• Capítulo 17 •
Cuando los gimnastas volvieron al calentamiento Katsuki se quedó con el bicolor que apuntaba unas cuantas cosillas en su libreta. Nadie hizo preguntas lo cual le causó cierta extrañeza, ni siquiera Deku que parecía una bomba a punto de estallar.
Se apoyó en la pared al lado del mánager observando a los estudiantes y por último al entrenador, se veía descuidado, pero sabía que en sus días de gloria él había sido un gran gimnasta, lo sabía porque aún existen videos de él por internet, que a pesar de no haber llegado a las olimpiadas se hizo muy conocido, de todas formas no estaba tan viejo como para demostrar sus habilidades y apostaba a que podría hacer grandes rutinas sin aplicar mucho esfuerzo.
Volviendo a los estudiantes probablemente los había visto anteriormente por ahí, pero nunca les había prestado atención, solo reconoció a Deku su ex mejor amigo de la infancia, Shinsō el chico que olvidó sus zapatos, Mirio el capitán y a nadie más. Internamente se preguntaba si alguno de ellos era cercano a Todoroki para preguntarle algunas cosillas de su pasado.
Ya sabía que de los que conocía el que podría saber más era el capitán, pero probablemente no le revele nada por tener que dar el ejemplo. Shinsō y Midoriya eran nuevos cosa que los hacía inútiles. El chico de cabello añil parecía ser alguien de tercero, hablaba únicamente con Tōgata por lo que podría ser seguro, pero al ser así de tímido dudaba que le dijera algo sobre Todoroki.
—Bakugō —escuchó a su lado.
—¿Mm? ¿Qué pasó? —habló sin apartar la mirada de los gimnastas.
—Parece como si analizaras a todos ¿Qué es lo que pretendes?
—No pretendo nada, simplemente intento adivinar qué aparato practican según su físico —mintió.
—Dilo, yo te corregiré —ofreció con una expresión neutra mientras seguía escribiendo.
—Mm... el chico rubio es de barra fija.
—El rubio se llama Monoma Neito, es de barras paralelas, pero se sabe manejar regularmente bien en todos los aparatos.
—¿De qué año es?
—Primero —contestó sin darle mucha importancia.
—¿Cuántos son de primero?
—Mmm... Midoriya, Shinsō, Monoma y Kaibara, ¿Por qué lo preguntas?
—Curiosidad... —miente apartando un poco la mirada, podía sentir como algunos gimnastas lo observaban de reojo— ¿Hay alguien con quien te lleves mejor?...
—Realmente no hablo mucho con los demás, pero supongo que Tōgata-san y Rin-san son con los que mejor me llevo...
—¿El chico de trenza? —cuestionó analizando un poco al estudiante de segundo.
—Es de China, ingresó gracias al programa de intercambio —explicó aún revisando sus anotaciones.
—¿Es bueno?
—Piensa mucho las cosas, su visión es muy detallada, casi como si viera todo en cámara lenta.
—Eso es de mucha ayuda.
—Muy cierto —dio la razón con una leve sonrisa.
Por otro lado, los chicos de primero conversaban un poco sobre aquel chico de cabellos cenizas, Shinsō realizaba unos cuantos mortales en el suelo tapizado junto con Kaibara mientras que Midoriya y Monoma seguían estirando y observando a sus compañeros.
—Así que lo conoces... —habló Neito.
—Íbamos juntos a un taller de gimnasia cuando eramos pequeños, no creí que hasta ahora iba a seguir practicando ese deporte, fue inesperado...
—¿Qué tan bueno era de pequeño?
—La verdad era impresionante, podría decir que nació para la gimnasia, lo único malo es que siempre quería intentar cosas nuevas.
—O sea que era como una bomba autodestructiva —agregó Hitoshi apenas clavó un mortal de medio giro.
—Supongo que se podría decir que sí, no importara cuantas veces cayera se volvía a levantar.
—No parece que se lleven muy bien... —habló Sen al recordar la mirada que tenían al verse de nuevo.
—De pequeños eramos amigos, pero... ocurrieron ciertas cosas que terminaron por convertirnos en rivales... yo no era tan habilidoso como Kacchan en la gimnasia —dijo bajando un poco la mirada, la mayoría de compañeros en el taller veían a Katsuki como un prodigio de la gimnasia, todos lo llenaban de elogios y halagos lo que terminaron convirtiéndolo en alguien arrogante y presumido.
—Pero ahora eres bastante bueno, apuesto a que si ambos compiten podrías tener una oportunidad de demostrar que lo has superado —comentó Monoma.
—Sí, seguro que ganas, tú practicaste este deporte desde niño al igual que él y has aprendido bastante sobre los aparatos en estas últimas semanas. Estás a su nivel —animó el chico de cabellos índigo.
—Pero no sé cuanto tiempo Kacchan ha estado entrenando, de seguro que pulió aún más sus habilidades, solo piénsenlo un poco, ¿Por qué el capitán le insistiría en entrar al club?
—En eso Midoriya tiene razón —admitió el castaño—, no pueden estar tan seguros de que puede derrotarlo si no lo han visto entrenar o competir.
—Oh, vamos Sen, Midoriya tiene mucho potencial —dijo Monoma rodando los ojos.
—Ahora que lo pienso... Kaibara está en lo cierto, no nos podemos confiar con de ese chico, a pesar de estar en primero parece tener un físico mejor que cualquiera de nosotros, eso significa que ha estado entrenando bastante —habló Shinsō cruzándose de brazos mientras observaba de reojo a Bakugō al lado de su mánager.
—Tch, hasta que no lo vea en acción seguiré pensando que no es la gran cosa —suspiró el rubio.
—¿Todoroki está sonriendo?... —soltó Hitoshi al ver mejor la escena.
Todos voltearon al instante y confirmaron lo que había dicho el chico de cabellos índigo, desde que ellos entraron al club no lo habían visto reír, ni siquiera le pudieron sacar una leve sonrisa al heterocromático.
—¿Cómo lo hizo?... —cuestiono Kaibara con una mirada incrédula.
—Ni idea... Kacchan si que es impresionante... —confesó el pecoso.
—¿De dónde demonios salió ese chico? ¿Cómo rayos se lleva tan bien con Todoroki? —gruñó Monoma sintiéndose ligeramente inferior que el rubio ceniza.
—¡¡Estudiantes de primero!! ¡¿Qué hacen ahí parados?! ¡¡Pónganse a entrenar!! —gritó el entrenador Aizawa al ver los cuatro gimnastas charlando entre ellos sin mover un músculo.
—¡¡Sí, sensei!! —dijeron todos al unísono al darse cuenta de que se habían distraído con el mánager y el rubio ceniza.
Bakugō había notado que todos se le quedaron viendo a ambos, pero intentó hacer como si no le importara, no tenía ni idea del porqué había ocurrido eso, pero tampoco le urgían las ganas de saberlo.
Observa al mánager, luego al capitán que se encontraba hablando con un chico de cabello añil, parecían planear una rutina sencilla para hacer en barra fija, ese rubio alto era bastante enérgico y explicaba todo con una sonrisa, su compañero lo veía con atención y de vez en cuando daba su punto de vista. Parecían ser buenos amigos.
—Bakugō —llamó el bicolor, Katsuki lo voltea a ver con curiosidad, pero no dice nada—, me preguntaba que te parecía el club, ¿Crees que te gustaría ingresar con este equipo?
—La verdad no lo sé, siento que todos me ven como una amenaza, además trabajar en equipo no es lo mío —dijo soltando un suspiro.
—Supongo que te miran así porque no te conocen y eso de trabajar en equipo ¿Ya lo has hecho antes?
—Mm... cuando era pequeño.
—No sé cómo habrá sido cuando eras pequeño, pero aquí todos son muy cálidos, suelen preocuparse mucho por los cada integrante.
La mirada del bicolor parecía un poco perdida, tal vez recordó fragmentos de su accidente, el rubio ceniza recordó el video y cómo todos corrieron hacia él para ayudarlo a pesar de que no podían hacer nada para aliviar su dolor.
—Todoroki —llamó Katsuki con una expresión seria, el bicolor se sorprendió un poco por escuchar su apellido, pero se mantuvo neutro.
Ambos jóvenes mantenían contacto visual, el más bajo se arrepintió un poco del impulso que había tomado, quería hablarle sobre su accidente, pero sabía que si se lo decía el ajeno pensaría que estuvo buscando de él en internet.
—Tú crees... —ahora sí la cagó, no sabía que más decirle— que si me acerco a hablarle a alguien ¿Me vea como bicho raro? —nada mal, pero ahora ¿A quién mierda se acercaba?
—No lo creo, es más, creo que es una buena idea que vayas a interactuar con cualquiera, bueno creo que sería mejor que vayas a hablar con los chicos que son de segundo o tercero.
—Sí, buena idea —dijo poniéndose de pie—, deséame suerte...
—No la necesitas —respondió regresando la mirada a su cuaderno de anotaciones.
Katsuki se golpeaba mentalmente por no haber tenido el suficiente atrevimiento para hablarle sobre su accidente, aunque pensándolo bien tal vez no hubiera acabado muy bien. Ahora se encontraba caminando hacia el chico de trenza para hablar un poco, ni idea de cómo iba a comenzar la charla, pero ya vería qué decirle.
—Mm... oy-
—¡Hey, Bakugō! —se escuchó no muy lejos de él, todos incluyendo el entrenador observaron de quién se trataba— Si eres tan bueno como dicen ¿Por qué no competimos? —retó Monoma bastante confiado.
Todoroki se tomó la frente, sabía que todo eso podría terminar en un caos. Katsuki por otro lado, se había quedado congelado en su lugar observando al rubio, lo miraba como si estuviera chiflado, pero a la vez le gustó pensar en una competencia, algo medianamente serio antes del campeonato de primavera.
En los labios del rubio ceniza apareció una sonrisa altanera, sus ojos carmesí se prendieron por la emoción y con los brazos cruzados habló.
—Adelante, muéstrame lo que tienes.
Continuará...
NarikoHN
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