Capítulo 23


Cayó la noche y todos estaban durmiendo, Krul había visitado a su niño, dándole algunos medicamentos para que el malestar se le quite, aunque sus heridas y se desinfectar on un sanaron en cuanto Yuu lo abrazó.

Krul pensó en su lazo, sin duda, más fuerte que el suyo y de su difunto esposo, ella recordaba sentir calma en cuanto él se acercaba, pero nunca llegó a ser tan fuerte como que uno cure las heridas del otro solo con un toque. Posiblemente Mika y Yuu estuvieron juntos en otras vidas, por eso su relación se volvió más estrecha en tan poco tiempo, ya se iba a cumplir medio año que se conocían y Mika se veía como una adolescente enamorada... A pesar de tener cien años.

Yuu tampoco se salvaba, él también se le pegaba demasiado a Mika abrazandolo, tomando su mano, y según Guren, dándole besos en la mejilla y la frente. Una relación prospera pero extraña para ser amigos, Mika debía tomar cartas en el asunto, hacer un cortejo formal y dejarse de coqueteos, cualquier persona podría intervenir en su camino.

Mientras con el rubio, tomaba la ropa de su armario sonriente. Tenía planeado algo con Yuu, pero debían verse como civiles normales, no como príncipes, para no correr riesgos. Aunque sus pantalones negros fuesen hechos exclusivamente para él, y con los mejores hilos y telas de su reino, en la noche aparentaban ser unos pantalones hechos por algún costurero del pueblo... Sin embargo bastante elegantes y formales.

Tomó un sweeter gris, lo mantenía caliente y le cubría un poco el cuello. Lo acompañó con una gabardina negra, aún se veía un poco elegante y abrigado. En Nagoya hacía frío, pero él estaba débil por la enfermedad... Aunque si estaba con Yuu al lado se sentía mejor que nunca.

Se miró en el espejo y acomodó sus cabellos rubios, notó que habían crecido, sus rizos le llegaban casi a los hombros, posiblemente debería cortarlos. Salió con cuidado de su habitación y fue a buscar a Yuu, se tuvo que guiar de su olfato, el castillo era algo grande y se le hacía fácil perderse, pero sentía la presencia de Yuu, y ahí lo vio; una enorme puerta blanca con grabados azules, celestes y unos cuantos verdes. No habían guardias como en Sanguimen, pero se imaginó que el castillo y ese pasillo estaba hechizado.

Tocó la puerta con cuidado, y sus mejillas ardieron al ver a su amado, sin camisa y con una toalla en su cabello. Un olor a lavanda lo rodeaba, imaginó que había usado una fragancia o un perfume para baño. Yuu le sonrió y se recargo en la puerta, mirandolo de arriba a abajo, haciendo una expresión coqueta.

-- ¿Qué pasa Mika? --habló, mirando al rubio con esa vestimenta y en su puerta-- ¿No deberías estar durmiendo? Es tarde --comentó, metiéndose a su habitación y tomando una botellita con agua en una bandeja de plata. Seguramente pidió a un sirviente traerle comida antes de bañarse--.

-- Ya que no pudimos hacer nada ayer... Que fue tu cumpleaños, pensé en darte mi regalo hoy --entro a su habitación, tocando el tema y sentándose en su cama, recorriendo todo el sitio con los ojos--.

-- ¿Qué clase de regalo me darás? --preguntó coqueto sentándose en frente de él--.

-- Hay que escaparnos, solo será un momento, paseamos por el pueblo, vamos a un rato a la playa... Nadie va a notarlo, por eso estoy vestido así. Así se visten las personas normales --habló, algo emocionado. Siempre él solía escaparse del castillo de Sanguinem, y aunque lo hacía en la tarde, aún no había conocido los lugares favoritos de Yuu en su propio reino--.

-- Será difícil, todos me conocen en el pueblo... Les agrado mucho --rió un poco nervioso y se dirigió a su armario, tomando una camiseta con un logo llamativo para Mikaela, se la arrojó al rostro al ver su mirada curiosa--.

-- ¡Oye! No hagas eso --rió, quitándose la camiseta que había caído en su rostro, lamentándose de hacerlo porque el azabache estaba quitándose los pantalones de pijama para ponerse unos de mezclilla-- ¿D-De donde es esta camiseta? --habló, muy nervioso, mirando la camiseta negra de estampado amarillo, como si fuese lo más interesante del mundo, para no ver al de ojos verdes--.

-- Me los regalaron en un concierto, apoyé a una banda independiente diciendo en algunas entrevistas para medios que me gustaba su música, ellos se hicieron más conocidos y realmente están agradecidos de que "El Príncipe Yuuichiro" les haya dado tanta difusión --rió un poco-- me gusta su música, quizá deba llevarte a alguna presentación alguna vez --comentó, risueño. Tomando la camiseta de las manos de Mikaela y poniéndosela--.

-- ¿No vas a abrigate? Digo, hace frío y... Quizá puedas enfermarte --habló, mirando al ojiverde, mentiría si dijese que no se veía atractivo, Yuu era sumamente guapo a sus ojos--.

-- Oh, sí --recordó y se puso una chaqueta de cuero, le sonrió al rubio-- cuando voy al pueblo de visita, mientras Guren hace cosas de Rey, voy con comerciantes, obviamente me tengo que disfrazar, llamaría demasiado la atención --interrumpió con lo último, sin borrar su sonrisa-- compro chaquetas que me gustan, y camisetas también. Te mostraré como no me descubren --.

Yuu se sentó frente al rubio, puso sus manos en el cabello rubio de su acompañante y comenzó a susurrar cosas muy rápido, mientras le acariciaba mechón por mechón. Un rato después se separó de él con una sonrisa, aún más grande.

-- Mirate en el espejo --habló y miró al rubio hacerlo, sus cabellos rubios se habían vuelto de color castaño, dándole una apariencia mucho menos imponente e iconica de la que tenía-- Aprendí ese hechizo hace un tiempo, hechizo de cambio de apariencia dura unas horas, lo suficiente como para ir a pasear. Oye, ¿Por qué puedes reflejarte? Pensé que los vampiros no lo hacían --Yuu miró como Mika toqueteaba su cabello con una expresión extraña--.

-- Es solo un rumor Yuu-chan --se volteó para responderle, con una sonrisa-- ¿Tú te quemas si algún ángel te toca? --preguntó divertido, tocando su cabello castaño gracias al hechizo--.

-- Tch. Eres un tonto --Hizo un puchero inflando los cachetes, casi siempre Mika lograba humillarlo por su poco conocimiento en algunos temas--.

Yuu tomó de entre sus cosas un gorro de tela y de lo puso en su cabeza, olvidándose de sus nuevos cuernos y sin querer rasgado la tela, haciendo dos orificios grandes por donde estos se hicieron paso. Mika le miró, riendo dulcemente, acercándose y sentándose en sus piernas para acomodar el gorro, dejando unos mechones de cabello negro salir y asomarse por su rostro.

Ambas miradas se conectaron, ojos azules y verdes, contemplaban a la persona frente a ellos, Mika miró los bonitos labios de Yuu, un poco oscuros por su color de piel morena, pero no le quitaba lo apetitoso. Mientras que Yuu, solo apreciaba cada centímetro del rostro del rubio, grabando cada razgo suyo en su memoria.

El rubio salió de su ensueño y se levantó de las piernas de Yuu, dándole una sonrisa traviesa y abriendo la ventana de su habitación, dejando colarse el frío aire de las noches en Nagoya adentro. Se paró en el alfeizar de la ventana, preparándose para saltar. Dio una última mirada a un Yuu bastante nervioso y con algo de miedo, le sonrió de nuevo y se lanzó por esta.

Fácilmente llevaba unos cuarenta o treinta años escapando del castillo, y eso que las estructuras góticas de Sanguinem eran aún más altas que las de Nagoya. Fácilmente podía caer de pie, sentía el aire chocar su rostro unos segundos, luego cayó en el suelo, logrando hacerlo bien y sin herirse. Miró arriba, donde estaba la habitación de Yuu y vio que la ventana estaba cerrada.

¿Acaso lo había plantado? ¿Se había arrepentido por el miedo a saltar de un lugar tan alto? Mh... Por eso evitaba a personas tan jóvenes como Yuu, tan molestos con miedo a morir, aunque él había sido así los primeros años que intento hacerlo, debía ser comprensivo, le ganaba a Yuu por cien años, así que no debía enfadarse con el joven Ichinose.

Sintió que lo empujaban y se tambaleó un poco, miró bien y era Yuu. Su sonrisa regresó y sus mejillas se calentaron un poco.

-- Pensé que te habías rendido, no resistirías una caída tan grande --se burló un poco, mirando al azabache, quien rió y comenzó a caminar a uno de los enormes muros de piedra que rodeaban el castillo--.

-- Sólo me tiré desde otra ventana, caí en el heno de los caballos --habló, quitándose la paja de la gorra. Mika se mordió el labio mirándolo. Se veía extremadamente guapo así. Suspiró mirando el muro y después la puerta principal del castillo. Custodiada por guardias que charlaban entre ellos--.

-- Entonces debemos saltar esto --susurró, mirando la enorme pared de piedra y viendo el cielo nocturno un poco más arriba--.

-- Sí... Estoy listo --Yuu sonrió, abrazando el cuello de Mika, haciendo ponerse muy nervioso. Intentó alejarlo, su corazón no latía, pero estaba seguro de que en este momento estaría yendo con la fuerza de un tambor--.

-- ¿Qué mierda? Quítate Yuu-chan, no podré saltar si me tienes abrazado así.

-- Cargame Mika, no sé saltar tan alto, a penas ayer dejé de ser humano --Frunció un poco el ceño y el rubio suspiró. Acomodando sus brazos en las rodilla de Yuu para cargarlo de manera nupcial, el azabache sonrió de que le cumplan su berrinche--.

-- Agarrate fuerte, solo tenemos una oportunidad --habló, Yuu asintió y lo sintió agarrarse un poco más firme--.

Mika tomó impulso y saltó hasta el inicio del muro, sus habilidades de vampiro le ayudaba bastante en estas escapadas, al tocar suelo, acomodó cuidadosamente al azabache en este, con los pies en la tierra. Realmente Yuu no le pesaba, él tenía siete veces más fuerza que el azabache, podía traerlo de regreso si deseaba.

-- Ven, ven. Yoichi es demasiado tímido y miedoso como para salir de su castillo sin un grupo de guardias, y esta es la primera vez que me escapo con un amigo --Yuu rápidamente tomó la mano de Mika, sin saberlo, destrozando una parte de su corazón con sus palabras--.

Claro, para Yuu él solamente era su amigo, uno de sus muchos amigos, no había nada que lo destacase de los demás príncipes que conocía ¿No? Además de ser el heredero al reino más grande y poderoso de todos. Era superior política y económicamente, pero eso no servía si no era superior en el corazón de su destinado.

--... Que aquí fue su primera cita con mamá, pero que antes se tenía más respeto a la corona y podían salir con mucha libertad. Nee, Mika ¿Por qué me ignoras? --Yuu miró al rubio, con un característico puchero--.

-- Eh... Lo siento, es que Nagoya es muy bonita de noche --"Al igual que su heredero" pensó. Pero lo guardo para sí, Yuu se creyó su excusa y pasó su mano por su rostro antes de acercarse a un pequeño puesto de dulces en una feria--.

Mika miró a su alrededor, estaban algo lejos del castillo, pero no tanto, así que no podía ser un mercado. Yuu se acercó con una cesta pequeña, llena de bolitas de dulce.

-- Como te decía; papá me trajo a este sitio un día, tenía unos siete años, también fue en mi cumpleaños, me compró uno de estos --señaló el postre en su mano-- y me dijo que él los comió en su primera cita con mamá --sonrió y se lo entregó al rubio-- creo que es mucho más lindo compartir de uno a que tener uno para cada uno. ¡A-Aunque si te parece desagradable puedo volver a hacer la fila y el hechizo para comprar otro para ti! --habló rápido, con un color rojo subiendo hasta sus mejillas--.

-- No, no Yuu-chan. Me gusta así --le sonrió y tomó la mano del azabache, mientras este sostenía los dulces. Tomó uno entre sus dedos y lo masticó un tiempo. La mezcla de sabores era exquisita, lo que pensaba que eran dulces terminó siendo un snack de pollo bastante rico-- ¡Hm, están buenos! --exclamó sonriente, haciéndole sentir a Yuu un poco más relajado-- ¿Qué son? --.

-- Nuggets de pollo.

[. . .]

Ambos jóvenes caminaban tomados de la mano, cualquier persona pensaría que eran pareja, se notaba la química que derrochaban. Riéndose y mimandose entre ellos... No existía nadie más que Mika y Yuu.

-- ¿Cómo es que los vendedores no reconocen a su propio príncipe comprandoles algo en la celebración de su cumpleaños? --Mika comentó, bebiendo un jugo de fresa que habían comprado, se encontraban descansando, frente al mar, junto con unas cuantas parejas. Sus dedos se acariciaban pero con sus manos libres tomaban sus jugos--.

-- Te lo dije antes, hago un hechizo en mi rostro, ellos no me reconocen al mirarme y así puedo pagarles el precio justo --habló mirando al rubio y luego a la feria detrás de ellos-- Ellos hacen esto porque realmente me apoyan, adoran al Príncipe Yuuichiro, sea por el apoyo que les doy con mi cargo en la corona, o simplemente por el hecho de ser su futuro Rey y es lo que deben hacer --Suspiró. Mika le acarició la mejilla dándole un pequeño beso en la frente--.

-- Sé que te preocupa mucho tu pueblo Yuu-chan, y estoy muy seguro de que serás el mejor Rey que tu nación haya tenido --animó, Yuu rió un poco y asintió--.

-- ¿Mejor que mi padre, "El gran Guren Ichinose"? Tú también lo adulabas hasta que supiste de cómo hacía las cosas --bromeó un poco, alejando al rubio y tomando de su jugo--.

-- Yuu-chan, tu padre no está haciendo un mal trabajo, no es el mejor pero tampoco el peor, ha sufrido mucho.

-- Yo también lo he hecho --susurró-- mi padre nunca estuvo para mí, se la pasaba encerrado en su oficina llorando por mi madre, no jugaba conmigo nunca, no festejó mis logros, no comía conmigo...

El pecho de Mika dolió, dolió por comenzar a ver la transparencia de Yuu, detrás de esa bellísima sonrisa sólo se encontraba tristeza y soledad. Le tomó la mano, dándole un pequeño beso en el dorso de esta, dejándolo un poco sorprendido.

-- No estarás solo gracias a mí Yuu-chan, yo me convertiré en tu luz --susurró, el azabache rió un poco y asintió, abrazando a Mika, al menos sabía que contaba con un amigo de verdad en él--.

-- Mamá siempre ha sigo buena conmigo --comentó el rubio cuando se separaron-- pero asumir el cargo de la corona sin instrucción alguna, con un esposo muerto y con un niño era difícil. Nadie te enseña a afrontar tu vida, sólo tienes que enfrentar las adversidades.

-- Mika... ¿Cómo murió tu padre? Los vampiros...

-- Un ángel lo asesinó. Un ángel llamado Shikama Doji --escupió ese nombre con repugnancia-- Su cabeza está en el cuarto de premios de la familia. Junto con mis medallas de violín, tesoros de guerra, armas de enemigos...

Yuu se quedó callado. Quizá era por eso que sentía tanta tensión entre Mikleo y Mikaela... Un padre asesinó al otro, y la Reina tomó venganza atacando a ese ángel. Quizá no se desató una guerra porque todos los serafines sabían que algo andaba mal con Shikama, y habían intentado derrocarlo, con su asesinato a manos de Krul Tepes, la mayor hija; Laila Diphda tomó el lugar de su padre en el reino.

-- Los vampiros somos monogamos Yuu-chan --susurró Mika, tomándole de la barbilla-- si nuestra otra mitad muere... --una de sus manos acarició su pecho y fue hasta su brazo, apretandolo suavemente-- ¿Sabes lo que pasa cuando tu destinado muere, Yuu-chan? --sus ojos viajaron hasta los de Yuu. Y al verlo negar con la cabeza apretó aún más fuerte su brazo, con toda su fuerza, escuchando un pequeño jadeo de sus labios. Ahí lo soltó-- No podemos vivir. Nuestra otra mitad nos da y nos quita el doble de fuerza. Mamá se vio obligada a hacerlo, solo así puede vivir hasta ahora, vengando la muerte de su otra mitad --.

Yuu miró su brazo, quitándose un poco la chaqueta, viendo una marca ahí... Dolía un poco.

-- No quiero perderte Yuu-chan --susurró nuevamente-- me quedaré contigo, porque te quiero --le sonrió y regreso a tomar de su jugo--.

-- Yo también te quiero, Mika --sonrió un poco, recargandose en su cuello. Su bebida se había acabado y tenía un poco de sueño-- Quiero regresar casa --habló, el rubio emitió un sonido en afirmación y comenzó a tomar su jugo más rápido--.

Camianron de la mano por toda la playa, conversando algunas cosas, hasta llegar a el límite de ciudadanos y el castillo aún quedaba bastante playa por recorrer, pero Yuu tenía planes de mostrarle algo fantástico a Mikaela al regresar a casa. Con cuidado se escabulleron hasta el castillo, el campo de fuerza que rodeaba este les permitió el acceso, ya que eran de la realeza.

Yuuichiro dirigía el paso, Mikaela intentaba caminar sin pisar sus pies, aún siendo difícil ya que subieron muchas escaleras y no prendieron ninguna luz o farola. Sin embargo, al llegar a una puerta de madera, Mika comprendió para que caminaron tanto.

El observatorio del castillo. Supuso que en algunas noches esto debía estar lleno de astrólogos, observando los planetas, estrellas, y todo lo que se imaginaban con los bonitos telescopios de la habitación. Yuu tomó su mano hasta llegar al balcón. Habían cogines y mantas, todo listo para una hermosa cita nocturna, a la luz de las estrellas.

-- Qué romántico eres Yuu-chan~ --bromeó un poco, sentándose en uno de los cogines, viendo al azabache sentarse a su lado, quitándose esa gorrita que le hacía ver adorable--.

-- Calla tonto. Siempre estas alardeando tu inteligencia, déjame mostrarte lo que a mí me interesa... Me gusta mi cumpleaños porque hoy, en Nagoya el cielo siempre está despejado, por la época del año quizá vengo aquí desde hace cinco años, nadie usa este observatorio, construyeron uno en la montaña más alta de Nagoya y bueno... Ahora tenemos esta habitación vacía, llena de libros y papeles.

Mika miró a Yuu, su rostro iluminado por la luz de la luna y las estrellas le daba un toque místico mientras hablaba, por lo que no podía evitar mirarlo.

-- Esa de ahí es la tercera luna que tenemos, se ve mejor y más grande en tu castillo. Esas de ahí --habló señalando un conjunto de estrellas-- es Draco ¿Puedes ver el dragón? --sonrió, dibujando el dichoso dragon en el aire, siguiendo la figura de la constelación. Mika sonrió tan amplio que sus colmillos se notaron--.

No es que él sea un ignorante en astrología, pero tampoco era un herudito, el tema no le llamó mucho la atención así que lo dejó de lado. Pero su Yuu-chan amaba los astros, señalaba líneas imaginarias en el cielo y recordaba haber escuchado hablar de ellas o quizá leerlas, pero cuando Yuu hablaba emocionado sobre esto, le daba un toque más interesante al asunto.

-- Hoy hay luna llena Yuu-chan --comentó el rubio, el ojiverde Asintió y la aprecio también--.

-- Deberías pedir un deseo --sugirió-- la adonis y la luna nunca se juntan, solo sucede una vez cada dos años --sonrió, tomando su mano cariñosamente. Mika miró sus manos y luego el bonito rostro de su destinado. Ahí lo supo, su corazón se conectó con su cerebro finalmente--.

El flechazo por Yuu ocurrió, se dio cuenta que estaba enamorado. Estaba enamorado de esa actitud amable, divertida y soñadora, de esos ojos esmeralda, de sus sonrisas, sus pucheros, sus bromas malas... Todo en Yuu le encantaba.

A su lado el tiempo se congelaba, dos horas se sentían como dos minutos, verlo sonreír era un alivio enorme, inclusive mejor que tomar sangre después de no tomarla durante muchos días.

-- Ya sé que deseo Yuu-chan --sonrió, levantándose un poco, inclinándose hacia el azabache, quien sonrió de igual forma, entusiasmado por él--.

-- ¿Qué vas a pedir? --preguntó, mirando a Mika, en verdad pensó que se iba a aburrir de toda esta platica, pero se veía bastante emocionado--.

-- Quiero estar contigo... Toda la vida.

Yuu miro un poco dudoso al ojiazul, este se mantenía sonriendo, mirándolo. Se quedaron mirándose a detalle, Mika apreciaba los rasgos de Yuu, en la iluminación nocturna, y Yuu... Intentaba comprender qué sentía, no entendía por qué se sentía tan bien con Mika, sentía que podía lograrlo todo y hasta más.

Sin darse cuenta se iban acercando poco a poco, sus ojos dejaban de observar al otro para cerrarse y otro órgano suyo comenzaría a recordar todo lo que los ojos le comunicaron hace un rato. Amor. Su distancia se acortaba y a ellos no les importaba, Yuu acarició la mano de Mika y se acercó un poco más, para por fin lograr su tan ansiado choque de labios, el rubio se movió con cuidado sobre los labios del azabache, mientras este, de igual forma, como si el otro fuese de cristal correspondía su beso. Era un poco torpe, ninguno tenía experiencia besando, este era el primer beso de ambos.

Sus mejillas ardían, no quería alejarse de Mika, sin embargo este lo separó, regalandole una sonrisa pequeña, acarició sus manos y le robó otro beso, está vez no tan tímido de parte del azabache, acarició los cabellos rubios del chico y les hizo pequeños masajes mientras sus labios se acariciaban.

-- Nee, Mika --susurró Yuu, después de separarse de su segundo beso-- ¿Te digo cual fue mi deseo? --rió un poco, con todo el rostro rojo, al igual que el nombrado, quien asintió un poco-- Quiero encontrar el amor verdadero --.

Le sonrió, un poco nervioso, Mika se había quedado helado, reaccionó unos segundos después, arrojándose a los brazos de Yuu, soltando risitas suaves.

-- Dejame cortejarte Yuu-chan --sonrió, de una forma en la que el corazón de Yuuichiro se detuvo-- Daré mi mayor esfuerzo porque te enamores de mí, como yo lo estoy de ti --se acercó más a su rostro, haciendo poner nervioso al Ichinose--.

-- Entonces está bien Mika, haremos un cortejo verdadero --susurró tomando su mano y entrelazando sus dedos, dando un beso en sus nudillos-- me siento muy feliz cuando estoy con Mika --habló, cuando el rubio lo abrazó más fuerte--.

Mikaela era feliz, su alma por fin estaba tranquila y se liberaba del miedo que lo estaba conteniendo durante tanto tiempo. Por fino hizo, avanzó tanto con Yuu... Le permitió cortejarlo, inclusive Yuu se encontraba feliz.

Pasaron el resto de la madrugada dándose cariñitos y besitos en la cabeza y mejillas. Estaban algo shokeados de los besos en los labios, pero cuando ya era muy tarde y Yuu acompañó a Mika a su habitación, compartieron un par de besos pequeños y dulces, que los llevarían a dormir con una enorme sonrisa tonta en el rostro.

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Holi. Qué tal el capítulo?

Fue difícil escribir la escena del beso, llevo planeandola desde que bailaron juntos y aún así siento que no está muy bonita.

Perdónenme :')

Les dije que venia un capitulo muy especial, Mika y Yuu se dieron su primer besito u3u Mika admitió que está enamorado de Yuu.

Aaaa

El capítulo más importante y me confundí y sin querer lo publique antes de corregirlo. Meperdonan?
No recordaba como quitar la publicación de un capitulo así que hice lo que todo autor hace. Eliminar la publicación de la obra, como no.

Espero que no afecte el algoritmo de wattpad.

Spoiler: sí lo hizo, me borro todas las leídas y votos :'(

Este capítulo es el más largo y tiene 3900 palabras. Orgullo uwu

Este capítulo no tiene dedicación ya que va dedicado a todas las personas que leen este libro, quienes lo leen desde que lo comencé y han seguido capítulo por capítulo, quienes recién se han unido, los fantasmones, a todos; muchas gracias por leerme, los quiero mucho en serio. Sus comentarios bonitos me alegran mis días. Nos leemos en el siguiente capítulo uwu

× Mei-chan ×

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