🥀15🥀
Ruby estaba sola en su habitación, observando la carta de tarot. Una agotadora maraña de recuerdos sobre Emily agolparon su mente, y por un momento sintió que el peso de esa pena iba a aplastarla.
De pronto, alguien tocó la puerta. Ruby parpadeó, tratando de salir de sus pensamientos. Bajó las escaleras, con su mente todavía nublada, y abrió la puerta. Sus padres estaban ahí.
Su padre, con el ceño fruncido, ni siquiera esperó a que ella lo invitara a entrar. Su padre era un hombre alto, de cabello castaño oscuro con pocas canas, piel blanca y un carácter repugnante.
Detrás de él, entró la madre de Ruby, una mujer de estatura baja con cabello pelirrojo canoso, piel igual de blanca pero con ligeras arrugas.
Ruby, suspiró fastidiada, cerró la puerta comenzando a escuchar los reclamos de su padre.
––¿Por qué no contestas las llamadas, Ruby? ¿Crees que está bien preocuparnos de esa manera?
––No puedes entrar así. Esta es mi casa ––contestó Ruby, sin ocultar la molestia en su voz.
––No me importa, es tu responsabilidad responder el teléfono. ¿Crees que todo es un juego? Primero tu hermana y ahora tú. ¿No te fue suficiente con que Emily muriera? ––reclamó su padre, molesto comenzando a elevar su voz.
––No metas a Emily en esto.
Su padre, sin embargo, no tenía intenciones de detenerse. Con toda la frialdad del mundo, le espetó:
––No mereces decir el nombre de Emily.
Esas palabras traspasaron a Ruby como una daga. Una ira inundó su pecho, sintiendo el dolor y la rabia en aquellas palabras. Ruby le devolvió la mirada, visiblemente molesta.
––Tú tampoco tienes derecho a nombrarla.
Su padre alzó la voz, sin ocultar su desprecio hacia su propia hija.
––¡Eres una malagradecida! ¡Jamás has sido una buena hija, Ruby! ¡Siempre metida en estupideces con esa cámara!
––¡¿Estupideces?! ¡Estoy tratando de saber por qué murió mi hermana porque la amo!
––¡¿Lo ves?! ¡Metida en estupideces! ¡Emily murió y ya no está, y tú juegas a la detective tratando de olvidarte de ella!
––¡Yo jamás haría eso por querer olvidarla! ¡Lo hago porque la amo y la extraño todo los malditos días!
––Emily jamás haría esto.
Las palabras de su padre reavivaron la ira de Ruby, que finalmente explotó:
––¡¡DEJA DE COMPARARME CON ELLA!! ¡Si de verdad la amaras estarías haciendo algo por ella...!
Ruby no pudo terminar la frase, en un arrebato, su padre le dio una bofetada. El golpe fue rápido y sorpresivo, dejándola atónita. El ardor en su mejilla no tardó en llegar, mientras que las lágrimas rogaban por salir. Pero no iba a llorar, se mantuvo firme conteniendo las lágrimas, apretando sus manos.
––Lárgate de mi casa...
––Ruby, por favor ––su madre, quien no había hecho nada hasta ese momento, intentó tratar de calmar la situación, pero Ruby no se lo permitió.
––¡Tú también te largas! ¡Los dos se van de mi casa ahora, nos los quiero ver nunca más!
Finalmente, su padre tomó del brazo a su madre y la sacó de la casa. Ruby cerró la puerta, y casi sin fuerzas, echó el seguro. Se quedó allí, apoyada contra la madera, luchando por no romper en llanto.
Con pasos lentos, se dirigió a uno de los muebles, abrió uno de los cajones y sacó un pequeño frasco de color amarillo con antidepresivos, trató de calmar su respiración, su mirada perdida y su corazón hecho pedazos.
Abrió la tapa del frasco, sacando una de las pastillas. Fue hacía la cocina, con sus ojos cristalinos, sirvió agua en uno de los vasos y bebió la pastilla.
Su mente se nubló por completo, mientras su corazón golpeaba su pecho con fuerza. Una lágrima resbaló por su mejilla y Ruby la secó al instante.
Dejó el vaso sobre la mesada, subiendo hacia su habitación. Cerró la puerta, sentándose en el suelo, tratando de calmar el dolor en su pecho, esperando que el antidepresivo hiciera su trabajo.
°§ 🥀§°
La mañana siguiente llegó con lentitud. La noche se le hizo eterna mientras se había quedado dormida en el suelo. Sus ojos estaban hinchados, sintiendo calor en sus mejillas.
Adormilada, se levantó del suelo dirigiéndose al baño para darse una ducha fría.
Su cuerpo se adormeció cuando sintió el chorro helado golpear su piel. Estaba vez, sintió su cuerpo más relajado, los antidepresivos habían hecho su trabajo. Dejó que el agua corriera por todo su cuerpo y su cabello, relajándose en el proceso.
Saliendo de la ducha, se envolvió en la toalla, yendo a su habitación para vestirse.
Se puso lo primero que encontró: una remera roja, un shorts negro, y sus zapatillas negras. Su cabello se onduló al estar húmedo, y ni siquiera se molestó en peinarlo.
Escuchó que alguien tocaba la puerta, y se dispuso a bajar las escaleras. Al abrir la puerta, vio a Steven, a Alice, a Keyler y a Jake. Al verlos, se arrepintió de no peinarse, pero su cabello no estaba tan desordenado como parecía.
––Prepara tu lupa, Ruby. Tenemos algo interesante que debes saber ––dijo Alice, con una sonrisa optimista que desconcertó a la castaña.
––Yo...
––Vamos, te explicamos en el camino ––Keyler le agarró el brazo, llevándosela con ellos.
Regresaron a la casa de Ruby para que ella cerrara la puerta con llave, y después se pusieron en marcha otra vez. Alice le compró un café a Ruby, mientras que hablaban de lo que habían descubierto.
––¿Y eso es real? ––preguntó Ruby, poco convencida.
––Steven buscó en uno de los mapas en la biblioteca. Se dice que en el bosque de Vespera se encuentran los cincos árboles donde Nyrax alguna vez dejó sus símbolos como una advertencia ––explicó la pelirroja––, se dice que esos árboles estaban cerca de donde él vivía con su esposa e hija.
––Bien, entonces vamos para allá ––tiró el vaso de café vacío en un tacho de basura, siguiendo a los demás.
°§ 🥀§°
El bosque se encontraba tranquilo mientras que ellos iban caminando, el ambiente estaba tranquilo pero con una mezcla de tensión. Ruby se había mantenido callada después de que habían entrado al bosque, con su mente divagando en sus pensamientos por el día anterior.
Jake la observó desde lejos, mientras que él iba al lado de Alice.
––¿No crees que Ruby está un poco rara? ––mencionó él, a lo que la pelirroja miró a Ruby.
––Si, ha estado muy callada. ¿Crees que le pasa algo?
––Hay que preguntar.
Ambos avanzaron hasta estar un poco más cerca de ella, esperando a que alguno comenzara a hablar. Alice miró a Jake, esperando a que él hablara, pero él negó con la cabeza. Jake le hizo una seña para que ella hablara, pero ella también negó con la cabeza. Al final, ninguno de ellos fue el que preguntó, sino que fue el rubio.
––¿Ruby, estás bien? ––habló Steven.
––Estoy bien ––contestó automáticamente la peli castaña.
Ella se alejó de ellos, deteniendo sus pasos al ver cinco árboles formar un círculo. Keyler se posicionó al lado de ella, susurrándole algo al oído que los demás no pudieron oír. El moreno se alejó de ella, acercándose a uno de los árboles y Ruby suspiró, dirigiéndose a otro árbol.
––Si, definitivamente algo le pasa ––dijo Alice.
––¡Oigan! ––llamó Keyler–– ¡Miren esto!
Los tres se acercaron, viendo que el árbol tenía grabado el símbolo de Nyrax. La rosa con las espadas atravesándola y el fuego, una hermosa grabación pero a la vez aterradora.
Ruby, estaba lejos de ellos en uno de los otros árboles viendo el símbolo. Pasó con lentitud su dedo índice sobre el símbolo, sintiendo algunas astillas, como si la grabación estuviera recién hecha.
––Duerme, mi pequeña flor, el fuego pronto se apagará.
Soltó un jadeo asustada, volteando sin encontrar a nadie detrás de ella. La voz fue como un susurro, su piel se erizó y un escalofrío recorrió su espina dorsal. Una horrible sensación de terror invadió su cuerpo, la sensación de que había alguien en el bosque observándola, era horriblemente aterradora.
––Ruby, ¿todo bien?
Giró su cabeza al oir la voz de Jake, lo miró, con el miedo reflejado en sus ojos. Él se acercó a ella, esperando que le respondiera.
––E-Es que... escuché...
––Ruby, tú...
––¡Oigan! ––interrumpió Steven, llamando a todos. Ruby se alejó de Jake, yendo hacia donde estaba el rubio. Cuando los demás se acercaron, él levantó una pequeña carta.
Una carta de color gris, con el dibujo de un hombre encapuchado, totalmente espeluznante.
Ruby agarró la carta, dándole vuelta viendo en letras góticas una frase:
––“Susurros del pasado,
secretos en la piel,
cada foto, cada pista,
un enigma por resolver.
En el viento escucho,
el canto de la verdad,
el asesino nos observa,
en la oscuridad”
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