🥀23🥀
Ruby despertó, en un lugar totalmente oscuro. No había un solo rastro de luz, la oscuridad era impenetrable. No había un lugar determinado al que podía ir, no había nada. Sintiéndose nerviosa, decidió avanzar hacia algún lugar que la ayudara a salir de la oscuridad. Su corazón latía acelerándose poco a poco. A pesar de que el lugar estaba oscuro, hacia frío, podía sentir como sus brazos temblaban y sentía que se congelaba.
Un ruido detrás de ella la hizo estremecerse. Volteó, encontrando solo oscuridad, pero el ruido estaba ahí. El metal arrastrarse contra el suelo con un tranquilidad espeluznante.
Retrocedió, con una lentitud tan escalofriante que su cuerpo apenas podía moverse. Pero al dar otro paso, cayó en un pozo profundo. Su espalda dio un golpe fuerte contra el suelo, pero al levantarse, se encontró con miles de fotografías en el suelo, todas con pequeñas gotas de sangre.
Se alejó, pero no había forma de evitar verlas. Eran millones y todas cubrían el suelo como hojas marchitas de los árboles en otoño. De tanto retroceder, su espalda dio contra unas piernas, levantó la cabeza viendo a Emily sonriéndole. Se levantó, tan rápido que casi se cayó al suelo, su pecho subía y bajaba mientras su corazón golpeteaba con fuerza su pecho.
Intentó pronunciar el nombre de su hermana, pero las palabras no salían, su voz no estaba.
Pero no era Emily la que estaba ahí, no se veía como la Emily que ella conocía. El cabello pelirrojo de ella estaba desordenado, su piel era pálida, y su sonrisa no era una amable como la que acostumbraba a mostrar. Tenía un vestido blanco, con el borde manchado de sangre justo donde fue apuñalada.
––Ruubyy ––canturreó Emily, de una forma tan espeluznante que la hizo estremecerse––. Ven conmigo, Ruby...
Ella movió su cabeza, negando lentamente. Su cuerpo se quedó inmóvil cuando vio que detrás de su hermana, el hombre con la máscara y el hacha apareció quedándose junto a la pelirroja. Ruby se quedó sin aire, sintiendo que no podía moverse. Estaba en medio de una parálisis.
El hombre ladeó la cabeza hacia un costado, levantando el hacha apuntándole a ella.
––Voy por tí, Ruby...
°§ 🥀§°
Ruby despertó sobresaltada sentándose en la cama de golpe. Su corazón no dejaba de salir con fuerza y sus manos se aferraron a las sábanas.
––¿Estás bien?
Giró su cabeza, viendo a Jake sentado cerca del escritorio en su habitación. Tardó unos minutos en contestar, su mente estaba tratando de procesar aquella pesadilla. La luz de la luna se filtraba por la ventana mientras que la habitación estaba oscura.
Ella respiró hondo dejando salir el aire con lentitud, quitándose las sábanas cruzando sus piernas mientras dejaba que su cabello cayera sobre sus hombros.
––Tuve una pesadilla ––contestó Ruby, su voz casi en un susurro.
Jake se levantó de la silla, sentándose en el borde la cama junto a ella.
––¿Quieres hablar de eso? ––preguntó, tomando las manos de ella con cuidado.
––No... ––negó ella––. Jake, ¿no has pensado que estamos llegando demasiado lejos?
––¿Por qué lo dices?
––Siempre me pregunto si estoy llegando demasiado lejos cuando sé que algo malo va a pasar ––murmuró, acariciando la mano de él––. Antes de que Emily muriera, ella y yo tuvimos una discusión. Ese día ella se fue molesta conmigo, entonces me pregunté si habiamos llegado demasiado lejos en esa discusión. Y cuando ella no llegó, lo supe. Algo malo había pasado.
––Ruby...
––Esa sensación me hace sentir asustada ––continuó ella––, me hace sentir pequeña y débil.
––Admitir que tenemos miedo es lo que nos hace valientes, Ruby ––susurró él con delicadeza––. Sentirse pequeño está bien, somos humanos y tenemos nuestras caídas. Pero siempre podemos levantarnos y volver a empezar.
––Pero... ¿y si no puede comenzar otra vez? ¿Y si todo esto termina en un desastre? ¿Y si mis amigos...?
––Nada malo va a pasarnos, Ruby ––le aseguró, tomándola del mentón, obligándola a mirarlo––. Yo estoy contigo.
Ella lo miró un momento, buscando en esos ojos azules el alivio que necesitaba, pero solo veía el caos que ella podría provocar.
––¿Y si te pierdo?
Él le sonrió, tocando la mejilla de ella con suavidad, mirándola con ternura.
––Jamás vas a perderme, Ruby. No importa dónde me vaya yo siempre estaré para tí.
Él juntó su frente con la de ella, sus ojos mirándose mutuamente con una mezcla de cariño y seguridad.
––Eres hermosa ––le susurró Jake con calma.
El corazón de Ruby comenzó a latir más rápido, sintiendo como Jake se alejaba de ella con lentitud. El pelinegro tomó las manos de ella otra vez, ahora con una expresión un tanto sería.
––¿Por qué no me dijiste lo de los antidepresivos? ––preguntó él, haciendo que ella bajara la mirada hacia el colchón––. Ruby.
––Cuando Emily murió, caí en depresión ––contestó ella, sin poder mirarlo––. Mi mamá me llevó a un psiquiatra, el medico le dijo que podía tomar las pastillas. Pero mi mamá no quería eso, por eso le dije al doctor que me las diera igual y que yo las tomaría a escondidas. Él me dio los antidepresivos y hasta ahora los he logrado ocultar de mis padres.
––¿Pero eso no es malo? No tener la supervisión de tus padres podría afectar como tomas las pastillas.
––Lo sé, lo sé. Pero ya no soportaba el insomnio, las noches llorando y los recuerdos de ella. Ya no podía más... así que por eso tomo los antidepresivos.
––Veo que tú también necesitas un psicólogo.
Ella se rió, pasando un mechón de cabello detrás de su oreja.
––Si, supongo que si ––sonrió––. ¿Te quedas conmigo?
––Son las tres de la madrugada, ¿tengo opción?
––Lo dudo.
Él se posicionó al lado de ella, abrazándola. Ella apoyó su cabeza junto a la de él, sintiendo como el cabello de él se fusionaba con el de ella.
––Descansa, Ruby.
––Descansa, Jake.
°§ 🥀§°
Ambos estaban en la tienda de la señora Sullivan. Era un día caluroso y por suerte los ventiladores en la tienda estaban encendidos.
Ruby y Jake estaban haciendo algunas compras que ella necesitaba hacer. Ella iba empujando el carrito mientras que él iba a su lado observando las cosas que había.
––Es un poco extraño que una tienda de antigüedades tenga cosas de un supermercado ––opinó Jake, observando las cosas con curiosidad.
––Algunos dicen que la tienda de la señora Sullivan es una tienda mixta porque tiene de todo ––contestó ella sonriendo––. Es un poco raro, pero queda más cerca de mi casa.
––Ya veo.
De pronto, una radio llamó su atención. Estaba encendida mientras que pasaban las noticias. Al inicio fue solamente el clima y las famosas canciones de los 80. Pero entonces, una noticia los hizo dejar las cosas que estaban haciendo para escuchar.
“–La policía a reportado que se encontró el cuerpo de Laila Croft en el bosque de Vespera”
Ambos se miraron entre ellos, para luego volver hacia la radio.
“–La joven de veintiun años fue encontrada descuartizada en el bosque cerca de un acantilado. No se sabe si habían testigos en la escena pero el asesino sigue suelto. El presidente Park ha puesto la orden de que nadie ponga un pie en el bosque sin una autorización...”
La noticia siguió, pero ellos decidieron dejar las cosas y salir de la tienda.
Al estar afuera el sol dio contra sus rostros haciendo que arrugaran sus frentes.
––Algo está mal ––dijo Ruby, apoyando sus manos en su cintura––. ¿Cómo es posible que la policía se haya enterado tan rápido sobre el asesinato de Laila? ¿No crees que Michael se haya entregado, verdad?
––Eso sería imposible. Pero entonces la policía no habría dicho que no encontraron al asesino aún.
Una patrulla pasó cerca de ellos a una velocidad alta, con el ruido de las sirenas alejándose quedando en un eco poco audible.
––Pero si Michael no se entregó, ¿entonces quien avisó sobre la muerte de Laila?
––No lo sé. Pero si sé una cosa ––él la miró con seriedad––, no estábamos solos en el bosque ese día.
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