03
Otro día se había presentado muy soleado, Taehyung arreglaba su flequillo arduamente y se miraba en un espejo con la intención de rectificar su atuendo. Quería verse muy bien para su alfa, no importando si éste ya le había hecho saber que para él, aún recién levantado, era la cosa más bonita que habitada en el mundo.
Jeon Jungkook era un exagerado ante los ojos de Taehyung.
El castaño sonrió al estar satisfecho, tomó su mochila y decidió bajar. Al momento de hacerlo, su madre lo detuvo y lo llamó hasta la cocina.
—Huele a galletas —dijo Taehyung, mientras se acercaba a uno de los mesones para acudir al llamado de su madre.
—Pruébalas —pidió—. Es una nueva receta y no sé si estarán buenas —admitió entre risas, muy entretenida en sacar otra tanda.
—¿Soy quién dará el veredicto? —Preguntó al tomar una que se encontraba en un plato y morderla.
—¿Y bien? —Lo miró con emoción.
—¡Mm! —Gimió por el pequeño placer recibido por el sabor y volvió a morderla.
—¿Eso es un sí? —Sonrió en grande.
—¿Puedo llevarme algunas?
—¿Qué hace mi bella familia aquí reunida? —Entró a la conversación Namjoon, mientras se acercaba.
—Mamá hizo galletas. ¡Están deliciosas! —Alegó con una sonrisa en sus labios y le entregó una a su padre.
—Gracias —dijo, la mordió y sonrió levemente, mostrando de esa forma que le gustaron.
—¿Puedo llevarme algunas? —Volvió a hablar y su madre de forma gentil asintió.
—Taehyung —llamó Namjoon y se sentó en una de las banquetas de la cocina—, supe que ayer estuviste con Hoseok. ¿Cómo les fue?
El castaño de forma inmediata se incomodó, respiró de forma profundo y al final decidió mirar a su padre. ¿Qué podría decirle a esa persona?
No le interesaba Hoseok, pero tampoco quería ser muy obvio con el tema de Jungkook.
—Me fue bien, aunque… no estoy interesado —confesó y empezó a guardar algunas galletas en un empaque.
—¿Es debido a que no es un malandro y bueno para nada?
—¡Jungkook no es así! —Alegó sin pensarlo, intentó volver a respirar y prefirió quedarse en silencio mientras guardaba las galletas en su mochila.
Namjoon mantuvo su mirada encima del menor, mientras éste intentaba ignorarlo. Kim Namjoon no era estúpido. Desde el momento en que Taehyung le dijo que ya no estaba con ese imbécil, no le creyó pero ni media palabra.
—No estaba hablando precisamente de él —aclaró, sonrió levemente y después continuó diciendo—: Hoseok pronto terminará la universidad. Será un abogado exitoso y no dudo que quiere a alguien lo suficientemente bueno para él. He estado hablando con su padre. Me agrada el chico.
Taehyung tragó fuerte, frunció su ceño y se atrevió a mirarlo nuevamente.
—Cariño… es muy temprano y no quiero empezar el día con el pie izquierdo. ¿Por qué no vamos a desayunar? —Intervino su esposa, empezando a sentir el ambiente un poco tenso.
—¿Qué hace Jungkook, Taehyung? ¿Qué podría beneficiarte a ti? —Dijo, ignorando de forma descarada a su esposa—. Recuerda que en esta vida el hambre y la sed no se quitan con "amor".
El castaño se mantuvo en silencio y prefirió salir de la cocina. Su padre era alguien muy cruel y poco cuidadoso al expresar sus ideas y opiniones. Nada raro en un alfa. Después de todo, es normal que quieran tener la razón todo el tiempo e imponerse ante los demás.
Taehyung iba a tomar el pomo de la puerta con un sentimiento de resignación encima, pero se detuvo al instante de que una idea surgiera en su cabeza.
Quizá… sólo quizá, había una forma de que el mencionado aceptara a Jungkook. Y es que Taehyung podría intentar de todo para que eso fuese posible.
[…]
Jungkook se encontraba aburrido, miró su celular y notó un mensaje de su lindo chico, avisando que estaba en camino. Hoy el azabache tenía una idea diferente, ir a otros lugares y consentirlo comprando cosas para él. Se sentía bien cuando hacía esa clase cosas. Y mucho más ahora que sus ingresos estaban en aumento.
Todo se estaba dando poco a poco y eso lo llenaba de satisfacción.
Pasó a medio arreglar su sala que se basada en un simple sofá, una pequeña mesa y un TV colgado en la pared. Era muy simple, después de todo, Jungkook lo veía como un hogar provisional.
Él estaba destinado al éxito y creía que no había más miseria que aquella que no veían sus ojos. Esa que se sentía en sus entrañas y lo hacía ser destinatario de un inminente fracaso.
¿Quién además de él iba a darle ánimos?
En ese momento, se escuchó el timbre de la casa ser tocado. El azabache rápidamente se acercó a la puerta y justo al momento de abrir, su omega se abalanzó hacia él y plantó un gran abrazo de oso.
—¿Por fin te dignarás a devolverme mi remera? —Preguntó en broma, notando que el castaño traía puesta la prenda mencionada.
—Se dice: "Buenas tardes, mi amor. Te amo y gracias por venir" —dijo, aún abrazando a su chico.
—Buenas tardes, bebé. Te amo y te estaba esperando —saludó y correspondió de manera tierna, a la misma vez que daba un pequeño beso en el cabello del menor.
—Así está mejor. —Rió, aún abrazando su torso lo miró y sonrió sin dejar ver sus dientes.
—¿Y esa sonrisita? —Preguntó el azabache, lo tomó por sus mejillas y besó tal expresión castamente.
—Tengo una propuesta para ti —dijo después de terminar su pequeño beso y alejarse para entrar al lugar—. Aunque, dijiste que tenías algo para decirme, ¿no? Quiero saber.
—Puede esperar —respondió—. Rara vez tienes una propuesta para mí así que… dime de qué trata —insistió y se sentó en el sofá, notando cómo el menor sacaba impresiones de quién sabe qué de su mochila.
—Antes de venir hablé con mi padre. Mejor dicho, intercambiamos palabras —comenzó.
—Ah, genial. —Rodó sus ojos y negó con su cabeza.
—Amor, escúchame, ¿sí?
—Lo estoy haciendo.
—Estos son cuestionarios y fichas de inscripción para entrar a cursos de varias cosas. Me tomé el tiempo de investigar —decía, mientras le pasaba todas las carreras encontrabas a su pareja—. Entonces, yo creo que-
—No —interrumpió y dejó esos papeles a un lado.
—Déjame terminar —habló nuevamente el castaño—. Es interesante.
—Podría entrar a estudiar música, pero sabes cómo me fue con mis padres cuando lo hice saber. No tengo el tiempo y tampoco la capacidad económica para hacer algo así —aclaró de manera seria.
—Pero si… intentaras hacerlo con otra-
—No —volvió a interrumpir—. ¿Qué fue lo que hablaste con el graaan Sr. Kim? —Dijo con sarcasmo.
—Quizá… quizá si estudias algo te acepte y… —Musitaba, empezando a sentirse mal.
—No voy a hacerlo.
—¿Es que no te importa lo que pase con nosotros? —Preguntó—. Es importante.
—No mezcles las cosas —pidió y soltó un suspiro leve—. No voy a hacerlo porque a tu padre se le venga en gana.
—Es por mí —aclaró.
—No, no lo es —objetó—. Es por tu padre. ¿De casualidad te habló de la vida exitosa de ese tal Hoseok y del por qué debería estar contigo? —El castaño se mantuvo en silencio, dando total razón a las palabras del alfa. —Lo supuse. Tengo un claro proyecto de vida, Taehyung.
—¿Y si no funciona?, ¿qué harás? —Respiró profundo.
—Va a funcionar.
—¿Cómo lo sabes?
—Confío en mí.
—¿E-ese es tu gran argumento?
—Es el único que necesito —dijo, mientras se colocaba de pie e intentaba tomar las cosas con calma.
—Sería… más fácil si lo hicieras —intentó convencer.
—Detente, Taehyung.
—¿No-no te importa? ¡Quiero que las cosas funcionen y mi padre representa un gran obstaculo! —Alegó, sintió sus ojos cristalizarse y se cruzó de brazos—. ¡Y al parecer prefieres que las cosas sigan de esta forma!
—¿Que si lo prefiero? Claramente —afirmó—. No voy a hacer mierdas para complacerlo.
—Bien —se resignó, tomó los papeles y empezó a guardarlos.
—¿Y ahora qué pasa? —Soltó un suspiro lleno de cansancio.
—Nada, dejaré que todo esto se vaya abajo como tú lo estás haciendo.
—No estoy dejando que nada se vaya abajo. Sólo estás escuchando lo que quieres porque no te estoy dando la razón.
—Como digas —continuó y colocó una de las correas de la mochila en su hombro.
Jungkook soltó un suspiro. —¿Te vas?
—Estoy enojado y si continuo hablando tú te enojarás más. Sé que te contienes cuando se trata de mí —comentó—. Y tu remera me la llevo.
—Taehyung. —Volvió a rodar sus ojos.
—Siempre es bueno tener un plan B —mencionó, mientras se acercaba a la puerta.
—¿El tuyo es Hoseok? —Dijo sin pensar, Taehyung lo miró con mucho más enojo y prefirió salir en completo silencio.
Jungkook revolvió su cabello con mucho desespero, se sentó en el sofá y pasó sus manos hasta su rostro. Kim Namjoon era una jodida sombra que si no resolvía de una vez por todas, iba a tragarse de forma placentera su relación con Taehyung.
Sí, ya era hora de hablar directamente con él.
///
Me adelanto para
desearles un feliz
año nuevo. ♡
Espero la pasen
muy bien.
Nos leemos
mañana. ^^
-Gaby
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