🥀29🥀

El agua tibia cayendo por su cuerpo la relajó un poco, había estado llorando horas. Ruby mantuvo su mirada en el suelo mientras veía las gotas de la ducha caer. Escuchó que tocaban su puerta, entonces cerró los ojos. No quería hablar con nadie en ese momento, cerró el agua de la ducha, envolviéndose en la toalla para secarse y vestirse.

Tardó unos pocos minutos para después bajar las escaleras. Al abrir la puerta, Arthur estaba ahí con una sonrisa de oreja a oreja, siempre alegre. De alguna forma verlo le trajo calma y se sintió más tranquila.

––Hola, abuelo ––saludó Ruby casi en un susurro.

––Hola, princesa ––dijo Arthur con su voz dulce como siempre––. Iba a ir a la cabaña pero pasé a vere, ¿tienes tiempo?

––Por supuesto.

La luz del atardecer se filtraba suavemente por las cortinas de la sala, iluminando el rostro de Ruby mientras ella y su abuelo Arthur se sentaban en el viejo sofá de cuero. El silencio era cómodo, lleno de esa tranquilidad que solo surge entre dos personas que no necesitan decir mucho para comprenderse.

Arthur la observaba con una sonrisa cálida, sus ojos reflejando tanto orgullo como nostalgia. Después de un momento, rompió el silencio.

––¿Sabes, Ruby? Hay algo que siempre me hace pensar en la familia cada vez que te miro.

––¿De verdad? ––preguntó Ruby curiosa––. ¿Por qué?

––Los Wells siempre han sido una familia algo peculiar, pero todos tenemos una característica en común: esa testarudez y la fortaleza que nos define. Mi padre solía decir que, como Wells, nunca retrocedemos ––Arthur la miró, y sonrió––. Y, aunque no lleves el apellido, tienes esa misma esencia.

––No sé si es algo bueno o malo, la verdad ––sonrió conmovida, Ruby.

Arthur se rió suavemente. ––Es algo muy bueno. Significa que eres fuerte, Ruby. Que no te dejas vencer por las dificultades. Y eso es algo que me llena de orgullo.

––Pero… no soy una Wells. Llevo el apellido Anderson.

––Eso no importa. La sangre no siempre define la familia. Para mí, eres tan Wells como cualquiera de nosotros. Tienes ese mismo espíritu, y eso es lo que realmente cuenta.

––Gracias, abuelo. Siempre sabes que decir en momentos como estos.

Arthur pasó un brazo por los hombros de ella, dándole un abrazo cálido. ––Siempre voy a estar aquí para ti, como buen abuelo Wells. Aunque lleves otro apellido, eres mi nieta, y eso es todo lo que importa.

°§ 🥀§°

Los tres caminaban en silencio por el bosque, rodeados de sombras que parecían moverse con el susurro del viento entre las ramas. Alice estaba un poco más adelantada, escudriñando los alrededores mientras Keyler revisaba el mapa que habían trazado a partir de las notas que encontraron en casa de Samantha. Steven, en cambio, mantenía su mirada fija en Alice, atento a cada uno de sus pasos.

––Segun lo que hicimos en este "mapa", no deberíamos estar muy lejos ––dijo Keyler, con su mirada en el pedazo de hoja con rayones sin sentido pero que guiaban a la casa de Michael––. Solo tenemos que seguir recto y... ––mira a su alrededor–– deberíamos ver la casa pronto.

––Perfecto, entonces mantente enfocado ––contestó Steven, bajando la mirada al suelo––. Cualquier cosa, dame una señal.

Keyler asintió y se adelantó unos metros, sumergiéndose entre los árboles. Al quedarse algo rezagados, Alice y Steven intercambiaron una mirada. La tensión en el aire se hacía palpable, pero esta vez parecía diferente; no era solo miedo o cautela. Steven se acercó a ella, siguiéndole el paso.

––¿Estás bien?

Alice se sorprendió, pero intentando sonar tranquila. ––Claro, solo… preocupada por todo esto. Ir a la casa de Nyrax no es precisamente un paseo por el parque.

––Seguro ––Steven asintió, rascando un poco su cabeza, algo incómodo.

Por un momento, no vieron a Keyler pero escuchaban sus pasos. Alice dio un suspiro, y Steven miró todo su alrededor buscando algo con lo que distraerse. Finalmente, fue Alice quien decidió hablar.

––Todo esto… a veces parece una locura. Si alguien me hubiera dicho hace unos meses que estaría en un bosque, camino a la casa de un asesino…

––Les habrías dicho que estaban locos, ¿verdad? ––Steven sonrió.

––Exacto ––Alice se rió––, aunque, en cierta forma, es increíble ver hasta dónde somos capaces de llegar por los que nos importan.

––Sí, eso es lo que me hace seguir adelante. Tú, Ruby, Keyler… incluso Jake, a su manera. A veces siento que no estaría haciendo esto si no fuera por ustedes.

Alice lo miró, conmovida por sus palabras. Sintió cómo algo en su pecho se calentaba al darse cuenta de lo que significaban unos para otros. Se apartó un poco de la tensión del momento, solo para apreciar esa cercanía con Steven.

––A veces pareces el único que realmente tiene los pies en la tierra ––mencionó ella casi susurrando.

Steven la miró y sonrió, alzando una ceja.

––¿Eso es una forma de decirme aburrido?

Alice se rió. ––No, solo... eres confiable. Alguien en quien podemos contar siempre.

Steven sonrió suavemente, dejando que las palabras de Alice quedaran suspendidas en el aire. Se sentía agradecido de estar ahí con ella, de poder ser su apoyo sin necesidad de palabras grandes o declaraciones.

Antes de que pudieran decir más, un crujido en la maleza los hizo detenerse. Keyler volvía hacia ellos con una sonrisa cómplice, como si hubiera interrumpido algo sin querer.

––Espero no estar interrumpiendo, pero encontré el camino hacia la casa.

Alice y Steven intercambiaron una mirada cargada de complicidad y rieron en silencio. Ambos sabían que había algo creciendo entre ellos, aunque no se dijeran nada.

°§ 🥀§°

Esa misma tarde, cuando el abuelo de Ruby la dejó sola. Ella fue hacia su habitación para buscar su laptop, aunque no tenía nada interesante que buscar quería distraer su mente con algo. Pero, la paz se fue cuando escuchó su ventana abrirse. Se giró sorprendida, viendo a Jake entrar como si nada.

––Estás aquí, que bueno ––dijo él, acercándose a ella––. Escucha, tenemos que ir al bosque.

––¿Por qué?

––Keyler dijo que encontraron algo en casa de Michael, es importante que estemos todos y... ––la miró un momento, y sonrió––. ¿Estabas llorando?

––¿Se nota? ––preguntó, girando la silla hacia un espejo––. Sí, se nota.

Jake negó, agarrando la silla donde ella estaba, acercándola a él. Ruby lo miró sorprendida, mientras sus mejillas se tiñieron de un rojo carmesí.

––Aún así sigues siendo hermosa. Vamos.

Ella sonrió, simplemente por el lindo gesto en sus palabras. Salieron de la casa, yendo caminando hacia el bosque. La noche comenzaba a llegar mientras el sol desaparecía dejando rastros rosados y naranjas en el cielo.
Ambos llegaron, viendo a sus amigos hablando con policías. Al estar cerca el oficial comenzó a regañarlos por estar en el bosque sin una autorización. Y a pesar de que Alice era policía, el oficial seguía con su reclamo.

––Solo fue un momento, no es como si hubiéramos venido a matar ––se quejó Keyler, mientras él oficial le apuntaba con el dedo.

––Usted jovencito no tiene nada que hacer en el bosque. Así que será mejor que se marchen de aquí antes de que los arreste a todos ustedes.

––¿Es porque soy negro? Eso es ser racista ––dijo Keyler, levantando la voz––. ¡Oigan! ¡Aquí hay un oficial racista!

––¡Cierra la boca niño! ––dijo el oficial, mirando a los demás que patrullaban.

Ruby miraba el bosque, con algo de miedo y preocupación. La discusión entre Keyler y el oficial se escuchaba muy poco mientras que su mente se sumergía entre la arboleda. Sintió una mano en su hombro, y vio a Jake sonreírle.

––¿Estás bien, Sherlock?

––Si, solo... ––hizo una pausa, volviendo su mirada al bosque–– estoy pensando en mi abuelo.

––¿Pasó algo con él?

––No, nada malo. Pero dijo que vendría a la cabaña aquí en el bosque. Espero que la policía no le haya dicho nada.

––¿Tiene autorización?

––Ese es el problema. No lo sé ––suspiró, cruzando sus brazos. Sonrió ligeramente, girando hacia él––. Por cierto, creo que les debo una disculpa.

––¿Disculpa? ¿Por qué?

––Me comporté de una forma grosera con ustedes hoy cuando volví de hablar con Nick. Lo lamento.

––Nah, no pasa nada, Ruby ––sonrió Jake, acercándose a ella––. Pero no vuelvas a hablar con Nick.

––Lo prometo.

La frustración estaba aumentando en la discusión de sus amigos, y la paciencia del oficial parecía agotarse. Fue entonces que un ruido distante interrumpió la discusión: el sonido rítmico y constante de un helicóptero.

––¿Es… un helicóptero cisterna? ––preguntó Alice, mirando hacia el cielo.

Un leve zumbido llenó el aire, seguido del sonido de sirenas lejanas. Desde donde estaban, todos podían ver una columna de humo negro elevándose en el horizonte, y el olor a madera quemada comenzaba a hacerse presente.

––Algo se está incendiando… ––murmuró Steven, con preocupación.

El oficial tomó su radio y se alejó unos pasos, respondiendo con voz apresurada mientras intentaba escuchar la transmisión. Los amigos de Ruby se quedaron en silencio, observando cómo su expresión cambiaba de profesionalismo a preocupación.

––¿Cuál es la situación? Repita, ¿qué está ocurriendo? ––dijo el oficial por la radio.

La estática en la radio fue reemplazada por una voz urgente al otro lado.

––…fuego en una cabaña aislada en medio del bosque. Todas las unidades y refuerzos de bomberos solicitados. Helicópteros en camino para controlar el incendio.

Ruby sintió un escalofrío recorrerle la espalda mientras el oficial continuaba recibiendo detalles por la radio. Las palabras "cabaña aislada" resonaban en su mente, haciéndole comprender la gravedad de la situación.

––No… ¡El abuelo! ––murmuró Ruby en un susurro, horrorizada––. Él iba a estar en la cabaña hoy.

––Ruby, ¿estás segura? Tal vez no sea… ––dijo Jake, mirándola con preocupación.

––¡Estoy segura, Jake! ––respondió Ruby, angustiada––. ¡Mi abuelo está ahí!

El oficial, al ver el pánico en el rostro de Ruby, bajó la radio y la miró con seriedad.

––¿Dices que conoces a alguien en esa cabaña?

––Sí, es mi abuelo. Él siempre va a esa cabaña ––dijo Ruby, sin dudar––. ¡Por favor, tienen que ayudarme a llegar hasta allá!

El oficial la miró pensativo, viendo las opciones mientras Ruby lo miraba con desesperación.

––Esto es peligroso, pero…

––No vamos a quedarnos aquí mientras él está en peligro ––dijo Keyler con determinación.

Sin esperar nada más, Ruby comenzó a correr metiéndose al bosque.

––¡Ruby, no! ––gritó Jake siguiéndola.

––¡Esperen, no pueden ir ahí! ––intentó detenerlos el oficial pero todos los demás comenzaron a correr detrás de ellos.

Los pasos eran apresurados mientras Ruby se guiaba por el helicóptero que iba por el cielo. Esquivando ramas y rocas logró ver el fuego y el humo ya cerca. Sus amigos iban detrás de ellas hasta que vieron a más oficiales de la policía y al helicóptero ya ahí. Los ojos de Ruby se abrieron de par en par con pánico, la cabaña donde habían pasado cumpleaños y más fiestas estaba incendiada. Algunos árboles fueron contagiados por el fuego mientras que todo ardía en una sola llama. El olor a madera quedó impregnado en su nariz mientras el humo se dispersaba por el cielo.

El helicóptero dejó caer el agua mientras que ella intentó correr hacia la cabaña, pero Jake y Steven le agarraron los brazos, impidiéndole que fuera hacia ahi.

––¡Ruby, no puedes ir! ––gritó Jake, soltándola pero agarrándola de los hombros.

––¡Es mi abuelo, Jake! ––contradijo ella con los ojos llenos de lágrimas.

Un grupo de paramédicos salió de la cabaña llevando en una camilla un cuerpo cubierto con una sábana blanca. Ruby se quedó atónita, viendo al hombre sin vida ser llevado por los paramédicos. Llevó sus manos a su boca, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

Se escuchó un crujido, y la cabaña se desmoronó por si sola destruyéndose. Los oficiales y paramédicos observaron el lugar mientras iban dando indicaciones. Alice se acercó a Ruby y la abrazó mientras dejaba que ella llorara.

––No... no, no ––murmuró Ruby, con su mente trayendole recuerdos de su abuelo.

––¡Alguien que conozca al hombre! ––gritó un paramédico, cerca de la camilla con el cuerpo.

––¿Ruby? ––murmuró Alice, pero Ruby negó escondiendo su rostro en los brazos de la pelirroja.

Alice miró a los demás, pero ninguno de los tres quería decir algo. Steven se alejó de ellos hacia el paramédico para hablar con él, mientras que los demás se quedaron con Ruby.
Al final, Steven volvió, asintiendo. Era Arthur el que había estado en la cabaña, y ahora había muerto.

Ruby levantó la mirada, alejándose de Alice mientras secaba sus lágrimas. Miró la cabaña, hasta que a lo lejos pudo ver algo haciendo humo. Se alejó de ellos con pasos lentos mientras los demás la seguían. Pasaron por todos los escombros aún tibios por el fuego, hasta que se detuvieron mirando con sorpresa lo que estaba cerca del álbum de fotos.

Un ramo de rosas estaba siendo quemado sobre el album de fotos. El fuego consumía los pétalos mientras que ellos observaban aquella señal con preocupación. Sabían perfectamente qué significaba y de quién era.

Jake abrió su boca ligeramente, murmurando. ––Es...

––Michael... ––terminó Ruby–– Michael, estuvo aquí...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top