Víspera Del Solsticio De Verano.

Royal novías Vikingas y
Valkirias.

❄ Los personajes presentados de Saint Seiya le pertenecen a Sensei mangaka Masami Kurumada.

⛄Le agradezco por dejar utilizar sus Oc   AfroditaUrania4  Lía

LuzDiAngelo Sophy

AlistairMR Siberan.

⭐Este fic está hecho por el amor del arte a escribir y Saint Seiya.

❄❄❄❄❄❄❄❄❄

La princesa Skdy creía que podía esconderse en Grecia ocultar una noche desenfrenada con el Príncipe Guerrero, Nauseas Desmayos ella habría querido que todo fuera diferente

Lo primero que vio la princesa Skdy Nyfada al abrir los ojos fue el mover de las hojas verdes al compás del viento.

Desde que había llegado al país de su padre, casi una semana Skdy había asistido obedientemente a varias visitas turísticas en su mente pasaban algunos detalles necesitaba un breack.

Su espalda desnuda choco contra otra espalda desnuda, con el pie rozo una pierna, la boca le sabía a rayos.

Estaba tumbada del lado izquierdo sobre la hierba blanda y fresca, la mera idea de incorporarse o de levantar la cabeza era un reto le dolía y tenía nauseas, se estremeció el pequeño claro donde quedaban de algún modo protegido por el espeso grupo de árboles u matorrales bien recortados le rodeaban y aunque estaba totalmente desnuda no sentía frio alguno. Se dijo que debería vestirse pero para hacer eso tendría que incorporarse y eso no era precisamente lo que ella le apetecía, era un momento doloroso pero liberador estar allí.

En ese momento tomando la razón pensó como se había mentido en ese lio.

Todo había comenzado la noche antes el día anterior, edemas de la Víspera de solsticio de Verano, una festividad en ese lugar nórdico, su hermana Sophia había contraído matrimonio con Saga Gen.

Skdy se pasó la lengua por los labios resecos mientras imploraba para que se le quitara aquella migraña, horrible... pero, de vuelta a la noche anterior a Sophy y Saga. Skdy no estaba tan segura de su unión si era cierto que ellos dos se adoraban pero que podían tener en común una curadora de arte de Atenas y un enorme y musculoso Guerrero Nordico.

Skdy retiro de su rostro un trozo del césped que le hacía cosquillas en la nariz ella no se dejaba engañar por los noruegos, los guías de su visita turística habían señalado que con orgullo las agujas de las iglesias se decían luteranos pero el mundo sabía que no era así. Todos se enorgullecían de las leyendas de los Vikingos y sus conquistas en Francia e Inglaterra llevando a cabo sus violaciones y pillajes por toda la costa a pesar de saberlo le eran fieles a los mitos, eran vikingos de corazón.

Cada año en la Víspera del Solsticio de Verano daban una gran fiesta.

Skdy gimió entre dientes la mayor parte de los sucesos de la noche anterior surgían confusos en su mente, se había bebido litros y litros de aquella deliciosa y exquisita cerveza que se le había antojado ligeramente dulce.

Recordaba risas y bromas bailes la cama de la pareja de los recién casados.

Era una tradición vikinga el acompañar a la novia y prepararla para la noche de bodas, Saga se había cansado de todos ellos todos los jóvenes solteros les había pedido que salieran de modo que Skdy y el resto habían bajado corriendo las escaleras y habían salido de los jardines y al parque donde en honor a la ocasión el padre de Skdy.

El Rey Odín había ordenado qué se quemara un barco vikingo entonces le parecía recordar que había bailado si desde luego que lo había hecho y borracha junto con todos los demás riéndose y cantaban alrededor del barco pero después de eso no recordaba bien lo que había pasado, de pronto se dio cuenta que temblaba de frio y se abrazó en un vano intento de darse cuenta del calor humano a unos metros vio pedazos de seda azul oscuro sus sujetador mas alla, en los arboles su falda acompañada de un pantalón.

Se cuestionó donde estaba su demás ropa de terciopelo, re recrimino ella jamás perdía el control.

Mucha cerveza, si pero la respuesta estaba detrás de ella.

Temblando se dio vuelta y lo vio allí acostado a su lado estaba el Príncipe Camus uno de los posibles herederos a la corona.

– ¡Hay, Dios! –Sí que se acordaba, se había besado con el entre las sombras en aquel rincón oscuro y apartado, recordó el brillo dorado de las hierbas tenue Luz, emanar de las grandes llamas del barco vikingo le daban un toque perfecto a la piel de él, al momento que era envestida.

Era imposible lo que había pasado ella era una estudiante de enfermería, era la primera en su clase y tenía grandes recomendaciones. Era terca controladora puntual no tenía pelos en la lengua, siempre era dueña de sus actos. ¿Cómo correspondía a una princesa? Bueno era una princesa por nacimiento pero Skdy Nyfada era griega hasta el hueso, y tenía planes que llevar a cabo.

A los cuarenta seria, parte importante del sistema de salud por lo menos seria secretaria del sistema. Sabía que jamás podría llegar a se presidenta ya que siempre era un Doctor. Pero nadie llegaba algún lugar sin ambiciones su futuro lo tenía en su mayoría claro. Por eso la situación actual le era decepcionante pasa si misma.

Una mujer como ella que dedicaba a la propagación de cómo evitar enfermedades veneras oh embarazos por no ser lo suficiente responsable.

Camus un hombre que tenía una semana que había conocido y claro no practicar sexo con Camus, era encantador muy apuesto rompecorazones cuya fama como la de su grupo de amigos era legendaria.

Lentamente olvidándose de las náuseas y el dolor de cabeza Skdy apoyo los brazos en el suelo y se volvió otra vez a mirarlo sin duda su futuro era más que un príncipe pica flor, con una espalda preciosa, piernas largas fuertes y encogidas para protección del frio amanecer.

El se encontraba dormido su largo cabello azul caía como si apropósito fuera colocado para una fotografía. Deseaba tocar ese cabello y sus vertebras pero ¿y si lo despertaba a ese hombre impresionante? Ahogo un gemido mientras cerraba los ojos ¿Cómo se había atrevido hacerlo? No estaba casada solo una semana de conocerlo y... termino en sus brazos.

Ni con su novio que le esperaba en Grecia había tenido tanta intimidad era una pareja estable segura incluso su compromiso de ningún tipo de caída podría hacer que rompieran, menos ese hombre encantador.

Todas las mujeres de la corte de su padre lo adoraban y peleaban por la dicha de bailar o tener su mínimo interés. Nunca se imaginó que despertaría en esa situación después de la boda de su hermana y con él.

Se levantó del césped sintió un fuerte mareo dolor estomacal y ganas de vomitar se obligó tomar su ropa vestirse solo con el vestido que estaba a unos metros dentro del escondite, trago varias veces saliva para omitir los reflejos de las náuseas consiguiendo que aplacara recupero casi todo menos sus bragas era lo que menos le importaba en ese momento.

Y se dispuso alejarse del lugar camino entre algunos cuerpos inmóviles era evidente había corrido mucho alcohol. Siguió tan rápido dirigiéndose al palacio de su padre Valhalla.

Era todo un castillo con torretas y gabletes y claro las torres miradores en las azoteas prados verdes y los bosques.

Cada paso sintió ser el escrutinio del lugar daba gracias que nadie la veía y aun mas agradeció cuando vio la puerta donde recordaba el primer beso con Camus.

El olor era intenso a quemado miro atrás antes de entrar milagrosamente encontró las escaleras que le llevarían al tercer piso de su habitación. En el segundo arco del tercer piso bellamente decorado, se encontraban los dos soldados en sus bellos uniformes escoltando la entrada de la habitación encomendada por el mismo rey intento caminar digna entre los dos y ellos siempre con la vista fija al horizonte,

Anteriormente se preguntaba como los guardias podían estar tantas horas de esa manera estáticos.

Una vez pasando encontró los cuadros nórdicos impenetrables con la runas de pronto lo había olvidado había un tercer soldado escucho como un paso y golpe en el peso y miro al soldado tenía la mano en su pecho reverenciando y enseguida abría su entrada de la suite era enorme y allí había compartido con sus dos hermana Sophya y Lia, el piso era de mármol había una sala comedor enorme todo decorado con seda y teña de terciopelo y algunas pieles, una chimenea de gas.

Miro su puerta de su habitación y después la de su hermana de pronto la mucama salió de la habitación de Sophy a Skdy no le caía bien le daba muy mala espina ella sintió como la escaneo rápidamente y le molesto el acto por lo que le dijo.

– ¿Qué se te perdió algo? –Disculpe su alteza. –Si mejor piérdete. –Sin duda tenía un humor de perros.

Siguió caminando y se dirigió a la habitación de su hermana menor Lia quien seguramente estaba dormida esplendida en su cama, de pronto una gran necesidad de vacías su estómago la azoto y corrió al baño, dejandose caer enfrente del retrete apenas había podido llegar segundos después su hermana le sostenía el cabello azabache

Cuando se levantó escucho a su hermana quien reía y decía. –Ya era hora que te dieras un respiro y te divirtieras toda una noche y no estuvieras pegada en los libros. –La peli rosa entrego un cepillo para el cabello y allí al mirar a los ojos a la azabache lo supo, sabía lo que había hecho pero no la presionaría en obligarla en decirlo al fin de cuentas ella era partidaria a tener una cana al aire una vez en su vida. –Ve y descansa yo me encargo de Liftia en que no entre. –Me daré un baño eh iré a dormir. –Bien creo que será lo mejor.

Cuando despiertes me dirás todo con lujo de detalle. –Si solo sal. –Skdy dijo apenas audible el dolor de cabeza había aumentado con la luz artificial y el reflejo del espejo. Al retarse la ropa ella se asombró que tenía el aroma del peli azul impregnado era como si se hubiera tatuado en su cuerpo, no recordaba lo sucedido solo su piel decorada con la luz tenue.

Cubrió su cuerpo con la toalla y se dirigiría a su habitación pero sorpresa su camisón y pantaletas estaban afuera esperándola al salir su hermana se dedicaba a jalar un cordel que extendía unas cortinas gruesas que evitaban el paso del sol. –Duerme aquí yo me encargo. –Skdy no chisto y entro a la cama quedando dormida instantemente.

En el claro el sol estaba en su máximo punto y la luz que se colaba entre las hojas daban directo en los ojos del príncipe, el fuerte olor a quemado y sonido de maderos lo despertó parpadeo varias veces para que su vista se adaptara notando el estado familiar a una resaca bastante fuerte, poco a poco se fue incorporando vio su ropa le levanto y mientras tomaba cada prenda se la incorporaba de pronto unas bragas de seda, estaban allí en el pasto verde las empuño y guardo en su bolsillo del pantalón, claro que lo recordaba claramente, recordaba los actos impropios que habían sucedido en ese lugar con la princesa recordaba cómo habían bailado bebían cerveza cantaban alrededor del barco.

Para su ser le habría gustado a ver despertado mas pronto y tomarla de nuevo allí mismo esa noche había sido fabulosa, era incomparable alguna de su pasado. Le sorprendia ella no era del tipo de las mujeres que pudiera participar en una cita tan apacionada, ella abria sido amorosa había sido para su gusto perfecta, seguramente habría despertado y horrorizada por el hecho de estar desnuda junto a él.

Se sentía tranquilo ya que parte de la celebración de la víspera del solsticio de verano era que ningún hombre o mujer serian llamados a declarar por indiscreciones amorosas que ocurrieran en esa noche, en parte pero también rogaba que el Rey no se enterara oh lo mandaría a la prisión de Cosytos oh pero tantito Quideca.

Ignorando esa pequeña angustia mientras se alejaba del claro, su mente divagó y fantaseo en que ella lo habría besado mientras dormía.

Sin duda esa mujer era diferente a todas aquellas que había conocido ella no se dejaba amedrentar por nadie, tenía claro sus metas y justamente eso le había encantado de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top