🥀35🥀
Con el corazón latiendole con fuerza y decisión, Ruby estaba de regreso a Riverton, o mejor dicho al bosque. Su celular estaba en el asiento junto a ella, llamando al responsable de todo lo que había ocurrido: Arthur.
La llamada se contestó, y escuchó la voz burlona y gruesa de su abuelo.
––Parece que no te has rendido ––mencionó Arthur, riendo por lo bajo––. ¿Lista para terminar con esto?
––Alrededor de los cinco árboles en el bosque ––contestó Ruby con seriedad––, ahora.
––Nos vemos ahí entonces, princesa.
La llamada se terminó, y ella aceleró. Cuando Ruby llegó al bosque, bajó del auto cerrando la puerta con fuerza. El lugar estaba completamente silencioso, y la policía no estaba. ¿Coincidencia? No lo creo. Respiró hondo, la suave brisa tocó su rostro pero apenas la sintió. Con pasos preciso y rápidos se adentraba cada vez más entre los árboles buscando los cinco árboles.
Con cada paso que daba su mente le jugaba encontra:«es una mala idea, vuelve» «Te matará»
Sacudió la cabeza, alejando esos pensamientos que la querían hacer retroceder. Ya no había vuelta atrás, ya no era momento para rendirse. Lo hubiera pensando antes de venir aquí.
Finalmente, llegó al lugar donde los cinco árboles formaban un círculo casi perfecto. El aire se sentía pesado y el corazón no ayudaba mucho con los latidos que resonaban en sus oídos.
Detrás de ella se escuchó una risa suave pero peligrosa a la vez. Y cuando volteó, Arthur estaba ahí, sonriendo tranquilamente sosteniendo la maldita y aterradora hacha.
––Hola, querida Ruby ––habló Arthur, haciendo que ella presionara sus manos.
––Veo que al fin decides salir de la oscuridad de tus mentiras ––Arthur se rió, pero Ruby se mantuvo firme––. ¿Acaso no te das cuenta? Toda nuestra familia se destruyó por culpa tuya, ¿y a tí no te importa, no harás nada?
––Claro que voy a hacer algo, me voy a deshacer de los Anderson. En especial de tí.
––No eres el hombre que pensaba que eras.
––La vida está llena de decepciones, princesa ––dijo Arthur, tambaleando el hacha––. Algún día lo entenderás.
Ella negó, y miró el hacha. Arthur bajó la mirada hacia el arma, sonriendo de lado.
––¿Sabes? Creí que iba a ser necesaria ––tiró el hacha al suelo, y la miró––, pero voy a matarte con mis propias manos.
––Inténtanlo, yo seré quien acabe contigo.
Arthur sonrió, comenzando a acercarse a ella.
––Pues que empiece el juego.
––No está empezando, está terminando.
Sin pensarlo mucho, Ruby lanzó el primer golpe. Arthur logró esquivarlo, respondiendo con otro golpe justo en el estómago. Ella se retorció, pero no bajó la guardia, sino que respondió con otro golpe justo en la mandíbula de él, logrando hacer que retrocediera.
Ruby respiró hondo, relajando su corazón o eso intentaba. Arthur sonrió, negando lentamente.
––¿Qué hubiera pensado Emily de tí? ––habló él, formando un puño con sus manos––. Que decepcionada hubiera estado.
Ruby avanzó con decisión, lanzando un puñetazo directo al rostro de Arthur, pero él lo bloqueó sujetándole la muñeca y torciéndola con fuerza. Ruby apretó lo dientes, gritando para sus adentro. De una patada hizo que Arthur la soltara, tambaleándose. Pero contraatacó de inmediato, con un codazo que golpeó la mandíbula de ella.
Ruby cayó al suelo, sintiendo el sabor metálico de la sangre en su boca. Arthur se abalanzó contra ella para intenta inmovilizarla pero ella rápidamente rodó por el suelo y se levantó rápidamente. Arthur la miró con una chispa de enojo, mientras ella se apoyaba en uno de los árboles para poder ponerse de pie. Logró reaccionar justo a tiempo y alejarse cuando Arthur lanzó un puñetazo que dio justo contra el árbol. Él ni siquiera se inmutó ante el dolor que cualquiera hubiera sentido al golpear el tronco del árbol.
Ruby retrocedió entre sorprendida y asustada, pero no se dio por vencida. Arthur le dedicó una mirada sombría, y el puño comenzó a sangrar. Sin poder reaccionar a tiempo, Arthur le dio un golpe a puño cerrado que la hizo caer al suelo. El muy desgraciado logró inmovilizarla, dando golpe tras golpe en su rostro. Los moretones comenzaron a hacerse presente en su piel y la sangre comenzaba a salir por los raspones.
Agarró las muñecas de él y le dio un rodillazo en el costado alejándolo de ella. Ruby aprovechó para lanzarse sobre él, golpeando su rostro una, dos veces, pero él la agarró del brazo, empujándola contra un árbol más cercano. Sus respiraciones estaban agitadas, a penas les quedaban fuerzas. Ruby se levantó, quedando apoyada contra el árbol sintiendo el sudor mezclarse con la sangre en sus heridas. Arthur se levantó, con el rostro llenó de moretones y rasguños, estaba igual de cansado que ella. Sus piernas temblaban del cansancio y el aire se sentía pesado y tenso.
––¿Sabes algo? Tu arrogancia fue la que mató a Emily ––dijo Arthur, con una sonrisa ladina––. Tú misma la llevaste a su propia muerte. Jamás debiste existir y ser parte de esta familia.
Ruby se rió, con la poca fuerza que le quedaba. Arthur borró su sonrisa, y ella lo miró.
––Tú tampoco pertenencias a esta familia ––murmuró Ruby, sin borrar su sonrisa––. Tú llevaste a esta familia a la muerte... ¿Crees que yo no sé nada? Yo siempre estuve ahí. ––Se rió, negando lentamente––. Yo estuve cuando cada una de ellas se fue, una por una tus hijas se fueron porque no soportaban lo bastardo que eras. Las mataste internamente, y jamás fuiste un buen padre.
Arthur apretó los puños, mirándola furioso.
––Los Wells murieron contigo, pero los Anderson... siempre vamos a vivir.
Arthur no lo soportó más, y la tomó del cuello golpeando la espalda de ella contra el tronco del árbol. Ruby sujetó las muñecas de él, pero ya lo tenía fuerzas para alejarlo. El aire se le estaba acabando y el ardor en su cuello era insoportable.
––Se acabó, Ruby ––contestó él, presionando el cuello de ella con más fuerza––. Aquí termina tu historia.
Ruby comenzó a perder el aire por completo, y sus ojos poco a poco iban cerrándose. Pero entonces, un disparo cortó el aire en ese instante y la bala llegó al brazos de Arthur haciendo que soltara a Ruby. Ella se desplomó en el suelo, recuperando el aire mientras acariciaba su cuello y tocia. Levantó la mirada, encontrando al responsable sosteniendo un rifle.
––¿Papá?
––Ethan.
––Alejate de mi hija ––advirtió Ethan, dispuesto a disparar otra vez.
––Crei que habías muerto ––mencionó Arthur, mirándolo con enojo.
––Yo creí eso de tí, pero parece que hierba mala nunca muere ––Ethan sonrió, y luego dirigió su mirada a la castaña––. ¿Estás bien, hija?
––Se podría decir ––contestó Ruby, mirando a Arthur, logró recuperar su postura, dando un paso hacia atrás––. Se acabó, Arthur, termina esto de una vez.
––No va a terminar así ––Arthur se agachó, tomando el hacha en el suelo. Ethan quitó el seguro del arma, y Ruby se puso al lado del castaño––. Yo seré quien determine si estoy termina o no.
Pero en ese mismo instante, una bala atravesó el pecho del canoso, dejando a Ethan y a Ruby atónitos. Arthur dejó caer el hacha al suelo, y la tela de su camisa empezó a mancharse de sangre. Ruby giró hacia Ethan, y él negó bajando el arma. Cuando el cuerpo de Arthur cayó al suelo sin vida, pudieron ver al responsable de ese disparo.
––¡¿Detective Clover?! ––exclamó Ruby, boquiabierta.
––¿Pensabas que iba a dejar que atacara antes de disparar? ––contestó Clover, metiendo la pistola en la funda en su costado––. Vine lo más rápido que pude. Debo admitir que tu padre es muy convincente.
––Pero... ¿Cómo sabías que estaba aquí? ––preguntó Ruby, girando hacia Ethan.
––Cuando estuvieron en casa no pude evitarlo y le puse un rastreador a tu celular ––contestó el castaño, provocando una expresión indignada en ella––, y cuando ví que estabas en el bosque, sabia que algo malo iba a pasar. Así que fui a Riverton y hablé con Clover.
––Pero créeme ––dijo Clover, llamando la atención de ambos––. No fue el único en insistir.
En ese momento, algunos policías llegaron al lugar y con ellos sus amigos. Los tres al verla sonrieron y se acercaron para abrazarla.
––¡Ruby! ––exclamaron al unisono.
––¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? Mira tu cara ––dijo Alice tomándola del rostro.
––No puedo ver mi cara, Alice. Pero estoy bien.
––¡Qué susto nos diste! ––Keyler la abrazó, y le dio unas cuantas palmaditas en el hombro––. Lo bueno es que estás bien. ¿Y Jake?
––¡Jake! ––gritó Ruby, mirando a Ethan––. Lo dejé con Josh, debemos irnos.
––¿Con quién? ––preguntaron Ethan y Keyler levantando una ceja.
––Es una larga historia, se los diré después ––antes de irse, giró hacia Clover y lo miró––. Gracias por ayudarme pero, ¿qué pasará con el cuerpo?
––Hm, diremos que fue en defensa personal ––Clover le guiñó el ojo, y ella asintió.
––Vamos, papá. Es hora de irnos ––indicó Ruby y los otros gritaron.
––¡¿Papá?!
––Es otra larga historia, luego se los cuento. Ahora tengo que irme.
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