1 장
Vida de un chico entre alta sociedad.
Se levantaba cada día para observar a un nuevo Sol, pero las nubes de su realidad se lo impedían.
Kim Tae Hyung sigue una rutina para cada mañana,tal vez era de una familia bastante humilde y no tenía el mejor cutis pero esta vez se esforzaba por comprar uno que otro producto barato para el cuidado facial, los productos baratos no son los mejores pero con eso se conformaba porque sabía que no tenía un mal cutis ni un mal rostro sino ¿con qué más se conformaría en sí?.
Caminó hacia el baño y se encerró sentandose en la tapa del inodoro, digiriendo todo lo que haría hoy. Lustrar zapatos fuera del restaurante de Gachas "Zuang", asistir demasiado puntual a la escuela, salir con remordimientos e ir a casa de un supuesto cliente del ayer.
- ¡¡Kim!! !si ya despiertas tengo un favor que pedirte! - grita la madre de Kim desde el final de las escaleras.
- ya bajo mamá - sin decirle nada mas baje los pocos peldaños de la escalera un poco adormecido, solo alcancé a lavar mi rostro y dientes aún faltaba ese molesto uniforme escolar.
- Kim hoy tengo que visitar el mercado para conseguir clientes, por favor tú puedes cuidar a tu hermanito y lustrar aquí fuera... - la mujer noto cierto desagrado en el rostro de Kim, - hijo sé que eres responsable en lo que haces y.. sé que acabo de arruinarte un plan bien planeado, lo siento.. si tan solo encontráramos a tu padre y..- la interrumpe Kim.
-mamá papá no volverá.. - le decía con toda sinceridad.
- no digas cosas como esas hijo, sabes que lo necesitamos más que nunca. Seguro volverá con el dinero que nos prometió a todos.
- te lo prometió a ti no a mí, además eso no es seguro - aseguro sentandose en el sofá mientras su hermano pequeño el simpático "Kim Dae-hyun" de un año y medio de edad.
- ... Sabes que lo necesitamos, yo más que nadie lo necesito sé un poco tolerante esta vez conmigo.
- ¿No tenías que ir a algún lugar?, Yo cuidare de Dae-hyun - encendió el televisor divisando un poco salir a su madre de la casa, no quería hacerla sentir mal pero era hora de abrirle los ojos después de quince años soñando con la llegada de un padre que no quiso ni supo cumplir a una familia que se necesita mutuamente. Y más en estos momentos en los que Kim Tae Hyung asiste a la secundaria Jegun.
Déjenme contarles un poco sobre la segunda Jegun, porque no es solo una simple secundaria por así verse y notarse. No es una simple secundaria Jegun cara, sino que es solo un poco de los lujos obtenidos de lo que la familia "Min" puede disfrutar, ¿A qué se refiere con un poco de los lujos?. Bien, digamos que el grupo Jegun es muy grande en sí, tiene miles de planteles tanto universidades Jegun como empresas mano factureras y un puesto en el puerto de carga.
Las ganancias extraídas de la secundaria Jegun es solo uno de los muchos lujos que la dinastía Min ha disfrutado en los últimos años, siendo así una de las grandes empresas más jóvenes del mundo y ricas en economía y acciones por parte de sus propietarios.
¿Qué hace Kim Tae Hyung asistiendo a una escuela así cuando apenas puede pagar el uniforme?, Hace tiempo en un lugar lejano de la alta sociedad se pasea casi a diario para olvidar sus problemas, un varón por nacimiento con el apellido de "Min" , demasiadas personas pueden poseer el apellido pero la apariencia de este muchacho cambia muchos ideales y pensamientos de las personas que lo conocen.
No era su primera ni segunda vez paseando por ese callejón nada particular y nisiquiera molestándose a pisarlo su "querida" madrastra, daba un largo paseo para ser atendido por la mujer que vende dulces en un local del callejón nada alumbrado por la noche, la mujer y el chico son cómplices de las visitas frecuentes del chico y la mujeres es casi como una madre aunque.. el orgullo solo la ve como una mujer sobornada por su apariencia e identidad antes de que su inseguridad y bastante cariño comience a mirarla de otra forma.
El día parecía interminable aquella vez recorriendo ese largo y angosto lugar, pero después de un pequeño rato de comodidad y buenos pensamientos se escuchó en la soledad de aquel espacio una voz agradecida del tanto, "muchas gracias y espero volver a encontrarnos", dijo un muchacho de estatura media dando una pequeña reverencia de gratitud.
"¿Boleros?" - pensó para sí el joven Min dándose la idea de que sería mejor correr a ese chico de su sagrado lugar..
Se acercó a aquel chico guardando sus utensilios de trabajo mientras el supuesto cliente al fin se alejaba para dejar el lugar, desde un principio el hombre al que habían atendido sabía que ese callejón era lo suficientemente peligroso como para trabajar por el lugar, tenían demasiada suerte las personas que se mantenían en pie con dinero a la mano y salían sin algún golpe, pero.. ¿A quién le importaba un joven sin futuro como Kim?.
Eso pensó el cliente para no arrepentirse de no haberle dicho nada al chico, sin futuro y desolado tal vez le había dado paz a su alma por siempre si lo mataban. Eso pensaron todos hasta que lo vieron portar ese uniforme hecho a mano y con tal escudo....
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- ¿Tienes hambre Kim Dae-hyun? - preguntó mirando al niño jugar en el suelo de madera de la casa.
El niño solo lo miro por algunos segundos dando a saber que tenía hambre, el pequeño Dae-hyun nunca ha sido de muchas palabras y puede que menos de llantos. Su madre ha tenido muchas preocupaciones por el niño que ha corta edad no lloraba lo suficiente como para atraer la atención, siempre temiendo de una posible muerte de cuna.
- jm, cuándo dirás algo que se entienda, tienes suerte de que no podamos pagar una nana - Kim se levantó del sofá acomodando las pantunflas en su pie para ir a pasos a la cocina.
Pescado, fideos y grandes cacerolas de acero compradas en el mercado pero no había nada que Dae-hyun nunca probaría, a lo mejor esa era su respuesta. Kim Dae-hyun nunca probaría ese tipo de comida y su madre nunca compraría lo que le molestaría a su hijo menor que puede asfixiarse en cualquier momento y no emitir ningún sonido.
Entonces Kim abrió la pequeña nevera de la cocina y al mirar que no se encontraba algún puré la cerro y miro al niño desde la cocina.
- ¿Enserio mamá te sigue amamantando? .
El niño solo volteó hacia su hermano y volvió a sus juguetes.
-así o una pasada más señor - preguntaba respecto a sus servicios una mujer lustrando zapatos en el mercado de utensilios básicos.
- una pulida más y no hables por favor estoy en una llamada - contestó para volver a la llamada.
-.... Claro - volvió a tomar la esponja con la tinta de zapatos y la paso de nuevo dos veces seguidas.
Pasadas las horas la madre planeaba quedarse un poco más, recordó que no había algo para darle al pequeño ángel Kim Dae-hyun en casa. A pesar de que aún no pasaba una hora tal vez se preocupaba mucho por sus muchachos en casa. Pero no lo suficiente como para llamar con un teléfono público, Kim Tae Hyung era buen hermano, responsable por si acaso.
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- Qué te sucede nunca lloras - le dijo algo frustrado su hermano mayor al pequeño Dae-hyun que aún se encontraba compartiendo la casa con su hermano mayor y nadie mas.
Kim Dae-hyun se encontraba en ese momento llorando por ninguna razón que Tae Hyung no pudiera calcular, eran las doce p.m y su hermano no podía comer algo que pudiera digerir sin probablemente ahogarse sin recitar palabra alguna.
Kim optó por llevar a su hermano a su cuna y bajar a la cocina con la garantía de que no se haría algún daño.
- Dios mamá qué haces a esta hora.. - se preguntó mirando el interior de la nevera.
Cuando se pensaba en esta historia que toda estaba perdido para el pequeño Kim Dae-hyun su heróico hermano mayor subió las escaleras con.. la primera papilla en la historia de Dae-hyun.
- Bien, - dijo para sentarse en la silla a un lado de la cuna de Dae-hyun, el niño se levantó apoyándose del barandal de la cuna, - esta será tu primera comida sin mimos no ayuda de mamá, pero hay reglas para comer un simple puré. - mostró la papilla en su mano, - Número uno, no puedes mantenerla por mucho tiempo en tu boca. - el pequeño niño sólo lo miro con una expresión de admiración hacia Kim que lo alimentaria pero ciertamente le molestaban las reglas que imponía su hermano, siempre pensó que la casa era propiedad de mamá. No de un chico que apenas y explica las reglas a su hermano para alimentarlo.- Número dos, por nada del mundo le escupas el puré a Kim, eso es malo, terrible y grosero. Número tres, Kim sabrá cada cuando pases la comida y te dará la siguiente ración si es necesario, nunca le niegues a Kim el puré de lo contrario te arrepentirás por la tarde que no hayas comido lo suficiente porque despreciaste a Kim. Número cuatro, última cosa y para nada inservible.... Nunca le lances el bote de puré a Kim, Kim no lo tolera y es lo más grosero e infantil que un niño puede hacer y no me refiero a infantil por decir que sea bueno para ti, es el tipo de cosa infantil que molesta y aturde.
Dae-hyun ya estaba saboreando el puré desde que su hermano dijo la regla número dos, pero parecía valer la pena un bote de puré casero hecho con frutillas.
Y así valió la pena, Kim Dae-hyun sintió como si comiera por primera vez, tal vez por ser tan pequeño y nunca haber manifestado hambre y era su primera vez siendo esto, tal vez por eso sentía que era la comida más rica del planeta.
Aunque tampoco era algo para exagerar, posiblemente creas que Tae Hyung hizo lo posible para alimentar a su hermano tomando comida del basurero antes de ser quemada, pero no es así, ¿trabajar fuera de una tienda de gachas le había ayudado a preparar puré?. Él solo sabe recrear los sabores sin algún marisco y siendo frutillas trituradas con algo de agua para la consistencia.
- mamá no va a llegar a la cena... - se dijo Kim sentando en el sofá terminado de haber dormido a Kim Dae-hyun, planchar su uniforme, escribir un informe falso sobre alguna enfermedad no prevista y mostrarlo a la escuela para mañana si es que a su madre no se le ocurría algo más para ganar dinero e interrumpir los estudios de su hijo.
Pensando un poco más sabía que nadie lo había extrañado este día en la escuela excepto su amiga Ji-Gaeul, mejor amiga desde que Kim comenzó esa secundaria. No no, Ji-Gaeul nunca lo olvidaría aunque sea humillado por todos nunca sería esa clase de amiga, una linda amiga es lo que tiene él y adinerada, cree tener mucha suerte a pesar de todo lo que sucede con su familia, gastos y más cosas que el mundo le prohíbe tener o que le quita de una manera desconsiderada.
Minutos después pensando en su escuela por alguna razón preocupante por su diploma escuchó la puerta sonar como si alguien del lado contrario la tocará, suspendió sus pensamientos obsesivos por faltar un día en una tan importante escuela necesitando el reconocimiento de ella. No se asusto y nisiquiera se preguntó quién era, es más que claro para él que es su madre quien está afuera, sabe que tocó porque ¿Qué buen hermano mayor responsable deja la puerta abierta, mientras cuida de su pequeño hermano de un año y medio de edad?.
Caminó furioso hacia la entrada y abrió la puerta.
- con que te dignas en regresar - dijo enojado mirando a su madre recién llegada por las nueve de la noche. - dijiste que solo sería un rato.
- hijo hijo - dijo su madre ansiosa entrando a la casa y quitándose los zapatos en la entrada de la casa.
- no me llames así ahora no tienes voz, ¿Ya viste la hora? o acaso estabas planeando dejar a tu pequeño hijo morir de hambre.
-...... Lo siento, yo, yo estaba ocupada. Gracias por darle de comer al pequeño Dae-hyun, pero tengo que contarte algo que sucedió.
- mamá si te topaste a alguna amiga en el mercado y te contó algún chisme entro vertido puedes contárselo a alguien mas yo debo irme a dormir tengo una escuela a la que pertenezco - se dio la vuelta a punto de subir los peldaños pero su madre golpeó levemente su espalda, - qué te sucede primero llegas tarde y ahora quieres regañarme.. - su madre le pone un dedo en la boca para que calle.
- ¡Sh! Niño mal educado, y eso que yo te eduqué. No tengo nada de chismes que contar, solo quería decirte algo muy importante que me sucedió en la calle en torno a tu escuela -le quita el dedo de la boca a Kim.
- Qué.. qué sucedió con mi escuela, hay no.. no me digas que me echaron por faltar hoy incluso les hice una nota por las causas no reales - lo interrumpe de nuevo su madre tomando la palabra.
- no Kim, no te echaron. - dijo en un tono reconocido por saber la preocupación de su hijo con esa escuela, incluso aveces parecía que a Kim le alteraba más la situación actual de la familia. - sólo me encontré con alguien muy importante para tu escuela y que tal vez te esté dando el pan para el futuro, vaya tan jovencito y ya repartiendo futuros en las generaciones - se toca la mejilla agradecida.
- Q-Qué a quién te encontraste en el mercado mamá, pero.. di la verdad por favor.
- ¡jum!, quién te dice que tu madre es una mentirosa - quejó bajando su mano y frunciendo un poco el seño a punto de hacer un puchero.
- mamá quién creería que niños mimados y adinerados como los de la secundaria Jegun asisten al mercado de utensilios baratos de acero y metal..... A menos que te hayas encontrado con el alma pura y bondadosa de Ji-Gaeul.. - toma a su madre de los hombros, - ¿¡Te encontraste con Ji-Gaeul de la secundaria Jegun!? - preguntó casi agitando a su pobre madre.
- basta hijo por favor - se safa tranquilamente del agarre de su hijo, - no me he encontrado con el alma de Ji-Gaeul, pero me encontré con alguien más importante que forma una parte funame de tu secundaria actual.
- mamá quién puede ser más importante que Ji-Gaeul - lo interrumpe la señora Kim.
- Min Yoon-gi... Me encontré con el joven amo Min Yoon-gi en el mercado de utensilios baratos.
- E..¿Eh?, M-Min, ¿Yoon-gi? ¿Ese niño mimado?..
『』『』『』『』『』『』『』『』
La mañana siguiente no era diferente, excepto de esperar a que su madre no le pidiera otro supuesto "favor" que con suerte podría terminar hasta las siete de la noche. Sólo con suerte.
Por suerte llegó sano y sin preocupaciones a la secundaria Jegun, gran estructura con dos pilares sosteniendo la entrada que, básicamente era la entrada hacia otro mundo. Un mundo supremo en el que el dinero lo es todo y las amistades se compran difícilmente en algunos casos, personas como Kim Tae Hyung no sobrevivirán ahí nisiquiera cinco minutos sin suicidarse, para el colmo de todo Kim era el único chico en ese rango y en esa situación.
El mundo lo miraba en una expresión facial mente desconcertante, era así que los ricos no se leen tan fácilmente.
No es un bicho, y menos una mosca, pero los alumnos de Jegun querían pisotear lo hasta matarlo.
"Este es un día común y corriente en la secundaria Jegun, propiedad del niño mimado Min Yoon-gi y su familia."
Pareciese que aquel pensamiento era cada vez más necesario para enfrentarse a lo que se encontraría en los salones, no quería exagerar pero los niños mimados no hacen bromas de segunda.
- ¡Kim Tae Hyung! - grito una voz en el pasillo que mas que hacer que Kim Tae Hyung se avergonzara de las personas que se volteaban a mirarlo, provocó una gran felicidad en él.
- ¡Ji-Gaeul! - respondió al llamado gritando aquel nombre tan preciado para él y muchos estudiantes que ya no están en este mundo.
No faltó mucho para que Kim se dará la vuelta y se encontrará con el adecuado rostro de Ji-Gaeul, quien lo abrazo con fuerza casi dando a entender que sería la última persona que abrazaría.
- ¿Por qué no viniste ayer? - preguntó malhumorada despegando se del abrazo.
- lo siento surgió un problema.... Pero, ¿Lo hiciste no? - forma una mueca de malicia y a la vez graciosa.
- sí que síí - respondió Gaeul formando la misma expresión.
"Jajajajajaja" - terminaron los dos en una risa juntos.
Traviesa explicación
Un día antes de que Kim fuera acudido por su madre quien fue al mercado (osea el día de ayer), Kim había ido a la escuela y se había reunido con Ji-Gaeul durante el receso en la cafetería, esas mesas blancas y las comidas platicadoras hacían que los dos pudieran hablar tranquilamente sin que alguien fácilmente los escuchará, solo verían a los amigos riendo de sus maldades planeadas.
¿A quién?, esa es una gran pregunta y tal vez una gran respuesta.
Al final del pasillo se escucha un grito estruendoso de chico, un chico se encontraba gritando del miedo al abrir su casillero captando la mala atención de los testigos.
- Te lo merecías Min Yoon-gi - dijo en voz baja con Ji-Gaeul escuchado le.
Volvieron a reír y entraron a clases, nunca se enteraron de que Min Yoon-gi los había escuchado... ¿Sería el fin escolar de Kim Tae Hyung?.
¿Por qué la pesada broma?
Después de haber conocido más a fondo al chico bolero, Min Yoon-gi lo quería castigar por alterar su paz en aquel callejón.
¿Cómo?, Dejando que su vida fuera un infierno en su propio reino.
¿Ha funcionado?, O, solo habrá despertado una venganza más y un castigo en el que ambos tengan mucho que ver. Incluyendo a esa agradable señorita Ji-Gaeul hija de exportadores de puré.
Ahora sabéis que Kim nunca se aprovecharía de su mejor amiga Gaeul. Pero tal vez lo haría con este compló.
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