El príncipe Escala era demasiado joven para gobernar, pues aún era un niño y dependía de sus protectores, Verona era prospera y hermosa, pero existía un problema, la enemistad de dos familias poderosas y de igual condición. Los Capuleto y los Montesco compartían una enemistad y una rivalidad que databa de rencores pasados cuyo inicio quizá inclusive fue olvidado.

Varios miembros de ambas familias morían en esas peleas constantes y el príncipe no podía hacer nada. El conde Montesco era ambicioso, cruel y despiadado, secuestro al príncipe en su propio castillo y se dispuso a trazar un plan para acabar con los Capuleto.

Así que una noche fría de invierno mientras el pequeño hijo de los Capuleto Hwanwoong dormía, la sangre se derramó en la mansión, su madre había sido asesinada y su padre estaba herido, uno de los soldados de la casa Yong Hoon ayudo al pequeño a escapar junto con Dong Myeong su amigo y sirviente. Esa noche la mayoría de los Capuleto murieron y el conde Montesco logró coronarse monarca de Verona teniendo secuestrado al príncipe, juró matar a cada Capuleto.

Hwanwoong fue criado como una persona normal, nunca nadie le reveló su verdadero apellido en veinte años pero toda su familia tenía la viva esperanza de que él librara a Verona del tirano Montesco, se escondía bajo una máscara como un valiente defensor de la justicia, Kang Hyun uno de sus sirvientes era sus ojos y oídos en la ciudad y aunque Hwanwoong sabía que era peligroso salir y luchar contra los soldados del gobierno, se creía una especie de Robín Hood, evitando que los pobres pasarán hambre y que la opresión de Montesco fuera demasiado para los pobladores, siempre tuvo bastante curiosidad por saber que era aquello que toda su familia le ocultaba, a veces dudaba de quien era en realidad, porque tenía sirvientes, porque se tenía que ocultar y porque en casa lo trataban con tanto respeto, las lagunas en su memoria eran bastante grandes y difíciles de acomodar, pero como si fuera una pesadilla constante la serie de imágenes de lo ocurrido esa noche no se disipaba de su mente, él corriendo junto a Dong Myeong en medio de un incendio, su madre cubierta de sangre y su padre con una espada en la mano sangrando, recuerda haberse encontrado con los brillantes ojos del actual gobernante de Verona y a Yong Hoon evitando que saliera herido y pudiera escapar junto con su amigo, luego de eso terminó tropezando con una tabla de madera desprendida del techo y golpeándose en la cabeza.

¿Por qué mataron a su madre? ¿Por qué querían asesinarlo? Aquellas eran las preguntas constantes que en su mente se hacía y que nadie le respondía, o le cambiaban de tema o lo regañaban por arriesgar su vida en las calles, pero nadie parecía querer revelar la verdad, Yong Hoon siempre le decía que esperara hasta que cumpliera veintiún años para saber la verdad y él esperaba que hasta entonces todas sus dudas le fueran aclaradas.