XXIV: Entre el bien y el mal
Shura trago grueso al escuchar la voz del mayor, se maldijo por no prestar más atención a sus palabras y sobre todo no fijarse el número que lo llamaba. Suspiro un poco antes de hablar y trato de estar lo más tranquilo posible.
—Señor Kardia... No esperaba su llamada, al menos no tan pronto.— Shura trato de desviar el tema, pero Kardia no era fácil de engañar así que su excusa fue cortada en cuanto el mayor no escucho alguna respuesta favorable.
—No me cambies el tema, ¿Dónde tienes a Camus?—
—No se de que me habla...— Al no saber cómo realmente reaccionaria el mayor, Shura siguió tratando de desviar el tema sin mostrarse nervioso.
—Por seguridad grabó todas mis conversaciones Shura, así que no será difícil ir con la policía y darle la evidencia que te muestra como sospechoso de la desaparición de mi yerno.— Ante las palabras de Kardia, el abogado se puso nervioso, pensando en que haría ahora que se había delatado.
¿Podía confiar en Kardia?
El mismo se respondió con un No, puesto que era padre de Milo y precisamente por esa conexión familiar que compartían no estaba seguro si confiar en el mayor.
—¿Podemos hablar mañana? Ahora me encuentro ocupado.— Shura intento mantenerse sereno ante la amenaza ajena, y eso solo ocasionó que Kardia perdiera poco a poco su paciencia.
—Ven en una hora al restaurante de la otra vez y si no te veo ahí en ese tiempo arreglaremos las cosas en una corte. Y más te vale que Camus este bien.— Dicho eso el mayor corto la llamada, dejando a Shura pálido y algo molesto, ahora entendía de dónde Milo había sacado esa actitud. El mismo pensó que tardaría más de una hora en llegar a la ciudad. No sabía si decirle la situación a Angelo o arreglar lo que el mismo ocasionó.
Optó por lo último, ya que no quería dar más problemas al joven italiano, más ahora que estaba ocupado con el asunto de averiguar sobre Milo. Siguió su camino a la habitación del menor y cuando lo encontro entro al lugar.
—Camus, ¿Estas despierto?— El abogado no escucho respuesta, así que se fue acercando a la cama y movió un poco al menor, fue ahí que este recién despertó.
—¿Qué pasó Shura?— Dijo aún medio dormido el menor, levantándose de la cama y escuchar al mayor.
—Tengo una pregunta... ¿Que tan bien te llevabas con tu suegro?—
El menor se tallo los ojos tratando de despertar del todo para responder, le dió curiosidad la pregunta así que respondió con total sinceridad.
—No era muy cercano a el, pero siempre me trató con amabilidad... Es alguien muy bueno.— Mencionó recordando todos lo momentos en que Kardia hablo por el o fue amable.
—¿Tu crees que puedo confiar en el? Sin pensarlo conteste un número pensando que era Dita y resultó ser Kardia, hable de más.— Lo último lo mencionó más que decaído, no pudo creer que fuera tan descuidado y por su causa había agregado un problema más.
—¿Como conoces a Kardia?—El menor se mostró sorprendido al saber que Shura y Kardia tenían contacto, pero más grande fue su sorpresa cuando el mayor le respondió.
—Soy su abogado... Estoy trabajando en el divorcio que tiene con su esposa, aunque ahora imagino que estaré despedido... El sospecha que te secuestre.— Dijo con cierta preocupación, ya que en el tiempo que estaba trabajando para Kardia lo conoció bastante bien para saber que sus amenazas era más promesas que si o si cumpliría.
—¿Que?— El francés se sintió culpable al ver qué Shura estaría en riesgo de perder su trabajo por su causa. Rápidamente pensó en como salvar el trabajo del mayor.— Déjame hablar con Kardia para aclarar las cosas, antes no pude decirle lo mal que me trataba su hijo, pero ahora se que si estoy contigo eso puede cambiar.
Shura no estaba muy seguro de ese plan, ni el menor conocía del todo a su propio suegro, y talvez no le creería si antes no le dijo la verdad sobre Milo. Ese plan lo veía difícil.
—No lo sé Camus, creo que para tener antecedentes a tu favor debiste decirle a Kardia sobre tu situación... Ahora no se si será capaz de creernos.—
—No está de más intentarlo, dejame hablar con Kardia para aclarar lo sucedido.— El menor le sonrió dulcemente a Shura, quien no pudo resistirse a tan tierna petición.
—Kardia me espera en una hora, ¿Quieres ir a verlo o prefieres hablar por teléfono con el?— Cualquier alternativa era buena, aunque la de salir no tanto.
—Es mejor si hablo con Kardia en persona, creo que de paso le digo que cancelaré mi compromiso.— Camus estaba decidido a hacer lo correcto, todo con tal de estar a lado de Shura. Quien se sintió feliz al saber de esa última noticia, si eso se lograba podría garantizar parte de la libertad de Camus.
—Por si acaso lleva todas esas joyas y yo llevaré el dinero que reuní. Creo que al menos todo eso podrá cubrir la deuda que pago Milo.—
Camus asintió y con ayuda de Shura se puso de pie, para alistarse. Hablar con Kardia podría resolver parte de sus problemas, así que el menor estaba decidido a decir la verdad.
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En unos de los departamentos que había en la gran ciudad se encontraba Aioros revisando algunos documentos que tenía en su escritorio, organizandolos y ver cuáles conservaría y cuáles desecharía, en eso vio los resultados de exámenes médicos de Camus, observo la fecha y era de la vez que fue en ayuda del menor luego de los cortes profundos que recibió.
Se había olvidado por completo entregárselo a Milo, pero como también el mayor no se lo pidió pensó en desecharlo, sin embargo tal vez había algo importante para estar pendiente, así que abrió el documento y empezó a leerlo, hasta que vio un dato en los exámenes de sangre que lo dejo con la boca abierta. Empezó a buscar su celular para avisarle a Milo, pero en esos momentos su pareja entro más que molesto.
—¡Esto es el colmo! ¡Si no lo mata Milo yo mismo lo haré!— Dijo el mayor con gran molestia, lanzando sus cosas al sillón y seguido de eso deja días caer sobre este.
—¿Que sucedió Saga?— Preguntó el joven, mientras olvidaba lo que hacía y se acercaba a su pareja para calmarlo.
—¡Kanon escapó del hospital! Nadie lo vio salir... ¡Y por si fuera poco se llevó mi abrigo! Tenía todo mi salario en uno de los bolsillos... Ah...— El mayor gruño de molestia, tratando de asimilar que ese dinero era perdido, puesto que hermano no lo respetaría.
—¿Te preocupa el escape de Kanon o el dinero?— Cuestionó Aioros un poco curioso, no había a su pareja molesta y era divertido verlo en esa faceta, así que lo molesto un poco con su pequeño problema.
—¡Ambas cosas! Ese dinero era para pagar el alquiler del departamento y si no sé dónde está Kanon no podré saber dónde está mi dinero.— El mayor se reprochaba lentamente por ayudar a su hermano, pues este se había aprovechado de su amabilidad. Y estaba desesperado al saber que el alquiler estaba cerca y no tenía como pagarlo.
Pero por fortuna su pareja se alejó de él y cuando regreso le mostró un documento, Saga estiro su brazo para revisarlo y ver de qué se trataba, sus ojos empezaron a leer los resultados y sus ojos se abrieron par a par ante lo que leía.
—¿¡Embarazo!?— Saga se levantó de golpe y miro a su pareja para que le confirmará esa noticia.— A estás alturas un bebé no es una opción Aioros.
La desesperación de Saga fue demasiada tan solo pensar la vida con un bebé, aunque no sufrió mucho en esos pensamientos al escuchar reir a su pareja.
—Despreocupate, si revisas mejor el documento esos resultados no me pertenecen, pero si al prometido de mi jefe, imagina lo que me pagará en cuanto le lleve está noticia— La sonrisa de Aioros de amplio y Saga se sintió tranquilo, escuchando el plan de su novio.— Ya no te preocupes por el dinero que se llevó Kanon, yo me encargaré del alquiler de este mes.
Con toda la confianza Aioros se acercó a su pareja y lo beso en los labios, ese beso fue correspondido casi al instante. Saga se sintió dichoso de tener a un novio tan maravilloso, había valido la pena evitar que se casará y estaba orgulloso de su propio cometido. Para celebrar ese nuevo acontecimiento y pensar en el dinero que recibirían le motivo a entregarse el uno al otro sin pudor, la vida les sonría y eso era un motivo de hundirse en el éxtasis del amor.
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Mientras ocurría todo ello, Kanon había llegado a la florería, rogando dentro suyo encontrar al abogado y que este supiera dónde estaba Camus.
Entro al lugar y aunque vio alrededor no había señal del abogado y solo fue recibido por el dueño original de la tienda. Causando una gran decepción que se reflejo en su rostro, tanto que lo noto Afrodita.
—Al parecer no está muy alegre de verme a mi o las flores estimado cliente.— Dijo en un tono coqueto al ver a su cliente tan particular, parecía un personaje de película que acababa de salir de un hospital y lo primero que haría sería comprar un ramo de rosas para el amor de su vida. Afrodita esperaba haber acertado al menos en algo.
—Lo siento... Es solo que estoy buscando al otro florista que si no me equivoco también es abogado, ¿Puede decirme dónde puedo encontrarlo?— Lastimosamente Kanon no recordaba el nombre del florista, pero esperaba que con esa descripción Afrodita lo ayudará.
Aunque al parecer eso solo molesto a Afrodita.
—¿¡Que tiene todo el mundo hoy para buscar a Shura!? ¿Eres uno de los hombres que vino está mañana verdad? ¡Dile a tu jefe que yo no sé nada de Shura! ¡Y si sigue de esta manera lo demandaré por acoso!—
Kanon se quedó sorprendido de lo dicho por Afrodita, al parecer eso le indico que Milo no había tardado en buscar a Camus, pero si había venido a la florería era porque también no sabía nada de Camus. Llegar a esa conclusión su cuerpo sintió un gran escalofrío.
—No es lo que piensa, busco a Shura por otras razones... Necesito encontrar a...—Kanon no supo cómo describir a Camus, pues realmente no era su amigo, tampoco su jefe, mucho menos un amante. Hasta ese momento no se puso a considerar que era realmente Camus para él, pero como aún debía encontrarlo hablo con lo primero que pensó.— Necesito encontrar a mi novio, su nombre es Camus, es fácil de reconocerlo por su hermoso cabello rojo y su pequeña estatura. Shura era un conocido de el, y ahora que desaparecio realmente necesito encontrarlo, puede estar en peligro.
Afrodita se quedó con la boca abierta al escuchar eso, no sabía mucho de Camus, pero no pensaba que tuviera un doble compromiso.
—¿Shura con quién te metiste?— Pensó el sueco, planeando que haría ahora, se notaba que el joven estaba preocupado y no tenía relación alguna con el otro joven que vino en la mañana. Estaba en un dilema, si decir la verdad o no.—Shura ya no trabaja aquí, pero dudo que tenga algo que ver con la desaparición de su novio...
Afrodita al no saber cómo proceder no le quedó de otra que mentir, todo por el bien de su amigo y el de Camus, pues tal vez ese joven solo era uno de los que buscaba dañar al menor, aunque como estaba vestido y la preocupación que reveló desde el principio le revelaba otra cosa.
—¿Sabe dónde puedo ubicarlo?— Preguntó una última vez Kanon, jugaba con sus manos, pues no sabía dónde más buscar a Camus sino era por medio de Shura.
—Yo... Puede venir en la noche, le diré a Shura que pase por aquí y usted ya habla con el.— Tal vez no era bueno cubrir del todo a Shura, como amigo estaba para apoyarlo como para abrirle los ojos, el solo hecho de saber que ese joven era pareja del pelirrojo le hizo pensar que no le convenía a Shura, pues se estaba tomando demasiada molestia por alguien que no valía la pena.
—¡Muchas gracias! Realmente me ayudó mucho.— Kanon sintió una gran emoción, si Shura sabía algo de Camus sería más fácil encontrarlo.— ¿A qué hora puedo volver?
—A las 8...— Comentó Dita con una leve sonrisa en lo que tomaba su celular para avisarle a Shura.
—Estare a es ahora, muchas gracias.— Dicho eso el joven se retiró. Dejando con un sabor amargo a Dita, quien no perdió el tiempo y le aviso lo sucedido a su amigo.
—Shura el novio de Camus lo esta buscando... Y no es precisamente el empresario.—
Continuará...
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