Capítulo 18

Capítulo 18:
Sobre dragones, príncipes y princesas
18 de junio.

8:40 pm

-Odio estos trajes -soltó Gabe, intentando arreglar la corbata en su cuello por décima vez en la noche -. Me hacen ver ridículo.

-Te ves ridículo incluso con ropa normal -bromeó Adam, ganándose una mirada nada amistosa por parte de su amigo -, así que la culpa no es del traje.

-Cállate, Adam -le dijo Cloe, acercándose hasta su esposo para poder ayudarlo en su tarea de anudar la corbata -. No le hagas caso. Yo opino que te ves muy guapo, narciso.

-Tantos años y todavía me entristece que una mujer tan bonita tenga unos gustos tan terribles -bufó Adam.

-Tantos años y él sigue siendo la misma bestia molesta de siempre -soltó Gabe, dirigiéndose a su esposa.

Adam soltó una carcajada, siempre estaría dispuesto a molestar a Gabe. Era uno de sus pasatiempos preferidos y ni siquiera el tiempo sería capaz de cambiar eso.

Dado a que la presentación de Caleb había sido todo un éxito, una gran cantidad de fanáticas se acercaron a él para poder conocerlo. Debes recordar que los Carlton no tenían un equipo de seguridad contratado así que, al ver todo ese descontrol, Adam y Gabe se ofrecieron como guardaespaldas temporales por la noche. Sus musculaturas los ayudaban a lucir intimidantes, aunque de rudos tenían muy poco a decir verdad. Ambos estaban cuidando una larga fila de personas formada solo para ver al cantante londinense, solo así consiguieron algo de orden en ese lugar.

-Buenas noticias -dijo Cloe, observando su teléfono -, la niñera no ha vuelto a llamar. Mi consejo debió funcionar.

-Sé que me arrepentiré luego de hacer la pregunta pero...-Gabe suspiró y dirigió su mirada hasta su esposa -. ¿Qué le sugeriste a la niñera?

-Le dije que, si les lanzaba una pelota, mantendría ocupados a los mellizos por unas horas -soltó ella, encogiéndose de hombros. Adam volvió a reír.

-¿Y hacen eso de traer la pelota devuelta? -cuestionó él.

-Inclusive persiguen sus colas, que busquen una pelota resulta lo menos grave en este asunto-soltó Gabe y observó a Cloe con cierta preocupación -. Hay que hacer algo, loquita. Antes no era tan molesto, hasta me divertia, pero ahora esto de que mis hijos me ladren me está cansando.

-¿Y crees que a mi no? Harley me gruñó el otro día y no sabía si castigarla en su habitación o sacarla de la casa -suspiró ella -. Pero tu tranquilo, narciso. Algo se me ocurrirá.

-Eso es exactamente lo que me preocupa.

-Fingiré que no escuché eso porque no quiero ahorcarte con una corbata que se te ve tan bien.

Adam no pudo negar que los Bacher resultaban un matrimonio bastante entretenido de ver. Se estaba divirtiendo con las anécdotas de los mellizos cuando encontró la mirada café de su mejor amiga acercandose a ellos. Captó su sonrisa carmesí de lejos, combinaba con ese vestido de lentejuelas rojas que se adheria a sus curvas como una especie de guante hecho a la medida. Como siempre, Silene estaba hermosa.

Pero esa noche no solo estaba hermosa, también estaba satisfecha. Eso último le daba un brillo mucho más glorioso de lo usual.

-Les queda el papel de guardaespaldas, chicos -soltó Silene, llegando hasta ellos. Colocó sus manos en sus caderas y observó a Gabe y a Adam con diversión -. Quizá deberían dejar sus empleos en el gimnasio y...

-¡No! -exclamó Gabe -. Usaré este absurdo traje solo por hoy ¡No más!

-Él en serio odia las corbatas -señaló Cloe, divertida.

-A mi no me molestaría tomar este trabajo si tu novio empieza a pagarme, princesa -habló Adam -. Espero que él sea un poco más generoso que mis otros dos jefes.

-¿Cuántas idioteces pueden salir de tu boca en un solo día? -preguntó Gabe, uno de esos jefes. Adam abrió la boca para responder, pero él lo calló de inmediato -. Mejor no respondas. Ya he escuchado bastante, no necesito una idiotez una más.

Adam sonrió, satisfecho. Gabe negó con la cabeza, sin poder ocultar lo mucho que le divertía pelear con al que aún veía como un niño. Al menos esa bestia se estaba concentrando en sacarlo de quicio y no en otras cosas, en otras personas...

Silene observó la larga fila de fanáticas que esperaban ansiosas para encontrarse con Caleb. Sintió orgullo, emoción. Todas esas chicas admiraban a su cantante, lo veían como el chico perfecto que era. Inclusive muchas la reconocieron, algunas la observaron con impresión y tomaron fotografías de lejos, otras la miraron con cierto desprecio por ser la novia de su ídolo. Como sea, Sile se sintió importante, envidiada, aclamada...

Se sintió el centro de atención y las rosas aman eso.

-¿No es increíble que todas estas chicas vengan a ver a mi cantante? -cuestionó ella en voz alta -. Es impresionante. Lo aman, saben lo asombroso que es.

Adam frunció el entrecejo ante el comentario de su mejor amiga. Ella notó ese gesto, lo observó sin comprender.

-¿Qué? -cuestionó Sile.

-Nada, solo intento entender como es que pareces complacida viendo esta larga fila de fanáticas alocadas babeando por tu novio, pero casi explotaste de los celos hace unas horas cuando Elise confesó admirarlo -soltó él, cruzándose de brazos -. Eres un dilema, princesa. No sé definir si eres una novia celosa, o si solo estás medio loca.

-Cállate, Adam -ella rodó sus ojos ante ese comentario -. Nunca estuve celosa.

-Miéntele a tu novio, miéntele a la prensa, al mundo e incluso a ti, pero no conseguirás mentirme a mi. Te conozco, Silene.

Gabe y Cloe ya habían perdido interés en la conversación, así que todo se resumió a Adam y Silene en su propia burbuja en la que se había disparado una gran verdad. Su mejor amigo era experto en hacer eso, en notar sus debilidades y soltarlas al viento sin previo aviso. Sabía verla sin su corona de princesa, notar sus puntos débiles y señalarlos porque eso es lo que los buenos amigos hacen.

Normalmente, ella construiría muros para evitar que acecharan sus debilidades. Haría una torre, bloque por bloque, y se encerraría en ella para que nadie viera que era capaz de no ser perfecta. Sin embargo, con Adam no tenía caso. Él la conocía mejor que nadie.

La conocía de la forma en la que un dragón conoce a su princesa.

-Bien, tu primita me puso un poquito celosa -admitió ella, alzando su barbilla para sentir que aún le quedaba algo de poder a pesar de estar admitiendo algo que la hacia ver débil -. Está pasando mucho tiempo con mi cantante y el que sea su fanática cambia las cosas.

-No, no lo hace. Elise sería incapaz de robarte a tu novio, ella no es así -explicó Adam, dedicándole una sonrisa comprensiva -. Lo sabes, princesa. Aunque ustedes no se llevan bien, la conoces lo suficiente como para saber que ella no haría tal cosa.

-Siempre espera lo inesperado de otras personas, Blake. Así evitas salir lastimado.

-Mhm, ¿y estás segura de que la que te preocupa es Elise y no tu cantante?

-¿A qué te refieres?

-Pues, Elise no es la única con la capacidad de lastimar, princesa. En tu sospecha, hay dos corazones involucrados.

Ella necesitó procesar esas palabras, creo que se obligó a sí misma a no entender con rapidez. Cuando finalmente se puso de acuerdo con su razón para comprender a su mejor amigo, lo obervó incrédula ¿Cómo podía suponer eso de Caleb?

-No digas tonterías, Blake -bufó ella, cruzándose de brazos -. Caleb sería incapaz de enamorarse de otra, él me ama demasiado. Además, tu primita no es competencia para mi. Mi cantante sabe reconocer que soy la mujer de su vida, somos la pareja perfecta.

-¿Intentas convencerme a mi de eso, o a ti misma?

¡Ella estaba convencida!...¿Verdad? Años de relación con Caleb convirtieron a su cantante en el hombre enamorado y sumiso que era, en el príncipe perfecto para ella. Observó los ojos claros de su amigo, ¿acaso él tenía idea de lo mucho que la estaba lastimando con esas palabras? La estaba obligando a sacar conclusiones que no queria sacar, a ver cosas imperfectas en su perfecta realidad.

-Hoy estás más idiota de lo normal, Blake -soltó ella, evitando la mirada de su amigo. Él suspiró.

El trabajo del dragón es defender a la princesa a toda costa, ¿no es así? Pues, Adam se tomaba su deber de defender el corazón de Silene muy en serio. Él sabía que el exterior de Sile estaba repleto de espinas, pero era el único conocía las razones por las que ahí se encontraban. Sabía el valor de esas armas puntiagudas que la hacían inalcanzable para muchos, por eso no las despreciaba.

Sin embargo, también sabía que debajo de esas espinas había un tallo endeble, unas raíces débiles y unos pétalos propensos a lastimarse.

Quería creer que se equivocaba, pero había notado algo extraño entre Elise y Caleb. Sabía que su prima sería incapaz de romper una relación, y estaba casi seguro de que Leb respetaba lo suficiente a Silene como para no cometer errores. No obstante, las cuestiones del corazón te llevan a caminos confusos, a finales que a veces no son felices. Ahora que sabía lo que era sufrir por amor, quería proteger a su amiga a toda costa.

No quería ver las mismas lágrimas que soltó él en un rostro tan bonito como el de su princesa.

Quizá estaba exagerando, quizá solo había sacado conclusiones estúpidas y estaba paranoico por tener un corazón roto. Quizá no confiaba del todo en esa relación que tenían Caleb y Silene, le parecía demasiado perfecta. Comenzaba a preocuparle las proporciones desmedidas de perfección en la vida de Sile, temía que un día su torre se derrumbara y la aplastara.

Empezaba a creer que una vida tan ideal era...peligrosa.

-Lo siento, princesa -él le dedicó una sonrisa ladeada -. Solo me preocupo por el corazón de mi mejor amiga. Tú dijiste una vez que estabas dispuesta a usar tus espinas para defenderme, yo también tengo mis métodos para protegerte.

-Que dulce, Blake -ella le sonrió y tomó su mano -. Te lo agradezco, pero no necesito que me defiendas. Confio en Caleb. Además, esta princesa sabe usar la espada. No necesito protector.

-Todos necesitan apoyo, Silene.

-El que tu corazón sane es mi prioridad. Tu primita es linda, pero no me alcanza, así que mis celos son totalmente absurdos. Mi relación está tan perfecta como siempre.

Él intentó dedicarle una sonrisa sincera, lo consiguió a medias. Observó a su amiga, su rostro sin manchas ni marcas, sus ojos tan únicos, su sonrisa de revista que a veces se veia demasiado falsa...Quería un final feliz para ella.

Algunos tenemos la capacidad de ver lo bonito de otras personas cuando otros solo se enfocan en lo feo. Unos ven las rosas y se quejan por las espinas, otros alegan que sus pétalos no son tan bonitos como dicen y que su perfume causa alergias. Luego están otros que ven a una flor, un retoño que creció a pesar de todo y solo por eso es hermoso.

Adam tenía esa capacidad, era esa clase de jardinero.

Transcurrieron unos pocos minutos luego de eso cuando Jacob Everton apareció. Les advirtió a los dos guardaespaldas asignados que debían reunirse con Caleb en el departamento de música, que necesitaba que ellos controlaran a la multitud y que ayudaran al cantante a transladarse hasta allá. Gabe y Adam no pusieron quejas ¿Qué tan difícil podía ser lidiar con un grupo de adolescentes?

Al poco tiempo, se arrepintieron. Gritos, quejas, más gritos...Apartaron a tantas personas del camino que quedaron agotados al llegar al departamento de música. Dejaron pasar a los Carlton, a Sanne y a Aviv que iban detrás, a Jacob, a Cloe y a Silene. Luego, vino lo más difícil: intentar cerrar la puerta.

Digamos que entre los dos podían cargar más kilos de los que podríamos cargar tú y yo. Aún así, luchar contra los empujones de una multitud, los llevó a una agotadora batalla para evitar que alguna persona se colara. Terminaron por cerrar la puerta, acabaron agotados. Adam soltó un suspiro cansado y volteó a ver al cantante, alarmado.

-¡Están locas! ¡Locas! -exclamó -. ¡Has creado monstruos, Caleb! ¡Monstruos!

-Exagerado -bufó Rubí, aunque luego sonrió ante una mueca que le dedicó el rubio.

-Gracias por hacer esto -les dijo Caleb a Adam y Gabe. No había quien pudiera quitarle esa sonrisa del rostro -. No creí que se pondría tan complicado...

-No hay de que. Para eso es que están los amigos y la familia, ¿no? -aseguró Gabe, con una sonrisa agotada -. Solo consigue unos guardaespaldas, por tu bien.

-Sigo creyendo que deberías conseguir a un ejécito entero -sugirió Adam

Caleb soltó una carcajada, ese día se sentía demasiado feliz y no había forma en la que esa sensación se le quitara. Había sido maravilloso montarse en el escenario y volverse uno con la canción, fue increíble juntarse con sus fanáticas y escuchar lo mucho que disfrutaban de su música, fue genial voltear de vez en cuando y ver a Rubí, Aviv y Sanne sonriendo tanto como él. No solo estaba contento por sus logros, estaba feliz de que podía vivirlo junto a personas que amaba.

No quería que ese día se acabara, que ese momento terminara y, cuando Aviv le dijo que tenía una noticia importante que darle, solo rogó en silencio que fuera buena y que no arruinara su día. Se sentía en las nubes, no quería caer y estrellarse estando tan alto.

-¡¿Doctora?! -Cloe captó los ojos miel de una conocida entrando al recibidor del edificio junto con otras personas. De inmediato, su sonrisa se convirtió en una eufórica -. ¡Doctora!

La castaña se lanzó en un abrazo hacia una mujer que debía estar en sus cincuenta años, una doctora con un gusto por las flores muy peculiar. Detrás de ella, además de Jacob, estaban todos los directores del C.A: Pad, que se encargaba del departamento de diseño; Lilian, que se encargaba del de arte; Dalia, que se encargaba del de baile; Ean, que se encargaba del de música y otros tantos que no seguiré nombrando o te aburriré.

-No puedo creer que vaya a decir esto pero, ¡como la extrañé! -soltó Cloe, abrazándola con entusiasmo -. Dios, tengo tanto que contarle sobre el consultorio, los pacientes que he tenido ¡Lo aburrido que es trabajar sin un programa! Ah, y que mis hijos se creen perros, lo que me impide...

-Cloe, respira -Margaret soltó una carcajada y detuvo a la chica. Le tenía especial cariño a todas las personas que contaban con un dije de margarita en su cuello, pero a Cloe la veía más que como a una de sus margaritas. Después de todo, trabajaron juntas unos años. Ambas tenían métodos cuestionables que se complementaban -. Me alegra ver que, aunque pasen los años, tu chispa siga intacta. También te extrañe, margarita. Las extrañé a las cuatro.

-Aw, que bonito -Dalia la atrapó en un abrazo, ella seguía siendo un terrón de azúcar a pesar de lo amarga que podía tornarse su vida algunas veces -. Me encantan estos reencuentros, me transportan a los viejos tiempos...

-Se ven bonitos ahora que los tenemos de lejos, ¿no lo creen? -sonrió Sanne -. Cuando lo vivimos, fue una pesadilla.

-Las pesadillas siguen siendo sueños, Sanne. Son sueños que no deseas, pero sueños al fin y al cabo -Lilian se encogió de hombros -. Los sueños te hacen sentir vivo, por eso nuestro pasado se ve bonito de lejos: nos recuerda que logramos vivir y nos salió bastante bien, a todas.

-Joder, y pensar que llegamos a creer que no tenías corazón -soltó Cloe, observando a su mejor amiga -. Siempre serás mi descorazonada, pero admito que si tienes algo que late en tu pecho y de hecho es bastante sabio, amiga.

-Gracias, Cloe -ella negó con la cabeza, divertida -. Y, antes de que se pongan muy sentimentales, les recuerdo que primero tenemos trabajo. Luego vendrán las muestras de afecto.

-¿Trabajo? -cuestionó Caleb, quien comenzaba a preguntarse que hacían todas esas personas ahí ¿Qué hacía él ahí? Buscó a Aviv y a Sanne con la mirada, ambos sonreían demasiado -. ¿Por qué siento que ustedes dos traman algo?

-Yo también lo siento -soltó Rubí -. Y el que todas estas personas estén aquí aumenta ese sentimiento ¿Qué hicieron?

Sanne estaba tan sonriente que a penas si podía contener su emoción. Se aferró al brazo de su mejor amigo, quien también sonreía de la misma manera. No había duda de que algo tramaban y los hermanos Carlton comenzaban a sacar conclusiones de los planes de sus tutores. Dieron con miles de posibilidades, pero ninguna se acercó a lo que ocurriría.

Después de todo, se trataba de una noticia igual de valiosa que un sueño.

-Caleb -Jacob lo llamó, logrando que él volteara a observar al hombre de aspecto agradable que conocía por ser el padre de Aviv -, algo que nos apasiona a los que estamos aquí presentes es poder ayudar a nuevas estrellas a encontrar su propio brillo. Nos encanta ver a la gente apasionada crecer.

-Literalmente, vivimos de ello -rio Padme, acercándose a su papá. Observó al tutoriado de su hermano con la emoción típica en ella -. Creemos en la variedad como un religioso en la iglesia, aclamamos la pasión como si fuera nuestra única razón para respirar y nos mueve el poder encontrar a jóvenes con la misma mirada llena de emoción que nosotros, con el pasar de los años, no hemos perdido. Para eso vivimos y para eso estámos aquí hoy.

Tras varias semanas en el C.A, los Carlton habían aprendido que la gente ahí era así: apasionada, creativa y con un brillo en los ojos que ni siquiera en la oscuridad se apagaba; eran personas únicas que disfrutaban ayudar a otras personas que todavía no descubrían lo únicas que eran. Así que Caleb le sonrió a Padme, le encantaba que fuera así. Aún así, seguía sin entender qué tenía él que ver en eso.

Rubí también frunció su entrecejo, no comprendía.

-Justo por lo que dice mi hija es que llevamos años queriendo hacer esto, solo que jamás se nos había dado la oportunidad porque no teniamos contratos con disqueras -continuó Jacob -. Hoy, sí lo tenemos, además de a un cantante talentoso con un futuro brillante por delante. Se nos está dando la oportunidad y, luego de verte hoy, creo que a todos nos emociona saber que serás el primero en el C.A en vivir esta experiencia...

-¿Podrían ser claros? Tanto suspenso me está agotando -soltó Rubí.

-Concuerdo con esta niña -señaló Adam -. Sé que no tengo nada que ver, pero ya despertaron mi curiosidad. Anda, hablen...o canten, lo que sea que haga la gente aquí. No me importa siempre y cuando reciba el chisme completo.

-¿Se los dices tú, hijo? -le preguntó Jacob a Aviv.

-¡Joder! ¡Si! -él ni siquiera pudo contener su alegría. Intentó ubicarse, poner su mirada sobre sus sobrinos. Para eso, Sanne lo ayudó. Pronto, Rubí y Caleb tuvieron la amplia sonrisa de su tutor frente a ellos -. Caleb, has progresado demasiado, has hecho de tu pasión tu trabajo y, al mismo tiempo, tu vida. Estas personas te ayudarán a escalar al siguiente peldaño, a seguir creciendo.

》Escuché tus primeros covers, estuve ahí cuando Rubí y tu aprendieron a tocar la guitarra, y creeme que nada me emociona más que decirte esto -su sonrisa se extendió aún más, cosa que había creído imposible. Luego, lo dijo -: Lanzarás tu primer albúm, sobrino. El primer albúm de Caleb Carlton con las canciones de Rubí Carlton ¿Que opinan?

Los hermanos Carlton se quedaron tan quietos y pasmados que parecían no estar del todo en ese lugar. Creyeron escuchar mal, pero la sonrisa de sus tíos indicaba que habían escuchado perfectamente bien. El corazón de Caleb comenzó a acelerarse a un ritmo que solo sabía aumentar a cada segundo ¿Su propio albúm? Eso sí que sonaba como un sueño.

-Tu disquera estuvo de acuerdo con que en el C.A te acesoraramos para este proyecto -explicó Jacob -. Cada departamento de arte te ayudará a construir tu albúm, a lanzarlo al estrellato.

-Lili te ayudará con el diseño de la covertura, Pad con el vestuario, Theo con las fotografías, Ean con la producción musical -habló Dalia, igual de emocionada -, incluso me tendrás a mi y a mis bailarines disponibles para los videos músicales ¡Todo quedará de maravilla!

-Es un proyecto en equipo, con una pizca de cada área artística de este lugar -continuó Padme -. Hemos querido hacer algo como esto desde que abrimos el C.A y serás el primero. Tú y tu equipo demostrarán que se puede juntar a un montón de mentes creativas para crear algo maravilloso.

-Es un logro difícil que conseguirás con nuestra ayuda -aseguró Lilian, pero terminó observándolo con diversión -. Claro que primero debes procesarlo. Tú y tu hermana parecen estar en shock, ¿necesitan unos minutos para hacerse la idea de que esto es real y no un sueño?

-Yo...Es que...¡Joder! ¡Un albúm!

Eso implicaba convertirse en un artista serio, uno real y no un simple chico a penas rozando el estrellato. Sería el sello definitivo, la línea de partida para iniciar una carreea de cantante profesional. Jamás imaginó llegar hasta ese punto, mucho menos encontrar a tantas personas dispuestas a ayudarlo. Parpadeó un par de veces, intentando despertar. Se sorprendió al notar que todo seguía igual, no estaba dormido.

Es solo que a veces la realidad a veces es incluso mejor que nuestros más hermosos sueños.

Observó a su hermana, esa chica que había perdido su sonrisa entre vicios y una actitud "de mierda". Encontró una sonrisa en sus labios, una sonrisa con el valor de todo el oro del mundo recolectado. Rubí sabía que ella había arruinado su vida, que por confiar en las personas equivocadas terminó pagando consecuencias demasiado caras. Por eso, le enorgullecía saber que sus seres amados podían seguir adelante, que su hermano aún tenía las alas que a ella le cortaron.

Y lo ayudaría a volar aunque sus pies llevaban estancados en el lodo demasiado tiempo.

-Un albúm...-soltó Caleb, sonriendo al igual que su hermana. Rubí soltó una carcajada, le costó creer que sus ojos estaban repletos de lágrimas.

-Momento de que reacciones, tarado -soltó ella -. Sí, Caleb, sacarás un albúm. Sí, esto es real y no, no estás soñando. Ahora, ¿tienes algo que decir, a parte de repetir la palabra albúm?

-Oh, mierda.

-Épicas palabras, ese seguro será el inicio de algún discurso memorable en tu futuro -carcajeó Jacob y luego observó con sus ojos verdes, pequeños y chispeantes, al chico -. Espero que entiendas que esta no es una oportunidad que te ofrecemos por el simple hecho de que tienes a un montón de fanáticas aclamando tu nombre, ni porque te ves bien en el escenario. Lo hacemos porque decidimos confiar en tu talento.

-Y no creas que por esto te trataremos diferente a los demás -amenazó Ean, señalando a Caleb con su esquelético dedo -. Sé muy bien que muchos de los directores que están aquí son como familia para ti. Lamento decirte que ellos no te salvarán si te equivocas. Mi trato hacia ti seguirá siendo el mismo que a cualquiera de los estudiantes del C.A, así que mete la pata una sola vez y tu oportunidad se esfumará con la misma velocidad en la que apareció.

-Calma, Ean. Creímos que el que tenía rabia era tu hurón, no tú -soltó Lilian, provocando que la gran mayoría ahí tuviera que ahogar sus propias risas.

Ean entrecerró los ojos hacia ella, ella soltó una carcajada y aseguró que solo era broma. No se llevaban muy bien pero, aquí entre nosotros, nadie se llevaba bien con Ean...Salvo su hurón, claro está.

-A pesar de que Ean no fue un rayo de sol al decirlo, tiene cierta razón -terminó por decir Lili, dedicandole una sonrisa comprensiva a Caleb -. Muchos aquí te tenemos aprecio, te queremos y te hemos visto crecer, pero eso no te traerá privilegios. Espero que entiendas lo importante que es que esto salga bien. Si tiene éxito, podremos repetirlo con otras personas. Apostamos en ti porque creemos que lo lograrás, Leb, pero necesitas trabajar tan duro como lo haría cualquier otro.

-Y yo no pienso decepcionarlos -habló Caleb, cuando finalmente recuperó su voz tras la sorpresa -. Esto es demasiado grande, un sueño para mí...No quiero arruinarlo.

-Dudo que lo hagas -fue el turno de Theo, el representante del área de fotografía, para hablar. Le dedicó una sonrisa amable, lo había visto un par de veces ya -. Presentaremos tu albúm a finales de verano. Tenemos una semana a la que nos gusta llamar la semana de muestra. Ahí, todos los departamentos hacen sus propias exposiciones.

-¡Es increíble! -soltó Dali, con un entusiasmo contagioso -. El espíritu artistico del C.A se multiplica y hay creatividad en cada esquina. Es la fecha perfecta para una gran presentación, una inolvidable que marcará tu carrera.

-Tenemos hasta ese momento para crear y promocionar tu albúm -señaló Padme -. Siento que saldrá bien, aquí todos son muy buenos en lo que hacen. Además, la industria Miles Tone nos apoyará en muchas cosas y, dado a que tu novia es una de las caras más reconocidas de esa marca, el verlos trabajar juntos puede atraer más a la prensa. Ya sabes, la gente ama los chismes calientes que incluyen amor joven y esas cosas.

-Apoyaré a mi cantante en lo que sea -habló Silene, tomando la mano de su novio. Le sonrió, una sonrisa amplia y perfecta -. Ya verás como ese albúm se convierte en el mejor del mundo. Brillarás, amor.

-Lo hará, pero primero él y su equipo deben aceptar -Jacob cortó ese instante de miradas enamoradas. Caleb regresó su atención a él -. ¿Qué dicen? ¿Aceptan?

-¡¿Bromean?! ¡Eso ni se pregunta! -exclamó Rubí, realmente emocionada -. En nombre del equipo de Caleb Carlton, digo que sí y mil veces más sí. Este será un albúm que nadie olvidará.

Ella se escuchaba genuinamente feliz, lo que lo puso a él aún más contento. Sonrió tan ampliamente como su hermana y comenzó a reír; reír por la emoción del momento, por lo surreal que se sentía, porque creyó que las nubes eran la altura máxima que alcanzaría y resultó que las estrellas eran su verdadera meta. Se sintió capaz, tan capaz como en ese escenario en el que sus miedos se esfumaron.

Se sintió como un cantante, como uno real.

-No tengo palabras para decir lo agradecido que estoy por esta oportunidad -dijo, una vez sus risas cesaron. Se acercó a Jacob y estrechó su mano -. Gracias, prometo estar a la altura de lo que desean.

-No lo dudo, Caleb -aseguró el hombre -. Pero nosotros no somos a quienes deberías agradecer.

-¿No? -cuestionó él.

-Los verdaderos responsables de esto son tus tutores -dijo Margaret, acercándose a su esposo. Observó al chico con una sonrisa por la que muchos la conocían. Luego, señaló a su hijo y a una margarita -. Si no han hablado hasta ahora es porque las lágrimas que estan conteniendo no los dejan, pero ambos han insistido hasta el cansancio para que tu equipo y tú consiguieran esta oportunidad.

》Así que, hermanos Carlton, si a alguien deben darle las gracias, son a Sanne y a Aviv. No tienen ni idea de todo lo que ellos dos confían en ustedes.

-Yo quería decir eso, Maggie -se quejó su esposo -. Siempre me robas las mejores líneas.

-Apúrate a decirlas, amor. No es mi culpa que tardes siglos en decir lo importante.

-Un momento...¿qué? -soltó Rubí -. Repíte lo de Sanne y Aviv.

Margaret obedeció, quitándole otra vez la línea a su esposo. Entonces, las miradas de los hermanos Carlton viajaron hasta las dos personas que habían mencionado. Hay amores que no se pueden palabras, que frustran a escritores en proceso como yo porque no hay manera de narrarlos correctamente. Tan solo imagina la clase de amor más puro y hermoso que podría existir.

Eso era lo que sentía esa diminuta familia.

-¿Ustedes...? -cuestionó Caleb.

-En realidad, Avi hizo casi todo el trabajo -aclaró Sanne, empujando un poco a su amigo hacia adelante. Sonrió en dirección a sus sobrinos -. Yo solo fui su apoyo moral, como siempre ¿Cierto, Everton?

-Sin ese apoyo no habría logrado absolutamente nada. Fue un logro entre los dos, Sanne -habló Aviv, también sonreía -. No fue fácil, pero valió la pena porque ellos sonríen... ¿verdad?

-Pues, tienen caras de imbéciles sorprendidos, pero sin duda hay unos atisbos de sonrisas por ahí.

Terminaron por sonreír, los dos al mismo tiempo. Sus sonrisas eran muy parecidas.

-Ahora si sonríen -señaló Sanne -. Es un momento bastante bonito, ¿sabes? Lo compararía con una canción, pero yo solo me sé unas pocas. Niños, ¿me ayudan?

-Este momento se ve como una canción que todavía no tiene letra, ni melodía -le explicó Rubí -. Pero será la más impresionante de todas las canciones jamás escritas.

-La harémos juntos, como siempre lo hemos hecho -habló Caleb -. Yo pongo la voz, Avi la música, Rubí la letra y la tía Sanne el apoyo que toda melodía necesita. Así se ve este momento: como la mejor canción que este equipo haya hecho, y todo gracias a ustedes dos.

-Suena bien -dijo Aviv, su voz se escuchaba temblorosa ante la emoción -. ¿Se ve bien, Sanne?

-Se ve demasiado bien para ser real, Everton.

-Oh, voy a llorar...-soltó Dalia, abrazandose a Cloe y a Lilian -. ¿Qué digo? ¡Ya estoy llorando!

-Lo notamos, Dali. Lo notamos...

Sin importarle las palabras de Lilian, la pelirroja continuó soltando sollozos ante la emoción del momento ¿Qué si les sorprendió a sus amigas? Para nada, ya estaban acostumbradas a ser utilizadas de pañuelos por Dalia.

En cuanto a la escena que en verdad nos importa, los dos hermanos Carlton observaron a sus dos tutores con esa clase de amor que mi poco talento no me permite narrar. Era el inicio de una nueva étapa para la carrera de Caleb, pero todo ese "equipo" estaba involucrado. Por momentos como ese, fue que Leb optó por dejar Londres.

Ahí, juntos, todos podían avanzar y no caer por piedras viejas.

-Bien, les permito un abrazo -soltó Rubí -. Pero rápido, antes de que me de una reacción alérgica que todos lamentemos.

-¡Vengan acá! -exclamó Sanne, atrapando a sus dos sobrinos y a su mejor amigo en un abrazo lleno de cariño.

Un abrazo que no le causó ronchas a Rubí, ni la asfixió, ni le quitó el oxígeno. Fue un abrazo en el que todos sonrieron, en el que ellos cuatro comenzaron a escuchar esa melodía que aún no tenía letra. Se escuchaba tan bien...como la mejor canción jamás hecha.

¿Qué vio Silene en ese momento? Simple, a su príncipe siendo aún más galante e increíble que antes. Fue como si la brillante armadura que ella creía ver en Caleb se hiciera aún más hermosa, pues su cantante sería aún más espectacular. El mundo lo querría más porque él era exactamente lo que debía ser. Todo lo que imaginó de niña, lo que fue perdiendo con el tiempo, se recuperaba de a poco en el presente.

Quizá el mundo se había dado cuenta, finalmente, que una princesa como ella si era digna de un cuento de hadas, de un final perfecto, de una historia sin decepciones...

-Por cierto -soltó Jacob, acordándose de un importante detalle -, uno de los acuerdos que teniamos con tu disquera era otorgarte una especialista para tus redes sociales. Quería preguntarte, ¿cómo va todo con Elise? Prometimos que la reemplazariamos si no encajaba contigo o con tu equipo ¿Ha hecho un buen trabajo, o deberíamos buscar a otra publicista?

-Eli ha hecho un trabajo increíble -aseguró Rubí, quien le había tomado cariño a la muda. Le caía bien -. Nos agrada a todos y sabe lo que hace. Apuesto a que este lugar estaría vacío de no ser por todos los anuncios que ella publicó.

-Es buena chica -concordó Aviv -. Incluso si es dificil comunicarme con ella, no puedo negar que ha encajado bien en nuestro equipo. Yo digo que se quede ¿Qué opinas tú, Leb?

El corazón de la princesa Osbone escaló hasta su garganta; quizá ahí se encontraban sus espinas, pues sintió que sus cuerdas vocales se desgarraban con cada palpitar. Sintió miedo, preocupación, angustia ¿Así se sentían las princesas cuando aparecía la bruja de la historia?

Y pensar que jamás había visto a Elise como la mala del cuento, hasta el instante en el que Caleb soltó esa sonrisa...

-Ella es increíble, no nos imagino con otra publicista -aseguró él -. Que se quede. Después de todo, ella entiende a mis fans y estoy seguro de que nos ayudará con el albúm.

Siempre hay detalles que amenazan la perfección en el mundo, villanos que arruinan cuentos de hadas. Silene mantuvo su expresión de siempre, incluso aumentó el volúmen de su sonrisa. Le dolía el pecho con solo pensar que podían abandonarla de nuevo, que le mundo no había terminado de ser cruel con ella ¿Y si aún no era tan perfecta?

¿Y si aún no tenía tantas espinas?

Intentó convencerse de algo, de algo de lo que se convencen todas las que llevan corona: las brujas no son competencia para las princesas...¿O sí? Bloque por bloque, Silene fue armando su torre una vez más y, con su frente en alto, se dijo a sí misma que esa muda no era competencia para su perfección.

Su príncipe no escaparía de sus manos.

Pero los dragones pueden ver más allá de la torre, conocen a sus princesas de la misma forma en la que conocen a su propio fuego. Así que los ojos claros de Adam la observaron con cautela...

Aunque el corazón de Silene estaba lleno de espinas, presentía que corría un grave peligro del que no podría salvarse incluso si esa princesa sabía usar la espada.


¡He vuelto! Pero no por el tiempo que me gustaría...Las actualizaciones están tardando tanto porque estoy hasta el tope con tareas y exámenes, así que a penas si me da tiempo para escribir. Quizá no vean una actualización pronto de Rosas. Lo siento, espero comprendan.

En lo personal, este capítulo me encanta ¿Por qué? Porque amo poner celosa a Silene JAJAJAJ Bueno, ¿y a ustedes qué les parece? ¿Les gusta?

Chaíto, los quiero❤

Pd: publiqué una nueva historia en mi perfil (Efímero). Si quieren pasarse por ahí se los agradecería mucho.

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