Especial 2k
Hola ;~;
Comenzaré para AGRADECER LAS 2K DE LEÍDAS. ASMKSKSMS
JAMÁS Pensé que un libro como Royals se levante tan rápido, los amo a todos.
Disfruten del especial.
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Era verano, los vampiros se dedicaban a las labores que les correspondían en el pueblo. La venta de flores era mayor, y al acercarse el aniversario de la fundación del reino, este se llenaba de flores y felicidad.
Pero por parte de los soberanos, no era tanta felicidad. Mikaela jalaba la camiseta de Yuuichiro, gritando cualquier maldición que se le ocurría mientras este trataba de calmarlo.
-- Mika, tranquilo, el doctor dijo que debes hacerlo con calma --pronunció mirando su camisa favorita siendo rasgada por las uñas de su vampiro,
-- Con calma te arrancaré ese maldito par de cuernos --Gruñó, soltandolo al sentir otra contracción-- ¡Maldición! --chilló acostando su cabeza en la almohada de la habitación que compartía con su esposo--.
-- El doctor vendrá Mika, aguanta un momento y abre un poco más las piernas --susurró el azabache, separándose del rubio y yendo a quitarle los pantalones--.
¿Qué demonios estaba pasando en la familia real?
Fácil, el heredero al trono del imperio vampiro-demoníaco decidió que sería bueno salir y ver a su reino, anticipándose un par de semanas a su nacimiento. Causando un gran alboroto en el Palacio, todos los sirvientes iban de un lado al otro corriendo con agua tibia, mantas y toallas. Sin embargo el Doctor no aparecía por ningún lado, la guardia real recorría todo sanguinem buscando al dichoso doctor, pero al parecer había ido de vacaciones a las islas del sur.
-- ¡N-No te quedes viendo, ayúdame! --gritó viendo como el azabache se quedaba observando sus partes nobles--.
-- Q-quiero ver si al menos se está asomando --Se trató de excusar, tirando de sus cabellos al ver a su esposo igual que siempre. ¿Por dónde rayos saldría el pequeño?--.
-- Yuu~ consígueme un médico, no importa cuál sea, solo trae ayuda --Gimoteaba por el dolor causado, apretando las sábanas hasta desgarrarlas igual que la camisa del azabache, por el filo de sus uñas y la fuerza que usaba--.
-- Tranquilo Mika, respira profundo, mande a nuestros mejor equipo de búsqueda a encontrar al doctor Goshi, y también a él mejor escuadrón a encontrar otro doctor, ya deben estar viniendo --murmuró, igual de nervioso que Mika. Las pocas sirvientas que estaban allí solo intentaban calmar al vampiro, con bastante miedo por las marcas que le había dejado a su esposo debido a la desesperación y el dolor del parto-- Ustedes, traigan a los humanos que hayan sido prácticantes de medicina. No creo que en todo el palacio no exista ni uno --demandó y rápidamente las chicas salieron corriendo-- ¿Quieres más de mi sangre Mika? --murmuró viendo a su rubio, quien jadeo y negó con la cabeza--.
Suspiró. El pequeño no vendría al mundo de la manera de los vampiros, sólo sabía que los demonios se apoyaban entre ellos mientras la mujer daba a luz. Se acercó y besó su cabeza, tomando sus manos, que inmediatamente fueron apretadas por el rubio que soltó un quejido.
-- Y-Yuu-chan --suspiró mirando a su azabache--.
-- Vendrá la ayuda, solo respira, respira profundo y vas a pujar --explicó y el rubio Asintió-- Respira... --dijo acariciando sus nudillos, sintiendo la delicadeza de Mikaela mientras se infla a su pecho-- y puja --se preparó mentalmente para un fuerte dolor, que obviamente provino, a Mika le dolía dar a luz y le iba a transmitir su dolor a su esposo-- Otra vez Mika --Alentó y el rubio volvió a arañarlo--.
Para fortuna de ambos, toda la guardia real llegó corriendo, junto con dos doctores y seis enfermeros. Los ojos del rubio brillaron y el mayor le dio un pequeño beso en la frente.
-- Todo saldrá bien Mika, solo relajate --le sonrió y el rubio asintió--.
-- Bien... Está bastante dilatado, y listo para dar a luz. Traeme las toallas, el agua tibia y por favor pónganse guantes --Uno de ellos aviso y todos se pusieron a hacer su trabajo--.
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Ya caída la tarde el rubio descansaba al lado de su demonio, este cargaba al pequeño híbrido que tanto estrés le había causado a sus progenitores en el parto, bebía tranquilamente leche de un biberón, estaba envuelto en los mantos más caros y lujosos del reino, digno del príncipe del imperio, claro está.
Le acariciaba la cabecita y miraba dulcemente a su creación. Tenía los ojos de su padre, zafiros y afilados, unas mejillas regordetas y aún no tenía los colmillos que ambos portaban.
Los médicos salieron después de concebir al niño, dejando sola a la pareja, después de que limpiaron a su pequeño, Mikaela lo atrapó en sus brazos y no lo soltó, apreciando la belleza de su pequeño. Le dio un pequeño beso en la frente y se quedó hablando con su esposo hasta caer rendido. Vaya que lo merecía, estaba todo lleno de sudor y con el cabello revoloteado, a Yuu le recordó como acababa Mika después de tener intimidad, claro que ahora no le excitaba verlo así, en cambio, su corazón sentía una calidez inmensa al verlo descansar, tenía una expresión de tranquilidad tan bella...
Sé dispuso a arrullar a su pequeño, caminando hasta el balcón de la habitación, era bastante grande, miró el horizonte y comenzó a mover en sus brazos suavemente a su pequeño, viendo como sus ojos azules se cerraban con suavidad, no podía parar de sonreír y una vez el pequeño cerró sus ojos, cayó profundamente dormido.
Regresó a su habitación, viendo a su vampiro mirándolo fijamente, con una son risita y una mirada tan suave. Se acercó y dejó al pequeño en medio de ambos. Acostandose con él.
-- Gracias Mika --le sonrió y besó suavemente sus labios-- Gracias por hacerme tener una familia --y lo abrazó, no tan fuerte porque estaba delicado, y su bebé estaba en medio de ambos--.
-- Yo debería agradecerte Yuu-chan, desde que me enamoré de ti, supe que eras el indicado. Te amo --sonrió mirándolo dulcemente, acercándose a darle un lento beso en los labios, que transmitía todo el amor que sentían, al por fin tener en brazos al fruto del amor puro y verdadero que sentían el uno por el otro--.
-- Michi --sonrió Yuu cuando se separaron del beso. Mika alzó una ceja, confundido ante lo que dijo el azabache-- Michi, Michirou, ese será el nombre de nuestro bebé --Miró al menor de todos, durmiendo plácidamente, subió su vista a Mikaela, quien secaba sus lágrimas--.
-- Michirou me gusta. Es muy lindo --sonrió tomando la manito de su hijo, que a penas cabía en uno de sus dedos, el cual apretó suavemente-- Es igual a ti --susurró mirando a su amado--.
-- Mika, es un bebé y yo un demonio de treinta --Frunció un poco el ceño, confundido. Vio a Mikaela dar un suspiro--.
-- Arruinas todo Yuu-chan, ¿recuerdas que yo tengo más de cien años? Te vi crecer pedazo de idiota, además he visto tus pinturas cuando eras pequeño --bajó la vista a su pequeño y tocó su naricita-- la misma nariz perfecta, las mismas mejillas regordetas --sonrió ahora tocandolas--.
-- Y los mismos ojos del amor de mi vida --Tomó su mano y entrelazó sus dedos, sonriendo dulcemente y contagiando al menor a esto. Él asintió y volvió a besar a su demonio--.
Mikaela y Yuuichiro eran dos almas destinadas a estar juntas, su amor era el más puro que jamás nadie vio, lo sabían en las miradas que se daban, en cómo se sonreían y la minuciosa manera en la que sus cuerpos se juntaban, demostrandose en cuerpo todo lo que sus almas sentían.
Lo que unió el destino, nada lo separaría.
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Espero que les guste este especial. Me gustó mucho hacerlo ^^ amén lo xfa :'v
Un mamon me quitó a mi chica y pues no tengo de otra que olvidarme de eso escribiendo. So me verán más activa aquí uwy
Por eso los capítulos de Royals serán más empalagoso Cuando Mika y Yuu comiencen a estar.
* Mei-chan
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