🥀24🥀
––¿Sabes que pienso? Qué la misma persona que llamó a la policía cuando estabas en mi casa fue la que llamó por la muerte de Laila.
––Entonces eso nos dejaría un sospechoso que está en contra de Michael, pero también de nosotros ––comentó Jake––. ¿No es extraño?
––Si, es demasiado extraño ––Ruby cruzó sus brazos, apoyando su mejilla en su palma, pensando.
––¿Y si la persona que llamó fue alguien que conocía a Laila? ––objetó el pelinegro.
––¡Samantha! ––Ruby dio un chasquido, apuntándole––. Ella no solo conocía a Laila, estaba enamorada de ella, tal vez por eso llamó a la policía, ella lo vio todo.
––Pero entonces, ¿por qué llamó a la policía ese día que yo estaba contigo?
––Buen punto...
De pronto, una idea vino a la cabeza de Ruby como si un foco invisible se hubiera encendido sobre su cabeza.
––¡Hay que ir a casa de Samantha!
––Keyler tenía razón, si te estás volviendo loca ––Jake sonrió––. ¿Cómo piensas hacerlo?
––Hmm... Conozco a la persona correcta que sabe dónde vive ella.
°§ 🥀§°
––No.
––¡Por favor, Steven!
––¡Estás loca! ¿Cómo vas a querer meterte en la casa de alguien? Eso es allanamiento de morada ––reprochó el rubio cruzado de brazos––. Mi respuesta es no, me niego ayudarte en eso.
––Jake, dile algo ––dijo Ruby, y Jake la miró.
––¿Y qué quieres que le diga? Steven ya tomó su decisión.
––Bien, entonces iré sola.
––Ni siquiera sabes dónde vive ––contestó Steven.
––Entonces iré casa por casa.
Steven rodó los ojos, suspirando.
––Bien, vamos a la casa de Samantha. Pero si la policía nos encuentra ahí, te voy a culpar a tí.
––No te preocupes, Alice nos va a sacar del embrollo, ella siempre lo hace.
El rubio negó, llevándolos a la casa de Samantha por la noche.
Cuando llegaron a la casa de Samantha. La calle estaba tranquila, con la mayoría de las luces de las casas apagadas. Steven, Ruby y Jake se escondieron detrás de unos arbustos al otro lado de la calle, observando el lugar.
––¿Y ahora? ––susurró Steven, manteniendo la mirada fija en la casa––. No parece haber nadie en casa.
––Perfecto, entonces no habrá nadie que nos interrumpa ––murmuró Ruby, mientras se giraba hacia Jake––. Tienes la ganzúa, ¿verdad?
––La tengo, pero, ¿realmente vamos a entrar? Esto es más que allanamiento, Ruby ––dijo Jake con cautela.
––No vamos a hacer nada malo, solo averiguar si Samantha tiene algo que la relacione con Michael o con el asesinato de Laila. Ella es nuestra única pista.
Steven suspiró profundamente. ––No puedo creer que esté haciendo esto... ––murmuró, pero antes de que Ruby pudiera decir algo, la puerta de la casa de Samantha se abrió lentamente, y una figura se asomó al frente.
Era Samantha, quien parecía nerviosa, mirando hacia ambos lados de la calle. Ruby contuvo la respiración, observando cada uno de sus movimientos. Samantha, aún sin verlos, pareció susurrar algo para sí misma antes de cerrar la puerta y caminar hacia el otro extremo de la calle.
––¿Está saliendo de la casa? ––preguntó Jake, sorprendido.
––Parece que sí ––contestó Steven––. ¿Eso significa que ahora la casa está vacía?
Ruby asintió, llena de emoción. ––¡Es nuestra oportunidad! Ahora o nunca.
Los tres cruzaron la calle rápidamente y se acercaron a la puerta principal. Jake usó la ganzúa para abrirla con un movimiento rápido y eficiente, y los tres entraron en silencio, cerrando la puerta detrás de ellos. Dentro, la casa estaba en penumbras, solo iluminada por la luz tenue de la luna que se filtraba por las ventanas.
––Tenemos que buscar alguna prueba que confirme si Samantha está implicada ––susurró Ruby, mientras avanzaba hacia la sala.
Jake asintió, revisando uno de los escritorios en busca de cualquier documento o pista. Steven, mientras tanto, comenzó a examinar los cajones de un mueble cercano. La tensión se sentía en el aire, y cada pequeño sonido los hacía saltar.
––Aquí no parece haber nada... ––murmuró Jake, frustrado––. ¿Y si todo esto es una pérdida de tiempo?
––No puede ser, algo tiene que estar aquí ––insistió Ruby, y justo en ese momento, encontró una carpeta oculta debajo de un cojín en el sofá. La abrió con manos temblorosas y comenzó a examinar el contenido. ––¡Aquí hay algo! ––susurró emocionada, y los otros dos se acercaron.
La carpeta contenía fotos y mensajes, todos relacionados con Laila, e incluso algunas de Ruby, lo que parecía indicar que Samantha la había estado siguiendo. Ruby sintió un escalofrío recorrerle la espalda mientras pasaba las páginas.
––Parece que Samantha tenía una obsesión... ––dijo Steven, mientras observaba los documentos––. Esto confirma que estaba implicada, pero... ¿por qué?
Justo en ese momento, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose nuevamente. Los tres se quedaron congelados. Samantha había vuelto a casa, y los tres estaban atrapados adentro.
Ruby dejó la carpeta en el sofá, mientras que los tres se escondían detrás de este. Se sentaron en el suelo, evitando provocar cualquier sonido.
Se escuchó que cerraron la puerta, y un teléfono sonó. En ese instante, escucharon a Samantha.
––Hola. No puedo hablar ahora ––contestó la pelinegra con seriedad. Los tres cubrieron sus bocas para no hacer ruidos escuchando la conversación de ella––. ¿Qué? Por supuesto que no. Si fuera así no hubiera llamado a la policía ese día.
Jake y Ruby se miraron entre ellos. Escucharon los pasos de Samantha acercarse al sofá, poniéndolos nerviosos.
––Lo hago solo para terminar con esto de una vez ––continuó Samantha, levantando la carpeta en el sofá frunciendo el ceño––. Si, no te preocupes voy a terminar el trabajo ––tiró la carpeta en el sofá––. ¿Laila? Le dije que no fuera, mira como terminó. Si, lo sé. Aunque... dudo mucho que no hayan testigos. De todas formas, al fin y al cabo todos morirán después. Lo que me preocupa es que ella se entere de...
Ruby frunció el ceño. Apoyando su cabeza lentamente sobre el sofá.
––No, Ruby jamás lo sabrá. Pero si hay una cosa que debes saber ––hizo una pausa, alejándose de la sala donde estaban––, Anderson no se detendrá, y lo más probable es que te mate ––detuvo sus pasos, antes de colgar––. Solo digo, yo ya no estaré aquí para ese entonces. Pero si me gustaría ver cómo acaban contigo de una vez por todas.
Los pasos de ella desaparecieron yendo por el pasillo de la casa. Los tres se levantaron rápido mientras que Jake usaba la ganzúa para abrir la puerta otra vez. Al estar afuera de la casa y lejos de ahí, pudieron respirar otra vez.
Habían personas transitando la ciudad, eran las nueve de la noche. Steven pasó una mano por su cabello, aún desconcertado por lo que acababan de hacer.
––Samantha obviamente es una sospechosa ––dijo el rubio, mirándolos a ambos––. ¿Qué hacemos ahora? ¿Se lo diremos a Keyler y a Alice, verdad?
––Si, por supuesto ––aseguró Ruby, llena de determinación––. Lo que vamos a hacer ahora es descubrir con quién estaba hablando Samantha, y a qué se refería con que ella ya no estaría aquí.
––Lo que también sabemos ––agregó Jake––, es que estaba hablando con Michael, lo que es una probabilidad, y que está esperando el momento para que se muera de una vez.
––No te preocupes por eso, nosotros seremos quien acabaremos con él. Es en lo único que tiene razón Samantha. Pero entonces, si no fue ella quien llamó a la policía por el asesinato de Laila, ¿entonces quién lo hizo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top