xi.

Después de tres días normales en Nueva York, sin una llamada de Beck, sin que Brad pasara más allá de miraditas indiscretas, Peter quedó en reunirse con su primer cliente oficial.

No era nada importante, ni la gran cosa, pero igual estaba emocionado. Salió a patrullar como Spiderman antes de su cita y se encontró a él mismo un poco más entusiasta y bromista con su trabajo. Andaba de muy buen humor para ser una simple salida. El hombre con el que había quedado, tenía casi el doble de la edad de Peter y no fue muy específico conforme a su trabajo, pero le transfirió una buena suma de dinero para convencerlo de verse y le prometió por lo menos otros cincuenta dólares más después del encuentro, dependiendo de lo que pasara. Peter no tuvo ningún inconveniente con eso. El hombre le parecía atractivo y elegante, suficientes motivos para despertar su interés sexual.

Se vieron, comieron, follaron, transferencia bancaria, la promesa de volver a hacerlo... cinco estrellas en Lovescort que sí valían para algo.

Aquel ciclo se repitió más veces de las que Peter habría esperado en tan poco tiempo. Su emoción y libido no disminuía con los encuentros. Y, debido a la experiencia que iba acumulando, dejaba a sus clientes esperando ansiosamente por otro encuentro. Su nivel en la aplicación era ya tan alto que lo nombraron acompañante verificado y recibía un pago de la aplicación también. No tan alto como lo que ganaba con las salidas, pero era bueno, le daba renombre y a los mejores socios.

Se encontró con todo tipo de personas; gente con fetiches raros, gente que lo quería solo para salir a cenar, hombres que preferían ser pasivos, mujeres que deseaban penetrarlo con juguetes... de todo. Y Peter abrió sus horizontes como nunca habría imaginado hacerlo. Probó de todo lo que atrajo su atención, nunca se quedó con ganas de nada pero, eso sí, nunca aceptó hacer nada que fuera más allá de su límite. No fueron muchas las situaciones en las que Peter tuvo que defenderse después de negarse a hacer algo, sin embargo, las había.

Por eso, ahora Peter no solo tenía que esconder su verdadera identidad dentro del traje de Spidey, sino que también debía ocultar la identidad de Spiderman conteniendo su fuerza al no llevar máscara. Ser su propio mánager, guardaespaldas y despachador resultaba contraproducente en aquellos casos en donde un cliente quería pasar por encima de él o aprovecharse de que parecía pequeño e indefenso.

Sabía que debía pedirle ayuda a alguien que pueda hacer de algo así como "guardaespaldas". Que se encargara de darles un buen susto a los clientes abusivos para que los socios no se hicieran a la idea errónea de que Peter estaba solo. Y Peter creyó tener una idea de la persona perfecta para tal cargo.

—¡Wade! —exclamó quedo Peter, cuidando que solo él lo escuchara. No frecuentaba aquellos lugares en donde sabía que lo encontraría y era la primera vez que lo buscaba intencionalmente en vez de simplemente topárselo inconvenientemente en algún callejón de mala muerte en Hell's Kitchen o Queens. No fue difícil dar con él, pues todos los matones de la zona parecían conocer bien su nombre. Lo difícil vendría en la parte de contarle para qué lo quería. Aunque el simple hecho de haber ido hasta ahí, llamarlo desde la oscuridad de la noche y haberse ocultado instintivamente en cuanto miró hacia él, le hizo saber a Peter mismo que no sería fácil. 

—Oh, ¡Spidey! —reconoció y llamó Deadpool con emoción desbordada al percatarse de quién era. Peter se quejó bajo en un repentino arrepentimiento de haber ido a buscarlo. Pero ya estaba ahí y Wade sabía que era él, así que apretó un puño, la mandíbula y se levantó para encararlo cuando lo sintió ya lo suficientemente cerca—. ¡Qué sorpresa! ¿Viniste a visitar a papi Deadpool?

Peter lo miró nervioso y el otro se agachó hasta quedar a la altura de su rostro al no recibir respuesta—. ¡Sí! —saltó a decir por la sorpresa de encontrar su máscara tan cerca de él al momento de regresar a tierra desde sus pensamientos. Deadpool rió y Peter intentó corregirse antes de que dijera algo—: ¡Quiero decir...! ¿Qué?

—¡Exactamente! —se burló Deadpool antes de que Peter pudiera espabilar y formar una frase coherente—. ¿Qué haces aquí?

Peter dudó una vez más, pero pensó «ya estoy aquí», y sin permitirse darle más vueltas, dijo—: Necesito pedirte un favor.

Deadpool se irguió y su alegría se transparentó por sobre su máscara. Peter se sentó frente a él esperando a que Wade hiciera lo mismo, pero no le sorprendió cuando en vez de sentarse cara a cara como persona normal civilizada, Wade decidió sentarse pegadito a su lado, en la estructura al borde del edificio en el que estaban subidos—. Acepto, Spidey.

Peter alzó una ceja y lo miró confundido—. ¡Pero si todavía no te he dicho qué es! —exclamó aunque estaba muy aliviado de que haya dicho que sí sin siquiera tener que explicarle la situación. Le ahorraba mucha vergüenza, pensó. Pero el pensamiento lo hizo caer en cuenta; Si quería confiarle algo tan importante como eso a alguien como Wade Wilson, tendría que primero confiar plenamente en él.

Y, además, si quería que el mismísimo Deadpool fuera su «lenón» tendría que revelarle su identidad secreta. Era Peter Parker a quien le gustaba recibir dinero por citas caras y favores sexuales, no Spiderman.

—¡Sabes que por ti yo haría lo que sea, Spidey! —habló Wade, interrumpiendo su repentina ansiedad por lo que estaba por hacer. Wade Wilson, un mercenario, asesino a sueldo conocido y quien en repetidas ocasiones ha sido el dolor de culo de Peter hasta no hace mucho. Y, aún así, Peter tenía una cosa clara: Wade no mentía cuando le dijo que haría cualquier cosa por él. Aunque no fueran exactamente similares en cuestión de morales o en especial en sus formas de llevar a cabo la justicia, Peter podía confiar en eso. Había algo en Peter que atraía a Wade como una polilla a la luz, y aunque Peter no podía nombrar qué era lo que interesaba tanto a Deadpool sobre Spidey, creía que podía confiarle al menos aquello y su identidad por en frente. Él ya sabía que Deadpool era Wade Wilson, así que sería solamente justo que Wade también supiera que Spiderman es...

—Peter Parker —suspiró Peter después de agarrar una buena bocanada de aire para hablar sin dar más tantas vueltas. Wade se apartó desconcertado y Peter se dio cuenta de que debía explicar más que eso si no quería que el maldito Deadpool lo buscara en la escuela pensando que Spiderman lo mandó a matar—. Mi nombre —dijo, señalándose el pecho con la palma de una mano, mientras con la otra se quitaba la máscara.

Debió ser demasiado para Deadpool, porque en el instante que quiso hablar, después de su dramático grito de asombro e incredulidad, Wade estiró las piernas en sorpresa, queriendo echarle un buen vistazo a Peter pero perdió el equilibrio y se fue hacia atrás, cayendo más de diez pisos hasta el suelo. 

En aquellos casos Peter no se molestaba en mover un dedo. La primera vez que Deadpool se des-vivió frente a él, a Peter casi le daba un ataque al corazón y corrió a sostenerlo en sus brazos mientras "moría" y Peter lloraba, pensando que no había podido salvarlo. Pero luego el cabrón revivió y ahora se burla de él cada vez que muere con Spiderman presente. Por eso esta vez, como muchas antes, Peter se cruzó de brazos y esperó pacientemente hasta que Wade revivió y lo volvió a ver desde la puerta de la azotea, agitado por subir corriendo las escaleras.

—¡...creer! ¡No lo puedo... creer! —le dijo trotando hasta él, quitándose su propia máscara en el camino para tener una mejor vista de su rostro cuando lo alcanzó y agarró su cara entre sus manos. Peter dio un paso atrás pero las manos de Wade sosteniéndolo no le permitieron apartar su mirada al rostro quemado y desfigurado de Wade—. Dios santísimo, ¡no eres... feo! —fue lo primero que le dijo y Peter estuvo a punto de protestar hasta que Wade continuó con una pregunta que más bien parecía súplica—. ¿Eres mayor de edad? ¡Por favor, dime que tienes 18 o más, mi precioso Spidey! —imploró levantándolo en el aire con un apretado abrazo.

—¡¿Eso qué tiene que ver?! —le respondió removiéndose entre sus brazos y, negándose a responder la pregunta, desvió el tema para ir al grano—. Necesito... que me ayudes con algo —dijo al mirar de nuevo a Wade a los ojos una vez que lo dejó de nuevo en el suelo y se apartó lo suficiente para hablar—. Pero necesito tu ayuda como Peter Parker, no Spiderman, ¿entiendes?

El rostro de Wade se iluminó por tercera vez con una sonrisa de oreja a oreja y alzó a Peter en un fuerte abrazo otra vez—. ¡Por supuesto! ¡Claro que sí, puta madre! —aseguró optimista y no fue hasta que lo dejó de tocar y lo miró como si algo faltara que pidió más explicaciones—. Entonces... ¿qué tengo que hacer?

Y Peter tomó aire esperando a que la oscuridad de la noche no le permitiera a Wade percibir su sonrojo al comenzar a explicarle—. Bueno... es que soy algo así como... —dudó y se tocó los dedos con nervios—, no hay forma fácil de decirlo... —alzó la mirada a los ojos expectantes de Wade, que lo esperaban pacientemente a que hablara. Entonces cayó en la realidad; Wade es... Wade. Seguro que no habrá nada en el mundo que lo tome por sorpresa. Así que solo lo dijo—. Necesito que me... ¿procures? 

Sabía que solo con esa palabra no sabría a qué se refería exactamente, pero fue increíblemente reconfortante cuando Wade lo entendió como si nada—. Oh, con que entraste al mundo del dinero fácil, Peter Parker —dijo burlón, pronunciando su nombre por primera vez como si fuera algún tipo de juego sensual en su expresión juguetona. Peter estuvo a punto de responder, pero de nuevo Wade se le adelantó—. No serías el único al que le espanto los clientes abusivos, amor mío, muchos de mis amigos prostis necesitan lo mismo de vez en cuando. Así que cuenta conmigo —explicó con una sonrisa suave y, antes de que Peter pudiera agradecerle, terminó acunando su rostro con una mano y acercando su cintura con la otra—. Aunque para ti, si me lo permites, lo haré por algo más que dinero, Spidey-boy.

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