🥀30🥀
Después de dos semanas de la muerte de Arthur, Ruby no tenía sus estribos controlados. Los días en Riverton se volvieron tranquilos pero vacíos para ella. El día era soleado pero con precipitaciones de lluvia; en ese momento el parque se encontraba tranquilo mientras que ella estaba sentada en la banca donde solía sentarse con su abuelo.
Su mirada estaba clavada en el suelo mientras apretaba el celular con sus manos.
La brisa fresca movía su cabello con lentitud mientras su mente estaba dispersa en pensamientos que no se iban.
––Hola, Rub.
Giró la cabeza, encontrando a Steven ahí junto a ella, sosteniendo dos vasos de café.
––Hola ––saludó, aunque su voz sonó en un susurro.
––Toma, te traje un café.
Steven dejó el vaso en las manos de ella, mientras se sentaba una distancia considerable. Ruby le dio un sorbo al vaso, dejando que el delicioso y cálido sabor a café la relajara un poco.
––¿Estás bien? Estamos muy preocupados por tí ––mencionó Steven calmado.
––Estoy bien, dentro de los límites, supongo ––levantó los hombros, sin importancia.
––¿Sabes algo de Jake?
Ruby suspiró, girando el vaso de café en su mano.
––Nada.
––¿No crees que fue raro que desapareciera otra vez?
Por supuesto que no era raro, ella sabía la razón. Lo que había olvidado era que los demás no lo sabían. Steven mantuvo su mirada en el parque, mientras que ella solo miraba el vaso en su mano.
––Hay un lugar que mencionó antes de irse ––comentó Ruby, casi susurrando para ella––. Tal vez vaya a verlo.
––Eso estaría bien ––Steven asintió, mirando ahora su vaso.
Hubo un momento de silencio entre ellos, un silencio tan vacío que ni siquiera el cantar de los pájaros podía llenar. Ruby dio una ligera sonrisa, levantando la mirada de su vaso.
––¿Te gusta Alice?
Steven abrió los ojos, apretando el vaso en su mano ligeramente. Carraspeó su garganta, rascando su barbilla nervioso. Sus mejillas se pusieron rojas, y Ruby lo miró.
––No... no sé de qué hablas ––contestó Steven negando––. No me gusta Alice. Ella me odia y yo a ella. Eso es todo.
––No parece que pienses eso cuando la miras.
––No hay nada entre Alice y yo, solo somos... amigos.
––¿Los amigos van a comer solos? ––preguntó Ruby, sonriendo con picardía.
––¡¿Quién te lo...?!
––Keyler ––lo interrumpió, riéndose de lo rojo que estaba Steven––. No es malo que te guste alguien, Steven.
––Que no me gusta ––repitió, ahora mirando el suelo––. Pero... si así fuera... ––la miró––. ¿Crees que me daría una oportunidad?
Ruby miró su vaso, sonriendo. No, no era posible que Alice le diera una oportunidad. Ni siquiera en los sueños más locos de él Alice le daría una oportunidad. Pero no iba a romper las ilusiones del rubio, prefería dejar que Alice le rompiera el corazón por ella misma.
––Supongo ––contestó levantando los hombros.
Steven asintió lentamente, como si la respuesta de ella se hubiera quedado grabada como una película.
––Tengo que irme ––Steven se levantó, sonriéndole––. Fue... divertido hablar contigo de algo que no fuera nosotros.
––Supongo que si ––sonrió Ruby––. Suerte con Alice.
––No se lo diré ––comentó alejándose––. Aún no.
°§ 🥀§°
Esa misma tarde, Ruby estaba sentada en la sala de su casa aún sosteniendo el vaso de café que Steven le habían dado, y la fotografía de su madre con el bebé. Su mente estaba en blanco, tan perdida que ni siquiera sabía que hacer.
Pero había un impulso en su pecho que no podía ignorar. Tenía que disculparse, debía ir con Jake.
Se levantó con una determinación que no había sentido hace tiempo, agarrando las llaves de su auto para irse. Puso en marcha el vehículo, yendo hacia el bosque. La carretera estaba vacía, pero sabía que sería un obstáculo los policías. Sin embargo, estacionó el auto casi metiéndolo al bosque. Al bajar, comenzó a alejarse lo más rápido que podía para evitar a los oficiales.
El bosque se hacía denso mientras más se adentraba en él. Las hojas secas debajo de sus pies crujían mientras que el viento frío helaba su piel. Su mente estaba determinada a acabar con todo. Pasó por al lado del lugar vacío dónde alguna vez estuvo la cabaña de su abuelo, pero lo ignoró. No tenía tiempo para recordar, no había tiempo para recordar el pasado.
Pasó los árboles que formaban el círculo con los símbolos de Nyrax, hasta que llegó a su destino. El lugar donde habían encontrado el contenedor también con el símbolo de Nyrax. No había nada en el lugar, pero podía sentir que alguien la estaba observando. No se sentía asustada, pero si nerviosa.
––¿Jake? ––hubo silencio, pero aún sentía esa sensación de ser observada. Y tenía la seguridad de que él la estaba escuchando––. Escucha, sé... sé que te fuiste por esa cosa que te pasa, pero también quiero que sepas algo ––respiró hondo, con el corazón golpeteando en su pecho––. Lo siento mucho... lamento mucho la muerte de tu padre. Y no, no tienes porqué contestar. He aprendido a marcharme en momentos como este, pero solo quería decirte que lamento mucho haberme comportado como una egoísta, y no pensar en como te sentías con todo esto. Sé que tú fuiste el que se ofreció a ayudarme, pero eso no significaba que yo me comportara de forma egoísta y solo pensara en mi hermana... tú también perdiste algo que amabas... Y lo lamento.
No obtuvo una respuesta, pero sabía que él la había escuchado. Así que con la seguridad con la que había llegado, comenzó a retroceder, jugando con los dedos de su mano nerviosa.
––Gracias, Ruby.
Ruby detuvo sus pasos, sonriendo. Ella lo sabía, sabía que él estaba ahí.
Con la sonrisa aún en sus labios, comenzó a avanzar nuevamente alejándose del lugar.
De regreso a su casa, el ambiente era más tranquilo, pero la vibra era tensa. El bosque adoptó un aire, no solo tenso, sino también peligroso. El silencio le indicaba que algo malo iba a pasar, y para colmo, estaba sola en el bosque. Jake ya estaba demasiado lejos como para regresa. Sus manos sudaban nerviosas hasta que escuchó un crujido en el bosque.
Sus pasos se detuvieron, sintiendo el aire más pesado, su corazón comenzó a latir más rápido mientras que sus manos agarraron el borde su remera. Tenía miedo de darse vuelta, no se atrevía ni siquiera a girar un poco su cabeza.
Pero entonces; cuando se dio vuelta para "mirar" que estuviera sola. Logró agacharse a tiempo cuando el hacha rozó su rostro. No cayó al suelo por pura suerte, su rostro se puso pálido y su corazón se detuvo por un momento. Michael la miró, levantando el hacha otra vez, pero entonces, una mano agarró su muñeca alejándola de Michael.
––¡Jake!
––¡No te detengas!
Michael comenzó a seguirlos, con pasos rápidos y precisos. El hacha aún en su mano y el deseo de sangre. Jake y Ruby continuaron corriendo por el bosque, teniendo algunos tropezones y obstáculos que evitar para poder salir del bosque. Mientras más corrían en el bosque parecía hacerse eterno. Los latidos de sus corazones resonaba en sus oídos, mientras que sus pasos hacían crujir las hojas y las ramas bajo sus pies.
––¡No pensé que me estabas siguiendo! ––exclamó Ruby, tratando de seguirle el paso a Jake.
––¡¿Crees que te dejaría sola?! ¡Vi que comenzó a seguirte, asi que vine lo más rápido que pude!
El camino les quedó cortó cuando llegaron al borde de un acantilado. Sus respiraciones estaban agitadas y el sudor resbalaba por sus frentes. Era peligroso bajar por ahí, la caída era fea y posiblemente podrían salir heridos. Retrocedieron, pero Michael ya los había alcanzado. Al igual que ellos estaba cansado, el hacha colgaba de su mano mientras la máscara los miraba de manera macabra.
Michael dio un paso hacia adelante, y ellos hacia atrás. La decisión era de vida o muerte, por así decirlo. Era enfrentarse a Michael... o saltar.
Ruby y Jake miraron hacia el borde del acantilado, sus miradas se encontraron, con la decisión lista y el coraje en el pecho. Solo tenían tres segundos.
1...
Michael dio un paso.
2...
Ellos se tomaron de las manos.
3...
Saltaron.
Sus manos resbalaron y se soltaron, sus cuerpos girando descontroladamente por la pendiente rocosa. Ruby intentó aferrarse a algo, pero solo consiguió arañazos y moretones en sus brazos y piernas al golpear ramas y piedras en el descenso.
Cada golpe le arrancaba un jadeo, y sentía la piel ardiendo por los raspones mientras rodaba colina abajo. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, su cuerpo chocó contra algo blando y se detuvo, dejándola tendida en el suelo, respirando con dificultad y tratando de recuperar la orientación.
Ruby intentó abrir sus ojos, solo viendo todo a su alrededor borroso. La neblina espesa del bosque la envolvía, y por un momento solo podía escuchar el latido ensordecedor de su propio corazón. En la punta de la colina logró ver la figura de Michael observándolos. Escuchó cerca de ella que alguien maldijo, hasta sentir la mano de Jake junto a ella.
––Jake... ––logró susurrar, escuchando como él murmuraba su nombre mientras sus dedos lograban tocarse lentamente.
Sus ojos se cerraron por un momento, hasta que solo vio dos figuras acercarse a ellos. Logró escuchar que hablaban, pero no entendía lo que decían. Su mente se volvió oscura y todo a su alrededor desapareció.
Posiblemente, ese era el fin de todo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top