🥀11🥀

Saliendo del bosque, ninguno dijo una sola palabra. El auto de Ruby aún estaba estacionado junto al camino, ella subió al asiento del conductor, y Jake se sentó a su lado. Encendió el motor, y se puso en marcha de regreso a Riverton.

––¿Qué crees que fue eso? ––preguntó ella rompiendo el silencio, con su mirada en el camino.

––Pudo ser muchas cosas ––contestó Jake, mirando a través de la ventana––. Podría ser que nos estaban siguiendo, temporada de casería, o alguien merodeando por el bosque.

––¿Merodeando por el bosque con un arma? Seguramente ––ironizó ella.

––A lo que me refiero es que pudo ser cualquier cosa ––aclaró el pelinegro––. ¿A dónde vamos ahora?

Ruby suspiró, moviendo sus dedos sobre el volante. ––No lo sé.

El silencio invadió el auto repentinamente. Los ojos cafés de ella se posaron en el retrovisor; viendo una camioneta blanca detrás de ellos.
Se hizo a un lado para darle paso al vehículo detrás de ella, pero la camioneta se colocó detrás del auto.

Ruby miró a Jake, a lo que él mantuvo su mirada en el retrovisor. Ella aceleró un poco, manteniendo la distancia entre el auto de ella y la camioneta.
Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, mientras sus manos se aferraban al volante mucho más fuerte.

No se distinguía bien si era un hombre o una mujer el que conducía la camioneta, lo único que ambos sabían era que no tenía buenas intenciones.

––Jake ––llamó la castaña––. Toma mi celular y llama a Alice.

El pelinegro, sin decir nada, buscó en la mochila en los asientos de atrás, sacando el celular de Ruby.

––¿Cuál es la contraseña?

––Dos mil ocho.

Introdujo la contraseña, encontrando el contacto de Alice. Sonó el primer tono. Nada. Luego el segundo, y nada. Antes de que sonora el tercer tono, la camioneta hizo impacto contra el auto. Ruby apretó el volante, acomodándose en su asiento, acelerando.

"¿Ruby?" Contestó la pelirroja finalmente.

––¡Alice! ––exclamó Ruby––. Escúchame, no tengo tiempo de explicarte, necesito que nos juntemos en mi casa ahora mismo, llegó en veinte minutos...

La camioneta volvió a golpear el auto, haciendo que Ruby se pusiera el cinturón de seguridad.

––Veinticinco minutos.

"Ruby, ¿qué está pasando?".

––Nada, solo... Hazme caso ––colgó la llamada, agarrando fuertemente el volante––. Agárrate fuerte, Jake.

Él levantó las cejas, poniéndose el cinturón de seguridad. Ruby miró el retrovisor, lista para acelerar. Cuando la camioneta hizo el tercer intento de chocar, ella aceleró lo más que pudo, alejándose totalmente de la camioneta.
Jake se agarró al asiento, mientras sentía que todo en su interior se revolvía.

Ruby giró en una cueva rápidamente, para luego bajar un poco la velocidad una vez que ya no vio la camioneta detrás de ellos.
Suspiró aliviada, ahora mirando a Jake.

––¿Estás bien?

––Si... ––asintió él, aferrado al asiento.

Ella sonrió, volviendo a la velocidad normal. Miró por el retrovisor una vez más, para asegurarse de que la camioneta no estuviera ahí.
Quienquiera que haya sido la persona que conducía, no tenía buenas intenciones.

°§ 🥀§°

Finalmente llegaron. Keyler, Steven y Alice estaban parados frente a la casa de Ruby. Ella y Jake bajaron acercándose a los tres.

––¿Qué fue lo que pasó? ––interrogó Alice, viendo como Ruby abría la puerta.

––Entren, se los cuento adentro.

Los cuatro entraron, mientras que ella antes de cerrar la puerta miró hacia afuera, para asegurarse de que nadie los hubiera seguido.
Cerró la puerta, y se dirigió hacia la sala donde estaban los demás.

––Ruby, ¿qué está pasando? ––insistió Alice.

––Jake y yo fuimos al bosque para buscar pistas ––comenzó––, pero de regreso alguien nos estaba siguiendo. Por suerte, logramos perderlo.

––¿Cómo que los estaban siguiendo? ––inquirió Keyler algo preocupado--. ¡¿Nos lo dices ahora?!

––¡No podía hacerlo por teléfono! ––replicó la castaña. Ruby suspiró, calmándose––. Lo importante es que estamos bien. Eso es todo, Keyler.

––Claro ––sonrió irónicamente el de tez oscura––. Lo bueno es que están bien y que el loco que los seguía aún sigue por ahí y quizás, los está buscando. Todo está bien.

––Keyler ––llamó el rubio, masajeando su cabeza––. No tenemos tiempo para comentarios sarcásticos.

––No, Keyler tiene razón ––dijo Jake, haciendo que Keyler los mirara a todos con los ojos abiertos señalando al pelinegro para aclarar que tenía razón––. Fue muy peligroso.

Ruby pasó sus manos por su rostro, tratando de pensar con claridad. Su celular empezó a vibrar en su mochila, a lo que Alice dirigió su mirada hacia allí.

––Ruby, es tu papá ––avisó la pelirroja, haciendo que la castaña agarrara su cabeza.

Ella suspiró, sacando el celular de la mochila, yéndose un poco lejos de ellos.
Miró la pantalla un momento, hasta que finalmente decidió atender.

––Hola pa...

"¡¿Dónde estas?! ¡¿Por qué no contestas los mensajes?! ¡Mocosa malcriada!"

Ruby alejó el celular de su oreja al oir los gritos de su padre, rodando los ojos. Lo tenía bloqueado, por eso no le contestaba. Acercó el celular, simplemente para seguir escuchando a su padre reclamarle cosas.

"Todo el día con el maldito celular y no vas a contestar una estúpida llamada. Eres una malagradecida, Ruby".

––Si, a mí también me da gusto que estés bien. Y si, yo estoy estupendamente bien, sigo viva, gracias por preguntar ––contestó irónicamente molesta.

"Encima atrevida, tienes suerte de que no estés aquí. ¿Qué haces que no contestas las llamadas? Seguramente debes estar otra vez con la estupidez de la cámara".

––Si, otra vez con la misma estupidez. Porque es lo único que puedo hacer, y es lo único que haría todo el dia ––reclamó subiendo el tono de voz.

"¡Deja de faltarme el respeto! Soy tu padre, mocosa. No te mereces nada de lo que tienes. Eres una malcriada, una mocosa que jamás cambiará ese carácter podrido que tiene".

––¡Pues que coincidencia! ¡¡SOY ANDERSON!! ¡La misma basura que TÚ! ¡Y te guste o no soy tu hija!

Colgó la llamada, apoyando el celular sobre la mesa con brusquedad. Su pecho golpeaba con fuerza mientras las lágrimas luchaban por salir.
Los demás no dijeron ni una sola palabra, Alice cruzó sus brazos, bajando la mirada al suelo.

Ruby dejó el celular sobre la mesa, alejándose totalmente de él. Volvió con los demás, sacando las fotografías que había tomado.

––Esto fue lo que encontramos en el bosque ––dejó las fotos que mostraban el símbolo de la rosa sobre la mesa, sentándose en una silla.

––Hm, es la segunda vez que aparece el símbolo de Nyrax ––opinó Steven, mirando las fotos––. ¿Coincidencia?

––No lo creo ––dijo Keyler, agarrando una de las fotos––. ¿Es posible que el asesino esté usando la leyenda para asustarnos?

––No lo había pensado ––declaró Ruby––. Me gusta, es posible.

––Pero si ya tenemos dos símbolos, ¿qué hay de lo demás? ––inquirió Jake.

––¿Te refieres a la canción? ––preguntó Steven, y Jake asintió––. Buen punto.

––Tal vez hay algo que no estamos viendo ––dijo Alice, acercándose a la mesa––. Algo que aún no sabemos pero que está ahí.

––¡La carta! ––exclamó Ruby. Ellos la miraron confusos, hasta que ella dirigió su mirada al pelinegro––. Jake, ¿aún la tienes?

El pelinegro buscó en su saco, hasta sacar la carta y ponerla sobre la mesa. Alice se estremeció al verla, la imagen le causaba escalofrío. Steven cruzó sus brazos recostandose en la silla, mientras que Keyler la levantaba.

––Parece una carta de tarot ––dijo el de rastas––. Mi abuela hace esas cosas, yo podría preguntarle.

––Genial ––aceptó Ruby.

––Por cierto, ¿notaron que la frase concuerda con la historia de Nyrax?

En las sombras de la noche,
susurros del pasado,
un eco de venganza,
un corazón desgarrado.
Al cruza la frontera,
el peligro se aproxima,
¿quién será el siguiente?
la danza de la rima.

––Cierto ––musitó Alice––. Entonces esta sería nuestra tercer pista sobre la leyenda.

––Lo que significaría, que el asesino sí está usando la leyenda en su beneficio ––completó Ruby. Chasqueó sus dedos, levantándose de su lugar––. Muy bien, mientras que ustedes averiguan lo de la carta, yo iré a la comisaría para hablar con Clover.

––Bien, yo les avisaré cuando sepa algo de la carta ––dijo Keyler, levantándose de su lugar.

––Bien, que el nuevo plan comience ––dijo Ruby––. Encontrar a la leyenda.

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