Capítulo Único .
Arte de portada : Historia93.
«Eres mi mejor amiga, siempre lo serás»
«Fuimos débiles ante lo que sentíamos»
«No quería lastimarte, se trata de tu mejor amiga»
Los recuerdos azoraban su corazón como si una lluvia torrencial se tratara, y es que a pesar de haber transcurrido un año seis meses de su fallida boda con el empresario Adrien Agreste, sólo bastó una nota periodística que anunciaba la gran noticia del momento; Alya De Agreste lucía una hermosa barriga de nueve semanas de embarazo, para ponerla de tal manera.
Para nadie era un secreto que la azabache había abandonado la iglesia de Notre Dame en plena boda dejando en su lugar a la que fue su mejor amiga causando un bochornoso espectáculo, y que a consecuencia de ello se tuvo que mudar a Canadá para iniciar una nueva vida. Una que, aunque laboralmente era sumamente exitosa en la empresa de moda a lado de Luka Couffaine (Vicepresidente), no le llenaba por completo y no se comparaba para nada a lo que ella se hubiera imaginado jamás.
—¡Salud por ese bebé! — alzó su copa de whisky al aire—¡Salud por ti mejor amiga! ¡Salud por ti amor mío! —mencionó ya con las mejillas enrojecidas y sus zafiros derramando un mar de lágrimas.
Bebió todo el contenido de un sólo sorbo, ya era una más de las tantas copas que había probado ese día, al punto que la botella estaba apunto de terminarse haciéndola gruñir de fastidio al no hallar más reservas en su escondite secreto.
—Maldición —farfulló levantándose dando tropezones por el estado tan ebrio en el que se encontraba —¡¿Cómo se supone que se debe celebrar la venida de un bebé sin alcohol?! — negó haciendo un puchero y luego soltando una pequeña risa—No señor, es el bebé del chico de tus sueños, ¡Bien pudo ser tu hijo Marinette!.
Se encontraba todavía en las instalaciones de CIMA dressmaker industry, eran alrededor de las once de la noche y ella había argumentado que tenía mucho trabajo aún por terminar y que por tal motivo debía quedarse. Aunque la realidad era distinta pues sólo era un pretexto para poder hundirse en su triste soledad sin que nadie le dijera nada ni mucho menos le diera sermones de "Como superar al ex que dejaste plantado por que amaba a tu mejor amiga".
No obstante jamás pensó que su pequeña reserva de whisky se agotaría así de fácil, juraría que había sido precavida guardando unas cuantas más. Pero ahora tenía que salir a tan tardes horas de la noche sólo para conseguir ese líquido que lograba aplacar el dolor que sentía en esos momentos en su corazón, ese aliciente que le regalaba unas horas de consuelo y paz que ella tanto anhelaba, y que hace mucho sentía que perdió.
No era fácil para ella hacerse la fuerte ante amigos y familiares ya que le disgustaba que la vieran frágil, pero cuando no era observada toda esa luz y radiante felicidad se es fumaba; dejándola en lo peor de las tinieblas, siendo consumida por la desesperación de volar de nuevo a París a recuperar lo que se le ha arrebatado.
Se adentró a la tienda en dirección a la sección de licores buscando con cautela su bebida favorita, hallándola y saliendo rápidamente de ahí a paso firme con la cabeza hecha un mar de líos que ni siquiera se percató como miles de carros iban y venían por doquier en un andar rápido por la autopista sin parar su andar ante su presencia.
—¡Cuidado Marinette! — escuchó como gritaron detrás de su espalda.
No tuvo tiempo de girar ni de reaccionar pues un cuerpo se abalanzó sobre ella haciéndola rodar hasta el otro extremo de la banqueta. Ella se quedó paralizada unos segundos ante el impacto de casi saberse atropellada, sin embargo poco después todo rastro de miedo se borró de su rostro para sonreír ampliamente.
—Luka, me salvaste ¡Eres mi héroe favorito! — se colgó de su cuello en un intento desesperado por abrazarlo y demostrar que estaba agradecida por salvarla.
Luka hizo mala cara al percatarse del estado alcoholizado en el que se encontraba su amiga y mano derecha, se incorporó junto con ella sosteniéndole la mano con tal de que no perdiera el equilibrio, al ver que llevaba consigo una casi botella vacía se la arrebató con brusquedad haciendo que ella frunciera sus cejas en disconformidad.
—¡Regrésamela! —infló las mejillas enojada, en tanto se ponía de puntitas para alcanzar el líquido, cosa que era difícil pues el hombre era varios centímetros más alto que ella.
—No.
Espetó con determinación Luka jugando con la botella en el aire desesperando a Marinette.
—¿Por qué no? —preguntó fingiendo inocencia pasando sus finos dedos por el cuello de la camisa del varón.
El de ojos azules quitó la mano de la mujer sobre si para cernirla entre la suya mirándola con tristeza y un poco de decepción pues le lastimaba verla de tal manera, más cuando él sabía el motivo.
—Por que rompiste tu promesa.—respondió finalmente recibiendo un resoplido de la fémina.— Dijiste que jamás volverías a beber y mírate como estás.
—Lo necesitaba.—susurró esperando no ser oída —Además ¿Quién eres tú para meterte en mis asuntos?
«La persona que más te ha amado en el mundo desde que tiene memoria». Pensó Luka, más no quiso argumentar nada y sólo la tomó del brazo forcejeando con ella para que avanzara y poder subirla al auto que aguardaba unos pocos metros de ahí con la intención de llevarla a su departamento, que en estos momentos quedaba mucho más cerca que el de ella.
—Eres un bobo.—mencionó ella después de varios minutos en silencio.
Luka la miró no entendiendo a que se refería, así que sólo se limitó a hacer una mueca con los labios al tiempo que levantaba los dedos anular e índice de cada mano, sin soltar el volante ni despegar la mirada del camino, en señal de cuestionamiento. Ella se hizo un ovillo en dirección a él para mirarlo a la cara.
—Cualquiera en tu lugar hubiera dejado que me muriera por ese carro.—suspiró con melancolía —al final del día sólo soy un estúpido estorbo para todos al punto que terminan abandonándome por no ser lo suficientemente buena para si.
—Para mí eres importante Marinette.— soltó no atreviéndose a cruzar su mirada con la de ella— y-ya sabes, somos amigos, eso es lo que hacen los amigos —rascó su ceja con nerviosismo. —Hemos llegado.
Se apresuró a salir del automóvil para no ser intervenido con más palabras que denotarían a que él terminara soltando de más la lengua sobre lo que albergaba por la chica de tez blanquecina. Le abrió la puerta extendiéndole la mano para que se sujetará, no obstante nunca se esperó la ocurrencia de la chica.
—Ups creo que me equivoqué.—río al ver la expresión sonrojada del varón pues en vez de darle la mano depositó una de sus esbeltas piernas con total pillería; claramente el efecto del alcohol aumentaba cada vez más en ella.
Luka la ayudó a salir del automóvil pidiendo paciencia a todos los dioses que conocía, esta mujer era divina pero tenía que admitir que con unas copas en su sistema se soltaba más y quien sabe de que otras cosas sería capaz si él no la hubiera esperado fuera de las instalaciones de la empresa. Por que sí, él había escondido cada una de las botellas que guardaba la chica en su oficina, con lo que no contaba era que recayera y que fuera en busca de otros suministros.
Entraron al departamento de tonalidades moradas y blancas, el joven cerró la puerta con seguro para evitar que la diseñadora saliera a la calle e hiciera más desfiguros o incluso siguiera poniendo su integridad física en peligro. Con suavidad quitó el brazo de Marinette que reposaba sobre sus hombros y la Colocó sobre el asiento beige que formaba parte de la pequeña sala, viendo como ella dejaba caer su cabeza hacia atrás sobre el respaldo del mismo, depositando los pies sobre la mesa de centro.
—Ponte cómoda—atinó a decir con una pequeña sonrisa al tiempo que encogía sus hombros —, sólo no toques nada por favor . Sabes lo perfeccionista que soy y amo ver las cosas en su lugar. Ahora vuelvo —subió las pequeñas escaleras que conducían a la cocina.
La azabache colocó su ante brazo izquierdo sobre sus ojos soltando un suspiro triste, poco a poco los recuerdos de la relación con Adrien volvían a su mente. No deseaba pensarlo, quería posar sus ojos en alguien más pero cada que lo intentaba su corazón dolía como si este le castigara de alguna manera...como si estuviera condenada a amarlo por toda la eternidad aunque él estuviera con alguien más.
—¡Ya basta Marinette! —se descubrió el rostro limpiándose con rapidez las lágrimas que caían de sus zafiros, como si de una cascada se tratara.
Se levantó con agilidad trastabillando con sus propios pies para buscar su bolsa con el afán de encontrar la botella que le había sido retirada sin éxito alguno. Pronto se dirigió a su billetera pero se halló sin dinero, se sentía con impotencia de no poderse arrancar al blondo de la mente y corazón, aun cuando él ya había hecho su vida.
«Una vida que le auguraba éxito tras éxito, pero sin ella ahí»
No quería enfocarse en la línea de sus pensamientos, necesitaba distracción y sabía perfectamente que eso sólo lo conseguiría si a su sistema llegaba más litros de alcohol pero el problema era ¿Dónde podría encontrarlo?, recordó de pronto que su amigo era un fanático catador de vinos que no sería problema alguno hallar una botella por ahí.
Fue a la cantinera que se encontraba situada en un costado de la sala, donde sólo se podían visualizar pequeños vasos tequileros, copas grandes y chicas, destapadores y cosas necesarias para degustar un buen trago pero absolutamente nada de alcohol. Se desesperó.
Se inclinó de bajo de la mesa con la esperanza que tal vez estuvieran ahí y que su amigo se hubiera olvidado de ponerlas en su sitio, pero como la primera vez; tampoco tuvo mucha suerte. Se levantó de un salto recargando su peso sobre la barra y soltándose a llorar ante la impotencia que sentía.
—¿Se puede saber que son todos esos gritos? —intervino el de mechones azulados.—¿Qué tienes?
—¡Maldita sea! —gritó colérica! —necesito un trago Luka. No sabes lo mal que me siento, no tienes ni la mínima idea de como todo esto me está matando por dentro y me está enviando a un hoyo de lo más profundo.
Luka salió de la cocina no sin antes asegurarse de que la sopa estuviera en perfecto estado, se acercó a ella abrazándola mientras sonaba su espalda en una actitud alentadora.
—Marinette por favor, no me gusta verte de esa forma— se lamentó —no te voy a dar ni una gota de alcohol, yo mismo me aseguré que no hubiera en casa por que estaba seguro que algún día tendría la oportunidad de invitarte a mi departamento. —se sonrojó de sobre manera al decir aquello.—Es decir, eres mi amiga, es normal que los amigos se visiten y esas cosas ¿No?, pero en fin —carraspeó—Están escondidas en un lugar de la casa en la que no podrás acceder por que yo tengo ...
Cerró la boca y los ojos al darse cuenta que había metido la pata al darle la clave de que aquel veneno peligroso aún se encontraba dentro de la morada, la conocía y no sé tiraría la toalla hasta dar con lo que quería. Marinette sonrió de manera divertida, amaba la facilidad con que las cosas se le salían a su amigo, quizá estaba mal pero por unas vez en la vida quería ser mala y perderse en un refugio para no pensar en nada más.
—Luka tú ¿Me quieres? —preguntó de repente llevando sus manos a los costados de ambas mejillas varoniles.
La pregunta le sorprendió al chico que olvidando todo y perdiéndose en los mares de la fémina se limitó a asentir con una pequeña sonrisa tímida tomándola de los hombros acercándose a ella.
—Claro que sí, más que a nada en el mundo.—confesó al fin —No te imaginas cuanto.
Ella se puso de puntitas rozando su nariz con la suya mientras llevaba una mano y la enterraba en los cabellos contrarios, aquel acercamiento hizo estremecer a Luka quien no sabía por qué el cambio de actitud de la joven ni sabía cómo reaccionar pero no podía evitar que su cuerpo reaccionara naturalmente y que obviara él hecho de que la fémina le encantaba de una manera única.
—¿Cuánto es eso? —preguntó sinuosa.—Quiero tener una idea, por favor dime—preguntó inocente siguiendo los roces de su rostro como si de una gatita se tratara. Deslizando una mano por el cuerpo de su amigo, mientras besaba su mejilla y bajaba por su cuello para regresar al lóbulo de su oreja y tirar de ella.
El corazón de Luka estaba que no cabía de emoción sin embargo sabía que ella estaba bajo los efectos del alcohol y que en el fondo ella no deseaba aquello «Aunque él sí que lo hacía» , la tomó de la cintura luchando por mantener una distancia prudente de ella y no dejándose guiar por provocaciones o sus pecaminosa mente que ya se está a tornando oscura.
—Es mejor que vayamos a comer. —mencionó con todas sus fuerzas separándose de ella —está caliente aún la cena.
A estas alturas Marinette no pensaba, se dejaba guiar por el calor del momento puesto que la cercanía con el varón después de hace muchos meses le había despertado algo, además estaba el plan de quitarle las llaves y sin duda alguna el efecto del alcohol aún se encontraba ahí.
—¿Seguro que no deseas comer otra cosa? —se mordió la uña del dedo meñique sonriendo con pillería. —sé de otra cosa que está caliente y que puede enfriarse si no la tomas.
Jugaba con la tira del vestido negro que llevaba puesto y que para la maldición de Luka le lucía perfectamente bien pues se cernía en sus caderas dejando una vista bella de su hermosa silueta femenina sin obviar que sus piernas se veían estilizadas. Tenía que calmarse, estaba perdiendo la cordura con esa tentación de mujer y honestamente no sabía cuánto tiempo más podía aguantar para cruzar la línea.
—No...No sé de que hablas.— se escabulló hasta la sala sentándose en el sillón más grande sacando una cajetilla de cigarros tomando uno y encendiendo uno al instante para llevarlo a su boca. No gustaba de vicios ni nada pero uno de vez en cuando no caía nada mal, menos cuando el amor de tu vida se te ponía en ese plan, uno en el que sabías perfectamente que podrías salir perdiendo si ponías sentimientos.
Ella fue tras de él posándose frente sin borrar la sonrisa coqueta que tenía en su rostro, se inclinó a él quitándole el cigarro y dándole una calada pausada para no atragantarse con el humo.
—Baja tu cigarro y recógeme.—apartó el cigarro y lo aplastó en el cenicero subiendo por la mesa hasta situarse de rodillas ante él y tocar sus hombros dejando caer su melena por un costado de su cabeza —toca en tu guitarra, esa canción que amo.— sin miramientos se atrevió a unir los labios con los de su compañero que al principio tardó en reaccionar pero después la tomó de la cintura sutilmente atrayéndola más a él para continuar y profundizar con ese ferviente beso.
Por su parte Marinette deslizó sus manos por el torso del joven desabotonado la camisa que portaba, para después desacomodarla al dirigirse un poco más abajo justo por la zona de sus caderas tanteando la zona en busca de su principal objetivo esa noche; las llaves, pero no contó con que el joven le tomaría de las manos para detener todo lo que hacían. Al parecer otro ataque de nervios lo había abordado.
—¿Qué sucede? —preguntó sin dejar de besar sus labios — no ves que tengo sed de tu amor, dame tu atención esta noche Luka, sé que lo deseas y yo...—mordió el labio inferior del hombre quien emitió un jadeo para luego ser él quien se animara a besarle el cuello con deseo tanteando su cuerpo en suaves roces.—estoy teniendo buenas intenciones de hacerlo.
Luka volvió a tomar las manos de la mujer angelical convertida en demonio sexual esa noche y las besó con dulzura, tenía tantas ganas de tomarla sin contención alguna pero tenía miedo de hacer algo indebido aún cuando ella se lo estaba casi rogando. Sabía que era una sexy mujer y que cualquier hombre daría todo por pasar una noche con ella pero esa era ala diferencia él no desea una sola noche; él las quería todas y cada una. Compartir los buenos y malos momentos, estar con ella en sus logros y fracasos, ser su apoyo en cada situación. No sólo ser su calor del momento.
—Tú sólo eres valiente a la luz de la luna Marinette.— argumentó con pesadez apartando la cabellera azulada que caía en su rostro —sabes que te amo ¿Verdad? Así que ¿Por qué no te quedas hasta el amanecer? —le rebatió al arrugar el rostro, acariciando su espalda y trazando círculos en esta.
La azabache torció su rostro en una sonrisa pícara por el doble sentido que está le había dado a sus palabras, se levantó de la mesa dejando caer ante la vista perpleja del de ojos de mar su vestido quedando únicamente con una lencería en tonos vinos que fácil podían desamarrarse por los listones a sus costados. Ella no perdió el tiempo y se puso a horcajadas sobre él tomando su mentón volviendo a besarlo con anhelo.
—Sólo tenías que pedirlo para que estuviera de vuelta en tus brazos. —mirándolo con un brillo especial en sus ojos, un brillo especial que Luka jamás había visto que le diera sobria, uno que le aseguraba que esa no era ella en ese momento.—vamos tócame por favor.—suplicó.—frotándose sobre su ya favorable erección.
«¡Esto no está bien! ¡Ella está borracha!» «Luka reacciona, se un caballero»
—Marinette yo me refiera a que yo quiero...—
Pero Luka estaba perdido en la tentación que ella significaba para él, más que por su cuerpo, por su alma, por su devoción a la hora de besarlo, por la entrega que le estaba poniendo al darle esas caricias, por decirle esas palabras que le estaban llegando al corazón y por la mágica atmósfera que se estaba formando entre ellos. Él creía que aquello no podía ser producto de una borrachera pues al final como decían "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad". Y él quería creer eso...
—Tu cuerpo se ve bien esta noche Ma-Marinette. —intentaba llenarla de cumplidos a la vez que recorría con las yemas de sus dedos sus hombros, estaba tentado a bajar los tirantes del sujetador pero no quería hacer nada que ella no permitiera, quería darle su espacio —Estaba pensando que... —tragó saliva negando con la cabeza —nada, olvídalo.
Ella soltó una pequeña risa tomando sus manos para posarlas sobre su busto animándolo a que los tocara como a él le viniera en gana. Él entendiendo el mensaje a la perfección e hizo lo que ella le indicó con suavidad, deleitando sus tímpanos de la melodiosa voz que su chica soltaba por lo bajo a lo que comúnmente se le llamaban gemidos, esos que sólo provocaban el placer carnal.
—Ah, sí, así... hazlo... sigue. —soltaba impúdica perdiéndose en las caricias del varón.—Haz todas esas cosas de nuestras mentes, déjate llevar.
Marinette había perdido el rumbo de su objetivo, ahora mismo ya no pensaba en quitarle nada a Luka, ahora mismo estaba concentrada en las caricias que el chico le estaba brindando al cerrar sus ojos imaginándose un sinfín de cosas que en todo este año había estado reprimiendo por tal de hacerse la fuerte ante todos. Pero últimamente ya no podía, debía sacarlo; aunque fuera a manos ajenas, aunque no fueran las manos deseadas, aunque no fueran los brazos, besos ni caricias del chico que tanto amaba.
Embelesado por la pasión de la mujer, Luka se dejó llevar por sus instintos animándose a desabrochar el sujetador de Marinette dejando expuestos sus firmes y seductores pechos, la tomó por la espalda para arrimarla a él y meter uno de ellos en su boca para brindarle el placer que esta buscaba, no podía mentir ya que se sentía en un sueño del que no deseaba despertar jamás.
Quizá Marinette al fin le estaba dando la oportunidad que él tanto había anhelado desde que la conoció cuando su hermana menor Juleka se la había presentado en la secundaria pero que por cuestiones del destino no pudo ser.
—Me vuelves loco Mari.—le susurró en el oído — Te amo como no tienes una idea, eres la mujer perfecta para mí.
Llevó sus manos a las piernas de Dupain acariciándolas con ternura y deseo sin dejar de lamer, besar o mordisquear la piel nívea de la zona de su cuello, pecho y pezones arrancándole suspiros que iban en gran medida convirtiéndose en gemidos fuertes.
Se levantó con ella enroscada en su torso sin dejar de frotarse atreviéndose a bajar la mano acariciando el miembro que vibraba en los pantalones.
—Y tú a mí Adrgg—un gemidos fuerte brotó de su garganta al sentir la incursión de los dedos de su asaltante en su zona íntima sin permitirle expresarle más —, me encantas, cariño. —lo miró con ambrosía a los ojos con una sonrisa cargada de deseo —tú y yo tenemos historia, y no podemos negar nuestra química.
Ese comentario lo sacó de orbita pues ellos jamás habían tenido una historia en sí, sólo habían sido "novios" a los cuatro años y todo por un pico que se habían dado, que si no fuera por que sus madres lo inmortalizaron en una foto jamás ella se hubiera acordado de aquello, aunque para él fuera uno de los buenos momentos vividos a su lado, entonces ¿A que se refería?
Las caricias de la chica lo trajeron de vuelta a la realidad al darse cuenta que esta estaba sacándole la camisa besándole con ahínco la piel de sus bíceps.
—¿Crees que tenemos química? —no dudo en Preguntar.—tomándola de los glúteos acariciándolos. Se dirigieron entre besos y besos hasta los aposentos del muchacho en donde suavemente la tendió sobre la cama posicionándose encima de ella admirando sus bellos ojos a lo que ella se ponía roja y sonreía mordiendo su labio rozando su índice por todo el cuerpo de Couffaine.
—¿Podemos dejar la charla para otra ocasión? En verdad necesito de ti.—tomó la hebilla del pantalón intentando bajarla— Necesito conectarme contigo, quiero tu afecto.
«Algo anda mal aquí» Pensó Luka viéndose reflejado en Marinette quien esperaba ansiosamente sin dejar de restregarse ni usar las manos del chico sobre su seno izquierdo para que este le diera la liberación que andaba buscando.
—Eres todo un misterio bonita. —se relamió los labios sonriendo con pillería ignorando los insistentes pensamientos que decían que debía para eso puesto que podía salir dañado pero era imposible, sus impulsos lo dominaban y el amor que le tenía le hacían desearla, tanto que no le importaba nada en ese momento.
—Deja de hablar.—insistió Marinette arremetiendo contra sus labios ferozmente, sacándole el cinturón a toda prisa colando su mano por debajo del pantalón tanteando con suavidad el falo del hombre —Estoy pensando que deberíamos cruzar la línea... —susurró ejerciendo presión sobre este haciéndolo soltar un gruñido.
—¿Aún más? —se jactó con burla Luka refregándose sobre la mano que le proporcionaba caricias más salvajes. —No sé qué estamos haciendo Marinette pero me encanta. Me encanta estar así contigo —besó desde su cuello hasta la separación de sus senos en donde se detuvo para succionar la piel dejando una leve mancha púrpura. — No sabes cuantas veces desee estar así contigo, no sabes las veces que desee ser el único para ti, cruzar la línea de la imaginación, cruzar la línea que me impedía amarte totalmente. —su mano bajó hasta las tiras de la prenda inferior de la chica sin animarse a jalar de ellas. —¿Me lo permites?
Ella asintió dejándose endulzar el oído por las palabras del muchacho mientras acariciaba sus brazos sintiendo como él deslizaba los dedos desde su zona pélvica hasta introducirlos al fondo de ella estimulándola favorablemente.
Ella llevó sus manos arriba tomando su cabeza jugando con su mechones sintiéndose llena de gozo y un placer abrumador que la quemaba por dentro que sólo podía expresarlo por medio de gritos placenteros que enorgullecían al hombre.
—¿Te gusta bombón? —preguntó Luka lleno de alegría viendo como Marinette se entregaba a él sin duda alguna, eso le daba esperanzas para no parar de hacer aquello en lo que estaban incursionando.—Disfrútalo. Te daré todo de mí.
Marinette no respondió sólo se limitó a morder el hombro de su amante en turno para acallar su incontrolable placer, el cual se incrementó al momento de sentir como él se abría paso entre sus piernas bajándose completamente el pantalón junto con el bóxer mirándola unos segundos para luego abalanzarse sobre ella y besarla con ardua pasión y seguridad, tocando con sus dedos los labios íntimos de la dama sacándole sugestivos suspiros, estimulando su zona prohibida una y otra vez con su glande.
—Por favor.—suplicó ardiendo en deseo—entra ya...— gritó alzando sus caderas con tal de conseguir el ansiado contacto.
El de ojos azules la besó una última vez tomando su hombría entre su mano para frotarla sobre la intimidad de la mujer que respiraba agitada, jamás imaginó que estarían así, ni en sus más locos sueños se lo hubiera creído pero al final era una realidad; estaban ahí compartiendo un momento íntimo, uno de los muchos que esperaba que pasaran, uno de los miles de momentos que esperaba que sólo se limitara a esto. Quería y necesitaba más de ella, fuera de lo sexual.
Quería que fuera suya en todos los sentidos.
—Como desees bizcochito.
Sonrió retomando el acto frotándose de nuevo con insistencia en la entrada de la joven, estaba disfrutando de hacerla perder la paciencia además de ver cuanto lo necesitaba. No sabía cuán pasional podía ser esa chica y la verdad es que le estaba encantando conocer esa nueva faceta de ella, no hacía otra cosa más que enamorarlo aún más de lo que ya estaba.
—¡Ah!¡Adrien! —gimió sin soltura al sentir la cabecilla del miembro del hombre introducirse en ella.
Ella enterró sus uñas en la espalda masculina sin caer en cuenta de lo que por sus labios habían salido, buscando seguir sintiendo los arrumacos del hombre que ella juraba era su adorado ex prometido. Se movía con agilidad buscando unir sus sexos pero él ya no ponía de su parte, estaba en inmóvil con la cabeza gacha mirando hacia otro lado.
—C-creo que es mejor que descanses.—habló después de unos segundos en absoluto silencio — yo... dormiré en otro lado.—salió de ella con rapidez acomodándose toda la ropa, tallándose la vista. Sin osar mirarla.
—Pero estábamos pasándola tan bien. —hizo un puchero — Por favor quédate.— extendió su mano para después palmear la cama a su lado junto con un bostezo.
«Sigues ebria ¿No es así?»
—Preferiría que fuera en otro momento Mari.—se excusó con la mejor de sus sonrisas — Por ahora es mejor que duermas, ya es tarde.
Tomó una bocanada de aire grande y se atrevió a encararla, encontrándose con la chica yacida dormida plácidamente sobre el lecho hecha un ovillo, la observó notando que su cuerpo estaba completamente desnudo y disfrutando de su blanca piel que estaba sudada por la actividad reciente sin embargo más tarde tendría frío por el clima de la noche. No podía dejarla así, entonces tomó una frazada y la cubrió depositando un casto beso en su frente.
«Descansa cielo, te amo mucho».
¦
Al día siguiente Marinette se removió en las suaves sabanas, haciendo que abriera los ojos sobresaltada llevando su mano a su cabeza sintiendo una punzada intensa junto con un mareo horrible y la boca seca. Aunque su preocupación no era eso sino que al tantear más abajo se halló entre unos sabanas diferentes a las que ella no reconocía, podía asegurar que esa no era su habitación ni mucho menos era su departamento.
Asustada levantó las sabanas hallando su cuerpo desnudo completamente.
Miró una y otra vez la escena de ella desnuda entre las sedosa sabanas. Recorrió el cuarto en donde se encontraba, visualizando una foto de su mejor amigo Luka, su hermana Juleka junto a su madre. No cabía duda en donde había pasado la noche.
—¡Qué rayos! —gritó exasperada! —¿Qué demonios hice?
Se enrolló con las sabanas enfundándose las pantuflas que reposaban ahí y salió con el rostro sonrojado caminando a toda velocidad por la casa en busca del joven de la casa en busca de respuestas. Aunque antes debía ir en busca de su ropa que quien sabe en donde pudiera estar, se sentía tan mareada por todo y no sólo por el efecto después del alcohol sino más bien por haber cometido alguna tontería.
Halló su vestido negro junto a sus zapatillas debidamente ordenado encima de la alfombra fuera de la habitación en donde había despertado junto a una pequeña nota.
"Hola, aquí te dejo la ropa con la que llegaste ayer, me tomé la libertad de plancharla para que no se arruinara, pero también si gustaba algo más casual me vi en la necesidad de pedirle a tu asistente las llaves de tu departamento para traerte algo más cómodo. Te estaré esperando en el High Park en media hora, no tardes.
Luka".
OK, ahora si que estaba más que nerviosa y su corazón si que lo podía corroborar pues latía con frenesí dentro de ella ¿De que deseaba hablar?, era obvio que había pasado algo entre ellos pero honestamente esperaba que pasaran página y no tocaran tema de esto o que al menos él le dijera que la sacara de su error, que ella no había sido capaz de haber sucumbido a algo tan bajo arruinando su amistad.
Se apuró en arreglarse eligiendo el atuendo casual que constaba una camisa blanca con un estampado de flor de cerezo, una chaqueta gris, un pantalón rosa y unos fletes rosas con lunares blancos, retocó su maquillaje optando por amarrar su cabello enredado en dos coletas para ahorrarse más tiempo. Saliendo de una buena vez hasta el encuentro con su hasta ahora mejor amigo.
Al llegar no sabía por donde estaba Luka, sacó su celular pero quedó a medias la acción pues vio como alguien la tomó por la cintura cubriéndole los ojos haciendo que por un momento se asustara para después calmarse al reconocer al instante la fragancia de madera y cítricos que llegaron a sus fosas nasales.
—¿Lu-Luka? —tartamudeó al sentir como él reposaba su mentón en su cuello.
—El mismo.—dijo percibiendo una sonrisa en el timbre de su voz—¿Tan rápido te olvidaste de mí?
«Ay no, si pasó algo entre nosotros» se alteró la joven al oír la forma en que le había hablado.
Él le dio la vuelta sin dejar de abrazarla por la cintura y verla con amor en los ojos, estaba tan enamorado de ella que no podía evitar perderse ante toda su belleza y menos cuando ahora parecía una inocente chica, eso era lo que más le gustaba. Sus diferentes identidades, era una aventura descubrirlas y por nada del mundo tiraría la toalla tan fácilmente.
—Tenemos que hablar Luka... yo no quiero que tú te hagas ideas con lo que pasó anoche, yo todavía estoy...—él posó una mano sobre sus labios.
—Lo sé.—suspiró dolido desviando su mirada pero tomando fuerza para continuar.—Me lo confirmaste ayer, no dejabas de pensar en él ni siquiera cuando estaba besándote o tocándote.—cerró los ojos sintiendo una punzada en su corazón. —Incluso me llamaste por su nombre.
Ella se sorprendió llevando una mano a su boca ante lo inoportuna que fue al arruinar aquel momento, además no podía siquiera saber cómo es que había accedido a tener ese tipo de encuentro con el que sabía que era su mejor amigo, lo había dañado y por lo que veía él la amaba sinceramente. Se sentía una pésima persona al estarlo utilizando de esa forma cuando solamente le había apoyado en cada momento sin pedirle nada a cambio, siempre amándola en secreto.
—Luka yo en verdad lo siento tanto. —bajó su vista avergonzada comenzando a derramar lágrimas —No sé por qué lo hice, jamás quise que eso sucediera, lo menos que deseaba era dañarte. —lo abrazó fuertemente —No tenía idea de tus sentimientos por mí, créeme que jamás me hubiera...¡Soy una tonta!
El de cabellos negros azulados sonrió besando por donde pasaban las lágrimas de la chica susurrándole que ella no tenía la culpa de nada, la tomó de la mano guiándole por los grandes pastos del parque canadiense hasta situarse cerca de una fuente cuadrada de donde Luka sacó su guitarra y se sentó en la orilla invitando a la dama a que ella también lo hiciera.
—¿Qué harás? —preguntó alzando una ceja aún afligida la chica francesa.
—Ayer me pediste algo y no podía cumplirlo por que estábamos ocupados en otra cosa.—guiñó haciendo sonrojar y que por acto reflejo la chica se cubriera la cara con el dorso de su mano. Él sonrió tomando esta y apartándola para observarla.—No hagas eso, amo cuando te sonrojas. No lo ocultes. Además era una broma preciosa, pero sí, ayer querías que te tocara una canción.
—¿Yo te pedí eso?—preguntó sin creerlo, ella jamás había sido de pedirle a alguien que lo hiciera, por que sabía que a su antigua pareja no le hacía gracia nada que tuviera que ver con lo que su padre le inculcaba; como entre ello la música.
El asintió empezando a rasgar la guitarra.
—Espero que te guste, la compuse especialmente para ti.
~Recuerdo aquel día como si fuera hoy
No hay nada como ella y siquiera me encontró
Recuerdo todavía la vez que la besé
Fue mi primer amor y ahora escribo su canción~
La melodía y la voz de Luka envolvieron a Marinette en una burbuja rosa inexplicablemente, no podía creer que todo aquello podía significar para una persona y es que la verdad después de Adrien ella ya se veía perdida, soltera, hundida en la mísera depresión y soledad sin siquiera darse la oportunidad de voltearse a mirar a quien estaba mirándola a ella. Y no, no es que en un segundo se hubiera enamorado de Luka, pero al fin había abierto los ojos percatándose que un Agreste no era el único pez en el mar, que había alguien más dispuesta a conquistarla y reunir los pedazos de su corazón.
~Voy a cuidarte por la noches
Voy amarte sin reproches
Te voy a extrañar en la soledad
Y aunque existan mil razones para terminar
No hay nadie más.
Los acordes de la canción terminaron abriendo paso a nuevas lágrimas en el rostro de Marinette, Luka se asustó dejando a un lado su guitarra al acercarse a ella para tomar sus manos y después acunando estas y las suyas en el rostro de la mujer sin entender que le pasaba.
—Perdón, no quería hacerte llorar —estaba entrando en pánico. —Te juro que no volveré a intentar nada, olvidemos todo ¿Sí? —propuso.—Lo de ayer, esto, no dije nada. Has de cuenta que no paso nada que yo no... —él ya no sabía que decir al ver la nula habla de la dama que sólo lo observaba.
—Luka.—empezó Marinette.
—Es lo mejor, sí, es lo mejor... perdón soy un tonto no debí dejarme llevar.—se tocó la cabeza revolviendo sus mechones— Ayer estabas ebria debí detenerme.
—Luka, yo quiero...
—Por favor pégame...Soy un idiota —puso una mejilla. —ándale, no te detengas seguramente te sientes abusada, si quieres yo mismo me entrego con las autoridades si es lo que tú quieres.
Ella pestañeó perpleja ante las cosas que su amigo estaba diciendo, contuvo una sonrisa esperando que dijera algo más o que se controlara. Cuando lo vio con los ojos cerrados y sin decir más se acercó a él besando su mejilla con suavidad.
—Gracias.
Él restó anonado al sentir el suave contacto de los labios de la chica, volteó a verla y ella lo miraba con una sonrisa tranquila.
—¿De qué?
—Por quererme, por siempre estar conmigo, por siempre respetarme...
—Ayer no lo hice.—la interrumpió avergonzado de si mismo.—Debí detenerme y no hacer lo que...
—Ambos lo hicimos.—tomó su mejilla.—Tampoco fue tu culpa, soy tan culpable como tú. —soltó una risita.—Además no fue tan malo, creo. —Hizo una mueca tratando de recordar pero avergonzándose al instante.—Lo que quiero decir es que cometimos acciones ambos, pero es normal, somos adultos, y lo que pasó ayer veámoslo como un nuevo comienzo.
El hombre escuchaba atento las palabras de Marinette, no podía negar que las palabras de la chica lo emocionaban de sobre manera por el significado que les estaba dando pero no quería precipitarse y terminar estampado contra la pared junto sus ilusiones rotas.
—¿Un nuevo comienzo? –repitió y ella le regaló un sí.—¿Qué quieres decir con eso?
Ella dejó fluir un suspiro bajando el rostro refregando sus manos sobre su pantalón pensando muy bien las palabras que ocuparía, estaría dando un paso muy grande en su vida y no quería equivocarse o arrastrarlo a él si es que algo no resultaba. Pero sentía la necesidad de ver que era lo que ocurría si se arriesgaba, dado que recordó la sensación de estar entre sus brazos y sus besos, por que pudiera que estuviera pensando en otro pero sabía perfectamente que Luka era el dueño de aquellas caricias que la habían transportado a otro nivel.
—Estoy tratando de decir...—alzó sus zafiros a él —, que quiero que arruinemos la amistad.
—¿Arruinar la amistad? —talló su cuello. —es decir tú y yo —lo señaló y ella se levantó del lugar tomándolo del brazo haciéndolo levantarse agarrándolo firmemente de su chaqueta.
—Arruinemos la amistad Luka, hagamos esas cosas de nuestras mentes.—Posó su frente en sus labios.— No te digo que estoy enamorada de ti, pero no te puedo negar que ahora que recuerdo la sensación de nuestros cuerpos juntos, que cada minuto que pienso en ti en este instante y que deseo repetirlo, que quiero cruzar la línea de ser amigos. —se animó a besarlo suavemente a los labios. —Ayúdame a olvidarlo todo, ayúdame a ser feliz de nuevo, ayúdame a amarte.
Él correspondió el beso por unos segundos separándose al instante para luego acariciar su mejilla con suavidad.
—Sólo dime algo y te juro que lo hago...
—¿Qué cosa? —Sonrió esperando a lo que el chico tuviera por decir.
—¿Me dejarías enamorarte por completo? No quiero ser sólo un momento pasional. No quiero que sólo arruinemos la amistad siendo amigos con derechos ni nada de eso, quiero algo serio contigo, quiero algo honesto. Quiero poder tomarte de la mano llevarte a todos lados y decir "Ella es mi novia", tal vez no ahora pero sólo déjame mostrar cuanto te amo y todo lo que tengo para darte.
Ella sintió miedo, no quería volver a salir herida, no quería volver a entregarse de esa manera y perder el tiempo en relaciones absurdas.
Aunque en el fondo no podía negarse que le ilusionaba volver a empezar y nada era mejor que de la mano de uno de sus mejores amigos, sabía que él era perfecto, no tenía por qué tener miedo, él ya le había demostrado hace tanto que no importaba el tiempo; siempre lo tendría para ella sin ningún problema. Nunca la abandonaría.
—Contigo estoy dispuesta a arruinar la amistad.— respondió volviendo a unir sus labios con los de él en un beso que para ella significaba el comienzo de algo nuevo y una nueva etapa lejos del sufrimiento.
La motivación perfecta para superarlo todo.
Para él era la oportunidad perfecta para enamorar día a día al amor de su vida, aunque sabía perfectamente que le costaría tiempo y mucho trabajo, que cabía la posibilidad de que lo lograría o que tal vez nunca.
Pero todo valía la pena ahora que se habían arriesgado a arruinar la amistad.
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Hola buenas tardes/noches mis queridos lectores ❤️ aquí un nuevo os, ahora Lukanette que es segunda parte de "Si la quieres" [One shot Adralya] para los que se preguntaban que había pasado con la vida de Marinette en Canadá pues aquí lo tienen, y sé que había dicho que no iba a haber tal parte pero fue inevitable ante semejante canción, el nuevo shipp y ante tan monumental portada de mi querida Ivvy 😍😍 así que de ahí salió todo.
Espero lo hayan disfrutado tanto como a mí escribirlo.
Por cierto pueden lincharme por el mal lemon que hago Jajaja.
Los quiero ❤️
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