14 - Pescado

ADVERTENCIA: Este Fanfic fue adaptado de una obra previamente realizada por mi con el ship Kaisoo, misma que esta inspirada en el kdrama secret. Quiero mencionar que este fic es una montaña rusa de emociones y quizá a veces se van a enojar mucho, otras me van a odiar o a un personajes solo espero que le den la oportunidad.

Igualmente aclaro que NO se nada de leyes y todo lo que esta aquí descrito es mera ficción puesto que no se como funcionan las leyes con certeza en estos casos.

Disfruten.



POV GULF

Averigüe un poco sobre la madre de Yaya Suppasit, la mujer en realidad era una persona un poco enferma, manejaba una tienda de mariscos. Desde el día que la vi en el cementerio me había quedado con la espina. Quería ayudarla.

El primer día que me dirigí a su tienda, la mujer me lanzo cosas. Me quería lejos de ahí. Insistí durante todo el día, no dejo que se acercara.

O había intentado, lo intente toda una semana sin éxito. Fue entonces que vi una oportunidad para ayudarla. Tenía gente pero nadie más la ayudaba, no podía gritarme ni lanzarme cosas porque estaba ocupada. Me acerque y la comencé a ayudar, ¿Estaba de más decir que odiaba los mariscos? ¿El olor del pescado? Me miro con odio pero no me dijo nada.

En el momento en que empecé a gritar por todo el camino ofreciendo Pescados y camarones, me miro tan raro. Tenía nauseas, sentía que en cualquier momento iba a lanzar mis entrañas una vez más. No paso.

La mujer me hizo la ley del hielo pero al menos había logrado que vendiera un poco más, cuando al terminar el día la ayude a meter las cosas pesadas, solo me dio un pequeño manotazo.

-VETE – Dijo con voz fuerte pero, no me lanzo nada. Camine a casa, por primera vez sonreí durante el día.

La semana se hizo larga 'pero, fructífera. Estuve ayudando a la mujer durante esta. Había logrado que saliera la mayoría de los pescados, Aunque cuando, llegaba a casa olía terrible. Debía de verse con todos los gestos que hacía. El ultimo día, la mujer se acercó a mí, me extendió una bolsa y me la dio.

-Estos son ricos – abrí la bolsa y mis lágrimas cayeron.

-Lo siento tanto – susurre, ella solo asintió

– No te he perdonado – me dio una pequeña sonrisa – Anda vete, no vuelvas por aquí. ¿Qué no trabajas? – asentí.

Camine a casa, me prometí ir a visitarla y ayudarla al menos una vez a la semana, la mujer estaba un poco grande ya.

Cuando llegue a la florería, Bright quien se había quedado a cuidarla me saludo. Caminamos juntos a casa.

-Gulf – escuché a mi espalda. Mew Suppasit.

-Señor.

-Hablemos – Bright entró en la casa de inmediato.

-¿Qué pasa?

-¿Qué estabas haciendo en la tienda? – Me sorprendió - ¿Qué estabas haciendo ahí?

-La estaba ayudando.

-Eso me di cuenta. Si tanto odias el olor ¿Por qué la estabas ayudando?

-Yo le quite a su hija.

-Eso no explica nada Gulf – parecía molesto ¿Estaba molesto porque me había acercado? ¿Por qué eso lo ofendía? – ella te golpeo ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué la ayudaste?

-Usted debe saber que perdí a mi padre – asentí – papá siempre decía que más que amar a tu pareja, amabas a tus hijos. Ellos eran todo para ti, tu amor, tus hijos, tu compañía. Cuando le quite su hija a esa mujer, le quite todas esas cosas, al menos quería darle la compañía. Sabía que estaba enferma. Para ella siempre será un pecador, pero el hecho de que no puedo dar marcha ataras a lo que hice mal. Lo sé. Pero, aun así, siendo todo lo que quiero evitar no puedo, paso y tengo que vivir con ello.

Me miro un segundo.

Enseguida se fue, parecía molesto y salió de ahí.

POV MEW .

Este hombre me sacaba de quicio, hacia cosas que no pensaría. Apreté los puños contra el volante. Había ido a la tienda de la madre de Yaya, dos veces, dos días seguidos lo había visto ahí, Ayudándole a la mujer, haciendo gestos, poniéndose amarillo pero sobre todo gritando como loco para que le compraran los mal olientes pescados. Mi cabeza casi había explotado, la primera vez vi cómo le lanzaban cosas pero no se rendía, esta tarde, vi como la mujer le había obsequiado algo, se había despedido de él y ambos había sonreído. La cosa más loca y extraña del mundo.

Mi celular sonó, era Max Nattapol.- ¿Podemos reunirnos?

-Claro, te veo en mi casa.

Sonaba algo apresurado.

Cuando llegue a casa Tul ya se encontraba con Max . Ambos me observaron.

-Hable con uno de los peritos de la noche del accidente – comenzó.

-¿Qué tienes?

-Se había comprobado que había huellas que iban desde el auto de Gulf hasta el auto de Yaya y volvían. Enseguida esas huellas desaparecían hacia otra dirección.

-¿Qué estas tratando de decir?

Gulf estaba en su lugar cuando lo encontraron no sería coherente pensar que él había vuelto a su lugar. – Asentí – Las huellas eran mucho más grandes que las de Gulf. Al parecer alguien se cercioro primero de que Yaya estuviera viva y después volvió al auto. ¿Para qué? Puedo imaginarme.

Las cosas me dieron vueltas, Tul me sostuvo del hombro.

-estoy seguro de que si comparamos las huellas con Dae-Hyun el tamaño coincide. Los resultados periciales no se mostraron completos. Jamás se habían mencionado huellas.

-¿Cómo consigues todo esto ahora Nattapol? ¿Por qué no antes? ¿Por qué ahora?

-Tengo contactos, además la mayoría de cosas que encontré estaban bien escondidas.

-Tenemos a ese maldito – apreté el puño.

-Solo queda rogar porque Gulf recuerde – Y lo iba a hacer.

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