XXII: Oportunidades Únicas
—¿Y que si me niego?— Preguntó Aioria mientras veía por dónde podría escapar. Ya que tenía un mal presentimiento al respecto.
—Mira no empezamos bien así que discúlpame por golpearte... Pero necesito ayuda para encontrar a mi novio y veo que conoces muy bien a ese abogado.— Milo está vez se acercó al menor y le extendió su mano, a lo que Aioria simplemente lo aparto.
—Lo siento... Pero realmente debo hacer muchas cosas.— El joven griego pensaba en seguir su camino, pero esos hombres que trabajaban para Milo bloquearon su caminó.—Voy a gritar.
—Y yo te puedo disparar para callarte...—Dijo Milo, sacando su arma inmediatamente. El sonido del seguro alertó al menor y se volteo para acercarse al mayor.
—No haces mérito alguno para que te ayude, estoy seguro que no serás capaz de disparar porque te sirvo. ¿O me equivocó?— Mencionó con una dulce sonrisa. Y esa actitud estremeció a Milo, pues hasta su hombre más fuerte lo temía y ese jovencito solo lo desafiaba una y otra vez.
—No estoy jugando.— Aclaró Milo sin bajar su arma.
—Yo tampoco...— Aioria le tomo de la mano que sostenía la arma y la dirigió hasta su pecho.—Mi hermano es doctor y siempre dice que el corazón es el órgano más importante, así que si vas a disparar que sea ahí.
Por primera vez Milo se sintió sorprendido ante una reacción tan particular y ver esos ojos brillando como esmeraldas lo estremeció, pues no se notaba el miedo en esa mirada.
—¡Ah, maldita sea! Es verdad necesito tu ayuda...— Milo guardo su arma y Aioria no pudo evitar reír a carcajadas ante esa reacción. Pero bastaría más que eso para ayudar a alguien que había insultado a su querido amor.
—Tenía razón... Pero como dije antes estoy ocupado.— Aioria nuevamente se dió la vuelta, con toda la determinación de irse, sin embargo algo que dijo Milo hizo que se detuviera.
—¡Te pagaré! Aún si mis supociones están equivocadas prometo pagarte.—
Esa propuesta fue tentadora para Aioria, puesto que había utilizado todos sus ahorros para su viaje, y recuperar un poco de su inversión le vendría bien. Pensando en esa propuesta Aioria estaba por responder hasta que un peculiar sonido rompió esa silenciosa atmósfera y es que Aioria no había comido desde anoche y su estómago ya pedía comida.
Eso fue algo vergonzoso tanto que Aioria se agachó y cubrió su rostro con ambas manos. Estaba rojo de pies a cabeza.
—Tambien puedo invitarte a comer...— Dijo Milo abriendo la puerta de su auto.
Aquello fue la última oferta que realmente tento a Aioria, por lo que asintió.
—Esta bien... Además hablar aquí no es cómodo.— El joven tomo su maleta, pero con eso le ayudo uno de los hombres de Milo, dejando así que ambos jóvenes subieran a ese auto.—Ahora dime... ¿En qué te soy útil?
—Por como defendiste al abogado, se nota que lo conoces. Así que necesito que me digas si mi novio está con el. Es todo.— Comentó Milo un poco tranquilo al tener la ayuda de Aioria, aunque por dentro seguía con esas ansias de no saber nada de su novio.
—Ya te dije que tu novio te engaño, si fueras mi pareja las ganas de engañarte no me faltarían.— Dijo con Sarcasmo, causando que Milo lo mirara con molestia.
—Shura ya secuestro antes a mi novio, así que tengo razones para sospechar de el.— En ese momento Milo saco su celular y busco los vídeos que había guardado de la cena en la que su novio despareció por primera vez.
Aioria tomo el celular, en aquel video se veía a Shura conversando con el galo, y dentro de unos minutos ambos se metían bajo la mesa, para luego desaparecer tras las puertas del personal de servicio. Ese vídeo le hizo estremecer a Aioria, pues veía que Shura coquetaba con el galo a tal punto de acariciarle el rostro o tomarle de la mano.
Todas esas acciones Shura nunca lo hizo por el, al menos no por voluntad propia. Eso molesto a Aioria y trato de ocultarlo mostrando indiferencia, cuando acabo el video Aioria le devolvió el celular.
—El pelirrojo... ¿Es tu novio?—
—Asi es, en dos meses nos íbamos a casar, pero desde que Shura atiende la florería solo e tenido un problema tras otro... Todo empezó cuando el secuestro a mi novio.—
Aioria frunció el ceño al escuchar al mayor, pues el vídeo mostraba otro hecho.
—Sigo pensando que tú novio puede ser un ofrecido, lo que veo en el vídeo es que él se llevó a Shura...— Milo estaba por oponerse a idea, pero Aioria continuo dejándole con la palabra ena boca.— Está bien te ayudaré, pero dos meses para amarrar a tu novio en un matrimonio es muy poco tiempo, si te ayudo a recuperarlo cásate con el inmediatamente... No por nada viaje desde Estados Unidos para tener a Shura.
Milo se quedó impresionado por la determinación del menor, por su edad hasta lo consideraría inútil y fácil de manipular, pero se notaba que ese chico sabía lo que quería y como obtenerlo, además el también seguiría su consejo, una vez que recuperará a su novio se casaría con él y se lo llevaría a otro lugar a vivir. Esa era la única manera de tener a Camus para siempre.
—Seguire tu consejo y te prometo que así será... Veo que quieres una oportunidad con el abogado, así que si me llevo a mi novio lejos de este país tu podrás hacer tu vida con Shura. ¿Estamos en lo correcto?— Cuestionó Milo, a lo que Aioria le sonrió y asintió.
—Ahora si nos entendemos, por cierto, ¿Como te llamas?— Preguntó con curiosidad el menor, a lo que Milo le extendió su mano para cerrar un trato con el menor.
—Milo, ¿y tu?—
—Aioria... Sera un gusto trabajar contigo, pero antes necesito un celular. El mío se perdió.— Decirle la verdad al mayor estaría de más, y esperaba realmente conseguir un nuevo celular para al menos comunicarse con Shura.
—No te preocupes, te comprare un celular y luego ya discutimos los detalles de lo que te estoy pidiendo.—
—Gracias Milo.— Aioria se sintió más tranquilo, ayudar a ese hombre le serviría mucho para beneficiarse.
━─━────༺༻────━─
Mientras en la mansión de Angelo, el estaba en la habitación de Camus junto con Shura. Era momento de hablar y ver en qué más podía ayudar Angelo al menor, pues si lo pensaba mejor no todo el problema se resumía en un simple secuestro.
—Camus, el es Angelo, novio de un amigo mío y la persona que te ayudo.— Comentó Shura, presentando a ambos jóvenes, el menor aún seguía en la cama así que Angelo fue el que se acercó para saludarlo estrechandole la mano.
Camus apenas correspondió ese saludo, pues ya conocía al mayor, solo que no lo había visto en mucho tiempo, no desde que le había pagado. No tenía recuerdos agradables de el, así que le sorprendió que fuera el quien lo ayudará.
—A pasado mucho tiempo...— Dijo Angelo luego de minutos de silencio que surgieron en ese momento.
—Demasiado... No pensé en volver a verte Death...— Respondió el menor sin mucha emoción. Mostrando una pequeña señal de molestia.
—¿Death?— Shura se quedó confundido al escuchar que ambos ya se conocían. Sobre todo que lo llamara de otro nombre o apodo como más le sonaba.
—Ese nombre lo utilizaba mientras trabajaba para mi jefe...— El joven se sintió un poco apenado y mantuvo su distancia con el menor.
—¿Que no eres tú el jefe de esta organización? ¿Y ya se conocían?— Ahora quien más preguntas tenía era el español, que cada vez sentía que entendía menos.
—No lo era hace un año, en este tipo de negocios se sube poco a poco mi estimado abogado, el jefe principal murió hace unos 4 meses y me pusieron a mi como cabeza. No lo hago tan mal, ¿No crees?— El joven italiano sonrió un poco, pero ese carisma no era suficiente para que el menor cambiará su molestia.
—Luego de cobrar, robar y golpear supongo que tendrás mucha experiencia.— Camus no pudo evitar decir aquello, ya que recordo que vivió una vida miserable gracias a Angelo, porque era uno de los prestamistas que venían a cobrarle cada fin de mes junto a un grupo de hombres, quienes sino tenían su pago robaban lo poco que tenía o lo golpeaban. Fue una etapa cruda que no quería recordar, pero al tener cerca suyo al responsable de eso, era inevitable.
—Dejemos el pasado atrás Camus, no estoy orgulloso de lo que hice antes y me disculpo por todo, pero como obedecía las reglas de alguien más no había mucho que pudiera hacer... Además ahora puedo ayudarte, solo dime cómo.— Angelo realmente quería enmendar las cosas ahora que tenía oportunidad.
Shura solo escucho todo, analizando un poco de lo que había escuchado, al parecer el menor no le había contado todo de su pasado aquella noche, y ahora entendía porque. Pues su pasado era realmente duro y cruel. Ahora solo quería darle una nueva vida para que jamás pasará por lo mismo otra vez.
—No tendría con que pagarte Death... Shura porfavor vámonos, no quiero estar aquí.— Camus tenía miedo que la ayuda de Angelo tuviera algún precio y deudas era lo último que quería. Así que pesar de estar herido, deseaba salir de ese lugar cuánto antes.
—Camus... Espera un momento, al menos esperemos hasta que te sientas mejor.— Sugirió Shura acercándose al menor para evitar que siquiera se levantará más de la cama.
—¡No quiero estar aquí Shura! No cerca de el.— Grito mirando con un gran recentimiento al italiano.
Esa mirada destrozó el corazón de Angelo, quien realmente no se espero ser tan juzgado, pero aceptaba que se lo merecía por todo lo que le hizo pasar al menor.
—Quiero que entiendas que estás más seguro aquí Camus, de tu prometido y hasta de esas personas que intentaron secuestrarte.— Shura trato de razonar con el menor, pero realmente este no se sentía bien estando cerca de Angelo, así que solo negaba con la cabeza varias veces.
Es por ello que Angelo intervino otra vez.
—Esta bien sino quieres quedarte aquí, lo entiendo. Pero puedo darte otro lugar para que estes ahí el tiempo que necesites, no es necesario pagarme nada, así que tómalo porfavor.—
—¡No!— Camus se negó rotundamente a ser ayudado por Angelo, así que con o sin ayuda de Shura, se puso de pie y trato de salir de la habitación. Pero fue detenido una vez más por el español.
—¡Piensa por una vez Camus! ¿¡Al menos sabes dónde vas a quedarte!?— El grito de Angelo estremeció al menor, e hizo que se quedará quieto para escucharlo.— Lo siento, pero porfavor acepta mi ayuda, averiguaré quien intento secuestrarte.
—Aiacos no me secuestro, estaba ayudándome a escapar.— Camus está vez hablo más tranquilamente, pero esa afirmación le pareció muy confusa a Angelo, pues si ese era el motivo no entendía porque Aiacos se afano en ocultarlo.
—¿Estas seguro? Se notaba que ocultaba algo importante tanto que no hablo a pesar de ser golpeado.—
—Si, tengo entendido que el trabaja para alguien más que no es mi prometido... La persona que lo envío busca que esté lejos de Milo, es por eso que acepte que me ayudara a escapar.. Ya que la otra opción era que me matará.—
Esa revelación fue sorprendente para Shura y Angelo, realmente debía averiguar más sobre ese hombre que había secuestrado al menor.
—Y a pesar de que estás bajo amenaza, ¿Quieres irte?—
—¡Prefiero morir antes de tener otra deuda!— El menor no quería volver a repetir los errores que le costaron su libertad y casi su vida entera. Fue ahí que Shura hablo para calmar al menor.
—Si tanto te preocupa que Angelo nos cobre por ayudarnos, déjamelo a mí... Por lo visto no es tan difícil meterlo a prisión.— Mencionó con una sonrisa, causando que Camus sonriera un poco, ya que Shura había tenido el valor de decírlo cerca de angelo. Quien realmente se sorprendió por esa alternativa, pero se notaba que lo decía de broma. Eso esperaba...
—¿Disculpa?— Angelo no pudo evitar hablar al escuchar al abogado, de verdad se quería asegurar que fuera una broma.
La reacción única de Angelo hizo que Camus riera dulcemente. Y Shura sonrió al escucharlo. Esperaba que ahora el menor tuviera más confianza de quedarse bajo la protección de Angelo.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top