasos centímetros de esta, un típico gesto de diva fresona.

—Mira tiene compañía,— la castaña mostró sorpresa después de media hora de haber pasado desapercibida en sus narices.

—¡Sorprendente! una puta,—¿Komo lo zupo?. —¿Cuánto le cobraste por fingir "esto"?,— hizo una mueca de asco y nos señaló en círculos con su dedo.

—¿Perdón?

Mi cara decía todo, estaba molesta y demostraba que la quería en el suelo, conmigo encima para llenar de sangre su rostro por mis golpes serteros que podían romper sus pómulos llenos de ese rubor barato por la fricción.

—Perdonada,—sonrió de oreja a oreja logrando cerrar sus ojos pardos.

—Cariño, ¿quienes son estas chicas que parece que sufrieron falta de atención en casa?

—¿Falta de atención?—. Chillaron al unísono.

—Sip, tu comportamiento refleja que quieres llamar la atención al hacer el centro de atención, ya sea por tu físico, o por medio del acoso a los demás, esto a raíz de que de pequeñas no tuvieron la atención durante su crecimiento. ¿Abandono de padre o madre, o padres obsesionados con el trabajo?, ¿cuál es su situación familiar?—, me lleve a la boca la última cucharada de mi botana preferida, salí de estar encima de Rick y me levanté para con la cuchara de plástico recoger el jugoso residuo de la sustancia del pote. Me acerque a estás y, hice una finta de que catapultaria lo de la cuchara para mancharlas. Pero...

Pase de largo y solo tire todo en el bote detrás de ellas, estás al intuir mi acción se cubrieron como niñas asustadas, Rick aprecia no poder procesar lo que estaba sucediendo pero se la veía divertido.

—Mira tu... tu...—Se quedo sin mas insultos para debatirme.

—Tu chica con mal gusto en los chicos,—trato de ayudarla su amiga castaña la cual no parecía muy inteligente.

—¿En serio?, ¿eso es lo único que tienen zorras con baja autoestima?,—sonríe con sorna,—pues tendré mal gusto, pero ustedes tienen un amor propio tan pésimo que tratan de hacerse sentir mejor a través del daño emocional que hacen a otros, y solo por la patética razón de que no fueran hijas de papi.

—¿Quién te crees? ¿una psicóloga?—. Indago tratando de salvar algo de su poca dignidad que estaba por terminar de pisotear.

—¿Qué polla comes que divinas?, ¿sabias que un pisicolo puede dar un diagnóstico con solo observar a una persona unos momentos?—, me acerque para mirarlas y merodear a su alrededor, termine por colocarme enfrente de las dos, me volví a acercar a una mirándola detenidamente y de igual manera con la otra,—depresión de una persona activa obligada y inseguridad, felicidades tienen tan poco aprecio por si mismas que buscan llenar un hueco en sus corazones podridos con el sufrimiento de los demás.— Sonríe con la misma inocencia y intención de la chica castaña.

—¿Quién te crees que eres?—, pregunto con rabia la rubia, otra vez.

—No me creo nadie, no como ustedes, solo soy una persona que es feliz a base de su propia mano, no como tú y ella, que son felices y están atentas a los demás provocandoles dolor,—regrese al lago de Rick, el cual no había dicho nada y se limitó a ver, escuchar y entender todo lo que hacía. —Si me disculpan arpías solteras, tenemos que irnos, vamos cariño mi papá el señor Felix Monriokova nos espera.

Cuando escucharon mi apellido, sus caras se tornaron pálidas y caídas. Pareciera que se fueran a derretir tal cual brujas que les hechas agua.

—¿Tu-tu padre es dueño de la editorial Finexlou?—. Pregunto tartamudeando.

—Eso-eso-eso es todo amigas,—giñe uno de mis ojos como respuesta y imite la famosa oración que dice Porky el cerdito de Lunytuns.

Me monte en la moto, me habían provocado asco y el apetito se me esfumó como la arena siendo llevada por la brisa. Me abrace de su cintura y volví a disfrutar de sentir su tibia piel marcada y trabajada.

—Hasta luego, chicas,—se despidió algo anonado, aun estaba sorprendido por mi comportamiento.

Supongo que mostré mi verdadera yo, no quiero llegar a mi casa, no quiero que llegue el momento de explicarle lo que acaba de suceder

《💙》《💙》《💙》

Cómo pueden ver, este es el capitulo de ayer, bueno en unas horas cuando la luz irradie sobre nuestras cabezas, subiré el siguiente, prometo que no será tan tarde.

Sigan en sintonía,  nos vemos pequeñas bestias y Sharkys.