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〔"Nos conocimos y
todo cambió". 〕
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Era un día de festividad en Ávalon, el pequeño príncipe Jimin cumplía sus nueve años y el pueblo no podría estar más que feliz. Los colores inundaban cada rincón del pueblo y las canciones no podían faltar, celebrando con total alegría su nacimiento. Jimin era una hermosa bendición para los habitantes del reino, un ángel dispuesto a gobernar de manera correcta.
Jimin era alguien alegre y risueño. Siempre brindaba aquella sonrisa que hacían desaparecer sus pequeños y hermosos ojos y ayudaba a las personas del pueblo aún en su corta edad, lo que hizo que rápidamente se ganara todo el amor y el respeto de todos los pueblerinos. Siempre visitaba el pueblo con sus padres y disfrutaban de las pequeñas festividades que hacían en honor al Rey.
Actualmente el palacio estaba elegantemente decorado con cortinas de seda blancas y rosas azules—las favoritas del pequeño jimin— y visitantes de otros reinos fueron invitados a celebrar junto al pequeño.
Jimin se encontraba en su habitación junto a su madre, preparándose para la celebración cuando la puerta de la alcoba fue abierta para luego vislumbrar a Hyesun, la consejera de su madre.
—Todo se encuentra listo, Mi Reina, los invitados están esperando ansiosos por ver al Príncipe —dijo la anciana, colocándose detrás de la Reina viéndola por el gran espejo con detalles en oro.
—Ya estamos listos para bajar, ¿verdad, cielo? —preguntó la Reina a Jimin. Este asintió alegremente arreglándose su pequeña corona que se había resbalado un poco al moverse ansioso.
—¡Estoy listo madre!
Juntos y tomados de la mano, bajaron por las grandes escaleras del palacio hasta llegar a
las puertas del gran salón. El Rey había llegado segundos después y se situó junto a ellos con una sonrisa, no sin antes decirle a ambos lo hermosos que se veían con expresión enternecida.
—Damas y caballeros, con ustedes, sus majestades El Rey y La Reina Park, junto a nuestro festejado, El Principe Jimin —anunció uno de los caballeros reales a la multitud de invitados.
Segundos después las puertas se abrieron de par en par dejando a Jimin ver a todas las personas que le aplaudían por su llegada.
Jimin sonreía y saludaba a cada uno de ellos a medida caminaba hasta el centro.
—Muchas gracias a todos los reinos vecinos por su grata asistencia—comenzó a hablar el Rey Park una vez llegaron al frente y los aplausos cesaron—. De parte de Jimin y nosotros les damos una cordial bienvenida a nuestro palacio— continuó—Esperamos disfruten de su estadía y celebren contentos el nacimiento de mi hermoso hijo.
Jimin lo miró y sonrió cuando sus miradas se conectaron.
La fiesta comenzó hace tiempo y la música resonaba por todo el salón. Niños, adolescentes y adultos miembros de la realeza bailaban disfrutando del ambiente. Jimin yacía sentado en su pequeño trono sonriente, quería jugar y bailar, así que se levantó, ajustó la gran tela semi transparente que cubría su pantalón—haciéndolo ver como un vestido—y caminó hasta las niñas y niños de su edad que jugaban en una de las esquinas del salón.
—Umm...hola...¿Puedo jugar con ustedes? —preguntó suavemente.
El pequeño príncipe era bastante tímido, pues nunca había hablado con niños de su edad aparte de su primo, por lo que para él era un poco difícil socializar, pero quería cambiar eso y hacer muchos, muchos amigos.
Los niños dejaron lo que estaban haciendo y miraron al rubio con una mueca, escaneando su vestimenta y mirándose entre ellos.
—¿Estás seguro de que no eres una niña? Pareces una con esa vestimenta—habló uno de ellos sin pensar.
—Y-yo...¡aah! esto no es-
—Olvídalo, solo porque la fiesta sea tuya no significa que tendremos que jugar contigo—interrumpió una de las niñas —Además, según mi mami, solo las niñas usan vestido y no eres una niña, eres un niño.
El príncipe no sabía que decir, sus palabras habían dolido, estaba dispuesto a irse con sus ojitos cristalizados por el rechazo de aquel grupo de niños, pero una voz lo interrumpió.
—Yo creo que él se ve muy lindo—dijo una voz a lo lejos.
Jimin y los niños miraron hacia la dirección de donde provenía. Un niño de cabello azabache y piel pálida los miraba sin expresión alguna mientras se cruzaba de brazos recargando su espalda en una de las paredes a unos pasos lejos de ellos. Se veía mayor que ellos.
—Les puedo apostar a que ustedes nunca en su vida se verán tan lindos como lo es el Príncipe —volvió a hablar el pálido chico azabache.
—¿Estás loco? ¡Si se ve como una niña! —reprochó uno de los niños.
—Para ser de la realeza, no tienes muchos modales, se ve que eres de esos caprichosos—. El niño se quedó sin habla.
El pálido chico caminó entre los demás hasta llegar a Jimin, quien estaba sonrojado jugando con sus pequeñas manos mientras su vista estaba en el piso, pero la alzó segundos después cuando se percató de una silueta frente a él.
—¿Vamos?—el mayor le tendió su mano.
Jimin la miró sin saber qué hacer o decir, pero luego de unos segundos la tomó, recibiendo una pequeña sonrisa por parte del pálido, y sin más caminaron lejos de aquel grupo de chicos.
Con permiso de Jimin pasaron los guardias y caminaron fuera del castillo hacia el gran jardín, este era iluminado por luces dejándolo ver cómo un castillo de cuentos.
—¿C-cómo te llamas?— preguntó Jimin tímido cuando se sentaron en uno de los tantos bancos del lugar.
—Min Yoongi, Príncipe de Cimmeria —Jimin sonrió.
—Gracias por defenderme, Príncipe Min — murmuró sonrojado.
Yoongi lo miró y sonrió levemente.
—No fue nada, ellos eran unos tontos —comentó burlón.
Jimin quiso reír pero no pudo.
—¿No crees que tienen razón? En que parezco una niña con esta gran tela que se asemeja a un vestido —murmuró.
—Eres libre de usar lo que quieras, además, antes había dicho que te veías lindo ¿no? —respondió desinteresado mientras lo miraba pero la volteó rápidamente antes de que se fuera cuenta.
Jimin lo miró por unos segundos, la mirada neutra del chico estaba hacia el frente como si lo que hubiese dicho fuera totalmente normal.
Jimin, con un sonrojo, apartó la mirada hacia el verde suelo del jardín y sonrió.
—Gracias.
—¡Oh! Ya veo que se conocieron—interrumpió una voz femenina.
Los pequeños principes volvieron su mirada a la voz. La madre de Jimin apareció acompañada de una señora de su misma edad. Esta se acercó a Jimin y le sonrió.
—Hola, Jimin, Soy Min Miyeon, la madre de Yoongi, es un placer por fin conocerte —dijo con una gran sonrisa. La madre de Yoongi era muy hermosa.
—El placer es mío, majestad —respondió con su suave voz, a lo que la Reina Min solo sonrió con más fuerza enternecida con la belleza del rubio.
—Tienes un hijo hermoso, ShinHye, estoy tan feliz de que será parte de nuestra familia en el futuro.
Jimin y Yoongi miraron a la Reina confundidos.
—¿De qué hablas, madre? —preguntó Yoongi.
Shinhye y Miyeon compartieron miradas nerviosas por unos segundos.
—¡Oh, nada, nada! Miyeon no sabe lo que dice — respondió agitando su mano sin darle importancia.
—Cierto, son solo cosas mías. Si me disculpas pequeño príncipe, Yoongi y yo debemos volver a casa —dijo a Jimin.
El pequeño miró al peli negro con tristeza, no había tenido tiempo de hablar con él y conocerse mejor. Al parecer Yoongi no se dió cuenta pues no lo miraba, tampoco es como si lo hubiese hecho desde que llegaron al jardín o eso pensaba.
—Les daremos tiempo para que se despidan —dijo la Reina Park y se fueron directo al castillo.
— Gracias por todo, majestad —comenzó a decir Yoongi—. Una muy linda fiesta, sin contar el pequeño infortunio de antes.
Jimin río bajo para luego darle una mirada triste. No le gustaba que la primera persona a la que le había hablado aparte de sus familiares se vaya. Quería hacerse amigo del peli negro.
—No volveremos a vernos, ¿verdad? —preguntó con un puchero.
—No lo sé —respondió pensativo. Le había agradado la pequeña compañía del menor, pues el príncipe era bastante solitario. Sacudió un poco su cabeza y miró al rubio dando una pequeña reverencia—. Hasta que nos volvamos a ver, Príncipe Park.
—Adiós, Príncipe Min.
Jimin se despidió de la misma forma, con la esperanza de que algún día pueda volver a
reencontrarse con aquel niño de piel pálida y cabello negro.
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Es bueno estar de vuelta :')
Espero hayan extrañado el fic tanto como yo.
Esta será una versión corregida y mejorada del fic, espero les guste! 🥺
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