En silencio siguieron su viaje de regreso a Riverton. Ninguno había dicho nada desde que habían subido al auto; Ruby miraba por la ventana, apretando sus manos nerviosamente. Jake mantenía su mirada en el camino, pero sabía que no podía dejar que el silencio los envolviera para siempre. Y aún que iba sonar estúpido, preguntó.

––¿Estás bien, Ruby?

Ella giró su cabeza lentamente hasta él, mirándolo con una expresión entre incrédula y molesta.

––Jake... ––comenzó a decir, con una calma que lo hizo ponerse nervioso–– acabo de ver cómo asesinaron a Laila, ¡¿Tú cómo crees que me siento?!

––Bueno, solo preguntaba ––dijo, acomodándose en el asiento––. ¿Pero estás bien, no?

Ella suspiró.

––Si... podría decirse que si.

––¿Se lo diremos a los demás?

Eso la hizo pensar. Si se lo decían a los demás los pondría en peligro, y si no se lo decían, también los pondría en peligro. Saber que ya habían visto al asesino era algo aterrador y peor aún, él ya los había visto a ellos.

La decisión era de ella, y debía ser la correcta.

––No estoy segura ––contestó finalmente, dejándose caer en el asiento––. Necesito pensar en otra cosa.

Jake no dijo nada, arremangando las mangas de su camisa continuó manejando. Ruby apoyó su cabeza sobre la ventana, girando ligeramente su cabeza para mirarlo. Frunció el ceño al ver su muñeca, sentándose bien para preguntar.

––¿Tienes un tatuaje? ––preguntó sorprendida.

––¿Hm? ––él la miró, y luego observó su muñeca. Sonrió, poniendo su mirada en el camino––. Ah, si. Lo hice cuando tenía 17.

––¿Y qué edad tienes?

––Diecinueve.

––¿No crees que eres muy joven para ser asesino y buscado por la policía? ––inquirió, levantando una ceja.

––Bueno, dicen que la vida es una y se vive una vez, ¿no?

––Supongo ––Ruby cruzó sus brazos, mirando nuevamente el tatuaje ahora con una ligera sonrisa––. A.M, ¿qué significa?

Él se quedó en silencio unos segundos, hasta que respondió.

––Adam Miller.

––¿El nombre de tu papá?

––Si ––la miró, sonriéndole––. Supongo que necesitaba algo de él aún conmigo.

Ruby sonrió, asintiendo lentamente. Al final, llegaron a Riverton por la tarde noche. Jake estacionó el auto frente a la casa de ella, apagando el motor. Se quedaron ahí adentro, sin saber que hacer realmente. El silencio se volvió pesado y cargado de una tensión horrible.

––Jake ––murmuró ella, apretando su muñeca izquierda––. ¿Recuerdas la carta con las iniciales R y J?

––Si, ¿qué pasa con eso?

––Y si en realidad... R y J, ¿somos nosotros? ––mencionó, ahora mirándolo––. Es por eso que dice que somos los siguientes.

––Ruby, nada malo va a pasarnos.

––Jake, vimos como asesinaron a Laila. Vimos al asesino. Nos persiguió. ¿Eso nos dice que nada malo a va a pasarnos? ––ella negó, bajando del auto.

Jake la siguió, hasta que entraron en la casa de ella. Él cerró la puerta, siguiéndola.

––Ruby, escúchame.

––¡No! ––gritó, con sus manos temblando––. ¡Ya no voy a seguir con esto!

––¡¿No lo entiendes?! ––gritó él, molesto––. ¡Está buscando asustarnos para que dejemos esto!

––¡No tienes idea de lo que está pasando, Jake! ––reprochó ella––. ¡Primero tú desapareces! ¡Después me entero que mi hermana había estado siendo perseguida! ¡Y después, que Clover estaba enamorado de ella! ¡No tienes la más mínima idea de lo que sucede!

––¡Tal vez no! ––exclamó, acercándose a ella––. ¡Pero sé lo que se siente perder a la persona que más amo! ¡Y lo hago por él! ¡No me importa tener que morir para hacerle justicia a mi padre!

––¡No sé trata de eso!

––¡¿Y de qué se trata?!

––¡NO QUIERO MORIR!

Ambos se miraron en silencio. Ruby cubrió su rostro con sus manos, dejando salir sus lágrimas. Jake cerró los ojos, apretando sus manos.

––Ya no lo soporto... ––musitó ella, intentando dejar de llorar––. Te... tengo miedo, Jake...

Él se acercó, rodeándola con sus brazos, acariciando su cabeza. Ella se dejó abrazar, mientras sentía como Jake pasaba su mano suavemente por su cabeza.

––Yo también tengo miedo, pero escondernos no nos va servir de nada, Ruby ––susurró él con suavidad––. Y aunque tengo miedo. Tengo más miedo a perderte, por eso, si quieres terminar con esto. Lo dejaremos en paz.

––N-No... Tienes razón ––Ruby se alejó, secando sus lágrimas––. También tengo miedo, pero eres más importante para mí que todo esto. Además, no he estado siendo justa contigo. Tú también perdiste a alguien que amabas, y yo me enfoqué tanto en Emily que le di la espalda a tu padre... Perdóname.

––Está bien, Ruby.

––No, no está bien. Yo...

––Ruby ––la interrumpió él, agarrando su rostro––. No quiero seguir discutiendo contigo. Solo terminemos esto, pero terminemos esto juntos.

Ella asintió, escuchando una risa suave de él.

––Te ves tierna cuando lloras.

––Cállate.

°§ 🥀§°

––¡Tengo noticias! ––exclamó Keyler llegando a la casa de Ruby––. Encontré al responsable del e-mail.

––¡Perfecto! ––Ruby sonrió––. ¿Quién es?

––Ouh... Bueno... Técnicamente no sé quién es el responsable, pero sé de dónde proviene ––aclaró el moreno. Para luego mirar al pelinegro––. ¡Jake! ––exclamó al verlo––. Que bueno verte otra vez.

––Gracias... supongo.

En eso, Alice y Steven llegaron corriendo. Ambos se empezaron a reír mientras se decían cosas. Ruby levantó una ceja, escéptica de verlos reírse entre ellos. Jake solo los miró sin expresión, y Keyler sonrió pícaro mientras los veía.

––Tramposo ––reclamó Alice, recuperando el aire––. ¡Jake! ––. Sonrió al verlo.

––Hola, Alice.

––Vengan, les daré un poco de agua y hablamos de lo que encontramos ––dijo Ruby, haciendo entrar a todos.

Una vez adentro, los cinco se sentaron alrededor de la mesa mientras que Ruby sacaba su laptop. Keyler dejó el celular de ella en la mesa, Alice y Steven tomaron agua.

––Okey ––empezó Keyler––. Ruby me dijo que un extraño le envío un e-mail. No logré saber quién está detrás del mensaje pero si de dónde viene la señal, y no me lo van a creer.

––¿De dónde? ––preguntó Steven al lado de Alice.

––Viene de la casa de Nyrax.

Todos se quedaron callados mirando al moreno sorprendidos. Ruby mordió su labio inferior suavemente, tecleando en su laptop. Los cuatro la miraron confusos por lo que ella estaba haciendo. Finalmente, Ruby giró la laptop mostrando una imagen de la máscara que usaba Nyrax: traje completamente negro, con una máscara de conejo blanca con ojos rojos y una sonrisa macabra.

Keyler y Alice abrieron los ojos horrorizados, mientras que Jake y Steven observaron la imágen en silencio.

––Lo vimos en el bosque ––dijo Ruby, haciendo que Alice, Steven y Keyler la miraran––. Él... mató a Laila.

Alice abrió los ojos de par en par al oir las palabras de Ruby, mientras que Keyler abrió la boca sorprendido. Steven por otro lado, se notaba calmado pero su mirada mostraba, no solo sorpresa, sino horror.

––Ya sabe que estamos buscándolo, lo más probable es que... nos mate en el proceso.

Alice sonrió, riendo en voz baja hasta dejó salir una carcajada sarcástica. Los cuatro en la mesa la miraron confundidos, hasta que ella se puso de pie, mirando a Ruby.

––¿Es probable que nos mate? ––hizo una pausa, y borró su sonrisa por completo––. ¡Por supuesto que es probable que nos mate!

––Yo solo estoy avisando ––se defendió Ruby––. Lo que quiero decir es que tenemos que ser más cuidadosos ahora que sabe lo que estamos haciendo. Porque no pienso dejar esto.

––Muy bien, ¿qué sigue ahora? ––preguntó Steven.

––¡¿Qué?! ––exclamó Alice, mirándolo estupefacta––. ¡¿Estás de acuerdo con que debemos seguir?!

––Alice, si nos quedamos sin hacer nada él tendrá más ventaja ––contestó el rubio––. Además, ¿qué más da si nos mata o no? Es posible que nosotros lo matemos ante.

––Concuerdo con eso ––dijo Jake.

––¿Matarlo? ––susurró Ruby, y después golpeó la mesa––. ¡Eso es! ¡Debemos matarlo!

––Okey, ahora sí te volviste completamente loca ––opinó Keyler––. Pero la idea me gusta. ¿Te unes Alice?

La pelirroja los miró a todos, viendo que eran cuatro contra una. Suspiró rendida, apoyando sus dedos sobre el puente de su nariz. Después de unos segundos, asintió lentamente.

––Bien... matemos al bastardo entonces.

––Ese es el plan ––sonrió Ruby con determinación––. Vamos a matar a Michael.