Capítulo 21

Tan pronto como comenzó a caer la tarde en Sanguinem, la velada había dejado de ser un elegante baile para ser un festejo, todos bailaban, las mujeres tomaban sus vestidos en las manos y los hombres aplaudían y se movían con alegría.

Hasta todos se sorprendieron de ver a Guren bailando con su Consejero Real; Shinya. Quien se veía que era una persona con gracia, vino para traer más alegría al baile y los invitados.

Inclusive todos los jóvenes se encontraban en el festejo, todos menos Yuuichiro, quien se encontraba en una bonita habitación, meditando. Estaba nervioso. Hoy se encontraría con sus miedos y toda la maldad de su ser, que tomarían la personificación de un demonio, a quien debía derrotar para ser un demonio por completo.

-- Estarás bien Yuu-kun, no te preocupes --Yoichi animó-- No es tan malo, solo... Debes tener calma --.

Yoichi era un demonio por completo, aunque él tuvo que hacer un proceso más difícil, él nació siendo un demonio por completo, debido a que sus padres eran demonios, trayendo consigo que tanto él como su hermana (la ahora heredera al trono) sean susceptibles al manejo de la ira. Yoichi muchas veces tuvo muchos problemas cuando estaba molesto, era un peligro como persona.

Yoichi tenía aún el poder y fuerza de un demonio, pero ya no era el mismo, tampoco tenía sus cuernos, y se había vuelto un chico mucho más pacífico.

-- Repite el ejercicio --otra voz habló a Yuu, distrayendolo. El príncipe serafín le tomo una mano y se sentó a su lado-- Piensa en todo lo que te atormenta, tus miedos, rencores --Cerró sus ojos y Yuu hizo lo mismo el albino ya había dejado de sentir mareos o dolor cuando sentía los miedos de Yuu, vaya que ya estaba más tranquilo que antes--.

El albino sonrió luego de unos minutos, soltando la mano del azabache, miró al pastor quien estaba prendiendo más inciensos y tomaba todo lo necesario para comenzar con la ceremonia. Era posible que Guren pause la fiesta y pida que le acompañen hasta una mazmorra o el jardín, para observar la ceremonia.

El serafín, el pastor y muchos guardias estaban custodiando a Yuu, en el caso de que no logre tener control sobre su demonio, lograrían inmovilizarlo.

Una sirvienta entró a la habitación, pidiendo que pasen al jardín, los invitados estarían yendo proximamente y debían apurarse. Yuu suspiró y Mikleo le sonrió, sosteniendo sus brazos.

-- Estarás bien Yuu, no te preocupes --animó, guiandolo hasta la puerta-- Nada puede derrumbar te ahora, tienes mejor manejo de tus sentimientos. Solo... Al ingerir sangre de ese ser querido, concéntrate mucho en la estima que le tengas, eso será fundamental para poder enfrentar tus miedos... Y también, nunca subestimes a tu demonio, no dejes que te agarre con la guardia baja--.

Yuu Asintió y dio un suspiro, caminando fuera de la habitación por un largo pasillo, que conducía al jardín. Sorprendenteme habían pocas personas, menos de las que se imaginó, así que se calmó un poco. Al sentarse en la silla de fierro que estaba lista para él, dio una mirada rápida a los invitados, Mika estaba sentado al lado de ese vampiro de cabello morado, Shinoa estaba conversando con Mitsuba y también vio a otros príncipes que conocía.

Se sentó y vio cómo Sorey le ponía cadenas y esposas en las manos. Seguido de dibujar un círculo de sal a su alrededor, poner velas e inciensos y también poner cruces en las esquinas.

Yuu miró ahora a Mikleo, quien había sacado un báculo, y le sonreía, bueno, al ser un ángel tenía conocimiento sobre su enemigo natural, y Sorey se quedaba allí ya que él era algo así como un guía espiritual, él podría calmar a Yuu para que regrese en sí.

-- Invitados, tengan buenas noches. Estoy muy orgulloso de por fin, anunciar la ceremonia del demonio de mi hijo; el Príncipe Yuuichiro Ichinose --habló Guren, al ingresar al jardín-- la ceremonia dará inicio tan pronto Yuu cierre los ojos, pido que guarden discreción... Y sí las cosas se descontrolan, huyan --.

Las personas entre felices y confundidas aplaudieron. Desde su asiento Mikaela miraba preocupado a Yuu, vaya que le mortificaba demasiado ver a su amado de esa forma, su madre solo le acariciaba el hombro, intentando consolarlo. Hasta sus enfermizos celos se habían detenido solo para dar paso a la preocupación, no le importaba que Mikleo toque de los hombros a Yuu, solo quería que todo acabe y que su azabache esté sano y salvo.

Alguien le pasó a Mikleo una hermosa copa de oro, llena de un líquido rojizo. Mika recordaba que en cuanto Yuu se fue, Sorey le pidió que le acompañe, tomó un cuchillo y cortó un poco de su brazo, haciendo escurrir su sangre. Era claro que el humano se sentía algo intimidado por el vampiro, y este no iba a matarlo, se necesitaba un implementó especial para matar vampiros.

Volviendo al punto. Una vez el pastor quitó su sangre y su herida selló, se llevó la copa consigo. Y ahora Mikaela la volvía a ver, vio como Yuuichiro la tomó e hizo una expresión pacífica, había comenzado a meditar, Mika se sorprendió de lo pronto que tomó la sangre, usualmente sólo los vampiros toman sangre tan tranquilamente.

El pastor abrió el libro que traía en las manos, y comenzó a recitar múltiples conjuros y maldiciones pero no sucedía nada, pronto el cuerpo de Yuu comenzó a temblar y el fuego de las velas ardió en lenguas de fuego, quizá de un metro de longitud, así envolviendo a Yuuichiro y a Mikleo en la figura que Sorey había hecho en el césped.

La cabeza de Yuu cayó en uno de sus hombros, y un cuerno comenzó a emerger en esta.

Todos miraban la escena. Justo ahora se libraba la batalla de Yuuichiro contra sus miedos más grandes... Si perdía, la maldad tomaría posesión de su cuerpo, y se volvería uno de esos demonios corpóreos que comían almas y poseían personas para alimentarse de su esencia. Acabaría en los calabozos de debajo del castillo, donde todos los demonios corpóreos estaban encerrados y sellados con magia.

El aire comenzó a soplar y las velas se apagaron, dejando el sitio oscuro por un tiempo, que no duró mucho. Al regresar la luz, Mikaela ya no se encontraba... Y Yuuichiro tenía a un arquero apuntando a su cabeza con una flecha.

Se hizo un estruendo en la sala y Guren pidió cerrar las puertas del castillo, y que Krul sea acompañada a buscar a Mikaela. Un grupo de personas encapuchadas los observaban, Krul y Guren los sentían, pero tan pronto como Krul salió ellos hablaron.

-- No intente buscar al Príncipe, Reina Krul --habló uno, sonriendo y mirándola-- Mis más fieles sirvientes lo tienen inamovilizado y escondido --.

Guren frunció un poco el ceño, pero los dejó hablar, sus guardias seguramente los tenían bien vigilados, solo esperaban una señal para atacar e inmobilizarlos.

-- Somos la Orden del Lirio Blanco. Nosotros nos vamos a encargar de limpiar reinos como los suyos, que no se preocupan por su pueblo, vamos a comenzar por asesinar a sus herederos --hizo una seña y una flecha fue disparada en el pecho de Yuuichiro, quien aún seguía en la silla, y ni siquiera se removió--.

Guren chasqueo los dedos y rápidamente fueron rodeados e inmobilizados por guardias.

-- Llevenlos al calabozo. Se les regirá sj condena dependiendo del estado de Yuu --ordenó, tenía la suerte de que los que se habían quedado a amenazar eran humanos, y sus guardias eran vampiros. Rápidamente los llevaron al calabozo--.

Guren miró a Krul, corriendo junto con un grupo de guardias, supuso que para buscar a su hijo. Miró en dirección a Yuu, el serafín que estaba cerca murmuraba hechizos y conjuros, usando todo su poder para ayudar a su amigo.

Intentó acercarse pero se detuvo al ver cómo Yuuichiro se levantaba de la silla.

Tomó la flecha que estaba clavada en su pecho y se la sacó, causando que su sangre comience a chorrear, pero tan pronto como su bonito traje negro con destellos jades comenzó a brotar sangre, se detuvo. Miró a Mikleo y luego a su padre, mientras el otro cuerno crecía en su cabeza.

Dos grandes cuernos negros... La señal de que su demonio había sido invocado, y que Yuuichiro había salido victorioso de la batalla ante sus miedos, sus deseos y su odio.

Cayó al suelo, en los brazos de Mikleo, mientras este solo acariciaba su rostro, intentando conseguir algún mal en su aura. Sonrió y miró al Rey, sonriendo.

-- Lo logró, Yuu se convirtió en un demonio por completo --.

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Hacía frío. Su pecho pesaba y su cabeza dolía. "concéntrate" pensó mientras examinaba el lugar, al parecer su habitación, se encontraba acostado en la cama. Una vocesita llamó su atención.

-- Despertaste, Yuu-chan --Miró en dirección a la voz, Mikaela, recostado en la cama, pero solo su torso, y barbilla estaban en esta, estaba sentado en el suelo--. Estábamos esperándote. Imaginé que querías dormir... Después de lo de ayer debes estar agotado.

-- ¿Ayer? --Miró un poco nervioso a Mika, sus bonitos ojos azules ahora eran del mismo rojo que la sangre que probaba a diario-- ¿Qué hice ayer? --.

-- Asesinaste a tu padre, por supuesto --habló tranquilo, levantándose y ahora sentándose en la cama-- falta poco para que todos los reinos sean tuyos Yuu-chan~ --susurró, dando una sonrisita divertida--.

-- ¿Qué? ¿A Guren? N-no, eso no es cierto... ¿Qué le pasó a tus ojos Mika? --murmuró, acariciando su mejilla, con suma preocupación--.

-- Cuando atacaste Sanguinem... Me opuse y por eso me la clavaste --sonrió, tomando la mano de Yuu con sus pálidos y fríos dedos, llevándola a su pecho, donde había una pequeña hendidura y una mancha de sangre-- una estaca --.

Yuuichiro soltó un jadeo, quitando rápido su mano del pecho del rubio, mirándola... Recordando cuando lo hizo.

-- Te veías tan triste... Así que investigas te en libros de ocultismo y hechicería... Lograste traerme, me sentí muy feliz cuando volví a ver a Yuu-chan. Pero Yuu-chan no puede verme si no lo trae puesto --señaló su garganta y Yuu miró en la suya. Notando una pequeña y delgada cuerda, que tenía amarrada una punta de madera-- Tu condena es traer el arma con la que me asesinaste. Pero vamos~ a ti no te importa eso.

Hizo un pequeño puchero Yuu temblaba, había asesinado a su padre, a su mejor amigo y además lo había convertido en un "pitio" un demonio de la mentira, sabía que era imposible traer a un muerto a la vida, su Mika estaba muerto, y a quien tenía en frente era un demonio sin forma, que había tomado algo de la personalidad de su rubio, pero claro... Su cuota seguramente fue acortar su propia vida. O quizá un alma, y por eso asesinó a su padre.

-- Vamos, solo tienes que derrotar a él Rey Mikleo, el enfrentamiento entre ángeles y demonios decidirá quién tiene el verdadero poder --Mika sonrió y se acercó un poco más a Yuu, acariciando su rostro-- Vamos Yuu-chan, tienes que reclamar tu corona~ --.

-- ¿Qué le pasó al pueblo Mika? ¿Por qué ataqué Sanguinem? ¿Qué me pasó? --preguntó con la voz temblorosa, Mika sonrío, de tal manera en la que sus colmillos se asomaron en sus rosados labios--.

-- Yuu-chan asumió el poder porque quería ayudar al pueblo, pero se dio cuenta de que sólo pudo apoyarlo si es que ellos ayudaban a que el reino sea más grande, comenzaron por el reino de los Sangu, Hyland, el reino de los demonios... El pueblo de Nagoya se unió a los guardias en la guerra. Todos te decían que te detengas, pero tu meta era el poder supremo, más de dos tercios de la población están muertos, o han perdido a alguien en la guerra.

-- No... Eso no puede ser, he asesinado a quienes juré proteger.

-- Pero eso está bien Yuu-chan --se apresuró a decir el de ojos rojos-- Lo hiciste por un bien mayor, ahora vámonos, todos están esperando que des la orden de atacar el reino de los serafines.

-- ¿Esto es verdad? --susurró, mirando su habitación, estaba igual, Mikaela hablaba pero lo estaba ignorando. Hasta que sintió una punzada en el pecho, que lo hizo soltar un jadeo, era como si lo estuviesen perforando--.

Mikaela le miraba sonriendo, inclusive ladeo un poco la cabeza, sin dejar de ver al azabache.

-- Vámonos Yuu --su voz sonó un poco más grave, parecía enojado--.

-- No Mika, no iré, la guerra acaba aquí, no dejaré que más gente sufra por mis errores... Comenzando por ti --habló, tomando el colgante de su cuello y abriendolo, vio al rubio poner un rostro de pánico y abalanzarsele a su cuerpo, para evitar que lo hiciera--.

-- ¿Qué mierda haces Yuuichiro? Ya basta. Irás a la guerra y matarás a Mikleo Rulay para asegurar la supremacía de Nagoya --amenazó, sentándose sobre su pecho, con sus dos manos en la garganta, asfixiandolo-- Lo sabes, sabes que es verdad. Solo ve y acaba con esto Yuuichiro.

Yuu vio esos ojos, estaban llenos de furia y odio, además de la fuerza sobrehumana con la que lo ahorcaban, intentaba quitarse el collarín, pero el de ojos rubíes hacia más fuerza en dejarlo en su cuello... Ese no era su Mika, Mika odiaba los conflictos, las guerras, Mika nunca intentaría asesinarlo, o incentivarlo a matar a alguien.

"El demonio toma la forma de tu ser más querido, de esta forma quedas vulnerable.."

Mikleo... Él dijo eso. Una ilusión, eso era, Mika no era Mika, era un demonio, su demonio; sus miedos, su codicia, sus deseos, era todo. Se relajó un poco y miró a los ojos a Mika.

-- Demonio. No he caído en tu trampa --Yuu habla y Mikaela se detiene, mirandolo y fingiendo temor, sus ojos se pusieron brillantes y comenzó a llorar--.

-- Yuu-chan me convirtió en esto, soy un demonio porque él me quería a su lado, se arrepintió de asesinarme... Por eso no quiero que te quites en collar, dejarás de verme así --lloriqueo, dejando el cuello de Yuu y limpiando sus lágrimas--.

-- Sé que eres un demonio, te expusiste a ti mismo, deja de usar la figura de Mika en mi contra... Te he ganado en tu juego --habló, mirandolo, el rubio sonrió--.

-- Debí usar la forma de tu madre. ¿Qué te parece esto, Yuu? --su forma cambió, dejando ver a una mujer joven, de vestido blanco y largo cabello lila, se sentó al lado de Yuu y acarició su cabeza-- ¿Y si en lugar de un enorme reino te propongo el amor que nunca has tenido? --rió, acariciando el cabello de Yuu con una voz suave--.

Yuu tembló de nuevo.

-- No quiero eso, te quiero a ti, quiero tu poder quiero ser un demonio por completo, tú tendrás una forma humana y yo todo el poder, y la vida eterna que quiero, ¿Qué me dices?

-- Hm... Bueno, de igual manera no creo que pudieses caer en uno de mis engaños --la figura de su madre hizo un puchero y un aura negra la envolvió, ahora mostrando a Yuu, pero con un par de cuernos y los ojos rojos-- Sin embargo, hasta que no manejes totalmente el poder, tomaré posesión de tu cuerpo las veces que quiera --sonrió y Yuu suspiró, extendiendo su mano. Ambos las estrecharon y todo se esfumó--.



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-Esquiva los palos y las piedras que le tiran-

Perdón por tardar tanto, en verdad lo siento, este capitulo me dio mucho bloqueo y no sabía bien como seguirlo, además me cayó mi semana de parciales xd

También no ando 100% últimamente, pero el primer beso de Mika y Yuu se acerca, estará en 3 capítulos a más tardar, es un estimado xd

¿Dónde estará Mika? :0

Este capítulo va dedicado a

el_mas_pro_xdxd2008

Itari_13

shittydoraah

Gracias por leer ^^

Now. Cambiare La manera de decicacion. Si quieres una solo comenta aquí uwu

Muchas gracias por leer <3

× Mei-chan ×

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