𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖁𝕴𝕴
A la mañana siguiente el alba cubría a ambos amantes que aún se encontraban acostados en el verde césped abrazados, los rayos de sol hicieron que Hwanwoong se girara y cubriera su rostro con su brazos, para después incorporarse y comenzar a vestirse antes que alguien pasará por ahí y los viera en aquel estado.
—Youngjo despierta, es de día, volvamos al pueblo, ambos necesitamos un baño y tenemos que desayunar.
Youngjo adormilado, frotándose los ojos asintió y con ayuda de Hwanwoong se vistió, para luego tomar su mano y dirigirse al pueblo.
Mientras ambos amantes se encontraban en el pueblo, el palacio de Verona estaba hecho un caos pues esa mañana Hwa Sa había llegado a presentarse ante el conde Montesco para expresarle lo que había visto en el festival de primavera.
—Su excelencia temo ser portadora de malas noticias, ayer por la noche cuando me dirigía a ver a Youngjo para tener una agradable noche juntos, un chico lo secuestro... la verdad nunca lo había visto antes pero, es terrible y nadie sabe su paradero.
Montesco terminó perdiendo la cordura y llamó a sus guardias, los interrogó preguntando si habían visto salir a Youngjo y ellos negaron diciendo que no lo vieron salir de su habitación y que cuando una de las sirvientas abrió para llevarle el desayuno la ventana estaba abierta y Youngjo ya no estaba.
Montesco se encontraba molesto, quería creer las palabras de Hwa Sa, pues siendo así traería de vuelta a su hijo y haría pagar a su secuestrador, pero si resultaba que él mismo había huido por su cuenta entonces las cosas cambiaban y no iba a ser nada flexible aunque fuera su propia sangre.
Mando a varios soldados a qué buscarán a su hijo por todos los rincones, dentro y fuera de Verona y que interrogaran a cuanto pareciera sospechoso.
También mandó traer a Keonhee y Seoho quienes aunque estuvieron en el momento que Youngjo y Hwanwoong se fueron, ninguno de los dos sabía a dónde y no pensaban de ningún modo traicionar a su amigo.
Por otro lado Geonhak se encontraba en la casa de los Capuleto contemplando un retrato de Hwanwoong hasta que Xion pasó por ahí y no pudo despegar la vista de este.
— Hwanwoong está lejos de aquí y creo que con todo lo que pasó y está sucediendo es mejor que lo olvide, ¿Que diría la gente si usted noble caballero de Verona desposa a un Capuleto? —Cuestionó Dongmyeong.
— Es muy cierto lo que usted dice, Verona es un caos desde que Montesco asumió el poder, ojalá el príncipe Escala pueda recuperar su lugar, por supuesto estoy completamente comprometido con la causa si no, ya los hubiera delatado. — Después de decir aquellas palabras Geonhak se levantó de la silla donde se encontraba y dejó el retrato de Hwanwoong a un lado, para dejar salir un largo suspiro.
— Tú eres Dong Ju ¿No?,— preguntó mientras se acercaba al hermano de Dongmyeong. — ciertamente tienes tanto parecido a tu madre, es una pena lo que pasaron tu hermano y tú por culpa de Montesco.
— Sí, realmente solo regresé a Verona para clavar profundamente mi espada en su corazón, sé que eres sincero y que sabes guardar secretos así que creo que debes saberlo... Hwanwoong ahora le pertenece a un Montesco, sabes que es lo peor... —Y entonces las palabras terminaron cortándose para dar paso a las lágrimas, Xion que se hacia el fuerte y valiente, no lo era tanto y al frente de Geonhak terminó mostrando su verdadero yo.
— Lo peor es que Woongie nunca fue mío y ahora ni tuyo ni mío será, seguramente estará disfrutando de su vida de casado en algún lugar fuera de Verona y quizá estará riendo y dándole todo su amor a Youngjo Montesco, la ironía de la vida es que él es mi medio hermano.
Geonhak no podía soportar ver llorar al joven Dong Ju, de repente la imagen de Hwanwoong con quien deseaba unir su vida semanas atrás desapareció y todo lo que quedó en su mente era proteger a aquel chico que tenía enfrente, así que lentamente caminó hacia el menor y lo abrazó.
Dong Ju no hizo nada para apartarlo a pesar de que esas muestras de afecto cuando su hermano se las daba se le hacían una molestia, ya sea porque estaba vulnerable en aquel momento o porque realmente la cercanía con Geonhak le gustaba, terminó aferrándose a la capa del mayor y siguió llorando hasta que sacó toda la frustración que cargaba.
Geonhak, después de un rato dejó de abrazar a Dong Ju y este alzó la vista, sus ojos, al igual que su nariz estaban rojos por tanto llorar, el mayor sacó un pañuelo de tela bordado con sus iniciales y con suavidad limpio el rostro del menor y luego acarició su mejilla, se perdió en la profundidad de sus lindos ojos y no pudo evitar bajar la vista hacia sus labios, entonces la escena de ambos mellizos corriendo por la casa Capuleto junto a Hwanwoong vino a su mente, Dong Ju era un niño a quien le gustaba hacer travesuras y era algo caprichoso, los padres de Hwanwoong se encargaban de fomentar eso, pues los mellizos eran casi hermanos de su hijo y al recordar esos días agradables, una sonrisa se dibujó en los labios de Geonhak.
— Nunca creí que algún día el fuerte y rudo Dong Ju terminaría llorando en mi hombro, digo yo nunca quise acercarme tanto a ti porque me intimidabas.
Don Ju terminó propinándole un golpe en el hombro a Geonhak por atreverse a mencionar algo así en aquel momento vergonzoso para él y ante esto, el mayor simplemente rio.
— Quizá no me recuerdes más que como el prometido de Hwanwoong, pero mi familia siempre fue cercana a los Capuleto, de milagro Montesco no ha hecho nada contra mí y mi familia... Bueno en fin, gracias por decirme lo de Woongie, supongo que ambos lo perdimos.
Don Ju asintió y abrió la puerta de la casa para despedir a Geonhak, pero este antes de irse le dijo
— Entonces ¿Por qué no vienes a visitarme a mi mansión después? De todos modos supongo que Montesco ni siquiera sabe de tu existencia... bueno perdón...es decir...en realidad yo no...
— Está bien Geonhak, no me molesta porque esa es la verdad, consideraré ir a visitarte, creo que a partir de hoy trataré de pasar página y concentrarme en mi verdadero propósito, vengar a mi madre y cuidar de mi hermano.
El mayor asintió, se fue del refugio de los Capuleto y mientras iba de camino a su mansión se planteó la posibilidad de conquistar al tierno y obstinado Dong Ju.
Por otro lado el príncipe Escala se enteró de la desaparición de Youngjo y no quería que Montesco arruinara su felicidad, así que reunió a varios hombres a espaldas de la corte y los mandó a la búsqueda, tenía que advertirle que no estaba seguro aún fuera de Verona y si algo compartían ambos jóvenes eran sus secretos y confidencias, Escala sabía perfectamente que Youngjo no había sido secuestrado, sino que se había ido con el amor de su vida, el enemigo en común de todos era Montesco y aunque terminara en un calabozo por ayudar a quien se había convertido en su amigo y un hermano, no pensaba de ningún modo traicionarlo.
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