Capítulo 22

Yuuichiro despertó cansado. Su pecho dolía. Los rayos de sol entraban por la ventana, todo se veía bien. Sin embargo algo faltaba.

Se levantó, notando de inmediato unas vendas en su cuerpo y su ropa doblada a su lado, hacia bastante tiempo pidió a las sirvientas que no lo vistan, porque se le resultaba incómodo, aún se ponía mal la ropa a veces, así que para eventos especiales ellas lo vestían.

Caminó con una camisa y unos pantalones holgados, ahora podía percibir olores distintos en todos lados, sentía el aroma de la oficina de Guren, el de Shinya, el olor a lavanda de Mikleo... Pero no el olor de rosas y libros viejos de Mika.

Siguió el rastro de Guren hasta la cocina, estaba tomando una taza de café, se veía ansioso e impaciente, Shinya solo lo miraba, igual de nervioso.

-- Mocoso --Guren saludó, Shinya movió la mano y suspiró viendo al mayor azabache--.

-- ¿Pasa algo Guren? --Miró a su padre, sentándose junto a él--.

-- Ayer fuimos atacados, te lanzaron una flecha en el pecho mientras hacías tu pacto con tu demonio... Mikaela desapareció en el castillo, los guardias y Krul llevan buscándolo toda la noche, Shinya y yo venimos de buscarlo en las mazmorras, pero no está allí --suspiró y miró su taza con café--.

¿Mika no estaba?

-- ¿Dónde está Krul? Necesito ayudarla, debemos encontrar a Mika --habló, mirando a su padre. Este comentó que Krul y una gran cantidad de guardias estaban en la primera planta del castillo, Cerca de los jardines habían recorrido casi todo el castillo al parecer--.

Yuu salió corriendo, algo le daba una mala sensación. Pero estaba agradecido, gracias a que ahora era un demonio pudo correr aún más rápido, y llegar pronto con Krul y sus guardias.

Ella se veía furiosa, caminando delante de todos junto al capitán de la guardia real, él se veía intimidado por la actitud de la Reina.

-- ¿No hay algún pasadizo secreto? ¿Un almacén? ¿Una puerta? --hablaba ella, caminando por todo el césped hasta la laguna del castillo--.

-- ¡Reina Krul! --Yuu gritó, mientras se acercaba a la de ojos rojos, quien le miró un poco sorprendida quizá-- Le ayudaré a buscar a Mika, tomé su sangre, puedo sentirlo --alegó, nervioso. Tomando las manos de Krul, ella solo sonrió, un poco más calmada--.

Bueno, si el destinado de su hijo ayudaba a buscar, eso facilitaría las cosas, su instinto materno era diferente del de dos almas gemelas, unidas por el destino. Sin embargo Yuu seguía poniendo explicaciones y excusas a cualquier conexión extraña que sintiese con Mika.

Ese sentimiento de felicidad, que le obligaba a sonreír, se sentía como un niño junto a Mika, con él solo importaban bromas tontas. Le gustaba también que Mika lo abrace y tenga sus ojitos azules en sus ojos verdes, que toque sus manos para causarle esa calidez tan fuerte en el pecho y las mejillas... Mika era alguien extrañamente especial para él. Pero ahora que tenía poder, lo protegería.

-- Reina Krul, ¿Mika esta simplemente perdido en el castillo? --preguntó, cuando estuvieron un poco solos, los demás guardias se movilizaron en grupos y tomaron las canoas para movilizarse sobre el lago--.

-- Su líder dijo que tenía a sus mejores hombres con Mika. No he sentido el olor a algún demonio o vampiro como para localizarlos... Mika es fuerte, Yuuichiro, es un Tepes, pero Mika se encuentra vulnerable, está enfermo, y él no podrá defenderse... Tampoco siento el olor de Mika --murmuró, con la voz quebrada, apretando los puños--.

-- Tranquila, mi reina. Encontraremos a Mika, dudo que puedan lastimarlo... Solo lo deben tener de rehén --animó, Krul asintió y cerro un poco los ojos, mirando el templo del otro lado de la laguna--.

-- ¿Eso qué es? --preguntó. Mirando fijamente ese punto--.

-- El templo de la familia, está hecho de la madera de los los robles sangrados del reino de los serafines --murmuró, mirandolo-- Es un lugar de oración y relajación, Guren va ahí cuando su codicia y lujuria están tomando posesión de él, el demonio no puede cruzar el otro lado de la puerta, pero la parte humana sí --explicó, mirando la puerta de madera, una habitación extraña y pequeña--.

Ningún ser, salvo alguien que nació siendo humano, un humano o serafines, podían entrar. No vampiros, no demonios... Los lastimaría terriblemente, Yuu recordaba estar jugando en el jardín y ver a su padre sentado frente al templo meditando, inclusive él entró a meditar, antes de ser un demonio.

-- El lugar perfecto para debilitar a un vampiro --susurró, mirando la puerta-- Reina Krul, ya sé donde está Mika --habló, nervioso, subiéndose a una de las canoas del lago-- ¡Busquen en el saltuario! --ordenó a los guardias, quienes ya llevaban bastante adentrados en el lago, ellos se movilizaron, rumbo a la orilla--.

Krul movió a Yuu de los remos, comenzando a remar por su cuenta. Él aún era nuevo para manejar su fuerza, dudaba incluso que fuese capaz de manejar la canoa. Los guardias ya estaban del otro lado, listos para recibir alguna orden de entrar, una vez Krul y Yuu llegaron, abrieron la puerta.

Krul y algunos guardias tuvieron que quedarse, ya que eran vampiros, solo habían dos guardias humanos, y Yuuichiro quienes podían entrar, con cuidado, observaron la casucha de madera, tenía una pequeña gruta con agua, y un gran cuadro de un ángel con unas escrituras en frente.

Yuu miró la gruta, tenía una profundidad de quizá un metro, y sí... Esa era una clase de agua bendita, traída del manantial más puro y casto de los ángeles probablemente. Suspiró y comenzó a quitarse la camisa, entregándosela a un guardia.

-- Yo entraré... --avisó, tomando aire y metiéndose en el agua. Abrió los ojos y ahí lo vio, era Mika, estaba con las manos atadas, tenía una prenda en la boca y sus piernas también estaban atadas, estaba en pocision fetal, Yuu miró a su alrededor y maldijo el momento en el que construyeron este santuario--.

No era solamente algo similar a un pozo, estaba conjurado para que parezca eso, realmente eran unos tres metros de profundidad, y hasta tenía un fondo, era tierra al parecer y Mika estaba acostado ahí. Con los ojos cerrados, desmayado probablemente, sin embargo seguían saliendo pequeños hilos y burbujas de su cuerpo, parecía estar quemándose.

Nadó lo más rápido que pudo hasta él, lo tomó en brazos y subió rápidamente a la superficie, tirándolo a los brazos de los guardias, antes de salir completamente.

Su impecable rostro de porcelana tenía quemaduras, inclusive Yuu también se veía lastimado, era por el contacto con esa gruta con agua de ángeles... Vio como rompían las ataduras de Mika y los guardias vampiros lo tomaban, para ir corriendo con los médicos del castillo.

Todo sucedió muy rápido, cuando Yuu comenzó a procesarlo, estaba siendo ayudado a caminar por un guardia humano, ya habían pasado el lago, caminaba por lo que quedaba del jardín, cerca de la entrada al castillo.

-- ¿Q-Qué pasó? --susurró, mirando al humano, este sonrió un poco y lo terminó de llevar al castillo, donde fue recibido por algunas enfermeras que curaban sus heridas--.

-- Príncipe Yuuichiro, usted encontró al Príncipe Mikaela --explicó, sonriente-- en esa gruta del santuario, salio lastimado... Quizá por el agua de la gruta, pero el Príncipe Mikaela se encontraba peor, pasó mucho tiempo ahí y tenía muchas quemaduras, además que respiró agua --.

Yuu se levantó rápidamente, las enfermeras no acababan de curarlo y él salió corriendo a la habitación que usaban para los doctores, ahí estaba, Mika estaba siendo curado por muchos doctores, Krul miraba del otro lado de la habitación, muy tensa, sin embargo al ver a Yuu, miró nuevamente el cuerpo de Mika.

Estaba desnudo, pero un gran número de médicos lo rodeaba, limpiando heridas de su pecho y piernas. Yuu se sonrojó un poco al notar eso.

-- ¡Doctor! Se-se está curando solo --habló un enfermero, asombrado, mirando como una de las heridas del rubio cicatrizaba y volvía a ser su piel de porcelana, sin heridas--.

-- Supongo que ya no se encuentra tan débil como para curarse a sí mismo --teorizó, mirando al rubio y alejándose. Todos se alejaron un poco, Mika se había recuperado--.

Rápidamente esa felicidad se fue cuando el cuerpo del rubio comenzó a convulsionar, por lo que tuvieron que agarrarlo para que no se lastime, sin embargo, el rubio se liberó fácilmente de esos agarres, ahora tomando una enorme bocanada de aire y abriendo sus ojos celestes, robando un jadeo de su madre, quien instantáneamente sonrió, viendo como el rubio escupía y tosía todo el agua que trago.

Yuu apartó a los médicos, tirándose en los brazos de Mika, sonriendo y abrazandolo fuertemente, todos los médicos se miraban extrañados, viendo ahora como las heridas que tenia Yuu, se sanaban instantáneamente, de solo abrazar a Mika.

-- Estás a salvo Mika, ya estás bien --sonrió, restregando un poco sh mejilla contra la del rubio, este miró a todos en la sala, en especial a su madre, quien traía una mirada aliviada, que rápidamente cambió en una pícara, haciendo que su hijo explote en rojo, como un tomatito--.

-- Mooh Yuu-chan, no en frente de todos. Ponte una camisa, estás desnudo --Chilló, dejándose abrazar por Yuu, solo acariciando un poco su espalda, asombrado de lo ancha que se volvió este tiempo que estuvieron distanciados--.

Los médicos decidieron dejarlos solos, llevándose a Krul para darle el "diagnóstico" de su hijo, recetarle quizá alguna terapia o pedirle un descanso.

-- Mika es quien está desnudo --rió y el mayor solo suspiró, algo irritado, dándole un golpecito a Yuu en la cabeza--.

-- ¿Qué pasó Yuu-chan? --susurró, mirando al azabache, tocando los cuernos que tenía-- Entonces, te convertiste en un demonio.

-- Así es Mika, soy un demonio... Papá dice que un grupo rebelde atacó el reino en la ceremonia, hasta me dispararon con una flecha, mira --habló, señalandole la parte de su pecho donde había una gran herida--.

-- Ahí no hay nada, Yuu-chan esta mintiendo --hizo un pequeño puchero, y luego le sonrió, viendo que Yuu fruncía el ceño infantilmente-- Está bien Yuu-chan, te creo~.

-- Había una cicatriz hasta hoy en la mañana... Bueno --continuó-- este grupo de rebeldes, te secuestró, te estuvimos buscando por todo el castillo, la reina Krul lo estuvo haciendo desde ayer. Yo recobré el conocimiento hoy... ¿¡Estas escuchando Mika!? --reclamó, pero el rubio tenía los ojos fijos en el cuerpo de Yuu--.

Estaba un poco marcado... Y su piel morena se veía tan pareja y tersa, sus brazos también tenían algo de forma, sus claviculas eran tan delicadas, sin embargo se notaban los huesos de Yuu en esta parte... Su garganta, veía las venas de su cuello y saboreaba el gusto de sangre que le quedaba aún, tenía algo de hambre aún.

Yuu tomó una manta de la mesita de noche, y cubriendo sus ojos, la acomodó sobre el cuerpo de Mika.

"Adorable" pensó el rubio cuando él ojiesmeralda se sentaba a la orilla de la cama, con las mejillas un poco rojas y mirándolo.

-- Tal vez tengas hambre... Así que puedes tomar de mi sangre, sólo... Te abrigue también para que no tengas frío, no pienses otras cosas --habló, evitando mirarlo a los ojos-- Toma mi sangre Mika.

-- Yuu-chan debe estar muy débil también, ayer... Tu ceremonia, no has comido nada posiblemente --susurró, mirandolo algo preocupado, Yuu solo le miró y tomó sus mejillas--.

-- No me hagas cortarme Mika, vamos, soy más fuerte ahora, puedo aguantar que me muerdas --sonrió, Mika suspiró y se sentó en la cama, acercándose con cuidado a Yuu--.

¿Qué tal si en lugar de tomar su sangre se llevaba un beso suyo? Ow, sería fantástico, soñaba con probar los labios de Yuu, sin embargo era un platillo por el que debía esperar. Desvió su rostro hasta el cuello de Yuu, y con suavidad encajó sus colmillos en su cuello, sintiendo instantáneamente sus manos acariciar su cabeza.

Adoraba su sabor... Sentía la sangre de Yuu como el estimulador perfecto, le hacía sentir con más fuerza, más ánimo y más saludable. Sentía que podía correr desde Nagoya hasta Sanguinem en tan sólo cinco minutos, ahorrandose las veintiséis horas de viaje en barco. Sin mencionar el hecho que se sentía placentero, era extasiante sentir ese dulzor adictivo, una vez daba un trago quería más y más.

Sin embargo se separó un rato después, lamiendo la herida, por instinto, aunque no fue necesario ya que esta sanó inmediatamente, haciéndole suspirar un poco triste. La primera vez que tomó su sangre desde su cuello fue en la habitación de Yuu él preguntó si le había gustado su sangre y ofreció la de su cuello, sin embargo siendo el terco que era, no aceptó un "no" como respuesta. Mika disfruto que Yuu era humano y que sus heridas podían seguir chorrendo hasta un buen rato, y aprovecho lamer hasta la última gota de su preciado alimento.

Quizá sus sentimientos de por medio la hacían sentir más deliciosa, pero en verdad la disfrutaba más de lo que hacía con simple sangre.

-- ¿Por qué estoy aquí Yuu-chan? --murmuró mirando al azabache después de alejarlo un poco y limpiar sus labios--.

-- Esos delincuentes te metieron en el agua del templo... Es agua del manantial de los ángeles, no sé por qué lo trajeron, pero lo usamos para meditación, tú te debilitaste, no sé cuanta agua respiraste, pero estabas muy débil.

-- Hm... ¿Esas personas escaparon? --murmuró mirando al azabache, este negó con la cabeza--.

-- Están encerradas en el calabozo. Mi padre y tu madre se encargarán de eso --suspiró, Mika le dio una mirada suave y le acarició las manos--.

-- Y eso no te gusta ¿No? No quieres castigarlos.

-- No me gusta lastimar a las personas --suspiró-- Más aún si son de mi pueblo, creo que hay muchas cosas que Guren ha estado haciendo mal, por eso algunas personas quieren revelarse contra él --evitó mirar al rubio, claro que Mika no entendería los problemas de un mal gobernante, la Reina Krul era amada y respetada por todos en Sanguinem, era justa y también recta--.

Seguramente Mika creció con bastantes reglas, y con el peso de no defraudar al pueblo que esperaba ansioso que el Príncipe sea igual que sus padres al gobernar.

Sin embargo Mika tuvo cien años para pensar en eso, haber leído muchos libros, asistir a reuniones con su madre, imitar sus comportamientos... Inclusive asistir a ajusticiamientos de quienes intentaban traer caos a la población.

-- Tendrás que hacerlo Yuu-chan --Mikaela habló suave-- Esas personas te hirieron a ti, y a mí. Pudimos haber muerto, no dudaron en atentar a la corona y tendrán sus consecuencias, no dudo en que mi madre quiera colgar sus cabezas en las banderas del castillo --susurró, pensativo. Luego se arrepintió de decirlo al ver la cara de Yuu, demostraba miedo-- Puedo hablar con mamá, y que solamente los dejen en prisión--.

-- No... Tienes razón, ellos intentaron matarnos --murmuró, miró al rubio y soltó sus manos-- debo irme, tú tienes que descansar, veré a verte en la noche --sonrió y antes de que el rubio diga algo se retiró--.

Mika suspiró y se recostó en la cama, vaya que Yuu tendría que soportar ese asunto para poder ser un buen gobernante. Se arropó un poco y decidió descansar, en la noche le daría una visita a Yuu para compensar su cumpleaños.

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Hola(?

Volvemos con la actualización semanal owo

Gracias por leer again. En el próximo capítulo se viene lo bueno (?

Este capítulo va dedicado a:

Dabi1509

AlexandraOlivero3

Jeraissy

-hxkkiyukine

Que onda con tu nombre Yukine. La wea difícil ketienes.

Gracias por leer uwu

× Mei-chan ×

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