Capítulo 9
Luego de ese accidente muchos chicos parecen repelerme más, así es, más de lo que ya era medio repelido. Ser yo no necesariamente te daba popularidad, la verdad me importaba una mierda sólo que Baekhyun se alejó también.
Claro, le había visto como si le quisiera arrancar la cabeza, obvio que saldría huyendo. Y la idea no me desagradaba en ese momento, lo admito.
Zen por otra parte no la había visto, ni sentido su hambre o algo así. Las cosas en la academia iban para la recta final, pronto habría graduación y yo me iría junto a mi vampira a Rusia. Una parte de mí quiere ya salir de aquí y otra no, tengo miedo del futuro que me depara.
— ¿Te encuentras bien? – pregunta alguien, por un momento tengo la esperanza de que sea Baekhyun pero no, es Luhan.
—Emm sí — carraspeo incómodo.
—Lo digo porque has estado muy solitario — se sienta a mi lado. Estaba en la iglesia, en un balcón de madera hasta enfrente.
—Luego de aquello dudo que alguien quiera ser mi amigo, de hecho no tenía tantos...
—Es normal eso, todos pasamos por lo mismo — me dice con cierta voz conciliadora.
— ¿Tú hiciste lo mismo? — volteo a verlo, tiene la mirada fija en el altar.
—Oh sí, cuando mi vampira se casó, vi a su esposo así un buen rato, ni me di cuenta — río ligeramente.
—Ah — suelto. Sé que su vampira se había casado, lo que no sabía es que le importara — ¿Duele? — no necesito especificar puesto que lo entiende de inmediato.
—Preferiría ser comido por lobos — hay un breve silencio. Uno de empatía.
—No quiero sentir lo que creo que estoy sintiendo...no quiero sentir dolor cuando toda mi vida he deseado que alguien me mire sólo a mí — Luhan voltea a verme y me da una palmada.
—Si algo he aprendido es que te verá sólo a ti, no existirá alguien más en sus ojos que tú, sólo es un formalismo Kyungsoo, ella te amará a ti — explica, sé que así será pero... ¿tan egoísta soy que no la quiero compartir ni con el aire mismo? Es entonces que doy cuenta de lo perdido que estoy ya.
Pero esto sólo es por la unión que tenemos, no se puede querer a alguien de esta manera y tan rápido... ¿O sí?
***
Me toca dirigir un canto, una absurdo canto gregoriano en la graduación, ese trabajo me han dado. Me dicen a menudo que tengo una voz hermosa pero yo no me lo creo tanto. Leo la canción algunas veces más antes para comenzar a practicarla, quiero que suene bien ya que mi latín no es tan bueno. Observo varias veces un punto fijo en la pared de la iglesia mientras susurro la canción.
Cuando estoy listo comienzo a cantar quedamente. Modulo la voz varias veces para que salga como debe sonar, no me gustan estos cantos sin gracia alguna.
—Suena hermoso — me remuevo al escuchar la voz de alguien. Alzo la vista y es Zen.
—No me di cuenta que venías — le digo mientras ella se acomoda enfrente de mí en el suelo— supongo que estaba muy metido en esto
—Tienes la voz de un ángel — sigue diciendo ignorando lo que le dije — pero pronuncias horrible la 'r'
—Gracias — digo regresando mi vista a la hoja.
— ¿Quieres practicar? — pregunta. Alzo una ceja pero sigo sin verla.
—Olvido que el ruso usa demasiado la 'r' — contesto.
— ¿Hablas ruso? — me encojo de hombros.
—Tuve que, me enseñaron por ti
—Oh — luego recuerdo algo, no tiene acento alguno en su coreano — yo también tuve que aprender, mi primo me enseñó, él es coreano
—Creí que la familia Ivanovic era rusa
—Lo es pero él tiene una madre coreana
Se hace un silencio repentino. Traro de concentrarme en la hoja y de no verla, pero siento como una mirada me atraviesa, puedo ver sus ojos rojos en mi mente, excavando en mi cabeza. Intenta adentrarse, como si me taladrara la mente con su mirada fija.
— ¡Alto! — Digo de repente mirándola — ¿Qué rayos haces?
—Nada, yo sólo...
—Vete por favor, me estás molestando — ella me ve con el ceño fruncido.
—No me iré — pronuncia — no me iré hasta que me digas porqué de repente te pones así, yo no hice nada
— ¿Ponerme cómo? Yo estoy normal
— ¡Claro que no! — acusa. Se levanta del suelo — En serio que no te entiendo Kyungsoo
Veo cómo sale de la iglesia. Bien, dejará de molestar un rato. Regreso a practicar como debe ser pero mi mente está distraída por su culpa. Reniego varias veces antes de ponerme a trabajar en serio.
***
La mayoría está nervioso, se siente la tensión en el aire debido a lo que está por ocurrir y es que todo es demasiado sagrado. Muchos ya consiguieron una vampira y sólo esperan irse, como yo, luego de esto seremos libres. Podré ver el mundo que hay afuera y muchas cosas más sin embargo mi cabeza sólo piensa en Zen.
Desde que llegué a la iglesia la busqué con la mirada, imposible. No la siento aquí así que no está, creí que vendría, no debo esperar mucho, después de todo fui muy grosero con ella. La ceremonia comienza con nosotros dando una marcha en hileras hacia el frente, la música del organillo suena dando un aspecto algo tétrico a todo y no ayuda mucho las grandes capas negras que todos usamos.
El padre Kim ya está en el frente listo para dar la ceremonia. Abre aquel gran libro negro, no es la biblia, aquel libro contiene diferentes ceremonias que se han realizado en el mundo vampírico, comienza a leerlo con parsimonia mientras todos estamos atentos a sus palabras.
Muchas de las cosas que dice las repaso en mi cabeza mentalmente, estoy así intentando alejarla a ella de mi cabeza pero inevitablemente termino pensando en todo lo que ha ido sucediendo, en Zen, en mí, en los dos. Puedo sentir los latidos de ella sobre mi pecho, me doy cuenta que está cerca, no en la iglesia pero sí afuera. Las campanas comienzan a sonar, regreso mi atención a la ceremonia que ya está por acabar.
—Ser un novicio va más allá de un guardián, más allá de un esposo, sus vidas estarán atadas a su vampiro y de ustedes dependerá cómo llevar esa relación — hace una ligera pausa mirándonos a todos con expectación — si lo hacen difícil o fácil — posa ligeramente su vista en mí —Gratulatione, tandem graduati /Felicidades, finalmente están graduados
Todos alzan la mirada, no se escuchan aplausos ni nada de eso, en cambio todos se acomodan para pasar al altar a recibir su arma. Soy jalado junto a los del coro para llevar a cabo el canto que me ha tocado. Desde un lado observo como Baekhyun está en la fila, me mira por un segundo y sonríe ligeramente, le devuelvo la sonrisa tímidamente. No pensaba que fuera a mirarme siquiera. Los nervios están a flor de piel entre los demás chicos del coro, los observo girando mi cabeza de un lado a otro esperando que asientan para decirme que están listos. Todos lo hacen y pronto estoy tomando aire para comenzar.
Da la paz, Señor
A quienes pacientes te esperan
Y de tus profetas
Sea comprobada su fidelidad.
Son varios minutos en los que se escucha mi voz inundar a la iglesia, el eco llega a varios lugares seguido por las voces de mis compañeros y las campanas. El incienso inunda el lugar mientras los demás chicos están recibiendo sus armas. Luhan a mi lado parece bastante tranquilo, él no tiene que graduarse sólo está apoyando al coro cuando bien pudo ser la voz principal y no yo. Sonríe ligeramente mientras canta y eso me hace querer fijarme a quien va dirigido ese gesto, entre las sombras una chica con el cabello castaño y algo ondulado le está mirando con cierto cariño, como si no hubiera nadie más en el recinto. Dejo de estar observando y me concentro en mi canto. Ver aquello no me ayuda mucho.
***
—Te entrego la espada de oro, Do Kyungsoo, príncipe novicio — mi mirada está en el suelo con la cabeza agachada, sosteniéndome en una rodilla como muestra de respeto. Alzo la vista y mis manos se ponen enfrente de mí para recibir la espada — El orgullo, valor y fuerza corre por tu bendita sangre, has merecido tal honor — sentencia dejando la espada en mis manos.
Observó bien los acabados de la funda, el mango que tiene un león grabado en oro junto a varias joyas más. Me persigna el padre Kim y finalmente puedo levantarme, con la espada en manos, la pongo a mi costado.
—Gracias— susurró haciendo una venia. Me doy la vuelta para ver al resto de mis compañeros que me observan con interés, he sido el último en pasar.
—Felicidades, Dodo — dice de repente Baekhyun acercándose a mí. Es el único que viene a felicitarme de mis compañeros.
—Perdóname Baek, por haberte visto feo — él niega ante mis palabras y me da un ligero abrazo.
—Debí medir mis palabras, lo siento — se retira y al verle sé lo que piensa. Es la última vez que nos veremos — cuídate mucho, ¿sí?
—Lo mismo digo, Baek, no te metas en problemas — suspira ligeramente.
—Tú eres el que debe tener cuidado, trata de ser amable con Zen...es una buena chica
Asiento ligeramente. Hay más palabras de despedida, luego quedamos en intentar contactarnos de alguna forma. Terminamos de hablar y finalmente se va, observo como la iglesia se ha ido vaciando, recuerdo entonces que Zen estaba cerca. Corro hacia la salida para ver si está y lo está. Bajo la luz de la luna Zen está en aquella estatua de St.Vladimir, sus ojos azules brillan con intensidad y muestra una ligera sonrisa al verme. Toco ligeramente el mango de mi espada que yace a un costado en su funda. Baja de la estatua en un salto perfecto lleno de gracia, su cabello que reluce en la noche se agita mientras se acerca.
—Es una buena espada — dice llegando hasta mí, asiento ligeramente apretando los labios.
—Zen, yo lo— posa su dedo en mis labios y luego se acerca hasta mi oído.
—Está bien, no te disculpes, hoy es tu noche — me dice para luego acariciar la mejilla del otro lado — Felicidades, Kyunggie — susurra y deja un beso cerca de las comisuras de mis labios.
Ante esa acción me doy cuenta que no importa cuánto me aleje de Zen. Siempre terminaré corriendo hacia ella para luego ser atrapado.
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