XXXII: Enemigo del amor
Hace dos años...
Hace dos años aún cuando Shura era novio de Aioros, ya había conocido a la familia de su pareja y era normal salir con su hermano menor. Pues era muy querido por su pareja, así que la convivencia entre los tres se hacía más frecuente.
En ese entonces Shura tenía 21 años, su pareja era su mayor por tres años pero eso no era de mucha importancia , no cuando había amor, y su hermanito menor cumplía sus 16 años, se había tomado un año sabático para escoger la universidad a la que iría, asi que la mayor parte del tiempo se la pasaba acompañando a su hermano.
Fue uno de esos días, en que los tres salieron a un paseo pero mientras Shura fue a comprar algunas cosas, ambos hermanos lo esperaron fuera del local, la calle estaba tranquila hasta que por la esquina apareció un perro seguido de otros, rápidamente ambos trataron de esquivar a la jauría, pero Aioria había trapezado, ante ello uno de los perros estaba por morder su brazo, pero Aioros se interpuso para que su hermano no saliera herido, recibiendo la mordida en su lugar.
La mordida había sido profunda y cuando la conmoción paso, Aioria trato de levantarse, pero noto que se había torcido el tobillo. Shura recién había llegado y al ver a ambos hermanos en el suelo se acercó a ellos preocupado, y disimuladamente Aioros oculto su herida.
—¿Aioria que te paso?— Shura vio al menor en el suelo, y al tratar de ayudarlo no podía ponerse de pie.
—Mi hermano me empujó... Creo que me torci el tobillo.—Dijo con una voz adolorida, su rostro reflejo ese mismo dolor.
—No fue a propósito... Unos perros...— Aioros trato de explicar lo sucedió, pero rápidamente Shura había tomado al menor entre sus brazos y se lo fue llevando.
—Hay una clínica cerca, será mejor que revisen a Aioria.— La preocupación por el menor fue más que por la de su propia pareja, quien se quedó atrás al ver cómo su novio se llevaba a su hermano menor, lo hubiera dejado pasar de no ser porque Aioria lo vio con una sonrisa, mientras era llevado por Shura.
Ahí se dió cuenta que debía tener cuidado con su propio hermano. Pero antes de cualquier cosa, los siguió, el también debía hacerse revisar la mordida que tuvo gracias a su instinto protector.
Esa solo fue una de las pocas veces en que Aioria fue preferido sobre su hermano por Shura. Y a eso se había acostumbrado el menor. Además de que cuando recibía la atención de Shura solo lo enamoraba aún más, pensó que tenía una mínima oportunidad con el, pero fue como recibir un balde de agua fría cuando se enteró que Shura se casaría con su hermano.
—¿En seis meses se casaran? ¿No es muy pronto? Les recuerdo que solo se casan una sola vez así que la boda debe ser realmente hermosa.— Aioria trataba de sonreír y fingir felicidad ante la noticia, pero realmente era difícil, apretaba sus dientes y las uñas de sus dedos se clavaron en su propia piel al apretar con fuerza sus puños.
—Ni tanto hermanito, en seis meses también me voy a graduar además, cuando nos casemos Shura pensaba llevarme a España, creo que ahí podremos iniciar nuestra vida de casados, así que mientras más rápido mejor.— Comentó con emoción Aioros. Lo que causó que el corazón de Aioria se estrujara aún más, no podía compartir esa felicidad si el amor de su vida se casaba con su hermano.
Desde que habían anunciado la boda Aioria pensó en como evitarlo, incluso pensó en encerrar a su hermano en el sótano de su casa hasta que el día de la boda pasara, pero aunque lo pensara muchas veces sabía que Shura lo buscaría y hasta cambiarían la fecha de la boda. Pronto la solución a su problema vino solo, en cuanto un nuevo joven llegó a su casa una semana antes de la boda, era más de media noche, por lo que ese joven no entro a la casa sino se quedó en el patio, como la habitación de Aioria quedaba en el segundo piso vio con detenimiento lo que pasaba , y se quedó sorprendido en cuanto su hermano beso a ese joven. En ese momento busco su celular para tomarle una foto, pero ese beso había acabado, aún así ya sabía que utilizar para chantajear a su hermano.
Bajo a la sala de su casa y llegó justo en el momento que entraba su hermano, Aioros encendió la luz observando que su hermano bajaba, un poco nervioso trato de subir a su habitación.
—¿Es muy tarde no crees?— Dijo Aioria con su tierna sonrisa característica, que para su hermano solo era escalofriante.
—Asi es y tú deberías estar descansando... Minimo haz algo productivo en tu año sabatico.— Aioros fue subiendo las escaleras, pero se detuvo en cuanto escucho la voz de su hermano.
—Te ví... Te vi a ti y a tu amante, me preguntó que pensará Shura cuando se entere de tu infidelidad, apuesto que cancelara la boda... Aunque me da un poco de vergüenza que mi hermano sea tan descarado que lo haya engañado, pero no te preocupes, seré yo quien consuele a Shura cuando te deseche como la basura que eres.— La sonrisa de Aioria se amplio, su hermano detuvo su andar y regreso hacia Aioria solo para darle una cachetada, en el silencio de la casa resonó ese golpe, fue tan fuerte que Aioria cayó al suelo, mientras su rostro se enrojecia.
—¡Estoy cansado de ti Aioria! Tu y tu maldita malcriadez llegaron a su límite, aprende cuál es tu lugar en esta casa... Al menos mientras mis padres no esten me debes respeto, y sobre la persona que viste es solo un amigo.— Por primera vez Aioria observo que su hermano estaba molesto, pero el hecho que le haya golpeado solo le molestó a un más, se puso de pie y le devolvió el golpe a su hermano.
—No sabía que los amigos se besaban... ¡Cancela la boda y lárgate con tu amante!— Gritó el menor con molestia, Aioros también estaba en su límite, no era la primera vez que Aioria le levantaba la mano, así que está vez simplemente no se dejaría. Así que no tardó en volver a golpearlo.
Cómo el menor tampoco se dejó, entre ambos iniciaron una pelea. Al final Aioros termino con algunos rasguños en la cara y Aioria tenía su nariz sangrando. Al ver qué el sangrado no paraba Aioros se preocupo y se acercó a su hermano para revisarlo, pero el solo le empujó.
—Aioria déjame ver... Encerio lo siento pero si tan solo tu te comportaras...— Aioros busco algo de papel, pero el menor solo subió a su habitación.
—Te juro que esto no se quedará así Aioros...— Dijo adolorido el menor, desde ese día ambos hermanos no se hablaron y Aioros se sentía fatal, pues aunque hacia el intento por hablar con su hermano él solo le ignoraba.
Pronto llegó el día de la boda, y para empezar la mañana de ese día todo empezó mal, pues Aioros no entendía porque se había dormido hasta tarde, su ceremonia iba a ser a las 11 y había despertado a esa misma hora, así que trato de apresurarse o llamar a su novio para avisar que tardaría en llegar, pero tampoco encontro su celular. Lo único que le quedaba era apresurarse. Pensó que las cosas mejorarian ya que en 20 minutos estaba listo, y si tomaba un taxi llegaba a la iglesia. Sin embargo, al bajar las escaleras se chocó con Aioria, no hubiera sido nada grave si el menor no hubiera echado su café sobre el traje blanco de Aioros, dejando todo manchado.
—¡Aioria! Cómo se te ocurre...—
—Tu eres el que bajo corriendo... Que desperdicio.— Dijo el menor algo molesto, pero muy dentro suyo estaba feliz y aunque ese percance parecía un accidente, lo más cierto que Aioria ya esperaba a su hermano.
—Maldita sea... ¿Que hago ahora?— Aioros estaba desesperado, pero sabía que lo importante era casarse, así que poco le importo como estaba. Simplemente salió de la casa, aunque en cuanto abrió la puerta, se encontró con su amante.—Saga...
—Tu hermano dijo que querias hablar conmigo.... Dime qué reconsideraste lo de tu boda.—
—¿Eso dijo?— Aioros volteo a ver al menor más que molesto, sin embargo Aioria solo alzó sus hombros y se fue a su habitación.—No tengo nada que reconsiderar, amo a mi novio y lo nuestro es imposible, hoy me caso Saga...
—Encerio quieres arruinar tu vida de esta manera, atado a un hombre que no te da tu lugar y nisiquiera saca tiempo para verte.— Saga ya conocía parte de la historia de Aioros, hace un año es que ellos habían empezado una relación secreta, se habían conocido en un congreso de medicina y a diferencia de Shura, Saga si tenía tiempo para el y como Aioria no estaba de por medio toda la atención de Saga era solo para Aioros, sintió la diferencia de ambos amores y con Saga realmente se sentía amado, pero Aioros también considero los sentimientos de Shura, quien talvez por los estudios no estaba juntos, así que al final esa noche que Saga lo dejo en su casa sería la última vez que se verían, pues se dió cuanta que Shura era la persona con la quería estar.
Por lo que no espero la llegada de su amante.
—Eso solo es algo momentaneo, cuando ambos terminemos nuestras carreras estaremos más juntos y nisiquiera mi hermano estara con nosotros.— Aioros empezó a dudar de su boda, si ir o no. Ya que tampoco quería perder el amor de Saga.
—No te mientas a ti mismo Aioros, eso no pasara.— Saga tomo el rostro ajeno y por el momento Aioros se dejó llevar y lo beso, un último beso no estaría tan mal para despedir el maravilloso amor que le dió el mayor.
Mientras Aioria estaba en su habitación vistiendose para la boda, el también había conseguido un traje blanco y se sentía como el novio a tan solo unos momentos en llegar al altar. Pronto escucho que un auto se alejaba, al ver por la ventana el menor se dió cuenta que Saga se había llevado a su hermano. Su plan había funcionado, tomo su celular y el de su hermano y lo guardo en su bolsillo, mientras el fue al garage y saco el auto de su padre para ir a la boda. Ya era demasiado tarde y solo esperaba encontrar a Shura ahí.
Mientras Aioros convenció a su amante de llevarlo a una boutique para conseguir otro traje y que luego lo llevará a la iglesia. Saga un poco decepcionado acepto, pues si esa era la decisión de la persona que amaba lo mínimo que pudo hacer fue ayudarlo, así que fueron la la boutique más cercana, dónde rápidamente Saga le compro un nuevo traje a su pareja y luego lo llevo a la iglesia, sin embargo al llegar no habia nadie, pues el lugar estaba cerrado.
—¿Estas seguro que no te confundiste de lugar?— Preguntó Saga algo preocupado, pero a la vez aliviado. De alguna manera estaba feliz de que esa boda no se consumara.
—¡Si! Yo mismo elegí está iglesia... porfavor préstame tu celular debo llamar a mi novio.— Saga dudo en hacerlo, pero aún solo pidió el número.
—Dictame el número de tu novio.—
Aioros así lo hizo, y espero que le respondiera, sin embargo los mensajes lo llevaban a la casilla de voz. Una y otra vez intento llamarlo pero el resultado era el mismo. Lo que no se había percatado en ese entonces Aioros, era que ese número estaba mal, pues solo un dígito fue cambiado por Saga y por fortuna el número al que llamaban estaba apagado.
—Deja de intentar... Imagino que ahora tu novio está molesto porque lo dejaste plantado.— Saga se acercó a su novio y lo abrazo. Tratando de consolarlo. Quería asegurarse de estar a su lado y que sobre todo que no fuera a buscar a su prometido.
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Aioria recordo todo eso con rabia, no entendía porque ahora las cosas eran diferentes si antes Shura lo hubiera preferido. No fue a lavarse el brazo a pesar del grado de su quemadura, simplemente estaba ahí sentado, pensando en que estaba mal.
—Me deshice de mi propio hermano... Tu no serás la diferencia Camus...— Dijo con rabia, si tan solo sus padres no lo hubieran enviado a Estados Unidos ahora estaría a lado de Shura.
Mientras en el baño, Shura atendía con cuidado la herida que Camus tenía, y es que toda su mano izquierda estaba quemada por el agua. No comprendía que paso, pero luego preguntaría, aunque por el momento Camus alejo su mano de Shura.
—¿Le dijiste a Aioria sobre el bebé Shura?— Preguntó con preocupación el menor, pues no quería creer que Shura le dijera la verdad sobre su hijo a alguien desconocido.
—Le dije que estabas esperando un hijo... Nada más, ¿Que fue lo que pasó?—
—¿Le dijiste que este niño no es tuyo? Porque Aioria sabe que tú no eres su padre.— Los ojos de Camus se llenaron de lágrimas al decir lo último, realmente en un futuro costaría aceptar que ese pequeño que esperaba no era hijo de Shura.
Sin embargo Shura se sorprendió por lo dicho, no había dicho nada similar y su duda creció al preguntarse de dónde sabía Aioria que ese niño no era suyo.
Continuará...
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