• Capítulo 28 •

Después de cerrar la puerta el medio albino se acerca y se arrodilla en frente del rubio ceniza, dejándolo un poco extrañado.

-Muéstrame tu mano.

-¿Huh? ¿Para qué-

-Muéstramela -ordenó de nuevo bastante serio.

Bakugō se quedó en silencio, su mano derecha se había mantenido en su bolsillo desde que se encontraron, dejó la botella de agua en su mesa de noche y soltó un suspiro. La mirada del bicolor se había mantenido fija en él, en esa situación no podía negarle nada y por eso podría decirse que Todoroki lo dominaba.

Bastante indeciso saca lentamente su mano de su escondite y se la muestra, el mayor lo toma con cuidado y observa con detalle lo dañada que estaba.

-¿Qué sucedió?

-Fueron unos gimnastas que no pasaron a la siguiente etapa...

-¿Recuerdas de qué academia eran?

-Solo recuerdo que su uniforme tenía los colores amarillo y marrón, nada más -dijo apartando la mirada.

-Creo que ya sé de cuál me hablas, mañana iré para reportar este caso provocado por sus estudiantes.

-Oye... -llamó el menor-, lo siento, no quise decir eso allá afuera.

-Está bien, en realidad no te equivocas -respondió poniéndose de pie para caminar hasta el escritorio del rubio ceniza, tomar unos pañuelos húmedos y volver a arrodillarse.

-¿Dejaste la gimnasia por alguna lesión?

-No... ya estoy completamente recuperado -suspiró limpiando con cuidado la mano del gimnasta.

-¿Entonces? -cuestionó evitando soltar algún quejido de dolor.

-Lo dejé por miedo -confesó-, me aterra la idea de que en algún mal salto o caída pueda dejar de caminar en toda mi vida...

-¿Fue lo que sentiste cuando te accidentaste? -preguntó observando lo cuidadoso que estaba siendo el heterocromático con su mano.

Después de limpiar el área de polvo y tierra, Shōto se estiró un poco hacia la mesa de noche del ajeno porque sabía que en el primer cajón este siempre guardaba vendajes o medicamentos.

-Sí -a simple vista se notaba que las cosas estaban tensas entre ambos.

-Ya veo -respondió casi en susurro-, tengo una última pregunta -avisa haciendo que el bicolor lo mirara unos segundos para luego regresar su atención en seguir vendando su mano.

-Dila.

-Aún te gusta la gimnasia ¿Verdad? -la mandíbula del más alto se apretó un poco ante la cuestión.

--contestó con los ojos un poco húmedos, quería sentir nuevamente esa sensación de estar en el aire, pero su miedo podía más con él.

Nunca le hubiera dejado de gustar, de hecho, lo intentó superar por su propia cuenta, aquella vez cuando Bakugō lo vio después del entrenamiento del club fue el último intento que hizo para dejar sus miedos de lado, pero fracasó enormemente, apenas había hecho dos elementos cuando decidió que era demasiado para él.

Ahora se conformaba con solo verlo a él hacer sus rutinas, era como si se pusiera en su lugar y lo disfrutaba tanto como él.

-Me gusta... -una lágrima se deslizó por su mejilla, su expresión seguía neutra, pero Katsuki sabía perfectamente como se encontraba.

El cuerpo del menor reaccionó por su propia cuenta, no sabía de donde había sacado el impulso de arrodillarse como el bicolor y abrazarlo, las vendas se soltaron en ese simple movimiento porque el mánager no había terminado de vendarle la mano, pero no les parecía importar.

Las lágrimas siguieron cayendo, en la habitación únicamente era audible el leve sollozo del estudiante de segundo, ese abrazo era lo que más necesitaba, pero nadie se lo brindaba. Sus brazos se aferraron al más bajo como si no quisiera ser abandonado por él, su rostro se ocultó entre su cuello y hombro, trataba de calmarse, pero había estado reteniendo tanto sus emociones que ahora se le hacia imposible.

-Soy un fracaso como gimnasta... -musitó con suavidad.

-No digas estupideces -regañó sujetando entre sus dedos el cabello de dos colores del ajeno-, eres un gran gimnasta, la única diferencia es que ahora no te encuentras bien, las cosas suelen ser así, tenemos momentos en donde estamos bien y otras en donde estamos como la mierda.

El rubio ceniza se separa un poco del mayor y se le queda mirando fijamente a la cara, pero el contrario mantenía sus ojos cerrados.

-Yo creo en ti... -susurró el menor.

-¿Por qué...? -agachó la cabeza y tensó los hombros.

-Porque sé que en algún momento... Regresarás.

Katsuki con ambas manos sostiene las mejillas del bicolor y pega su frente con la del otro. Shōto seguía con los ojos cerrados, sentía que no era capaz de observar a la cara al gimnasta, a pesar de que no había hecho nada malo.

-Te arrepentirás toda tu vida si no la continúas.

Finalmente las lágrimas cesaron, tener la cercanía del rubio ceniza lo calmaba, sus cálidas manos y su respiración lenta le daban una sensación de paz.

Se quedaron bastantes minutos en silencio hasta que el menor finalmente lo suelta y lo observa con detalle, Todoroki también lo mira, sus labios se aprietan levemente, sintió ese mismo cosquilleo en el pecho que apareció la primera vez que lo besó, pero no quería incomodar al contrario en esos momentos.

El contacto visual solo duró segundos ya que el heterocromático desvió la mirada al suelo, pensó que sería mejor dejar las cosas así, pero vaya fue su sorpresa cuando sintió de manera brusca como el rubio ceniza lo sostiene con fuerza de la camisa y lo acerca a él para luego besarlo. Estaba impactado, nunca pensó que Bakugō haría algo como eso.

El beso empezó con una simple unión de labios, luego ya empezaba a subir lentamente de nivel. El de mirada carmesí había aprovechado la vulnerabilidad del mayor para mostrarse como dominante y lo acostó con dificultad en el suelo.

-Mm- -una pequeña queja se escucha por parte del más alto, pero Katsuki no le prestó mucha atención, seguía besándolo como si le devolviera el favor de la primera vez que se besaron.

Ya cuando se separaron del beso un hilo de saliva era lo único que los unía, Shōto seguía sorprendido por las acciones del menor, incluso sus mejillas se encontraban levemente pintadas de rojo, Bakugō no era la excepción, su corazón iba demasiado rápido y ni siquiera supo de donde sacó el atrevimiento para besar a su senpai.

-Bakugō... ¿Qué-

-Chicos la cena ya está lista, bajen antes de que se enfríe, por favor -se escuchó detrás de la puerta.

El rubio ceniza inmediatamente se quita de encima del ajeno y parecía que recién procesaba bien todo lo ocurrido.

-Gracias, ahí bajamos -respondió Todoroki aliviado de que Mitsuki se haya limitado a hablar.

-Ahh... mierda -se quejó el gimnasta, ya que gracias a que se apartó bruscamente del mánager se había hecho un poco más de daño en la mano.

-No debiste haber hecho eso... -regañó el contrario-, ven, aún no termino de curarte.

A regañadientes le hizo caso y dejó que el medio albino terminara de vendar su mano, aunque si se lo pensaba un poco no serviría de mucho porque volvería a quitárselo para cuando se dé una ducha.

-Ese beso... -habló el más alto- ¿Significó algo para ti?

-Supongo que ya sabes, no me hagas decirlo.

-Pero quiero escucharlo.

-Tch, no seas molesto -gruñó Katsuki apartando la mirada- ¿Terminaste de aclarar tus sentimientos?

-Mm... sí -contestó terminando de vendarlo.

-¿Entonces?...

-Definitivamente me gustas... -admitió levantando la mirada hacia él- ¿Qué es lo que me dirás ahora?

Bakugō se mordió el labio inferior, estaba seguro de que se sentía atraído hacia la tranquila personalidad del otro, pero no sabía si en realidad era amor u otra cosa, nunca había estado en una relación seria, no sabía cómo actuar o tratarlo y menos si era un chico mayor que él.

-No estoy del todo seguro.

-Pero el beso de ahora-

-Sé lo que hice -interrumpió-, de lo que no estoy seguro es si tú estás bien con tenerme como pareja... no soy adorable o tierno, como esas chicas que parecen muñecas de porcelana, no soy dulce y suelo dañar fácilmente con palabras, así como te hice daño hoy.

-Tienes razón.

-¿De verdad quieres a alguien así en tu vida?

-No me importaría en absoluto. Te dije que me enamoré de ti por tu personalidad y lo diferente que eres de los demás, el que seas directo y no piensen bien en tus palabras solo me deja claro que no me mentirías.

-Mm... -el de mirada carmesí aparta la vista del mayor, nunca había visto sus defectos como algo que podría agradarle a alguien.

-Bakugō...

El nombrado regresa la mirada al mánager, quien justo en esos momentos se había inclinado hacia él para darle un pequeño beso en los labios.

-Vayamos a comer antes de que tu madre se enfade.

Y así ambos jóvenes bajaron al comedor para encontrarse con Mitsuki y Masaru, al parecer tenían una agradable plática sobre los productos de primavera.

La cena estuvo deliciosa, no tardaron nada en devorar todo el plato en poco tiempo, después de eso se quedaron un rato conversando sobre algunas otras cosas random y finalmente cuando ya parecía ser tarde Todoroki se regresó a su casa.

Había sido un día bastante intenso y agotador, pero al menos todo había terminado regularmente bien.

Continuará...

NarikoHN

Feliz Halloween 🎃.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top