🥀08🥀

Ambos llegaron al parque, donde pudieron ver a los demás esperándolos. El sol se había ido y la noche comenzaba a llegar, las luces de la ciudad se encendieron y las personas comenzaron a llenar el lugar.

––Que bueno que nos ve- ¡¡AAH!! ¡¿QUÉ TE PASÓ?! ––gritó Ruby asustando a los tres chicos.

Alice levantó una ceja, confundida por la reacción de su amiga. Solo se había cortado el cabello hasta la barbilla y se lo tiñó de un rojo más intenso.

––¿Qué...? ¿Por qué...?

––Olvida mi cabello, tengo noticias de Clover ––dijo la pelirroja cruzándose de brazos.

––Okey, okey, luego me explicas eso del cabello. ¿Qué sabes sobre Clover?

––El detective está muy ocupado "resolviendo" el caso de Emily ––dijo Alice haciendo las comillas con sus dedos, y luego suspiró––. Lo siento Rub, no he podido conseguir nada que pueda ayudarte.

––No te preocupes, he logrado conseguir algunas cosas que podrían servirnos ––Ruby miró a los demás––. ¿Algunos sabe algo más?

––Si, muero de hambre ––contestó Keyler.

––¿Algo más?

––El festival es hoy, comienza a las ocho y quiero ver los fuegos artificiales ––continuó Steven.

Ruby golpeó su frente con la palma de su mano, y suspiró.

––Muy bien, vamos a comer. El señor Chang está abierto. Después hablaremos de lo que encontramos.

°§ 🥀§°

La gente estaba más que alegre por el festival. En las calles se podían ver carruajes con diferentes tipos de dragones. Mujeres iban bailando al compás de la música que la orquesta proporcionaba mientras caminaban. Un grupo detrás de ellos iba con un disfraz largo de dragón.

El restaurante del señor Chang era uno con cocina a la vista. Los cinco se acercaron al restaurante, logrando ver al señor Chang: un hombre de estatura mediana, con poco cabello, piel blanca arrugada y ojos negros. Su vestimenta delataba que él era el cheff, un delantal azul con el nombre del restante y una gorra de cocinero. Sin mencionar, que el señor Chang era un hombre coreano.

El adulto al ver al grupo reconoció a la castaña.

––Hola señor Chang ––sonrió Ruby moviendo su mano en un saludo.

––¡Ruby! Hola querida, hace tiempo no te veía. Feliz día del dragón ––saludó amable el señor Chang haciendo la típica reverencia que hacían en su país al saludar.

––Feliz día para usted también.

––Veo que viniste con amigos. Adelante siéntense, hoy la casa invita, solo porque vienen con Ruby.

––Gracias señor Chang.

––¡Ah! Y veo que tienes un nuevo integrante en el grupo ––dijo Chang, refiriéndose al pelinegro.

––Dos integrantes ––dijo Keyler, pasando su brazos por los hombros de Jake––. Yo también estoy en el grupo, un placer.

––Me quedan pocos asientos, así que tendré que separarlos ––avisó Chang.

El resultado no fue el esperando: Alice, Steve y Keyler estaban sentado en la otra esquina del restaurante, mientras que Jake y Ruby fueron sentados juntos en el otro extremo del restaurante.

Al inicio fue incómodo para ambos. Estar sentado juntos, sin decir nada y nada que contar. No iban a hablar sobre muerte o casos criminales, por supuesto que no, no era lo más interesante del mundo. Por suerte, el señor Chang trajo sus pedidos a tiempo.

Dos plato con ramen y dos palillos para que pudieran comerlo. Dos vasos con gaseosas y servilletas.

La noche era cálida y despejada, las estrellas daban un hermoso escenario en el cielo nocturno. Las personas detrás de ellos seguían bailando y riendo por la alegría del festival.

Cómo el silencio era insoportable, Jake decidió hablar.

––Explícame eso del festival ––dijo mirando a Ruby. Ella se limpió la boca con la servilleta, dejando los palillos a un lado del plato.

––Veras ––comenzó ella––. Cada año el 12 de octubre celebramos el festival del dragón porque fue el día en el que se fundo Riverton. El presidente era Kim Jeon, muchos dicen que lo llamaron festival del dragón porque era el animal espiritual del presidente. Con el paso del tiempo Riverton fue creciendo, y el presidente tuvo un hijo.

––¿El presidente de ahora?

––Sí, Park Kim. Cuando el presidente murió, se mantuvo esta tradición en su honor gracias a la fundación de esta ciudad ––Ruby hizo una pausa para comer el ramen, y luego continuó––. El hijo del presidente tomó el puesto de su padre y sigue gobernando como su padre lo hacía. Ha estas alturas Park Kim debería estar casado, pero hay un rumor del que se habla últimamente. Y es que el Park Kim está enamorado de otra mujer.

––¿De otra mujer? ––Jake frunció el ceño dejando los palillos en la mesa––. ¿Eso se puede? ¿Está permitido para él?

––Tecnicamente no. De hecho está obligado a casarse con la hija de la presidenta de otra ciudad ––ella levantó los hombros y suspiró––. El amor es difícil.

––¿Y qué hay de la otra mujer?

––Esa es una historia interesante ––sonrió––. Se dice, que cada año en el festival del dragón, una mujer vestida de blanco visita la entrada de la casa del presidente por las noches. En ese momento el presidente siempre está solo para honrar homenaje a su padre con una plegaria...

––¿Qué tiene que ver eso con la mujer? ––preguntó Jake, y Ruby le pegó un manotazo en el brazos.

––Escucha, no interrumpas ––se quejó ella––. Cómo decía, esas noche siempre está solo. Cuando ella llega, él sale a recibirla y bailan bajo las estrellas. Pero cuando llega la hora de los fuegos artificiales, ellos se despiden con un beso para no olvidar su vista. Se dice, que nadie logró ver el rostro de ella, lo único que se podía ver, era el vestido blanco que ella siempre llevaba, y el beso que el presidente le daba a su amada para despedirse de ella.

––¿Siempre fue así?

––Si, eso es lo que hace su historia muy hermosa. Y sin importarles, se esperan el uno al otro hasta ser el doce de octubre, manteniendo la promesa de amarse por la eternidad y algún día hacer que su amor deje de ser uno prohibido.

Jake la miró un momento, hasta que ella volvió a comer. Él movió el ramen en su plato con los palillos, pero las preguntas seguían surgiendo.

––¿Hace cuánto se fundó Riverton?

––Contrapregunta ––dijo ella––: ¿Por qué las rosas? ¿Por qué dejas una rosa cada vez que...? ––miró a los lados, y se acercó a él para susurrar–– haces tus cosas.

Jake sonrió, mirándola con cierta gracia, como si la respuesta fuera obvia.

––Bueno... ––dijo él–– es complicado. Es más bien como yo veo la vida ––trató de explicar, pero Ruby parecía más confundida que nunca––. Las rosas... son perfectas. Pueden ser hermosas, pero también tienen espinas. Son duales, como la vida y la muerte. Dejan una marca, pero son efímeras, desaparecen rápido. Me gusta pensar que es un recordatorio de lo que somos.

––¿Y eso por qué? ––inquirió ella––. Quiero decir, ¿por qué de esa forma?

––Somos tanto creadores como destructores. Dejo una rosa como mi firma, para que recuerden que detrás de la muerte, hubo belleza. Es mi forma de equilibrar las cosas. El caos que provocó no es ciego... tiene un propósito.

––Entonces... En realidad no te importa, ¿la vida de esas personas?

––Veras... ––sonrió ligeramente, entrelazando sus manos––. Cuando yo era pequeño, mi padre siempre le regalaba una rosa a mi mamá para su cumpleaños. Era la flor favorita de mi madre. Un día mi padre la sorprendió, plantando millones de rosas detras de nuestra casa. Y cuando las veo, me recuerda el amor que tenía mi padre por ella.

Ruby frunció el ceño aún desconcertada. Jake giró su cabeza y le sonrió.

––Puede que mi razón no sea la mejor. De hecho ni siquiera justifica las cosas malas que hago ––dijo él, más tranquilo––. Pero mi historia no tiene, ni un principio feliz ni un final feliz. Detrás de cada rosa se oculta una historia y un pasado que aún me cuesta afrontar.

––Todos tenemos un pasado oscuro, Jake. Tal vez aún no sabemos la razón de por qué eso sucede. Pero tú final aún no ha llegado.

––Mi pasado es un libro cerrado, pero no puedo evitar leerlo una y otra ––Jake tomó la mano de ella, sonriéndole––. Ese es mi lema. Y sé que algún día lo entenderás.

Ruby sabía que algún día lo entendería, había algo en las palabras de Jake que la hacían tener recuerdos borrosos, cosas que jamás pasaron por su mente hasta ahora. Recuerdos bloqueados pero familiares.

Los fuegos artificiales estallaron en el cielo. Todos dieron un grito de alegría celebrando el festival y la prosperidad del año. Ambos sonrieron viendo el espectáculo de luces. Diversos colores iluminaban la noche, algunos con formas y otros simples destellos.

Ruby bajó la mirada hacia su mano, viendo que aún estaba agarrada a la de Jake. Él también se dio cuenta de eso, y se miraron.

¿Abría sido una coincidencia que ellos se encontraran? ¿Que el destino quisiera que ellos trabajaron juntos?

El destino era muy loco. Imposible de saber que sucedería después. Pero ahí estaban ellos, con sus manos juntas, trabajando juntos.

––Que hermoso.

Ambos miraron al señor Chanh. Él después de darse cuenta de que interrumpió el momento, carraspeó su garganta sonriendo a medias.

––Lo siento, no quería interrumpir ––se disculpó, juntando los platos––. Espero que hayan disfrutado la comida.

––Estuvo delicioso, señor Chang ––contestó Ruby soltando la mano de Jake––. Es momento de que nos vayamos. Tenemos algo importante de lo que hablar.

°§ 🥀§°

Después de buscar a sus amigos ya estaba en casa de Ruby. Los cincos estaban sentados alrededor de la mesa mientras que Ruby hacía fotocopiar sus fotografías.

––Entonces, Clover está demasiado ocupado como para hablar, ¿no?

––Supuestamente ––dijo Alice, apoyando sus brazos en la mesa––. ¿Encontraste algo en la cabaña?

––Si, algo muy interesante.

Ella agarró una de las fotografías, tirándola en medio de la mesa para que ellos pudieran verla. Jake frunció el ceño al ver la foto, Steven dio vuelta la foto para verla mejor, y Keyler se acercó más para poder ver bien.

Alice se puso detrás de ellos, mirando la foto con intriga.

––Que extraño ––dijo la pelirroja, ahora mirando a Ruby––. Se parece al símbolo de... de Nyrax.

––Sí, exacto. A Nyrax.

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