Epílogo

Si alguien llegase a entrar a la habitación caería de rodillas al suelo, jadeando o arañando el suelo mientras intenta escapar para no sentirse tan sofocante y es que, en el aire se percibe ese color rojo de las feromonas de Hayden. El Omega las había liberado a mas no poder antes de salir y sobre la cama había muchas prendas de ropas; bajó de ellas yacía Maximiliano, oliendo la fragancia impregnadas en cada una de esas prendas.

Maximiliano le pidió a Hayden que dejará su olor en ellas precisamente para hacer lo que estaba haciendo, arroparse con la ropa de su amado. Era la única manera que encontró y con la que puede calmar sus nervios y ansiedad cuando Hayden tiene que irse a la universidad. La espera de su regreso se vuelve muy larga para el alfa.

Homero (doctor) les comento que en los primeros meses las feromonas son primordial, Hayden tenía que liberarlas y envolver con ellas el cuerpo del alfa cada cierto tiempo. También es una forma para darle seguridad, tranquilidad y que los bebés reconozcan el olor de su padre.

‹En los primeros meses no hice un nido pero ahora que estoy en mi sexto mes lo estoy haciendo, a menudo suelo sacar toda la ropa del armario y la tiró a la cama, cubriendo mi cuerpo con su ropa.

Por lo visto, a mis dos vidas en mi estómago si que les gusta el olor de su padre. Oh, tal vez solo soy yo el que lo extraña mucho aunque nos vimos en la mañana.› El tener que despedirse de Hayden todos los días en la mañana para verlo hasta en la tarde, es una tortura para la joven pareja.

—Falta solo una semana para la fiesta de revelación de género.—Sonríe, yendo en buscá de la ecografía bajo la almohada.

Él y Hayden se han acostumbrado a ver todos los días los dos pequeños brotes de frijol (así les llamó Darrel) a los mellizos que aparecen en la ecografía.

Hace una semana atrás en el control de cada mes se les informó a los padres primerizos, que serían dos pequeños y que eran mellizos no gemelos. Así ya supieran que eran dos por los sueños de concepción de su familia; ellos seguían siendo muy felices al tener una confirmación de que son dos bebés.

—Solo entonces empezaremos a buscar sus nombres, comprar con seguridad sus ropas y construir la habitación donde irán sus cunas.

Tenía pensado en mudarse a una casa mas hogareña y con un inmenso jardín, lago, suficiente espacio en el cual puedan correr los pequeños según vayan creciendo. También porque Maximiliano no quería que Hayden siguira subiendo las escaleras, el Omega sigue sin poder subir a un ascensor pero ya su fobia ya no es tan severa, ahora puede estar enfrente de uno y ver cómo se abre sin sentirse sofocado.

—¿Quién estará llamando?—Frunce el ceño.—¿Sí?—Contesto la llamada.

—Maestro.—Era Constantine al teléfono.

Si no estoy mal puede que lo haya despertado su voz se escucha soñolienta, últimamente mi maestro tiene mucho sueño lo cual el doctor comentó que no teníamos de que preocuparnos. Que todo va bien con el embarazo.

El joven Hayden es el que se encarga del trabajo sobrante que le envío a mi maestro cuando es requiero su permiso, pero en estos momentos no puedo hacerlo porque Hayden está ocupado en sus estudios al igual que Nikita.

Me comentó que las últimas pruebas se le están haciendo un tanto complicadas sobre todo, cuando se trata de idiomas.

—Siento haberlo molestarlo.—Se disculpa.—Sin embargo, podía revisar lo que recién le envié a su correo.

—No estaba dormido si es que estás preocupado por eso.—Expreso, aliviando las posibles preocupaciones de Constantine.—Darme unos segundos, encendere la laptop.

—Es sobre lo que hablamos unos días.—Comunica.—Por lo tanto solo quiero que le dé un último vistazo antes de aprobar el proyecto...—Cubre su boca al sentir una ligera amargura en su boca.

‹¡Otra vez ese repentino malestar estomacal! ¿Es por lo que no he comido todavía por eso siento amarga la boca? Pero, si me tomé un chocolate con unas galletas. ¿Tal vez es la falta de sueño.› Pensó sin darle tanta importancia a su malestar.

Siguió en lo suyo que es revisar todos las carpetas en el escritorio, seguían siendo bastante y eso que ya había revisado un tercio. Había mucho trabajo y si lo dejaba estar se acumulará mucho más.

—¿Constantine?—Detuvo sus movimientos al darse cuenta que su asistente podría estar enfermo.—¿Estás bien?

‹Dejarle la mayor parte del trabajo a Constantine puede ser perjudicial para su salud, Jacinto y el asistente de mi padre suelen ayudarle pero sigue siendo cansado para Constantine. Tendré que contratar a alguien mas mientras regreso a la empresa.

Le diré a Hayden que me recomiende a alguien de su personal para que asista a Constantine, sé que mi Omega se ofrecería hacerlo él mismo pero también sería demasiado para él... Ni sé cómo puede con tantas cosas a la vez, que la universidad, su organización, me ayuda con mi trabajo y también cuida de mí. Tiene tanta energía porque en la noche...› Sus mejillas se enrojecen al recodar esas noches de pasión.

Hayden le sigue haciendo el amor todas las noches a su amado porque para entregárse y fundirse placenteramente con el contrario, para eso jamás estará cansado.

—Si estás enfermo deberías de ir a la enfermería a que te revisen.—La empresa cuenta con una sala de enfermería.

—Estoy bien, no es nada de que preocuparse.—Con un café bien cargado se me quitará este malestar.

‹Ya dije, seguramente solo es por falta de sueño tendré que dormir un poco más para no preocupar a nadie. Sin embargo, sigue siendo extraño porque no soy de las personas que se enferman y también estoy acostumbrada a este ambiente laboral. ¿Entonces por qué ahora me encuentro con estas incomodida?›

Constantine se puso algo palido al darse cuenta que podría ser por la edad, es algo en lo que no le gusta pensar y sus pensamientos no eran para nada correctos porque la edad estaba lejos de ser un problema.

—No le cuente a Hayden, por favor.—Pidío.—Porque se lo dira a Nikita y no quiero preocuparlo innecesariamente.

—Entiendo.—No hizo ninguna promesa.—Sin embargo, sino vas a la enfermería entonces enviaré a un doctor, junto a Nikita.—Era una clara advertencia de que tenía que ir a recibir un diagnóstico.

—Pero...

—Pero nada.—Corta sus posibles excusas.—Darte prisa y cancela todas las citas pendientes.—Ordenó.

—Bien, iré después de que terminemos de hablar.—No podía negarse ni desobedecer las órdenes de su jefe, es por eso que Maximiliano se lo dijo de esa manera.

—No olvides que días es hoy, tenemos que ir a ese lugar.

—Sí, ¿como podria faltar?—Nikita también estara participando.

—Bien.—Dicho eso finalizó la llamada y se dispuso a revisar su correo.

Después de unos cuando minutos leyendo y viendo que todo esté correctamente él aprobó el proyecto, enviando un nuevo correo a su asistente.

—¡Ya son las tres de la tarde!—Se exaltado.

Apagó la laptop antes de levantarse y tomar su abrigo con algo de prisa, al ponérselo y atarlo en su cintura el abultado estómago fue cubierto aunque se seguía viendo bastante doble, como una bolita de arroz pero sensual es lo que Hayden le decía a diario a Maximiliano cuando el alfa tenía cambios de humor influenciados por el embarazo.

‹Falta media hora para que inicie la competencia de Hayden, le dije que estaría en los últimos asientos pero lo suficientemente alto para ser visto por él.›

Una vez más Hayden después de unos años ausenté volvió a practicar taekwondo, sus habilidades siguen siendo tan buenas o mejor que cuando era un adolescente por lo tanto; él empezó a competir nuevamente; volviéndose la estrella de su universidad, "resurgiendo desde las cenizas como el ave fénix." Son algunos comentarios en la página de la universidad de las personas que siguen reconociendo a Hayden.

Tadeo (hermano de Nikita) fue el primero en publicar que Hayden volvía a las competencias, adjuntando una foto de como se veía ahora después de tanto tiempo sin saber nada él.

La página dedicada al Omega explotó y se volvió viral en cuestiones de minutos, ¿cómo no enloquecer? Si Hayden se había vuelto todavía mas varonil con esa mirada roja tan cautivadora. No obstante, a Maximiliano no le agrado que le estuvieran lanzado todo tipo de comentarios a su amado. Se puso severamente celoso pero no hizo ningún berrinche es mas, siguió la página desde su cuenta principal.

En cuanto a Nikita tampoco se quedó atrás y decidido practicar tal deporte, pero mas como un pasatiempo que como competidor con otras universidades. Sin embargo, él también tiene una página de dedicada a publicar cosas relacionadas sobre él.

Nikita llegó a pensar que fue creada por su familia o por su padre pero no era así, si seguía la página y comentaba lo orgulloso que estaba de su segundo hijo, pero, no era el que la creo. Nikita si tenía fans solo que le costaba creer que eso fuera verdad, se le olvidaba que es un joven bastante atractivo con ese par de ojos verde esmeralda.

—Max.

—¿A dónde vas con tanta prisa?—Preguntó su padre, observando la tabla de ajedrez y al mismo tiempo al hombre enfrente de el, esos ojos azules intensos que lo miran fijamente esperando el próximo movimiento del padre de Maximiliano.

—¿Otra vez ustedes dos aquí?—Tendre que cambiar la cerradura de la puerta.

‹¿Cómo que se estan viendo muy a mudó estos dos? Ni mis suegros (abuelos de Hayden) no vienen tan seguido y eso que viven enfrente.

En cambio mi padre y el señor Night (el anterior jefe de la organización Bloody Rose, a quién Hayden también llamá abuelo) suele venir a menudo a jugar ajedrez con mi padre. Desde que se conocieron se llevan muy bien es lo mismo con los abuelos de Hayden.

Sin embargo, lo que no quería se hizo realidad que mi padre se terminará mudan a este lugar también. Desde que supo sobre mi embarazo casi se va de espaldas porque él era el único que creía que yo, había embarazado a Hayden y no lo contrario.›

El señor Wither se mudó al departamento de enfrente hace unos meses atrás, al principio era solamente él pero les sugirió a los señores King si les parecía bien el vivir con él. De esa manera no vendrían de tan lejos a visitar a su nieto.

No es que Hayden no les haya invitado a quedarse con ellos dos en departamento del alfa solo que, sus abuelos no querían convertirse en lámparas cuando los dos jóvenes pasarán tiempo juntos. También entendían que una pareja debe de vivir sola no con los suegros ni consuegros, es la manera mas maravillosa de vivir.

Pese a eso, terminaron aceptando la propuesta del señor Wither. Se mudaron también al departamento de enfrente y ahora viven los tres mayores ahí, en su momento llegaron a pensar que sería incómodo pero para la sorpresa de ellos y de todos se llevan bien, tiene muchas cosas en común mas de lo que hubiesen pensado.

—¿Qué tiene que venga a visitarte?—Cuestiona.—Soy tu padre.

—¿Quién está diciendo lo contrario?—Contesta con otra pregunta.—Sin embargo, te recuerdo que vines todos los días y eso ya es demasiado.

—No seas duro con tu padre.—Intercede por el señor Wither.—Solo se preocupa por tu seguridad y las de nuestros nietos.—Añade.—No puedes quedarte solo por eso Hayden también me envió mientras sus abuelos no están.—Los señores King había salido.

—Ya olvidarlo.—No iba a seguir discutiendo con ellos dos.—¿No irán a ver la competencia de Hayden y Nikita?

—¡Sí!—Responden emocionados.

—¿Entonces que están esperando ya es tarde?

—¡¿Qué?!—Ve el reloj y definitivamente ya es tarde.

Se la habían estado pasando también bien jugando que perdieron a noción del tiempo, pero ahora que son consiente se levantaron y tomaron sus abrigos porque allá afuera estaba haciendo frío.

—Sere el conductor.—Comunica el señor Night.

—No, seré yo el que conduzca.—Maximiliano solo abrió la puerta quería salir para no escucharlos.

Solo no esperaba que al abrirla se encontraría con una grata sorpresa, la sonriente mirada y sonrisa de su amado Hayden era su sorpresa.

—¡¿Qué haces aquí?!—Se lanzó a sus brazos.—¡¿No deberías de estar en la universidad?!

—Moria por verte a ti y sentir a nuestros pequeños.—Frota cariñosamente el estómago de Maximiliano.—Sere el último participante por lo que tenemos tiempo.—Sonríe pícaramente.—Hasta para darnos mucho amor.—Mete sus manos bajo el abrigo y camisa de Maximiliano.

—Frias, tus manos están frías.

—Por eso mismo.—Besa los labios de su alfa.—Calentarlas por mí...

—Hayden, también estamos aquí.—La voz grave e imponente de Darrell se hizo presente.—Deja tu calentura.

—¡C-Cuñado... Señor Sincleir!—Se exaltó y se enojó porque no dudó en soltar un manotazo en el pecho de Hayden.

—Hola, Maximiliano.

—Solo fingen que no están aquí, empezando por el envidioso de Darell.—Abraza por la espalda a Maximiliano.

—Envidia es lo último que te tendría.—Bufo.—Solo vámonos.—Ni se para que vine.

—Tus abuelos todavía no regresan...

—Ellos ya están en la universidad.—Respondió el señor Sincleir.—Fueron ellos los que nos pidieron que vinieramos por ti y en el camino nos encontramos con Hayden.

—Ya veo, entonces vámonos no podemos llegar tarde.—Entrelaza su mano con la de su amado.

Les hace un llamado a su padre y al señor Night, ya al estar todos reunidos se emprenden a su destino que no está muy lejos del departamento.

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