Capitulo 45

La ceremonia de coronación había dado su verdadero comienzo cuando Shinoa Salió más hermosa que nunca al jardín y comenzó a saludar a sus invitados, ahora con el nombre de Shinoa, reina de Burakku.

Demonios, humanos, serafines y algunos elfos se le acercaron como polillas a una hoguera en lo profundo de la noche a la joven Reina, ella se veía feliz sonriendo, bromeando y regalando bebidas a todo mundo que se le cruce en frente. En esta ocasión no era sangre, como se acostumbraba en las fiestas de vampiros, demonios o algunos cuantos elfos desquiciados, esta noche servían vino, Shinoa comentó que tras convivir un poco con la princesa Mitsuba le pareció una idea maravillosa modernizarse en ese aspecto.

A propósito, desde el incidente con la lluvia hace unos años dentro del castillo de los Tepes, ninguno de los rubios se dirigía la palabra. Mikaela estaba agradecido, Mitsuba era menor que él por bastante, aún una princesa. Así que hablar con solamente su padre en reuniones era menos incómodo que saludar a Mitsuba. Aunque aún así, ambos Sangu le miraban con disgusto, el padre, porque el vampiro seguía haciéndose de la vista gorda tras tanto él insistir en que sería maravilloso que despose a su atractiva hija, y Mitsuba estaba enfadada no solo porque la rechazó si no porque fue en su castillo que quedó empapada por lluvia y su vestido nuevo se arruinó. También estaba molesta con Yuuichiro por dejarla tirada en una cita por irse corriendo como perro para ir a buscar a Mikaela. Estaba enfadada con Mikaela, Yuuichiro y con Shinoa...Con Shinoa simplemente porque era obvio que la ahora Reina la pretendía, esta chica bajita era insolente y desvergonzada incluso para coquetearle.

Por parte de Mikaela, estaba aliviado de que Mitsuba esté siendo atendida por un oponente mejor posicionado que Yuuichiro, vamos, si alguien debía ayudar a este príncipe a escalar de forma socioeconómica era él, nadie más. Le avergonzaba el hecho de querer esos ojos verdes solo para él, querer siempre sus manos junto a las suyas, tener su voz desde la mañana hasta la noche, y que deje de ser un príncipe para que se convierta en un Rey junto a él. Le encantaba el pensamiento de ser egoísta con Yuu, pero también le encantaba la idea de romper la maldición de su familia y que ambos puedan ser libres de hacer lo que quieran.

Por su parte, sus deseos estaban del lado de Yuuichiro y de su pueblo, pero quizá Yuu deseaba no estar encadenado a que su salud se vea comprometida, realmente no quería eso, sabía como era Ichinose, y sabía que este hombre era capaz de encadenarse mil años al lado de alguien a quien no amaba si se trataba de mantenerlo con vida. Le dolía el pecho de pensar en que Yuu hacía esto por compromiso, amaba a este hombre, y amarlo le hacía desear más que tenerlo a su lado, su felicidad. Aun si no estaban juntos, aún si tuviese que vivir un milenio sin él, y aún si tuviese que verlo seguir adelante con alguien a quien sí quisiese por voluntad propia y no por una puta jugarreta del destino.

Estos pensamientos rondaban la cabeza de Mikaela mientras jugueteaba con su cuarta copa de vino de la noche. Sólo, sentado observando las estrellas a las afueras del salón de baile, le acompañaba el sonido del aire moviendo las ramas de los árboles del jardín de los Hiragi, el arrastre de hojas que caían de los árboles, y algunas flores que aún permanecían suaves tras caer de estos mismos.

A la mierda, una copa más, una copa menos, quería estar solo, y agradecía que la fiesta estuviese tan buena como para que nadie hubiera venido a molestarlo. Sus ojos se encontraron a Yuu un par de veces en la ceremonia, sonrió internamente al verlo bostezar y cerrar los ojitos por el sueño.

"Es como un niño pequeño" pensó.

No sabía si estar agradecido o enfadado de que el azabache no hubiese aparecido a molestarlo. Lacus no había asistido, sólo enviaron un arreglo de flores para los Hiragi, eso significaba que estaba solo y sin que lo molesten... aunque él deseaba ser molestado por ese demonio, Yuu estaría cumpliendo lo que le pidió, y tampoco es que pudiese leerle la mente, no, ese no es un poder de los demonios.

Pensó también en la traidora de Akane, que no había parado de bailar junto al amigo de Yuu, ese chico Yoichi de la familia Saotome. Bueno, Akane le había visto coqueteando con Yuu durante mucho tiempo, así que supuso que era su turno de callarse y sentirse solo. La fragancia que Akane usó en él era una tremenda mentira, ni un segundo Yuu lo miro en toda la noche, pero ella había logrado obtener la atención de un demonio de un rango altísimo, tenía casi tanto poder como Yuu, este chico era un sangre pura, y eso que había reducido gran parte de su poder. Que haya funcionado con Akane y no con él le hacía querer ir corriendo de regreso al barco y bañarse en esa fragancia. Pero su raciocinio mandaba, le daría demasiada vergüenza que en el camino algún guardia de la raza demoniaca lo note.

Dio un último sorbo a su copa de vino y la dejó junto a las otras tres que estaban vacías. Quizá en otro mundo, Yuu y él serían libres de enamorarse de quien sea y vivir lejos... aunque pensando en otras parejas de destinados, su tío Ashera jamás amó a su destinado, pensó que quizás los demás Tepes que no asumieron el trono no lo tomaron debido a un tema más relacionado a los destinados que a algo sobre la capacidad para gobernar.

— ¿Me puedo sentar? —sus ojos viajaron a la figura que había estado ansiando toda la noche—.

Los hermosos ojos de Yuu resaltaban de una forma maravillosa con su corona, era nueva, no había visto esa antes. Su cabello se encontraba desordenado como siempre y sus mejillas estaban un poco sonrojadas por el frío de la noche. Burakku estaba más cerca de Sanguinem que de Nagoya, por lo que actualmente estaban en invierno, no estaba nevando, pero vaya que la temperatura estaba baja.

— Si gustas —Mikaela suspiró y notó que en sus manos Yuu llevaba dos copas de vino, le extendió una y él la tomó—.

— Shinoa es una gran organizadora —sonrió, estaba mirando el cielo al igual que Mika, ya estaba cubierto de un azul oscuro y las estrellas se veían brillar en lo alto— En esta época del año hace bastante frío pero mira, las estrellas se ven muy bien —volteó la vista a Mikaela y se espanto un poco al ver que lo estaba mirando a él y no al cielo como hace unos segundos —.

— ¿Sólo aprendiste de estrellas en esa biblioteca tan grande tuya? —.

— No, intentaba aprender sobre hechizos y magia... aunque siempre he sido un chico más de estar en movimiento —.

— Bueno, yo tengo más años de vida, y conozco más temas que tú —Yuu frunció un poco el ceño algo ofendido— pero nunca supe tanto sobre estrellas hasta que me hablaste de ellas —solto una risita y le dio un empujoncito al ver su cara— eres un buen maestro, me contagiaste un poco del gusto por las estrellas también —la mirada de Mika fue a mirar el cielo—.

Yuu se preguntaba por qué Mikaela estaba siendo tan suave. Conversar de esta forma era diferente con el trato que le había dado la última vez que se vieron, su mirada se dirigió al rubio. Pensó en que siempre se imaginó casándose con una mujer al igual que su padre, pero cada que veía a Mikaela las cosas eran diferentes, sus manos eran delicadas, pero no femeninas, siempre estando heladas por ser un vampiro, su rostro, sus ojos, ¿Quizá los vampiros eran como la raza angelical y tenían un campo de atracción? Quizá algún familiar de Mika, quizá su padre les mintió a todos y en realidad era un ángel.

Suspiró al darse cuenta que su mente nuevamente se fue hasta la estratosfera de tanto divagar, ver a Mikaela dar un gran sorbo a la copa de vino que le ofreció y relamer sus labios para terminar de disfrutar su sabor le hizo ponerse tenso. ¿Cómo podía este hombre hacer que algo así de cotidiano se vea tan atractivo? El rubio dejó la copa junto a las demás y una de las preguntas de Yuu tuvo respuesta.

"Está siendo blando porque está ebrio".

— Mika, quizá ya debas volver a casa —.

— Sí... qué desperdicio —el rubio suspiró y Yuu juró ver un pequeño puchero en sus labios— Hoy vine tan arreglado y nadie me ha pedido un solo baile. Esto es tu culpa —.

—¿Eh? ¡¿Mi culpa por qué?! —.

— ¡Aún siguen pensando que estamos juntos! —.

Yuu no pudo evitar soltar una risa al escuchar eso, bebió de su copa bajo la acusadora mirada de Mikaela.

— Ouh, qué mal. Pensé que había sido porque ese vampiro idiota no vino hoy, a él parece importarle poco si estás o no con alguien—.

— Eso no... —el rubio sintió sus mejillas colorearse suavemente— él no cuenta —.

Yuu levantó una ceja ante esa respuesta.

— ¿Y si estuviera aquí y te invitase a bailar contaría también? Ya tendrías tu baile de la noche. O podrías bailar con alguna princesa o una doncella —.

Mikaela solo rodó los ojos.

— No me gustan las mujeres, no tengo interés alguno —el azabache le miró con ambas cejas levantadas, era una respuesta directa y brutal— si bailo con una entonces no cuenta, no de esa forma... es lo mismo con Lacus —.

— Hmm —el azabache fingió pensarlo unos segundos— Quizá un príncipe guapo, divertido y .... Buen bailarín, por su puesto —el rubio se volvió a mirarlo, con una pequeña sonrisa en los labios. Sabía a dónde estaba yendo eso. El príncipe se levantó de donde estaban sentados y miró al rubio— Quizá alguien como yo, ¿Me permite esta pieza, su majestad? —su mano se extendió a su acompañante, quien no le había despegado los ojos de encima—.

El rubio sintió derretirse todo su cuerpo cuando su mano y la de Yuu se encontraron nuevamente tras dos años y unos meses más de alejamiento. Recordaba lo mucho que adoraba esta sensación, sus manos encajaban con las de Yuu de una forma tan buena que era como si estuviesen hechas para eso, como piezas de algún rompecabezas. Su otra mano se acomodó en el hombro de Yuu, anteriormente habían bailando, claro que sí, pero era diferente porque el príncipe de Nagoya era más bajito, ahora que era más alto y su pecho estaba más amplio las cosas eran distintas. Sintió una de las manos de Yuu tímidamente acomodarse en su espalda. Lamentó unos segundos que no se atreva a un poquito más y que baje a su cintura. Pero esto era suficiente, era delicado y tan suave.

Los ojos verdes y azules se encontraron mutuamente, para ellos ya había dejado de existir el viento gélido de la noche, las estrellas, el delicioso aroma de las plantas y el bullicio lejano del salón de baile. Solamente estaban ellos dos y la luna llena.

Sus pies se movían de forma delicada, solo se miraban mientras se balanceaban al son de una melodía completamente diferente de la que sonaba en el salón, esta era ligera, suave y lenta. Ambos se sonreían suavemente sin decir palabra alguna. Quizá si se concentraban podrían escuchar el corazón acelerado de ambos, o Yuu podría descubrir que ese aroma tan delicioso que sintió a penas llegó a Burakku no era el olor del país como pensaba, si no que venía de esta belleza que ahora no solo gobernaba todo su ser, si no que a su propio país.

— Eres hermoso, Mikaela —Yuu le susurró, acercándose lo suficiente como para poder chocar sus frentes—.

El corazón del rubio se detuvo, sintió volcarse todo su ser y una sonrisa se dibujó en sus labios, a la mierda todo, él sabía que no estaba del todo en sus 5 sentidos, podía disfrutar de su intimidad con su destinado al menos por esta vez. Detuvo sus movimientos y se abrazó a él, inundándose de su delicioso aroma, olía casi igual que su castillo, limón, un aroma suave que le arrullaba en momentos así.

"Tú lo eres más" quiso decir. Pero en un momento así no se daría por vencido en demostrarle que no sería tan fácil tenerlo de regreso... aún si estuvieron aún más mimosos que los recién casados reyes de Nagoya.

— Lo sé —le sonrió alejándose, sostuvo su barbilla con sus dedos, sintiendo la suavidad de la piel morena de Yuu aún a través de sus guantes— Eso me lo dicen seguido —el azabache hizo un pequeño puchero, esta vez sí logró arrancar una risa por parte del rubio mayor—.

— Vamos, lo estoy intentado —.

— Inténtalo mejor, Príncipe Yuuichiro. Te doy un segundo intento —.

Yuu tragó duro, intentando escapar de los hipnóticos ojos azules del vampiro, las mejillas de ambos estaban sonrojadas, el azabache suspiró y su mano soltó la manito de Mika para acariciar su mejilla.

— Su majestad —mencionó, gustando de ver la sonrisa del rubio permaneciendo en sus labios, jamás entendería el gusto de Mika por usar sus títulos, aún sabiendo que entre los dos lo más común era faltarse el respeto— Déjeme decirle que tras tantos años de observar los paisajes más puros y magníficos en el reino de los serafines, despertar veintidós años bajo el cielo de Nagoya e irme a dormir con la mejor vista del cielo estrellado, jamás he visto nada comparado con su belleza. Ni por más princesas, reinas, príncipes, reyes ... nadie tiene un solo gramo del atractivo que posee—.

Mikaela resistió el impulso de recordar la textura de los labios de Yuu sobre los suyos, solamente rió y le regaló un beso en una de sus manos. Ambos volvieron a lo suyo y siguieron bailando a un son delicado. Quizá al rubio le hubiera gustado platicar un poquito más con Yuu, pero así estaba bien, estar así de cerca le hacía sentir bien. Estaba seguro que la cicatriz de su rostro ahora solamente sería algo ligero ya que estaba tan cerca de él.

Un buen rato después ambos se encontraban caminando rumbo al puerto, no decían nada, para qué hablar si ambos tenían la mente ocupada en sus propios asuntos.

Yuu estaba algo confuso y triste, quería aprovechar todo lo posible esta faceta del rubio, pero a él comenzaba a bajársele el alcohol ingerido, y probablemente estaría enfadado por habérsele acercado tanto y hacer algo tan descarado con él en ese estado.

— Yuu —el susurro de la voz de Mikaela llamó su atención, ya estaban en el puerto de madera, los guardias esperaban a su rey para poder irse a casa— sobre lo de recién —.

— ¡Lo siento! —Rápidamente el chico atropelló las palabras— Me dejé llevar, lo siento mucho, no debí hacer eso, debí alejarme antes de—

Mikaela sostuvo su sombrilla y le asestó un golpe suave en su nuca.

— Estas oxidado, quizá deberías practicar un poquito más —una sonrisita divertida salió de sus labios— Gracias por eso. La pasé muy bien hoy —sostuvo una de sus manos, y sintió su corazón animarse al notar que los ojos de Yuu brillaban aún más que las estrellas de la noche—.

— ¡Mika! —el rubio dejó de avanzar lejos de él y lo miró— ¿Me-Me.... Me dejas escribirte? Quiero- quiero escribirte, al llegar a casa —su compañero asintió y se despidió con un movimiento suave de la mano—.

Había sido una gran noche. Mika volvió a sentirse lleno de vida tras solamente bailar junto al chico que adoraba, Yuu por su parte, por poco y regresa dando saltitos rumbo a su barco. Joder, es que si tan solo los demás entendiesen lo especial que era para ellos bailar juntos, se conocieron porque el rubio necesitaba un bailarín, se hicieron más cercanos cada que bailaban, y ahora un paso a su reconciliación claro que sería bailar juntos.

Gracias a que Yuu le enseño a bailar el rubio lo hacía seguido, por temas de formalidad y demás, gracias a la grandeza de su reino y su apellido podía darse el lujo de rechazar a alguien, desde niño siempre lo hizo, rechazar a cualquier persona. Se preguntaba por qué Yuu era tan difícil de rechazar, quizá por lo lindos que se le hacían sus ojos, por la sonrisa tan linda que tenía, probablemente era por la carita de perro regañado que ponía cuando intentaba ponerse fuerte. Regresó al barco, saludó a sus guardias y les deseó unas buenas noches, se miraron extrañados por la repentina buena actitud del Rey, estaban acostumbrados a que tenga un humor terrible, que sea serio, y que a duras penas se le note una expresión en el rostro. Verlo con una sonrisa tan grande los dejó impactados.

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— Cariño, ¿Qué estás haciendo? —entre la calma del sonido de las olas chocando contra la corteza metálica del barco, detrás de la puerta de ha habitación de Yuu se escucharon unos golpecitos junto a una voz—.

— Shinya —susurró para sí mismo y abrió la puerta, supuso que el albino se había percatado que no estaba durmiendo por el pequeño desorden que hizo rebuscando un poco de tinta y arrancándole a su pobre ave una pluma— Buenas noches, lo siento si te desperté —.

Su padrastro negó con la cabeza.

— Últimamente he estado pasando por una racha de insomnio, salir a caminar me sirve para relajarme un poco —.

Yuu se hizo a un lado para que el albino entrase a su habitación, estaba iluminada bajo la suave luz de una lámpara.

— Wow, ese viaje vaya que te cambió —Hiragi se sentó en la cama y Yuu tomó asiento en una pequeña silla frente a su escritorio— Tan pronto y ya estás escribiendo cartas. Si te sigues esforzando así solo lograrás que Guren y yo salgamos más seguido de vacaciones —Rieron juntos unos segundos y Yuu sostuvo el pedazo de pergamino en sus manos—.

— Es para Mika, me dio permiso de poderle mandar cartas —cuidadosamente dobló el papel y lo guardó dentro de un sobre, sacó de un cajón una vela roja solo para encenderla tras conjurar fuego de uno de sus dedos—.

Los ojos de Shinya siguieron atentos los movimientos de Yuu, este procedimiento lo conocía bien. Quemar la vela y que la cera caiga en el sobre, posteriormente sellarla con el escudo de la familia real, una vez el sobre estaba sellado, anotar el nombre del destinatario y por parte de quien estaba escrito.

La letra de Yuu era un tema que generalmente le preocupaba cuando hacía cosas como ordenar los libros del escritorio de Guren y llevarlos a la biblioteca. Era espantosa, vaya que sí, al igual que su caligrafía, desde que comenzó a juntarse con los serafines mejoró un poco, pero ahí quedó. Esa misma letra horrorosa era la que estaba siendo escrita en el sobre.

"PAra: Rey Mikaela tepes, de Sanguinem

De parTe de Yuuichiro Ichinose, de Nagoya"

Yuu miraba ansioso su carta, la enroscó en un tubito y la colocó en la patita del ave al que acababa de desplumar, le miraba con recelo mientras el azabache solo se ocupaba de asegurarse que la nota no vaya a zafarse. Llegaría Rápido ya que aún no salían de Burakku, así que probablemente mañana el chico podría tener una carta suya en su poder.



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Amiwos por fin están de melosos otra vez 😭
Me pone tan feliz el que estos dos tarados se amen y se contengan de demostrarse su cariño.

Últimamente estoy colocando fotos en la parte de arriba, así es un poco más gráfico algún que otro escenario o se complementa con la temática de la fanfic. Espero eso les guste.

También pensé en el hecho de hacer una guía, con mapas y más referencias visuales, no me agrada poner fotos en medio de la lectura, pero gustaría que me comenten si prefieren tener una guía a la que consultar ocasionalmente si desean complementar algo, o si gustarían más de fotos en medio de la lectura.

Muchas gracias por leer. <3

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