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—Sigues negándolo —decía Taehyung, mientras caminaba detrás de él con mucho enojo—. ¿Por qué simplemente no me dices que la tiraste y ya?

—¿Y de esa forma hacerte creer que aún hay expectativas con ese tema? —Habló el mayor y miró al castaño—. Vete a dormir, es tarde.

—Pero-pero, papá, el concierto es-

—No me interesa, Taehyung —lo interrumpió y mostró su ceño fruncido—. ¿Cómo vas a entrar si no tienes con qué? No te llegó nada. Acéptalo y déjame tranquilo.

—Ambos… sabemos que no es así —musitó su respuesta y bajó su cabeza—. ¿Por qué… sigues odiándolo? Te probó lo que querías y lo sabes.

Sí, era una cuestión total de orgullo.

Namjoon respiró de forma profunda, mantuvo sus ojos en el castaño y al final dijo—: Ve a tu habitación, el día pasará rápido y lo superarás.

—¿Como los últimos tres años?

—Algún día. Pero lo harás —no dijo más y optó por subir hacia su habitación.

El castaño se quedó en silencio, se acercó a la ventana de la sala de estar y la abrió para notar que seguían construyendo el evento de beneficiencia que se haría para los perritos de la calle en el parque frente a su casa. Ah, ese parque.
El castaño rió al recordar la primera vez que conoció a Jungkook; estaba en último año de preparatoria y había discutido con su padre, por lo que decidió quedarse hasta tarde sentado en uno de los columpios, aún sabiendo que era época de invierno. Era todo un rey del drama. Después de unos minutos, sintió cómo el frío invadió su cuerpo y decidió que lo mejor sería entrar, mas no lo hizo porque vio cómo una persona había caído de su motocicleta por la calle resbalosa.

—Pensé que te habías matado –murmuró entre risas al recordarlo, mientras seguía observando cómo terminaban de armar una pequeña tarima y cerrarla con vallas para evitar que las personas se acercaran demasiado.

[…]


    Las horas pasaron y el concierto estaba culminando con éxito, Jungkook se mantenía sosteniendo un micrófono y caminaba en silencio mientras sonreía y respiraba profundo.

—Realmente… estoy muy emocionado por volver aquí —confesó y las personas en el gran lugar empezaron a gritar—. Cuando lanzamos 'Lost In Your Purple', pensamos en una forma de plantear problemáticas claras que estaban siendo ignoradas por todos nosotros. Porque no las vemos, o porque no tenemos la capacidad y la confianza de adentrarnos por completo en la vida de la persona que las sufre. Cada parte del álbum expresa esa cuestión y nosotros debemos analizarlo, porque… a veces y por simple protección, sólo vemos lo que esas personas nos permiten ver. Una sonrisa no es sinónimo de bienestar.

Fue lo último dicho, después de que la batería de BamBam empezara a escucharse, presentando la última canción que darían en esa noche y, más importante, en ese lugar.

Después de unos minutos, la banda se acercó para dar una reverencia con un sinónimo de gratitud en medio de ello. La plataforma en donde se encontraban empezó a bajar y ellos movían sus manos en sentido de despedida con una gran sonrisa. Las personas en el lugar empezaban a dar gritos de decepción y, al mismo tiempo despidiéndose de los chicos que ofrecieron no sólo su música, sino un desborde de talento y gracia.

Cuando finalmente bajó por completo, Jungkook empezó a caminar rápido hasta el camerino, mientras sacaba su saco y desprendía el velcro de su camisa.

—Man, relájate —pedía BamBam, caminando detrás de él.

—No puedo —admitió Jungkook, a la misma vez que sacaba sus audífonos y se adentraba en el lugar ya mencionado. 

—Pero mira cómo has crecido —dijo una voz gruesa, el azabache se detuvo, dirigió su mirada hacia un sofá y se acercó a abrazar con fuerza a su Hyung—. Mierda, sí vinieron.

—¿Y qué esperabas? —Respondió Yoongi entre risas y palmeó levemente su espalda—. No te voy a dejar metido con la idea loca que tienes en la cabeza.

—A Taehyung nunca le llegó su entrada —respondió Jimin un tanto decepcionado.

Jungkook sonrió y asintió. —Lo supuse. Estás muy lindo, Hyung.

—¡Ah, gracias! —Rió y abrazó fuerte el brazo de Yoongi.

—Los autos ya están listos —avisó Yugyeom, mientras agarraba una remera cualquiera y se la colocaba—. Espero el jodido regaño valga la pena.

—¿Qué traumas tienes con los regaños, niño? —Preguntaba Jungkook, mientras terminaba de sacar su camisa y optaba por colocarse prendas menos llamativas.

—¡Es una locura y me encanta! —Aseguró BamBam.

—Sí, vaya que es una locura —habló otra persona, mientras entraba al camerino y cruzaba sus brazos.

Jungkook soltó un suspiro y miró en dirección a su mánager.

—¿Qué pensaban hacer? —Le preguntó directamente a Jungkook, aún con su semblante muy serio.

El azabache lo pensó por un rato, tomó una gorra cualquiera y la colocó en su cabeza.

—Voy a recuperar a alguien después de tres jodidos años.

—Ah, ¿y piensan pasar por encima de nosotros? —Enarcó una de sus cejas—. Es arriesgado y se pueden meter en un lío.

—¿De qué forma podríamos?

—¡Pues avisándome, tontos! ¡Llevo con ustedes tantos años y aún no confían en mí! —Alegó, y eso sorprendió a todos en el camerino.

—¿Eso significa que…? —Habló confundido Jungkook.

—Si van a hacer una tontería, deben hacerla en grande o de no, no servirá de nada. —Respiró de forma profunda y continuó diciendo—: Vayan al jodido auto, intentaré doblar la seguridad en menos de diez minutos —mencionó y salió, dejando gratamente sorprendidos a todos.

¿Qué iban a hacer? Algo lo suficientemente grande para hacer saber a Kim Namjoon, que Jeon Jungkook nunca iba a desaparecer. Y mucho menos, dejando de lado al amor de su vida. 

///

'Lost in your purple' será un fic que subiré justo después de terminar de publicar éste. Precisamente contiene lo que nuestro querido Jungkook de 'RUDE', nos expuso.

Pasen linda
mañana/tarde. ♡

-Gaby

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