Capítulo 13: Efímero


La mesa estaba vacía, no había absolutamente nadie en la oficina salvo Chris y Felix. Habían estado la mayor parte de la mañana en una reunión que parecía haber drenado la energía del morocho. No era un tema demasiado fácil decidir si cerrar un contrato o no, temía resultar estafado. Y sí, aunque no hubiera día en que no se dedicara a eso, su miedo persistiría igual.

Chris decidió continuar con las relaciones y los lazos que su padre creó durante esos años de trabajo. A veces se preguntaba cómo es que lo había hecho tan bien y cómo los había podido mantener en el tiempo.

Creía haber sacado el espíritu ambicioso de su padre porque realmente se podía describir de esa manera, aunque, a decir verdad, había veces donde no se sentía para nada preparado.

Pero era necesario hablar con franqueza, ¿en qué momento uno nace sabiendo hacer y sobrellevar las cosas? ¿Cuánto se puede tardar en adaptarse? Tranquilamente, toda la vida.

Su padre les había enseñado cada una de las cosas que eran primordiales a la hora de llevar adelante una empresa y recordaba muy bien que, hasta la más ínfima cosa, como la forma de vestir, era importante, y eso lo tenía más que dominado. No podía decir lo mismo de su firmeza.

No se consideraba alguien que pudiese dar el brazo a torcer, jamás lo haría, pero debía admitir que Jungkook era el que portaba ese atributo de una forma en la que él jamás podría hacerlo. A veces lo frustraba, le parecía injusto tener que sentir una constante competencia con su hermano, porque al final eso es lo que era ¿verdad?

─ ¿Qué debo hacer con estos papeles? ─preguntó el rubio sacándolo de su mundo imaginario en el que se sometió sin darse cuenta.

─Es una muy buena pregunta ─respondió de forma un tanto irónica ─ ¿Qué deberías hacer al respecto?

El más bajo viró los ojos y golpeó de forma suave las fotocopias contra el escritorio de madera de roble oscura para poder apilarlos y guardarlos en una carpeta oficio transparente.

─Lo sé, idiota, solamente necesitaba saber si planeas entregarlos o no. No te siento seguro al respecto.

─ No creo que sea tan importante, necesito concretar todo antes de que termine el plazo, todavía hay papeles sin tramitar y me está poniendo nervioso.

─ ¿No crees que te estás preocupando demasiado? Todo va a salir bien, ya lo verás. ─comentó con seguridad, una que logró tranquilizar al mayor tan solo un poco.

Se puso de pie y se dirigió a su cafetera, la cual descansaba plácidamente sobre una encimera oscura. Tomó el objeto entre sus manos y se sirvió un poco sobre una de sus tazas antes de regresar y apoyarse sobre la mesa.

─Quizás tengas razón, tal vez solo tenga que agradecer que estás aquí y que por fin tengo un poco más de armonía dentro del trabajo.

Felix le sonrió y se acercó al mayor para propiciarle un beso en su frente y otro pequeño sobre sus labios sin olvidar dejarle un corto golpe con el pequeño pilón de hojas sobre sus manos.

─Mucho mejor ─dijo sonriente mientras se alejaba hacia la puerta ─. Voy a encargarme de enviar esto, te veo luego.

─Claro.

Cuando el joven abrió la puerta se encontró con el tío de los Jeon, Shownu, el cual se quedó de pie a un costado mientras esperaba que el rubio salga de la habitación como había planeado desde un comienzo.

─Buenas tardes, señor Jeon ─saludó de forma cortés.

─Igualmente para usted, señor Lee. ─dijo amablemente antes de voltearse hacia adentro de la habitación ─. ¿Crees que podamos hablar?

Chris asintió antes de acomodarse y volver a su silla habitual.

─Asegúrate de cerrar la puerta, me pone nervioso que la gente pase por los pasillos.

El entrecejo del joven se había puesto más duro y sombrío que hace unos dos minutos, era increíble el caparazón que Chris había construido para sí mismo y para los demás. Podríamos decir que solo su tío y Jungkook eran las únicas dos personas que no lo creían, eran lo suficientemente conocedores de su verdadera actitud.

Shownu tomó asiento en el asiento del frente y arregló su chaqueta para no sentarse sobre ella.

─ ¿Cómo te encuentras, sobrino?

─Muy bien, te lo agradezco ─respondió bebiendo un poco de su bebida ya que estaba muy caliente ─. Igual supongo que no viniste para ver cómo me encuentro, ¿cuál es el motivo de tu visita?

El gesto en el rostro del más alto fue sereno, pero por dentro se sintió lo suficientemente chocado.

─Quería hablar sobre las escrituras de la herencia, creo que hasta el momento solo lo hablamos una sola vez.

─Ah sí, ¿qué hay con eso? ─dijo de forma desinteresada.

─Quería que acordemos para ir a verlas junto con tu hermano, Jungkook.

No le respondió. No sabe exactamente cuánto estuvieron sentados en sus respectivos lugares, pero una sonrisa divertida curvó sus labios y se aproximó hacia su escritorio hasta pegar su pecho a él.

─ ¿Qué es esto, tío? ¿Acaso sospechan de mí por algún motivo desconocido? ─rió para alejarse un poco y girar su silla.

─Para nada, sobrino ─admitió ─, solo creo que merecemos ver los documentos oficiales como tú también lo hiciste en su debido momento.

─Por supuesto, igualmente no es mi culpa que Jungkook haya estado en Europa para ese entonces y no se haya presentado cuando era debido.

─ ¿Aunque sea conoces el motivo por el que tu hermano se fue?

─No me interesa.

Volvió a sonreír de forma irónica.

─Deberían hablarlo y dejar estas peleas absurdas en algún momento, quedarse o irse no es el fin del mundo para nadie.

─ ¿Tú crees eso? Claro, pobre Jungkook, pobre Jungkook ─musitó golpeando su puño sobre el escritorio mientras se ponía de pie ─ ¿Nadie ve lo que sufrí yo? Yo fui el que dio la cara las miles de veces en las que él no estuvo, fui yo el que tuvo que armar el funeral de papá recibiendo plata mediocre suya mientras estaba tomándose un té en Verona, fui yo el que tuvo que verlo morir al igual que mamá, fui yo el que entró sintiendo la casa más sola que antes, fui yo el que necesitó terapia después de haberlo despertado y que no haya respondido, fui yo el que dedicó cada noche a su familia desde ese día. Todo eso lo hice yo, no él ─gritó ─, pero como el señor se fue de un día al otro, es la pobre víctima de la historia ¿verdad? No tengo por qué hablar con él al respecto.

Su tío quedó en silencio observando el temblor en los labios de su sobrino y asintió levemente ante todas sus palabras.

El pesar que Chris llevaba adentro era muy fuerte y pesado, pero, como siempre, había dos lugares en esta historia y su tío sabía muy bien que aquello estaba equitativamente repartido entre ambos cuerpos.

─Lo comprendo, sé todo lo que sentís porque lo conozco, porque yo también lo viví, era mi hermano ─concluyó observando a su alrededor con el único fin de no ponerse a llorar en cualquier instante.

Hacía rato no hablaba de su hermano a profundidad, lo extrañaba, en su primera asistencia a la empresa luego de su muerte había sentido una opresión muy fuerte en el pecho, no era algo muy fácil de olvidar. Esa es una de las historias que había contado en repetidas ocasiones, pero sus ojos no reflejaban nada más que desesperación por evitar lagrimear.

──Bien ─dijo yendo a un cajón en uno de los extremos de la habitación ─. Pueden llamar ahí y consultar, esta tarjeta me la dieron el mismo día en el que me presenté allí.

Shownu se puso de pie y la tomó entre sus dedos para asentir en respuesta a las palabras del menor.

─Te lo agradezco y deseo que el peso que sentís en algún momento duerma porque de lo contrario no te va a dejar ser feliz ─sugirió ─. Disfruta de tu trono y de lo que tienes porque las cosas son efímeras y en cualquier momento se pueden desvanecer, incluso nosotros mismos, sobrino.

Extendió su mano en modo de saludo y fue recibida por Chris, quien se encargó de sonreír de forma débil y formal antes de soltarlo y quedarse solo ─una vez más─ pero en esta ocasión dentro del trabajo y del puesto que siempre había soñado. 

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