Introducción

Golpeé la puerta de madera blanca con mi puño suavemente, esperaba ansioso que el señor de la casa me atendiera.

Era la centésima vez que mis ojos se desviaban a la planta a un lado de la entrada, al gran rosal de la señora Ball. Las lindas rosas blancas solían sobresalir de los jardines vecinos, aunque en primavera solía atraer bastantes abejas.

Mis manos no dejaban de moverse, me hacían recordar la vez pasada, de un lado para otro demostrando mi nerviosismo. Repasa las líneas una y otra vez en mi cabeza, como un discurso preparado que debía exponer frente a mi profesor, el peor de todos mis profesores.

Unos pasos se oyeron dentro de la casa y una gota de sudor me recorrió de la frente hasta la barbilla terminando en el suelo. Los labios me comenzaron a temblar cuando la puerta se abrió, revelando al señor Ball, la peor de todas mis pesadillas.

Su rostro lo demostró todo, podría decir que me observaba con resentimiento y odio. Sus ojos parecían dos esferas echas de fuegos que amenazaban con lanzarse en mi dirección, detrás de él se alzaba una fotografía familiar que había visto tanta veces.

-¿Qué sucede, McVey?

Mi voz había desaparecido y aquellas palabras estudiadas previamente se disolvieron en un mar de temor y rechazo generado por la fría mirada del mayor. Trataba de hallar la manera de no mostrarme como un inútil, nuevamente, pero una voz en mi cabeza me repetía una y otra vez que no lo lograría. Y una parte de mi estaba cediendo a la tentadora idea de irme como un cobarde.

-Yo, sólo quería venir a pedir la mano de su hijo, usted sabe que yo amo con todo mi corazón a Co...

Una mano frente a mi rostro me hizo frenar y tragarme lo que había podido soltar en menos de cinco segundos. El señor Ball me miró serio antes de quitar su mano y retroceder en su lugar, entrando a su hogar.

-Deja de perder el tiempo, mi respuesta siempre será no. -El estruendo de la puerta al golpearse contra el marco me sobresalto, haciéndome tambalear para atrás y, por culpa del tapete de bienvenida, caer al suelo.

Otra vez el mismo resultado, otra vez fallando, pero no iba a rendirme. Mi meta era conseguir un si de su parte y no dejaría de insistir, porque aún había una mínima esperanza de poder estar feliz con Connor.

No iba a rendirmen, sin importar que tan rudo sea conmigo.

•••

Hi, otra vez :)
Esto es una intro de lo que sería la fic, si les gusta la sigo y si no quedará en borrador.

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