[2]

La cama más cómoda del mundo.

El despertador sonó y Lee Jinki lanzó un bostezo ruidoso antes de abrir por completo los ojos.

—No hagas eso, es de mala educación— exclamó Joon, su compañero de dormitorio.

—Lo siento, pero es que mi cuerpo necesita oxígeno— explicó antes de sonreír.

Joon bajó de un salto de la cama y se encaminó al cuarto de baño; —hay que darnos prisa, sino no alcanzaremos un buen desayuno.

Jinki asintió antes de lanzar otro bostezo. El comedor del Instituto era enorme y bastante lujoso, sin embargo, como era ley, los que llegaban primero se llevaban la mejor parte, obviamente, al ser los primeros tenían más de donde escoger.

Con el ruido del agua corriendo, Jinki volvió a dejarse caer en el colchón y cerró los ojos para aprovechar por lo menos un par de minutos, tenía mucho sueño, la noche anterior se había desvelado gracias a un proyecto de economía.

Sin embargo, el gusto no le duró mucho ya que alguien llamó a su puerta. Gruñendo por lo bajo se levantó y caminó arrastrando los pies; —¿quién es?— indagó.

—¡Soy yo, Taemin!— escuchó la voz al otro lado de la madera, así que de inmediato abrió.

—¡Taeminnie, hola!

—Hola Jinki—, ambos eran primos, pero, por estar en grados diferentes y estar en dormitorios en áreas lejanas, sus horarios no eran muy compatibles.

—¿Cómo has estado?

—Podría estar mejor.

Y en eso recordó ciertas fotos que circularon el día de ayer por las redes sociales, —lo dices por la broma de mal gusto de Choi, ¿eh?

—Sí; ése cara de rana me las pagará.

—¿Ahora qué le hiciste?— abrió más la puerta invitándolo a pasar.

—En clase me burlé de su pronunciación en japonés— explicó.

—¿Y eso lo hiciste por...?

—Porque le prendió fuego a mi proyecto de química— el menor se dejó caer en la cama de su primo.

—¿Y por qué incendió tu trabajo?— frunció el ceño.

—Pues porque le arruiné su...

—¡Eish!— lo interrumpió y agitó la mano frente a su rostro, —¿sabes qué? Ya no quiero saber, siempre una cosa será venganza de algo, ¿no?

—Obviamente— dijo el pelirrojo.

—¡Ey, Taeminnie!— Joon apareció en la escena; —¿qué te trae por aquí?

—¡Joon!— le sonrió, —sólo pasaba y aprovecharé para pedir tu ayuda.

—¿Eh; mi ayuda?— se señaló a sí mismo.

El menor asintió sonriente; Jinki lo miró curioso; —¿qué tipo de ayuda?— se atrevió a intervenir y preguntar por algo que aparentemente no lo inmiscuía.

—Ee-es... algo— respondió.

—Taemin— dijo su primo en forma seria; —espero que no sea una de tus travesuras.

—Me ofendes— dramatizó, —no es una travesura, pero necesitaré del apoyo del grupo de atletismo.

—¿Del grupo completo?— por fin Joon habló.

—Sí, así es— miró su reloj de pulsera; —pronto servirán el desayuno, es mejor que vayas a ducharte—, le dijo a su primo con la mera intención de que lo dejara a solas unos instantes con Joon; —porque no irás vestido así al comedor, ¿o sí?— el pelirrojo señaló la vestimenta del mayor, era una pijama con estampado de pollitos.

Y una vez que escuchó el agua de la regadera correr, Taemin se dedicó a explicarle parte de su plan a Joon.

—No sé si sea buena idea—, el atlético muchacho rascó su nuca confundido; —yo no quiero que también haga explotar mis proyectos.

—No lo hará; aunque no lo parezca él respeta a sus mayores, no se meterá contigo; además se lo merece; sabes lo que me hizo, ¿no es así?

Joon asintió y el menor continuó; —no sólo me llenó del postre que más detesto, sino que lo hizo público; así que le pagaré con la misma moneda.

El otro suspiró sabiendo que si se negaba seguramente tendría al pelirrojo en todo momento en su dormitorio tratando de convencerlo, —está bien; dime la hora y el lugar para coordinarme con los muchachos.

—¡Muchas gracias!— sonrió satisfecho; —pero— bajó un poco la voz; —por favor, no le digas nada a Jinki.

Joon se echó a reír; —¿no decirle?, pero si al final todo mundo se enterará, ¿no?

—Me refiero a que no le reveles el plan— musitó.

—Oh bueno, está bien— contestó quedito.

...

Después del desayuno todo el equipo de soccer se dispersó para tomar sus diferentes clases.

—No me cansaré de repetirlo, te luciste con esa bromita— dijo entre risas Nichkhun, el compañero de habitación de Minho mientras ambos iban a la clase de literatura, una que tomaban juntos.

—A ver si así el enclenque deja de molestarme— explicó el moreno de ojos grandes.

—Yo creo que le gustas, por eso lo hace; sino ya se hubiera alejado desde que quemamos su proyecto de química—, porque sí, Nichkhun había ayudado a Minho a crear la mezcla que haría combustión dentro del volcán en miniatura.

—No, no lo creo; sólo quiere llamar la atención y parecer rudo—; nadie se metía con Choi Minho, uno de los jugadores estrella, así que podía decirse que era respetado por todos, por todos menos por Taemin.

La clase de literatura y todas las que siguieron transcurrieron de forma regular, para buena o mala suerte quizá, ése día Lee y Choi no compartían ninguna asignatura así que "todo estuvo tranquilo"; hasta que dieron las tres de la tarde y todos los integrantes del equipo de soccer corrieron como animales en estampida hacia la cancha para entrenar.

Cientos de flexiones sumadas a las innumerables vueltas al campo trotando dejaron el cuerpo de los muchachos tan agotados que prácticamente se arrastraron a las duchas; Minho estuvo tan entretenido que casi no tuvo tiempo para pensar en otras cosas que no fueran: balón, portería y pases. Casi.

¿En verdad Jonghyun tendría razón y Taemin contra-atacaría? Se preguntó el moreno futbolista, pero luego negó con la cabeza y sonrió orgullosamente; para nada, de seguro Lee estaría muerto de vergüenza por las fotografías que circularon por las redes sociales donde se veía muy gracioso con el cabello color verde y el gesto que denotaba su sorpresa.

—Creo que el entrenador nos odia— exclamo Changsung mientras abría su casillero para buscar su ropa, había salido de las duchas y ahora sólo tenía una toalla enrollada en la cintura.

—Es porque tienes poco aguante— le dijo Nichkhun.

—Mira quién habla; el que sólo pudo darle ochos vueltas a la cancha— contra-atacó.

Minho, que se encontraba también a medio vestir, soltó la carcajada mofándose de su compañero de habitación; pero, aunque bromearan, lo cierto era que todos estaban muy cansados.

Terminaron de colocarse su atuendo y salieron del lugar, caminaron para llegar hasta sus respectivos dormitorios y poco a poco el numeroso grupo se fue dispersando; al final sólo quedaron Jonghyun, Nichkhun y Minho.

La habitación que Jonghyun compartía con Kibum estaba cruzando el pasillo de la de Minho y Nichkhun; por eso es que de todo el equipo sólo habían quedado ellos tres.

—Nunca antes me había sentido tan cansado— exclamó Nichkhun.

—Tal vez porque nuestro último entrenamiento fue la semana pasada; debimos hacer algo de ejercicio estos días— explicó Jonghyun.

—Juro que una vez que esté en mi cama no me levantaré hasta mañana— anunció Minho perezosamente.

—Pues... — estando aún a varios metros de su destino, Jonghyun se detuvo de repente haciendo que los otros dos hicieran lo mismo ya que él iba un par de pasos al frente; —no creo que eso sea posible.

—¿Qué cosa?— el moreno frunció el ceño.

—Mira— el más bajo señaló hacia el conjunto de dormitorios, específicamente al techo del edificio.

—¡¿Pero qué carajos?!— exclamó Nichkhun, inmediatamente después los ojos de Minho se abrieron de par en par y su mandíbula amenazó con descolocarse.

Todos los que pasaban no muy lejos de ese edificio no podían evitar mirar hacia su techo, ya que al ser una construcción de sólo dos niveles lo que había allí no pasaba del todo desapercibido.

Las camas-litera, las mesitas de noche, las cajoneras; todos los muebles de la habitación de Minho y Nichkhun se encontraban a la vista de todos; y la cereza del pastel era un mástil improvisado con un palo de jockey atado a una escoba y a quién sabe qué más, que ondeaba en lo más alto un bóxer con estampado de Keroro. Aquella prenda era de Minho, no había duda; y el autor pudo saberlo porque el moreno tenía la manía de ponerle su nombre a todas sus ropas en la parte interior de las mismas.

¿Qué había sucedido? Taemin, con la ayuda del numeroso grupo de atletismo, que además practicaba artes circenses y gimnasia, entró a la habitación de Choi y realizó su mudanza al techo. No era su intención inicial perjudicar a Nichkhun, pero no hubo opción, era una cama-litera. Taemin ya sabía el horario de práctica del equipo, así que aprovechando eso echó manos a la obra; cuando iba finalizando su travesura se le ocurrió abrir un cajón de uno de los muebles, y sin querer ni planearlo dio con el compartimiento de las prendas de Minho, fue entonces que improvisó un asta. Quería avergonzarlo en público y estaba convencido de que más de una persona vería a Minho bajar su ropa interior de aquél mástil.

El alto apretó los puños al igual que losdientes, mentalmente contó hasta diez tratando de relajarse y luego musitó;—esto me lo pagarás, Lee Taemin. 

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