• Capítulo 31 •
—¿¡Qué te pasó en la mano!? —gritaron Denki y Sero al unísono al ver cómo llegaba el rubio ceniza hasta ellos.
—Ugh... ¿Tengo que contarlo de nuevo? —se quejó el rubio ceniza.
—Tuvo un accidente —resumió el pelirrojo con una risa nerviosa.
—¿Kacchan tuvo un accidente? —cuestionó Denki incrédulo para luego soltar una carcajada.
—¿¡De qué mierda te ríes, cara de idiota!? —gritó el de mirada carmesí mostrando su puño izquierdo.
—Es que después de que te hayas arriesgado miles de veces es la primera vez que sales afectado, ¿Qué pasó? ¿Peleaste con veinte maleantes? —cuestionó aún en risas.
—Tch, no es de tu incumbencia —rodó los ojos con molestia.
En realidad Katsuki no sabía pelear, tenía un cuerpo bastante fornido, pero eso era únicamente por los entrenamientos de gimnasia artística, nunca antes había golpeado a alguien de manera seria o con la verdadera intención de dañarlo de gravedad.
—¿Es la primera vez que te lesionas? —cuestiona Sero con una sonrisa despreocupada.
—Si lo fuera, ¿Acaso importa? —gruñó como de costumbre.
—¡¡Ehh!! ¡¡Chicos, chicos!! —llamaba una peli rosa bastante animada, dando pequeños saltitos hasta llegar a la mesa de los demás.
—¡Ah, Mina! —dijo animado Kirishima al ver a su amiga llegar hasta ellos.
—Que milagro que te acuerdes de nosotros —se burló Denki cruzándose de brazos.
—Adivinen que sucedió —dijo sin prestarle atención a su compañero—, como se acerca el festival de primavera nos dejarán realizar una pequeña fiesta, lo haremos a lo grande, pero sin bebidas alcohólicas ni cosas que no puedan hacer los menores de edad.
—¡Cómo odio ser menor! —exclamó Kaminari haciendo un pequeño puchero, le habría gustado sentirse como un adulto en una discoteca.
—¡Pero es una gran oportunidad para conocer mejor a nuestros superiores! ¿No han sentido atracción por algún senpai? —dijo ella aún emocionada.
Con esas palabras Katsuki recién se daba cuenta de que él ya se encontraba saliendo con un senpai, y para colmo él, que era el que más se negaba a tener pareja y todos creían que sería soltero hasta la graduación.
—¡Yo he visto chicas muy lindas en tercer año! —confesó Sero.
—Me encantaría salir con alguien —admitió el pelirrojo con una sonrisa de ilusión.
—¿Y tú, Bakugō? ¿No te sientes atraído por alguna chica de nivel superior? —cuestionó Mina observándolo con curiosidad.
—No —dijo secamente—, no sé porque quieren tener pareja, no creo que sea la gran cosa, deberían pensar más en sus estudios, malditos idiotas.
Ante ese regaño todos desvían la mirada, en cierta parte el rubio ceniza tenía razón, pero la preparatoria no era únicamente estudios, aquí entablaban una mejor amistad y probablemente también contactos para un futuro, participaban en clubs y hacer vida social.
—Bakugō —una voz demasiado distintiva lo llama a sus espaldas, era Todoroki.
Era la primera vez que le dirigía la palabra estando ambos en la cafetería, las otras veces solo se veían de lejos o de reojo.
Sus compañeros se quedaron un poco boquiabiertos al ver a un estudiante tan apuesto hablando con el chico temperamental de su grupo.
—Ahora regreso —dijo parándose de su lugar para caminar al lado del bicolor para ver de qué quería hablar.
—Oh por Dios... ¿¡Ese no es Todoroki Shōto de la clase 2-A!?
—¿Todoroki Shōto? —dijo Sero confundido sin saber quién es.
—¿¡No es con el que hablaba Katsuki hace tiempo!? —dijo el rubio recordando ese apellido gracias a que lo había visto en el celular de Katsuki.
—¿¡Bakugō tiene el número de Todoroki Shōto!? ¡Que envidia! ¡Tengo qué decirle que me lo presente! —habló Mina bastante emocionada— ¡Hay muchas chicas que están interesadas en él!
—Bueno con esa cara supongo que tiene sentido —suspiraría Hanta.
—Escuché que es hijo de un millonario~ —presumiría la peli rosa con una mirada maliciosa, pero sin tener realmente malas intenciones.
—¡Wow! ¿De verdad?
—¡Sí! ¡Es demasiado perfecto! Además, escuché que terminó con su novia hace poco.
—Parece que sabes mucho sobre él... —se sorprendió Kirishima.
—Y también es mánager de un club ¿Verdad? —cuestionó el rubio bastante interesado en el tema, no sabía que ese chico que era amigo de Katsuki era tan popular.
—Oh, sí, mánager del club de gimnasia artística —reveló, ahí es cuando el pelirrojo empieza a darse cuenta de ciertos detalles.
Ya llevaba tiempo notando ciertos comportamientos raros en su mejor amigo, lo veía entrar en el club de gimnasia o escribir cosas en su cuaderno que no lo dejaba leer, a veces en clases se veía que le escribía a alguien por mensaje de texto, incluso una vez, después de salir del club un día que se encargaba de la limpieza pudo ver a Katsuki salir de ese mismo gimnasio y al lado de aquel chico bicolor.
—¿Crees que sean cercanos? —cuestionó Eijirō un tanto curioso.
—Bueno, tiene su número, debe ser por algo ¿No crees? —dijo Hanta poniendo ambas manos en su nuca.
—¡Ojalá y salgamos todos juntos con su grupo!
—¡Eso probablemente nos vuelva igual de populares! —se emocionó Denki.
Y mientras ellos seguían fantaseando nuestros protagonistas se encontraban en el patio de béisbol, no muy lejos de la cafetería para no tener que caminar mucho. La brisa fresca de la primavera era encantadora, podría decirse que por esos días todo se veía más colorido.
—¿Cómo está tu mano? —cuestionó el heterocromático.
—Está bien... ¿Solo me llamaste para preguntarme eso? —cuestionó alzando una ceja sin creer que únicamente quería eso.
—No, en realidad quería verte... sé que ya no estarás yendo al club, así que pensé que sería... tal vez un poco agradable vernos en el almuerzo o en momentos que tengas libres, no lo sé...
—En pocas palabras... ¿Me estás diciendo que me extrañas?
—¿Hay algún problema con que quiera verte todos los días?...
—Supongo que no, es natural después de todo —respondió con tranquilidad, de todas formas él también quería verlo— ¿Por qué no... vienes a mi casa?
—¿Es una invitación?
—Solo a que vengas, no me malinterpretes, pervertido —regaña entrecerrando los ojos con las mejillas ligeramente pintadas de rojo.
—Oh, me parece bien —respondió de manera seca haciendo que el ajeno desviara la mirada hacia el patio, no habían casi estudiantes por ser hora del almuerzo—, pero... puedo besarte ¿Verdad?
—Tch, mientras no te pases del límite está bien... —comentó intentando cruzarse de brazos, arrepintiéndose al último momento.
—De acuerdo...
[Advertencia: Si no habían leído la descripción del libro, este contiene escenas +18, si no te agrada puedes ir esperando el siguiente capítulo. Gracias]
El sonido de la regadera lo relajaba, podía lavarse tan cómodamente aislado del mundo entero y sin la mirada de nadie sobre él, no oía a nadie y nadie lo oía.
Ya había terminado de lavarse por lo que gira la perilla y apaga la ducha, a pesar de que no solía meterse a la tina muy seguido, supuso que estaría bien para relajarse un poco.
—Ah... —suspiró ya con el agua al cuello, tenía tiempo que no se relajaba de esa manera.
Se queda pensativo, únicamente era audible el movimiento del agua y los goteos de la regadera, todo se veía nublado gracias al vapor del agua caliente y no había nada mejor que el olor a shampoo y jabón.
Entre todos sus pensamientos recuerda las indirectas del bicolor sobre tener sexo, él también tenía curiosidad, pero solo con pensar el cómo lo harían lo hizo estar inseguro, sabía que entre hombres la penetración era anal y estaba seguro de que podría doler si no tomaban precauciones, ninguno de los dos tenía experiencia, pero tal vez podrían aprender juntos.
—Mierda... —maldice cerrando los ojos y hundiéndose un poco más en el agua, con solo imaginar la cara de Todoroki excitado o incluso al borde del orgasmo él también ya se había calentado.
Odiaba ser un adolescente hormonal, pero no podría evitarlo... era parte de crecer.
Sus manos pasan a acariciar con timidez su propio cuerpo, pensaba en solo deshacerse de esa erección, pero gracias a la curiosidad su zurda pasa por su pierna hasta su trasero, era extraño tocarse de esa manera tan vulgar, pero aún así probaría al menos con dos dedos.
—Mgh... —ahoga un gemido más de dolor que de placer, haberse tocado de esa manera no había sido buena idea— Carajo... no puedo hacer esto... —gruñiría dejando de tocar su zona más baja para sólo centrarse en su erección.
Ya después de salir del baño parecía estar mejor, en su habitación empieza a seguir su tratamiento, haciendo pequeños masajes y aplicando ciertas cremas para luego terminar todo colocándose la férula, agradecía inmensamente que no le hayan puesto un yeso ya que sería aún más tedioso tener que seguir las instrucciones, sin mencionar que bañarse sería demasiado difícil.
Ya estaba terminando con eso cuando alguien toca la puerta, fueron tres toques secos y suaves, quizá podía sonar raro, pero ya sabía que se trataba del bicolor.
—Pasa —responde y la puerta se abre revelando que estaba en lo correcto—, hola...
—Hola —saluda de igual forma—, ¿Acabas de tomar una ducha?
—Ah sí, ya me terminé de poner esta cosa —dijo señalando su lesionada mano— ¿Qué tal el club?...
—Bien —dijo buscando algo entre los cajones sacando su secador de cabello—, parece que estaremos bien en la segunda etapa.
—Mm... ya veo —responde sin decirle nada sobre lo que estaba haciendo, se le hacía algo demasiado obvio.
El bicolor se le acerca, conecta la secadora y empieza a pasar el aire caliente por el cabello del rubio ceniza acariciando un poco las puntas. En esos momentos Katsuki pensaba qué tal vez tener pareja no era del todo malo como siempre le decía a sus amigos...
Continuará...
NarikoHN
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