05
Taehyung caminaba en silencio, escondía las manos en su abrigo y se acercaba a la casa de Jungkook, quien había pedido verlo por un motivo que el castaño desconocía, pero que a la vez, le asustaba en sobremanera. Detuvo su paso justo al ver la cochera de aquél alfa abierta. En ella, se encontraba el mencionado, sentado en un sofá y con sus ojos cerrados mientras hacía sonar de manera leve las cuerdas de una guitarra que mantenía entre sus brazos.
Era una escena que podría cautivarlo al instante, mas en su cabeza sólo aparecía la necesidad de saber sobre qué hablarían.
Taehyung recalcó en su cabeza que debía estar calmado y a la espera de escucharlo. Al relajarse lo suficiente, se acercó hasta el alfa y dejó salir una tos fingida para enterar al contrario de su presencia. Jungkook de manera inmediata abrió sus ojos, buscó en el espacio a Taehyung y al encontrarlo, respiró profundamente y optó por dejar el instrumento a un lado.
—Estoy asustado —admitió el menor—, y ese semblante no me ayuda en lo absoluto.
—Siéntate —pidió Jungkook y palmeó dos veces un lugar a su lado, el cual fue tomado justo al instante por el omega.
Taehyung no dejaba de mostrar sus ojos muy brillantes y llenos de sentimentalismo. Además de eso, su aroma se percibía más fuerte y con ciertos toques ácidos; no eran ignorados por el alfa, lo que hacía que el tema fuese mucho más complicado para el azabache.
—¿Cometí… un error? —Preguntó entre murmullos, mientras unía sus manos y éstas temblaban por el tensionante momento—. ¿Me-me equivoqué?
—Tae, no has hecho nada malo —aseguró el mayor, tomó las manos temblorosas del contrario y besó sus nudillos con tanto aprecio, que cerro los ojos en ese mismo momento—. Absolutamente... nada que me haga enojar.
—¿E-entonces qué pasa? ¿Desde… desde cuándo me llamas por-por mi nombre?
—Hoy hablé con tu padre —informó y empezó a acariciar aquellas manos que sostenía, con mucha parsimonia.
—¿Qué? —Preguntó sorprendido el castaño—. ¿Por qué no me avisaste?
—Porque no ibas a dejar de pensar en eso y mucho menos, irías a clases.
—Pero… —Intentó refutar la respuesta del mayor, pero al final le dio toda la razón, continuó negando con su cabeza para después continuar—: ¿Qué te dijo?
—Cosas hirientes, claro está —respondió con una leve sonrisa, bajó sus manos unidas hasta el material del sofá y se atrevió a mirar esos ojos levemente húmedos—. Y un par de verdades.
—¿Verdades?
—Tu padre no quiere que estés conmigo porque tiene miedo a que mi 'fracaso' afecte tu vida también.
—¿A-a qué viene eso? Yo-
—Y yo también —admitió, sintió su garganta pesar y apretó sus labios al sentir cómo Taehyung apartaba sus manos de las suyas.
—¿De qué… me hablas? —Habló nuevamente el castaño, sintiendo cómo su voz empezaba a quebrantarse en cuanto continuaba—. ¿No fuiste tú, quien hace unos días ne-negó la idea e-estúpida que tuve? ¡Alegabas que todo eso era una mierda y que, según tú, ibas a lograrlo!
—¿Y si… estoy equivocado? —Musitó su pregunta, intentando mantenerse calmado.
—No-no tienes que hacer esto —intentó calmarse el castaño y empezó a tallar su cara—. Dije… dije que te apoyaría y es algo que estoy hacie-
—No es algo bueno para ti —interrumpió las palabras contrarias y se colocó de pie.
—¡¿Quién eres tú para decirme qué es bueno para mí y qué no?! —Se exaltó y miró con ojos llenos de furia al azabache.
No quería.
Él se estaba atreviendo a dejarlo.
—Tae…
—¿Sabes? Tú… tú no vas a terminar conmigo —dijo, intentando calmarse, mas no le estaba funcionando—. No-no vas a hacerlo porque en este momento yo lo estoy haciendo. Terminamos, ¿bien? Te duele, ¿cierto? ¡Pu-pues me alegra!
—Taehyung…
—¡De-dejame en paz! —Terminó por decir, sintiendo cómo una de sus lágrimas se escapaba por uno de sus ojos y la limpió de inmediato—. ¡No-no me busques más nunca en tu vida!
—Taehyung —repitió y tomó el brazo del castaño antes de que lograse salir—, no debe ser de esta forma.
—¿Qué? —Habló el menor y eliminó todo tipo de contacto con él—. ¿Querías estar tranquilo después de esto?
Jungkook evitó responder y prefirió tallar su rostro en ese momento.
—Creo que al final papá sí logró lo que quería. —Sonrió en medio de sus lamentos. —Deberíamos felicitarlo, ¿no te parece? —Culminó la conversación al alejarse por completo del lugar y dejar solo al alfa, el cual no sabía si estaba haciendo lo correcto, o simplemente había arruinado lo más bonito que pudo conseguir en su vida.
[…]
Los días pasaban lentos para el castaño, éste se mantenía envuelto en sus sábanas y abrazaba una almohada con la intención de sentirse protegido. Desde ese día no había vuelto a hablar con el azabache y todo su ser se mantenía triste por ese hecho.
Lo había dejado. Después de dos largos años fue capaz de hacerlo.
—Idiota —musitó para él, sintió sus labios temblar por culpa de sus pensamientos y decidió abrazar aún más su almohada para intentar acallar sollozos que de vez en cuando se presentaban.
En ese momento, en su celular se escuchó una notificación y Taehyung con el mayor desánimo del mundo lo tomó para verlo y, sorpresa, se trataba de la única persona que se había interesado en él desde que hizo saber lo sucedido. Sí, era Hoseok haciendo una de sus tantas invitaciones.
Ese alfa llevaba alrededor de cinco días intentando que Taehyung aceptase alguna invitación a algún lado para hacerlo sentir mejor o, como mencionaba en ese mensaje, olvidar por un rato y disfrutar de la noche. En él, informaba que cierto bar se había hecho mucho más famoso desde que una nueva banda había ingresado, también hacía entender que le había sido difícil apartar un espacio cerca de la tarima y, sin embargo, lo había logrado.
El castaño iba a rechazar la invitación, pero en su cabeza surgió la imagen de un Jungkook riendo y valiéndole muy poco lo sucedido, mientras él se mantenía encerrado en su habitación y sufriendo como un estúpido. ¿Era justo? Realmente no. Así que Taehyung decidió aceptar. Aunque era muy obvio que le resultaría difícil distraerse.
Después de responder el mensaje, leyó otro diciendo que iba a llegar alrededor de las diez-treinta. Taehyung no hizo más que dejar su celular e intentar prepararse para verse decente después de tantos días de vago.
De verdad intentaría sentirse mejor. Él debía continuar si es que Jungkook también pensaba de esa forma.
Al llegar la hora, el castaño escuchó la bocina de un auto fuera de su casa, se acercó hasta la ventana e identificó el auto rojo de Hoseok. Sin hacer nada más, tomó un abrigo cualquiera y se dignó a bajar por las escaleras.
—Oh, mi amor —dijo la señora, muy sorprendida de ver bajar a su hijo y más, al estar tan arreglado después de tanto tiempo—, ¿tienes… alguna cita?
—No… lo llamaría de esa forma —aclaró el joven, mientras se colocaba su abrigo—. Estaré de vuelta en unas horas —avisó e iba a salir.
—Tae —le llamó nuevamente la mujer y éste volteó a mirarla—, te ves muy hermoso.
—Sí… bueno… —Soltó un suspiro. —No puedo ir como se me de la gana a Rocket, ¿no? —Mencionó el lugar y la señora no hizo más que asentir y dejar salir a su hijo.
Hasta cierto punto Namjoon tenía razón. Sin embargo, la señora estaba odiando ver a su hijo tan serio y deprimido.
Afuera, Hoseok se mantenía apoyado en su auto mientras esperaba ansiosamente al castaño. Si era honesto, en definitiva, Taehyung era uno de los omegas más hermosos que había visto en su vida y por ello, su lobo anhelaba tenerlo junto a él.
Sonrió levemente al momento de verlo salir y apreciar esa imagen tan bonita; su rostro era bello, la complexión de su cuerpo también. Era simple elegancia envuelta en una fragancia cautivadora.
—Taehyung, hola —saludó Hoseok, mostrando sus blancos dientes en una sonrisa brillante.
—Hoseok Hyung —mencionó su nombre en forma de saludo e igual sonrío, mas la suya se notaba un poco incómoda.
El mayor no esperó para abrir la puerta del copiloto para invitar al contrario a entrar. Sí, la idea de Hoseok era hacerlo sentir bien, pero de su cabeza no se quitaba la idea aprovechar el momento e intentar hacer un espacio para él en ese destruido corazón que cargaba el castaño.
—¿Alguna vez entraste a Rocket? —Preguntó Hoseok, justo después de entrar al auto.
—Realmente no —respondió—, pero dicen que el lugar es bastante llamativo y no contratan a cualquier persona como banda principal.
—Es así —apoyó lo dicho por Taehyung—. Escuché que el cantante de esa nueva banda tiene un voz muuuy suave y angelical. No lo sé, es lo que leí en los comentarios de la gente.
Taehyung se mantuvo en silencio y prefirió no seguir hablando de ello. Sin duda la única voz que consideraba de esa forma, era la de Jungkook y pensar en él no era una buena idea. Y es que no quería largarse a llorar en el auto de Hoseok.
El alfa percibió la incomodidad en el menor y decidió mantenerse en silencio durante todo el camino. Debía empezar a ser cuidadoso con sus palabras.
Después de unos minutos llegaron al lugar acordado, fueron acompañados hacia la mesa apartada y sin duda, el ambiente era muy bueno, habían personas de todas las edades y la música que colocaban era bastante agradable. Aunque justo después de escuchar a todos proclamar el evento principal, toda su tranquilidad se fue en dirección al caño.
“Base Three, Base Three, Base Three!”
Taehyung se quedó paralizado en medio de su asiento y su respiración empezó a tornarse densa.
Y es que al parecer, la vida lo hacía despertar con bofetadas, haciéndole entender que no había nadie más para él que Jeon Jungkook.
///
¡Nos leemos
pronto!
-Gaby
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