Aquel reino nunca fue fan de las plantas en realidad.
Nunca le tomo interés a aquellas cosas  ni que fueran tan superficial.
Pero ahora...

Aquella rosa rosada le parecía hermosa y única.

Cuando reía, lloraba y cuando sus miradas iban dirigidas hacia el.

España era una dama.

El era su caballero.

A diferencia de estupido rumor; españa era lo opuesto a sus ancestros.

Amable y torpe.

Jamás pensó que aquella española lograra meterse en su burbuja.

Jamás pensó que su torpeza le diera ternura.

Aquellos ojos que conquistaba a miles y el no era el único.

Aquella personalidad infantil que simplemente podía aparecer madura cuando estaba mal.

– ¿ Pasa algo ?.

Su dama lo miro preocupada.

– Nothing sweetness.
Le beso la frente mientras españa lo abrazó.

Definitivamente las rosas lo habían atrapado y cautivado pero solo una pequeña se había encantado su corazón.

Cuando su rosa tenía espinas para defenderse no quitaba su encanto la hacía irresistible  y eso le enamoraba.

Cuando decía sus sentimientos.
Y sus pétalos;

Eran delicados y bellos.

España era una rosa única en la vida, sabia que cualquier ser vivo era único pero españa era la única rosa de su corazón .