Extra

Tras la tensión en ambos competiremos se creo repentinamente un silencio en la audiencia que presenciaba dichas competencias de taekwondo, moviendo sus ojos de aquí allá al momento de seguír los movimientos de los competidores.

Algunos estaban ahí únicamente para conocer y tener cerca a los participantes que admiran, pero lo que ellos creían que no sería tan interesante resultó que si lo era y sus ojos no podían dejar de míralos o tal vez, solo tal vez los que los hipnotiza es la manera en que el uniforme suele caer por sus hombros a causa de los jalones de otro.

Eso no le gustaba para nada al de ojos violetas que los hombros o clavícula de su pareja quedé expuesta de esa manera, lamentándose el no haber dejado alguna marca bastante visible que les haga saber que ese joven de ojos verdes esmeralda ya tiene dueño.

‹¿Cómo eso que quieren que Nikita les done sus genes? ¿Qué les pasa hoy en día a la mayoría de jóvenes? ¿Cómo pueden decir algo como eso sin sentirse avergonzados?› Constantine aprietas sus dientes cada vez que escucha cosas como esas, hierve de coraje.

—Las venas de tu frente se encuentra tan exaltadas que podrían explotar en cualquier momento.—Comenta el señor Sincleir, entre una sonrisa algo burlesca.

Pese a mostrarse sereno como si nada pasará al escuchar las barbaridades de algunos espectadores se expresan sobre su pareja, pero en su mente ya mató a cada uno de ellos.

—¿Estás celoso de que esos jóvenes suspiren por Nikita?—Pronto le tocará a Maximiliano el sentirse de esa manera cuando sea el turno de Hayden... Es bueno ser joven.

—Si estuviera en mis zapatos, ¿Usted no lo estaría?—No es que quiera tener una reacción tan infantil, pero no es algo que se pueda controlar cuando Nikita es demasiado guapo y su cuerpo tan marcado que es imposible no querer verlo, admirarlo.

—No dire que no porque estaría mintiendo.—Cruzas sus brazos sobre su pecho.

Anteriormente creía que los celos son cosas absurdas y que únicamente en sentir eso eran las personas sin amor propio, sin confianza y que no estaban seguros de simismo. Sin embargo, lo que pensé y escupí para arriba cayó directamente en mi cara cuando lo experimente de primera mano.

Esa persona ni siquiera era nada mío y ya sentía ese tipo de cosas al verlo sonreírle a alguien más que no fuera yo, también descubrí la posesividad y pensamientos alarmantes que ni siquiera sabía que podía llegar a pensar... Yo, quería monopolizar todo lo relacionado con Frederick, mi primer amor no correspondido.›

Hasta el momento el señor Sincleir sigue creyendo que Frederick no sentía lo mismo que él en sus años de secundaria, pero en realidad nunca lo supo y hasta el momento Frederick sigue ajeno a eso.

Hayden le comentó a Darrell que no era necesario que se lo dijeran, si de alguna manera estaban destinados a encontrarse entonces que lo descubran por simismo y arreglen el malentendido que creó el envidioso, vicioso de Rodolfo.

—En mi época de juventud también pasé por algo así.

—¿Quién no a pasado por eso?—Preguntan el señor Night y Withe.

Contando sus anécdotas de ese entonces aunque el abuelo de Hayden, el señor Night, no se casó como tal pero tuvo un amor con el cual no pudo tener un futuro porque en el corazón de esa persona ya había otra persona.

—Es algo normal el sentirse de esa manera sobre todo si eres un alfa.—Comentó Darell.—Esos instintos y sobreprotección cómo posesividad está arraigado en nuestras células, pero a los ojos de la persona correcta eso sale sobrando porque no le importa cuan loco estés... ¿Qué?—Frunce el ceño al ver que todos lo miran con una mirada de "¡¿Quién eres tú?!

—Nada, solo es irreal escucharte hablar de esa manera, cuñado.—Dijo Maximiliano con su mirada en el celular, leyendo los mensajes que le está enviando Hayden que en su mayoría son obscenos.

Fue desconcertante escuchar a Darell hablar de esa manera cuando es un persona tan sería, antipática que le daría igual todo porque a sus ojos el mundo entero es nada.

—¿Qué clase de persona soy a sus ojos?—Pregunta mientras los congela con su mirada.—No es como que ustedes sean diferentes a mí, en especial tú, cuñado.—Hace saber sus pensamientos.—Solo sonríes y eres un tonto enamorado cuando estás junto a Hayden.—Todos estuvieron de acuerdo con eso.

—No se debe juzgar un libro por su portada.—Señalan los señores King.—Aveces los libros con portadas calidas y llenas de romanticismo son las más crueles al darte cuenta del contenido.

—No le hagas caso y nunca intentes cambiar solo porque te lo pidan.—Dice la señora King, palmeando el hombro de Darell.—Por más inexpresivo que seas la persona que de verdad te quiera, él o ella logrará saber cuándo estás feliz sin necesidad de tener que sonreír.—Su esposo está de acuerdo con ella.

—Gracias... Lo tendré en cuenta.—Los abuelos de Hayden son unas personas tan cálidas.

—Haz criado un hijo excepcional.—Dicen los señores King.

—No hubiese podido sin la ayuda de mi difunta esposa.—Comentó con una sonrisa nostálgica.

Cuando me encontré con ellos dos después de tanto tiempo me puse tan nervioso que al saludarlos tartamudie, creí que no me reconocerían puesto que había pasando tanto tiempo pero para mí sorpresa no fue así. Ellos con solo verme una vez dijeron mi nombre y me preguntaron cómo había estado.

En sus corazones y mentes había estado presente todo esté tiempo pese a que, solo nos habíamos visto un par de veces en mis años de secundaria.

—Y Darrell desde siempre ha sido un niño sensato y maduro para su edad.—No lamentó nada porque cuando era un niño se comportaba de esa manera aunque sea solo enfrente de nosotros.

—No es momento de ponerte melancólico.—Señala al frente.—La competencia se está poniendo más intensa.—Nikita la está teniendo difícil con una persona tan traicionera como esa.

—Si sigues agarrando el de esa manera lo vas a romper y te quemarás.—Señalo Maximiliano al notar el nerviosismo en su asistente Constantine.

‹No estoy en condiciones en señalar tal cosa cuando ya me encuentro tenso y eso que Hayden aún no participa... Aunque estoy convencido que ganará sigo poniéndome ansioso porque en estas competencia siempre hay uno que otro jugando sucio.› Mete sus manos bajo su abrigo, frota cariñosamente su abultado vientre mientras susurra, "su padre saldrá invicto y con el trofeo de primer lugar."

—Lo sé.—Respondió, siguiendo con su mirada a Nikita en todo momento.—Solo es inevitable el sentirse nervioso y no porque no confíe en Nikita, porque creó en él pero aún así, no puedo estar tranquilo.—Expreso sus preocupaciones.

‹¿Cómo estar tranquilo cuando ese tipo se nota que no juega limpio? Podrá engañar a los demás y pagarle al árbitro, pero a mis ojos no puede engaños y mucho menos a las personas sentadas junto a mí. Ellos desde hace rato están frunce que frunce el ceño al darse cuenta de lo sucio que está haciendo el rival, pero de igual manera Nikita no le permite salirse con la suya... Agradecido que haya sido entrando por el mismísimo Hayden King.›

—¡Que bastador mas despreciable!—Exclamó Constantine al ver que el rival quiso pincharle los ojos a Nikita.

Ansiosamente yacía su mirada violeta observando minuciosamente hacia al frente, con el corazón en la garganta tras ver como el participante rival logró aceptar en su movimiento; logrando un empate y si Nikita no lograba desempatar en menos de de cinco minutos entonces, ambos participantes terminarían de esa manera, empatados.

—10.9.8.7.6.5.—Empezaron a contar.

—¡Niki, una perla nacerá en nueve meses!—Exclamó Constantine.

—¡¿Q-Qué?!—Hizo dos movimientos que acertó en menos de un segundo lo que desempato el marcador, llevándolo a la victoria mientras seguía en shock porque lo entiendo en el mismo instante en que lo escucho, era lo mismo para las demás personas a su alrededor.

—¿Tú estás..?—Constantine solo asintió avergonzado buscando donde meter su cabeza y huir de la vergüenza.

Agradecido de que los de allá abajo no pudieran ver a los de arriba o sería mucho más vergonzoso, es la primera vez que hacía algo como eso y lo peor que no se puso a pensar como reaccionará Nikita.

‹¡Joder, no debí de decirlo de está manera? ¿Y si Nikita hubiese perdido por mi culpa? ¿Querrá ser padre siendo tan joven? ¡Ni siquiera hemos hablado de esto y tampoco lo creí imposible! Soy un alfa y aunque mi maestro haya tenido suerte el poder crear vida no me vi con esa misma suerte. Sin embargo, el médico me comentó que estuve expuesto a unas feromonas distintas a cualquier otras.

Cuando me lo dijo estába en shock y no sabía cuándo y dónde paso eso, no recordaba estar expuesto a esas feromonas raras que podrían alterar el sistema reproductivo que ya tienes pero no desarrollado, que no puede cambiar a menos que algo lo altere pero eso no significa que cambias de casta, no.

El médico estaba tan sorprendido como yo, diciéndome que recordará cuando y dónde ocurrió algo como eso. Lo pensaba y lo pensaba pero la mente no me daba para más, solo después de unos minutos recuerde que en más de una ocasión me tumbaron al suelo las feromonas del joven Hayden King...› Constantine se tenso al ver venir hacia él ese joven de ojos verdes.

Tuvo un poco de temor al ver la expresión sería de Nikita, pensando en lo peor y que tal vez lo había arruinado. Sin embargo, fue levantado y sostenido en los brazos del contrario, acto seguido sintió los labios de Nikita sobre los suyos.

—¡¿Lo dijiste en serio?!—Preguntó e ignorando a los demás.

—Sí... ¿No estás...?

—Estoy feliz.—Sonríe y alivia las preocupaciones de su pareja.—No podría sentir nada más que no sea felicidad.—Se lo lleva a un lugar más íntimo.

—Es bueno ser joven.—Comento el señor Night.—Tendre dos nietos con unos meses de diferencia al parecer.—Sonríe mientras saca su celular y empieza a ordenarle a su personal que compre diferentes cosas para Nikita y su pareja.

—Los mejores amigos quieren ser padre y casarse el mismo año.—Menciona el señor Withe.

—Todo indica que sí.—Concuerdan todos.

—¿Qué pasa con este silencio?—Cuestiona Maximiliano al notar que la audiencia se cayó tan repentinamente, pero no duró mucho.

Lo que antes era silencio pero sin perder el interés se volvió una audiencia emocionada al observar la entrada del joven cabello negro, suspirando soñadores al ver esa seductora mirada rojiza. Gritado eufóricos al instante en que esa misma mirada rojiza cayó “supuestamente” sobré ellos.

—¡¿Él nos está mirando, verdad?!

—¡No, él nos está viendo a nosotros!

—¡Kyaaaa!... ¡Solo vean su sonrisa!—Sus piernas se debilitan.

—¡Te amamos, Hayden King!—Gritan mientras que el alfa de ojos celeste solo quiere bajar y cerrarles la boca.

Todos emocionados creyendo que la mirada y sonrisa de Hayden era para ellos y ellas, cuando la única persona en lo ojos rojizos es el alfa de ojos celestes que también le estaba mirando finalmente mientras sostenía una pancarta "Eres mío no olvides." Lo sostenía con algo de vergüenza pero lo hacía. "Dejá de sonreír." Eso lo escribió de último.

Darrell hasta se alejó un poco para que no lo asocien con ellos y no pasar tal pena ajena que le daba esa pareja de enamorados.

Estaban tan distraídos en eso que no se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo con el señor Sincleir, sin esperarlo y ni verlo venir entre la multitud sus ojos se encontraron con los sorprendidos de Frederick.

A pesar de los años transcurridos solo basto una mirada para que ellos dos se reconocerían al instante, a sus ojos ninguno de los dos había cambiado y el mirarse fue como la primera vez y como si estuvieran en la azotea del instituto escolar. Siendo jóvenes vistiendo aquel uniforme y el viento azotando sus cabellos... El tiempo se había detenido.

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