La Cebada Valanceandose.
Camus después de hablar con Skdy intentar convencerla fue llamado por el Rey.
-Su Majestad, ella dice que no. Dice que va a regresar hoy a Grecia, como tenía planeado, y sola.
- ¿Has utilizado todas tus habilidades de persuasión? -Camus asintió. -Me avergüenza, Majestad, reconocer que no han sido suficientes, al menos en este momento. Ella está muy recelosa, necesita tiempo. -Los ojos habitualmente amables del Rey se tornaron duros como ágatas.
-Has dicho que se marcha. Eso quiere decir que no tienes tiempo. -Odín
empezó a pasearse delante de las ventanas de cristal emplomado. Camus y Milo esperaban, en respetuoso silencio, hasta que él eligió hablar de nuevo, hasta que su Majestad dejó de pasearse y se dio la vuelta.
-Skdy es demasiado orgullosa, demasiado obstinada. Tiene la lengua afilada como el pico de un cuervo.
Al final no hay manera de razonar con una mujer como ella. Tendrás que llevártela, me pesa tomar tal medida, pero no veo otro modo. Mi nieto no nacerá siendo un bastardo, desvíale su coche a mitad
de camino hacia el aeropuerto y llévatela a la
habitación de una torre en Quideca déjala allí hasta que acceda a casarse contigo. Camus sintió una opresión en el pecho.
-Me odiará, y en cuanto pueda se divorciará de mí. Nuestras propias leyes así se lo permiten. Ninguna mujer vikinga oh Valkiria tenía por qué soportar un matrimonio que fuera en contra de su voluntad.
-Retenla en tus tierras hasta que nazca el niño. Entonces que ella haga lo que le plazca. Tu hijo será legítimo, y eso es lo que más importa.
-Su Majestad. -Dijo Camus con respeto. El rey lo miró con los ojos entrecerrados. -No me gusta ese tono. -Odín observo extrañado a Camus algo tenia, tenía un secreto. -Preferiría, señor, capturar a mí esposa a mi manera. - ¿Cuál es esa manera? Con Skdy no hay otra que no sea por la fuerza.
-Señor, le aseguro hay una manera. Odín hizo un gesto desprecio con la mano.
-La distancia no me ha impedido vigilar a mis hijas mientras se han hecho mayores.
Conozco sus vidas, lo que han elegido, los hombres que
están a su alrededor. Los hombres de Skdy son suaves y generosos sin verdadero criterio. Tiernos como las mismas mujeres. Hablan con ella de cambiar el mundo, y lo hacen cuando ella les dice que lo hagan
-El Rey adoptó una expresión astuta. - ¿Sabías que ahora mismo tiene a uno de esos pobres ilusos retorciéndose en el anzuelo de sus considerables encantos?
-Sí -Dijo Camus en tono seco Milo quien lo conocía bastante bien y era su compañero de juergas pudo notar un tono de amargura. Alberich de Megres de Delta es su nombre y curiosamente es un chico nacido aquí en Noruega descendiente de un Guerrero de la corona señor, lo mencionó una o dos veces durante el rato que estuvimos juntos.
Odín se acercó a su mesa de escritorio y se sentó en la silla de madera tallada.
Apoyó las manos sobre el tablero de marquetería y libro donde estaba escrito los nombres de los mejores guerreros de Noruega. El rubí rojo sangre reflejó la luz que entraba por las ventanas a sus espaldas y brilló como el fuego en el ojo de un dragón.
-Camus, todos sabemos que ninguna mujer puede resistirse a ti. Como regla, ni siquiera lo intentan y lo mismo va con Milo.
Pero Skdy no es una mujer, en el sentido que cualquier hombre de verdad es capaz de entender.
-Eso lo sé, Majestad. -El rey lo estudió durante un incómodo momento. -Ella no es como Sophy, que entiende su feminidad con sentimiento profundo y no es como Lia, que es alocada y terca, sí, pero que se conoce como mujer y lo alaba. Skdy se ha pasado la vida preparándose para asumir un puesto muy alto, y ha dejado su feminidad de lado. Y eso significa que ésta puede ser una partida que no tengas esperanzas de ganar. -Milord, eso es muy posible. -Milo dijo pensativo.
-Acabarás quebrantándote y con mal sabor de boca, arrepentido de haber querido jugar conozco a las Nyfada y son de lo más testarudas. -Odín hizo memoria cuando vivía con Freya. Y en cuanto al peli azul Camus no sentía ningún pesar en esos momentos.
En ese momento tenía el pulso acelerado y la mente tan clara y aguda como la hoja de una buena espada. Conocía a su rey, y veía donde conduciría aquella entrevista. Tendría las bendiciones de su majestad para seducir a la princesa Skdy para ir detrás de ella y perseguirla, armado tan sólo con su inteligencia y una lengua rápida.
La dejaría sin palabras, y al mismo tiempo estaría pendiente de cada cosa que ella hiciera y dijera. La tocaría, la besaría, la acariciaría... sólo cuando ella se lo permitiera.
Hasta que ella suplicara por sus besos y sollozara por sus caricias, hasta que ella anhelara sólo tenerlo de nuevo dentro de ella. Hasta que gimiera bajo su cuerpo, y sé retorciera debajo de él y avanzara a gatas sobre él cada vez que él quisiera. Hasta que él le dijera.
-Cásate conmigo. -Y ella gritara. -Sí, sí. -Con esos ojos azules llenos de lágrimas.
Odín lo observaba, el rey sacudió su orgullosa cabeza canosa. -Harías mejor en llevártela y terminar con ello. Al final, tendrás que hacerlo de todos modos.
-Camus no dijo nada, ya había dejado sus intenciones claras.
Milo habló entonces, estaba detrás de Camus. -Recordad, milord, cómo se ha producido esta situación. Hace dos noches, la princesa Skdy se rindió. Puede ser seducida, y el príncipe Camus es el hombre para ello.
-La expresión de Odín se volvió pensativa, asintió, pero al momento negó con la cabeza. -No debemos olvidar que fue la Víspera del Solsticio de Verano. Una noche en la que todas las leyes se rompen. También había por medio, grandes cantidades de cerveza. ¿Es ese tu plan, Camus? ¿Emborracharla?
-No, milord en absoluto. Mi plan es casarme con ella pero deseo que lo haga porque ella quiera. Cuando ella elija esa opción, lo hará con la cabeza, porque de otro modo el juego no sería justo.
-Mmm... -Dijo el rey.
-Creo -Dijo Milo. -Que si algún hombre tiene alguna posibilidad en esta
tarea casi imposible, ese hombre sería Camus.
Odín miró de nuevo a Camus. - ¿Estás totalmente empeñado en intentar hacerla tuya...? -Señor. Lo estoy.
- ¿Me dejarás que te ayude un poco nada más?
-Nada de forzarla -Insistió Camus, el Rey sonrió y encorvó el dedo. -Acércate.
-Camus, se acercó al rey y se inclinó hacia él. Su señor le comunicó la ayuda que le ofrecía, Camus se retiró.
-No puedo garantizar. -Dijo el rey. -Pero haré la llamada.
Los oídos sordos a veces escuchan, cuando los ojos ciegos empiezan a ver no hay otra manera que la de aprender a ser flexible. Y la noticia del bebé nos ayudará. Si tengo éxito, no sólo tendrás a una importante aliada en tu aventura, sino que también quedarás en la posición adecuada, de tal modo que Skdy no podrá ignorarte. ¿Qué me dices?
-Sí, milord, se lo agradezco tal ayuda.
Lia entró con alegría en la suite poco después de las cuatro de la tarde,
con las mejillas sonrosadas y las manos llenas de paquetes. Pero al ver que Skdy seguía allí los dejó caer a la puerta.
- ¿A ver, qué ha pasado? -Skdy no se molestó ni en encender la radio ni la tele. Si su padre estaba escuchándolas mientras le decía a Lía el gusano que era, que las escuchara era lo de menos.
Además, había tenido varias horas para pensar en la destreza de Camus Uller Borgio al decir que tal vez la suite pudiera estar llena de micrófonos.
Le había dado la excusa perfecta para sentarse cerca de ella, para susurrarle al oído o para tomarle la mano una y otra vez, para recordarle con su proximidad la noche prohibida que habían compartido y ejercer sobre ella esos increíbles poderes de seducción.
Y entonces, no le cabía ninguna duda, no mucho después de que él
hubiera salido de la suite, su padre lo habría. Llamado para que él le repitiera todo lo que ella le había dicho. De modo que Odin sabía ya lo que opinaba ella y lo que pretendía hacer. Tiró de Lía para que se
sentara con ella en un banco largo y tapizado que había junto a la puerta.
-No podía marcharme sin hablar contigo. -Skdy le contó todo rápidamente, la reunión con su padre y la que había mantenido después con Camus. -Quiero que vuelvas a casa conmigo. Haz la maleta, nos vamos de aquí.
-Pero Lia no iba a moverse. -No estoy lista para marcharme aún.
- ¿Acaso te has vuelto loca? Probablemente tendrá esta habitación llena de micrófonos y estará escuchando todo lo que decimos. Si es capaz de eso, piensa en lo que estaría dispuesto a hacer... -Skdy. Escucha. Yo me quedo. Nuestro padre... es quien es. Y no me importa si me espía o no. No va a enterarse de nada que yo no quiera que sepa, y menos ahora que sé que lo está haciendo.
-Pero podría hacer cualquier cosa. No sabes lo que podría pasarte aquí.
-No va a hacerme daño. Soy su hija, y tú también.
-Ah, no me lo recuerdes.
-A su manera, a pesar de lo pesado que es, nos quiere mucho a las dos.
Skdy tuvo que reconocer que no creía que Odín le hiciera daño a Lia. Y Lia
parecía tan convencida de querer quedarse... -Oh, Skdy... -Todo me irá bien.
Skdy se dio por vencida y llamo un coche, medio esperando que le dijeran
que no había ninguno disponible y que al final el jet real no estaría a su disposición. Se estaba preparando para otro enfrentamiento con su padre cuando apareció un ayudante para bajarle las maletas. Skdy abrazó a su hermana con fuerza.
-Ten cuidado, te mataré si te metes en algún lío. -Te prometo que todo irá
bien.
-El trayecto al aeropuerto ocurrió sin incidentes. Y el jet real, un Gulfstream capaz de realizar un vuelo directo hasta America si era necesario, estaba listo para despegar en cuanto su Alteza subiera a bordo y los planes de vuelo recibieran el visto bueno. El conductor le abrió la puerta y la ayudó a salir del coche, sacó las bolsas del maletero y se las pasó a un hombre que las cargaría en el compartimento del equipaje.
El aire era limpio y se había levantado un viento que trasportaba el aire frío del mar nordico. Se pasó la mano por el cabello revuelto y corrió hacia las escaleras, que conducían a la puerta de los pasajeros.
La azafata, la misma que las había atendido a Lia y a ella en el vuelo de ida hasta allí, la saludó a la puerta.
-Bienvenida, Alteza. Me alegra tenerla de nuevo con nosotros. Skdy sonrió a la mujer y entró al avión. Fue entonces cuando vio al otro pasajero que viajaría
con ella, Camus Borgio. Skdy miró con sorpresa y rabia al hombre que la esperaba en el avión.
-Skdy, bienvenida. -Camus se levantó del magnífico asiento de cuero y le tendió una mano. Ella cruzó la estrecha entrada con aire majestuoso y accedió a la cabina, pero en ese momento se detuvo bruscamente y se volvió hacia la azafata de vuelo.
-Discúlpenos un momento -Dijo antes de cerrarle la puerta en la cara a la bonita y perpleja azafata y de volverse hacia Camus. Voy a preguntarte lo más obvio. ¿Qué estás haciendo aquí?
-Lo que teníamos que decirnos ya nos lo hemos dicho y si bien recuerdo te negaste. -Camus asintió con un aire de grandesa.
-Espero convencerte para que reconsideres mi cortejo. -No, lo haré por nada del mundo. Lo que he dicho lo mantengo. No me casaré contigo, pase lo, que pase. -No te casarás conmigo, entiendo. Lo has dicho repetidamente, no hay necesidad de decirlo más.
- ¿Ah, y por qué no soy capaz de que lo entiendas? -Pero Skdy, cariño, lo he entendido. -No soy tu cariño.
-Ah, sí. Creo que eso también lo has dicho. -Entonces no me llames así. -Él se sentó de nuevo y la miró con una expresión de desconcierto.
-Quién lucha contra las sombras tan sólo despilfarra su fuerza.
- Skdy Sinceramente sentía ganas de darle un golpe con su bolso de Balenciaga. - ¿Qué es eso? ¿Uno de esos incomprensibles dichos vikingos que utilizas tú?
-No es mío. Y creo que el significado está muy claro. -No tiene sentido en esta situación. No vas a llegar a ningún sitio. -Eso me has explicado. Sin embargo, siento un deseo insaciable de conocer el Santuario. -Ah, bien, sin duda es el destino turístico más importante de Atenas.
Él sonrió de medio lado. -Una visita de... dos o tres semanas, diría yo... Ah, no tenía ningún sentido hablar con él. No llegaría a ningún sitio. ¿Debería acaso bajarse del Avión? ¿Y para qué hacer eso? De todos modos tendría que encontrar algún modo de llegar a casa. Y Camus estaría allí cuando llegara.
Le dio la espalda bruscamente y abrió la puerta de la cocinilla. La azafata estaba al otro lado, visiblemente avergonzada. -Pase, pase -Dijo Skdy con mucha ironía. - El príncipe y yo no tenemos más que decirnos. Skdy lo ignoró todo el tiempo, y durante todo el vuelo no se dirigieron la palabra.
Una vez aterrizo el avión ella salió como bala a tomar su maleta allí ella notaria si era verdad la propaganda que decía al comprarla uso tosco, casi corriendo de la terminal aérea ella se dirigió a la zona de taxis pago su transporte en la caseta y se dirigio al área donde esperaba no ser molestada pero para su suerte al salir allí unos periodistas se le acercaron y cuestionaron.
-Princesa Skdy ¿Cómo le fue en la boda de su hermana? -Bien gracias. -Skdy siguió caminado. -Princesa que ha de verdad de los rumores sobre su compromiso con el príncipe Camus Uller Borgio. -Skdy sintió un revoltijo en su estoma al escucharlo el primero en pensar fue su padre sintiendo repulsión por ese hombre. En cuanto estaba por contestar y desmentir ella fue olvidada Camus estaba en el marco de la puerta y los periodistas corrieron asediarlo.
- ¿Es verdad que usted viene con la princesa Skdy? -Asi es los dos viajamos en el mismo avión. - ¿Cuál es su misión en este viaje que índole de tarea se le ah encomendado? -Nada... oficial más bien eh venido para pasar el tiempo y claro conocer su historia y algunos centros turísticos. -Camus contesto mientras se apresuró en llegar junto a Skdy quien luchaba por subir la maleta.
Skdy estaba enojada sentía que le hervía la sangre y suplicaba a las furias le hicieran el favor de hacer pagar a su padre por tal desfachatez. Pero su enojo fue apagado cuando sintió una mano en el hombro ella miro y Camus le brindo una gran sonrisa. -Me permites. -Camus ágilmente tomo la maleta y la cargo para meterla a la cajuela del auto, enseguida Skdy se había quedado paralizada.
-Creo que sería mejor que yo te llevara pero no quiero incomodarte espero poder verte pronto. -Camus se inclinó beso su mejilla y fue abrir la puerta enseguida ella subió.
Durante el camino a su departamento tubo la mente en blanco hasta que el taxista le llamo y dijo que habían llegado pudo reaccionar. Una vez afuera de su departamento estilo victoriano era una de las casa que no hacían juego al gran barrio de Plaka, el lugar era famoso Un barrio encantador a pesar de ser una zona muy transitada por el turismo, el barrio de Plaka aún conserva un encantador aspecto antiguo gracias a las estrechas y laberínticas callejuelas adoquinadas bellas casas neoclásicas del siglo XIX.
El barrio de Plaka es una de las mejores zonas de la ciudad para encontrar de regalos recuerdos, o bien probar la en una de sus múltiples terrazas y tabernas. Además de las actividades de ocio, en Plaka se pueden realizar a muchos de los lugares históricos de la ciudad, como el Monumento a Lisícrates, el , o el .
Era algo que amaba de ese lugar su rentaba valía la pena era de los pocos lugares que tenían unas hermosas fachadas y eran accesibles. Subió por las escalinatas y noto que sus plantas estaban por Florear y llenas de hierbas abrió y un fuerte olor ha guardado le azoto a sus fosas nasales cerró la puerta con llave y subió por la estrecha escalinata apenas de un poco más metro de ancho.
Una vez arriba dejo a un lado su maleta y abrió las ventanas para ser precisa diez ventanas en ese espacio no dudo en abrir la pequeña terraza que daba a la calle y allí ella triste se sintió al ver que sus dos plantas estaban secas, entro a la cocina donde le guiaba a otras escaleras donde estaba el cuarto de servicio y se puso la tarea de limpiar los ventanales, aspirar la alfombra, lavar el baño en definitiva no podría vivir en ese lugar con olor a humedad.
Por ultimo ella fue a la barra de vinos que tenía y recordó que tenía que revisar el contestador. Allí vio parpadear un foquito rojo y verde y supo que tenía mensajes.
El primero era de Alberich reconoció el número, presiono el botón y escucho. -Hola linda. Ammph... se que aun estas en Noruega solo llamo para decirte que el próximo viernes tengo libre el día y me gustaría que me cuentes como te fue en tu viaje. Bueno eso es todo llámame cuando puedas.
-Skdy sintió un ligero remordimiento, por su mente pasaba la idea en decirle oh no, en realidad no tenía la idea si el le perdonaría esa infidelidad, de pronto el sonido de siguiente mensaje la distrajo.
-Hola hija, recuerda llámame cuando llegues oh al menos escuches este mensaje.
-Sabía que su madre se enojaría mucho si ella no devolvía la llamada por lo que le marco.
-Hola ma... -Hola mi chica, ¿Cómo te fue en elregreso? -Aburrido ya sabes lo de siempre. -Bien conociéndote cómo eres yaterminaste de limpiar tu departamento, ahora entra a darte un baño y metete ala cama y descansa, y por favor come algo.
-Si ma... luego te llamo. -Si Skdy porcierto... - ¿Si? - ¿Cuándo vendrás a verme? -Am...yo creo que el miércoles esta semanaserá muy atareada con eso de las capacitaciones y la organización. -Bienentonces te espero el miércoles para que te prepare tu cena favorita. -Quebien, no faltare por nada. -Descansa cariño.
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