capitulo 77
Entre somnoliento y desorientado Maximiano dejó de estar para poder sentarse, frotando gentilmente sus ojos mientras observa a su amado durmiendo pacíficamente, aferrando a su cintura y con su rostro ya no tan pálido como lo estuvo no hace mucho. Antes de llegar a ese estado pacifico Hayden anteriormente casi escupe todas sus entrañas, los mareos eran peor.
Darrell al verlo en ese estado no sintió ninguna lástima y solo comentó que era bueno que Hayden tuviera los síntomas, por el bien de Maximiliano y también que Hayden se lo merecía por divertirse molestando o poniendo en aprietos a los demás.
Él suele venir a visitar a la pareja una vez a la semana porque está muy ocupado, le hizo saber a Hayden que vino a quedarse en este país que en estos momentos anda buscando una residencia para vivir mientras al mismo tiempo prepara los papeles para trasladar su empresa a este país. El omega le ofreció su ayuda pero Darrell la rechazo amablemente diciéndole que debe de concentrarse en Maximiliano, el bebé en camino, y en sus estudios.
De igual manera Hayden le dió autoridad para que hiciera uso de su gente para lo que necesite, Darrell le respondió que si los necesita entonces sí le tomara la palabra mientras no.
—¿Qué horas son como para estar recordando?—Se pregunta asimismo, muy bajito para no despertar a Hayden.
‹Desde que comparto la cama con Hayden no suelo despertarme a medía noche, no sufro de insomnio tampoco y duermo cómodamente hasta el día siguente sin embargo, en estos instantes mi estómago no quiere que siga durmiendo. Me está ruge demasiado... Tengo hambre, deseos de comer langostinos con salsa picante, sushi con wasabi.› De solo pensarlo se le hace agua la boca.
Tenía pensado bajar a la cocina y ver si tiene los ingredientes para prepararse dichos platos, no quiere ni piensa despertar a Hayden cuando puede hacerlo por su propia cuenta. Sino hay tales ingredientes entonces le pedirá a su gente que vayan a comprarlos.
—¿Max?—Al percatarse de los ligeros movimientos de alfa el Omega despertó.
No creo que lleve mucho tiempo despierto pero, ¿por qué no me despertó si le incomoda algo? De seguro lo pensó demasiado al verme tan cómodo después de un rato todo mareado y con malestar. Sin embargo, ¿si me duele algo?
—¡¿Te duele algún lugar?!—Pregunta preocupado perdiendo el sueño por completo.—¡Sí es así vamos al médico!
—Estoy bien.—Detiene los movimientos del Omega.—No me duele nada y tampoco me siento incómodo, estoy bien. De verdad.—Debí suponerlo que me sentiría al mínimo movimiento que hiciera, sus sentidos son muy agudos. Es probable que haya medio recordado desde el instante en que desperté.
Lo que tenían pensado Maximiliano al final no resultó y Hayden terminó despertando, revisando minuciosamente cada parte de su cuerpo y al verificar que todo está bien solo suspiro aliviado.
—¿A dónde te estás dirigido entonces? ¿Al baño?—Acomoda su cabeza sobre el regazo de Maximiliano.—Son la una en punto de la mañana.—Expresa mirando el reloj en el buró.
‹Ya pasaron dos semanas desde que fuimos al hospital y nos enteramos que seríamos padres, ese día se celebrará todos los años como el mas feliz de nuestras vida junto al nacimiento de nuestro hijo. Aún no sabemos que será, lo importante es que nazca sano aunque falta bastante para eso.
Aún no se lo hemos dicho a mi familia y tampoco al señor Withe, solo lo saben mis amigos y los guardaespaldas de Max. El mas dramático al enterarse fue Constantine, prácticamente Nikita tuvo que agarra su alma y volverla a meter a su cuerpo.› Tenían pensado hacerle saber a los demás en un par de días, cuando anuncien su compromiso.
‹Homero (doctor) comentó que podíamos tener intimidad moderadamente, no hay nigún peligro pero que es importante ir a los controles parental para evitar cualquier peligro ya que es un alfa, las complicaciones pueden venir después por eso tenemos que ir dos veces mínimo de cada mes al hospital. Sin falta estaremos allí.
Y aunque el doctor comentó que podíamos tener intimidad, Maximiliano estipuló que solo lo podría después de tres samanas, es duro el no poder ingresar por la estrecha y calidad puerta trasera pero lo reconforante es que podemos darnos mucho amor de diferentes maneras.›
—¡Ya entiendo!—Sus ojos brillan.—¿Tines algún deseó?—Sigue su interrogatorio, dejando el regazo de Maximiliano.—¿Es eso, verdad?
—Sí.—Asiente no iba a mentir.
Se ve más emocionado que yo al escuchar eso es como si lo hubiese estado esperando después de todo, está sería mi primera vez deseando comer algo pero no podía ser en la mañana, tarde, ¿por qué en la la madrugada? Las tiendas que se ópera las veinticuatro horas queda lejos de aquí.
—Tengo ganas de comer langostinos con salsa picante, sushi con wasabi y por último ensalada de camarones.—Su rostro se ruborizó al escuchar su estómago rugir.—Tenia planeado ir a prepararlos si encontraba los ingredientes...
—¿Por qué no me despertaste en ese mismo instante?—Abraza al alfa.—Estamos juntos en esto mi reina, no tienes porque contenerte.—Besa el rostro del contrario.—Solo tienes que decirme y cumpliré todos tus deseos.
—No quería despertarte te veías muy cómodo luego de los horribles malestares del día de ayer.—Sostiene en sus manos el rostro de Hayden.
‹No sé hasta cuándo va seguir con esos malestares el médico le recetó medicamento para el asco, solo que no parece ayudar mucho porque sigue teniendo esas ganas de vomitar solo que no sale nada y eso es lo que lo tiene mal. Me preocupa que no se logré concentrar en sus estudios porque no puede descuidarlos, tiene que graduarse en cinco años de la universidad.› Sonríe para simismo al pensar que Hayden primero tendrá el título de padre, luego el universitario.
—Tengo manos y estoy sano cuando no puedo entonces...
—Entonces nada.—Baja de la cama.—Sé que puedes hacerlo por tu cuenta pero quiero consentirte a ti y a nuestro bebé.—Lo levanta en sus brazos.
Antes de salir de la habitación fueron a cepillar sus dientes, el omega en nigún momento bajó de sus brazos a Maximiliano.
—Ya me consientes mucho y quería hacer lo mismo por ti mi amado prometido.—Abraza el cuello de Hayden.
No negaré que comer esos platillos es lo segundo en realidad mi deseo va dirigiendo a Hayden, quiero saborear lo que él me prepara con sus propias manos. Eso es lo que me hace sentir lleno, saber cocino especialmente para nosotros dos. Para mí y nuestro bebé que le encanta la comida preparada por su padre.
—Eres tú quién más mal lo está pasando.—Reclina su cabeza en hombre de Hayden, este último va bajando las escaleras con cuidado no quiere poner un pie en falso y caer.
—Cuando tengamos el segundo bebé también esperó ser yo, el que tenga los malestares.—Declaró.
—¡¿Qué?!—Deja de estar apoyado en el hombro de Hayden.—¡Ni siquiera a nacido nuestro bebé y ya estás planeando un segundo!—Está sorprendido pero no le molesta la idea es mas, la felicidad se le nota en sus brillantes ojos.
—Sí, pienso llenarte tanto que...
—¡Hayden!—Suelta un manotazo en el pecho del contrario, fulminando con la mirada.—En que momento la conversación tomo esa dirección, estamos hablando de comida no de llenar otra cosa.
—Por eso mismo, llenaré tu estómago con la comida que voy a preparar.—Lo ve fijamente.—¿En que estabas pensando?—Arquea su ceja.—Pervertido.—Niega con la cabeza haciéndose el inocente.
Aprieta sus labios en línea recta para no reírse al ver el increíble sonrojó en el rostro de Maximiliano, avergonzado de haber pensado en otra cosa pero es que no estaba equivocado, Hayden si estaba yendo a esa dirección y en nigún momento el "llenar" era refente a comida.
—¡Dejá de hacerte el inocente y dejarme a mí como un sucio!—Tira del cabello azabache.—Es obvió que no estabas hablando de comida...¡¿Uhgm?!—Se estremeció al sentir la dureza de ese pilar pinchado su parte trasera.
—Es tú culpa por tirar de mi cabello de esa manera.—Susurro cerca del oído del alfa.—Me hiciste recordar ese instante cuando estabas montando arriba de mi miembro, tu interior se aferraba de esa dureza y tus manos de mi cabello tirando de el mientras te movías lascivamente...
—Ya lo entendí.—Cubre la boca de Hayden para que no siga diciendo tantas obscuridades.—Solo ve y prepárame la comida antes de que te golpe.
—Como ordené mi Reina.
Antes de dejar a Maximiliano en silla frente a la isla de la cocina, Hayden agregó un suave cojín en la silla y uno en la nuca de Maximiliano para que esté cómodo mientras espera que todo este listo.
—Si tienes deseó de comer cualquier cosa yo lo preparé y si no tenemos esos ingredientes iré a comprarlos, si en la tienda no hay entonces iré al mar o ha dónde sea ha conseguirlos pero de que disfrutarás de esos platillos los disfrutaras.—Besa la frente de Maximiliano.
Hayden abre la refrigeradora y estába abarrotada de comida, los guardaespaldas hicieron lo que Hayden les indicó que era no dejar que la refrigeradora quedará vacía. Tenía que haber comida a su disposición siempre porque su alfa estaría comiendo por dos, eso sí, los productos tenían que estar frescos.
—¿Están los ingredientes?—Pregunta observando la parte trasera de Hayden, tragando grueso por lo sexy que se vía el Omega con esa ropa. Era ropa de dormir pero todo le quedaba bien a Hayden y lo hacía ver irresistible.
—Sí, hay hasta para darle de comer a todos.—Respondió.
Sonríe al darse cuenta que su alfa se lo está comiendo con la mirada, sabiendo eso pero fingiendo que no lo sabe, Hayden inclina su pecho hacia adelante alzando sus caderas. Disque realizó esa acción para alcanzar algo pero solo estaba seduciendo al alfa que sigue con su vista fija en el Omega.
—No creas que no me atrevo hacer nada si mi estás seduciendo tan abiertamente.—Agarra fuertemente las caderas de Hayden, besando y lamiendo el cuello del ya mencionado.
—¡Nmgh!—Gime para después sonreír. Había estado esperando por ello desde el instante en que se percató de la mirada del alfa sobre su cuerpo.—Yo solo estaba buscando el sartén correcto.—Con cuidado giro para quedar enfrente del alfa, frotando su entrepierna sobre el contrario.
—H-Hayden.—Lo nombra entré jadeos al sentir una mano escabullendose dentro de su pantalón mientras que la otra adelante, frotándose encima de la ropa interior.
Mis piernas se debilitan ante sus toques tuve que sostenerme de sus brazos para no caer, temblando cada vez que su lengua se pasea por mi cuello tan obsesiona.
—Hay...Hayden.—No comprendía del porque se alejó tan repentinamente, dejándolo agitado y con la mirada nublada.
—Si no me detengo ahora no me podré detener después hasta que te haga el amor hasta el amanecer.—Posa sus manos en el estómago de Maximiliano.—Nuestro bebé sigue con hambre y yo también por lo que tendré que sacrificar mis ganas de comerte.—Muerde las sonrojadas mejillas de Maximiliano al escuchar nuevamente el ruido de su estómago.
—Lo siento, bebé.—Esconde su rostro avergonzado en el cuello del Omega, colocando sus manos sobre las manos del contrario.—Lamento hacerte esperar pero es que tu padre es demasiado tentador.—Suspiro aún mas avergonzado.
—No lo culpes, bebé.—Frota sus manos en la pancita del alfa.—Es mi culpa por seducirlo, cuando lo conozcas te darás cuenta que tiene unos ojos tan hermosos.—El alfa solo sonreía al escuchar a su omega hablarle dulcemente a su hijo.—Tendrás que ayudarme a eliminar a todo aquel lo llegue a mirar.
—¡Hayden!—Regaña.—Deja de decir tonterías y preparar los platillos.—Volvio a sentarse frente a la isla de la cocina.—Ya no te interrumpo más.
—Es momento de llamar la mano de obra para terminar más rápido.—Agarra un pequeño control remoto de algún dispositivo, presiona encendió.
—¿Qué haces?
—Solo espera.—Sonríe perverso.—1.2.3.
—¡Maldito!—Exclamo con la mano el pecho, tomando unos segundos antes de gritar.—¡Hayden y hijo de...!—Se escuchó un grito no muy lejos.
Era Nikita el que maldecía a todo pulmón, el sonido de una bocina que ni sabía que estaba en la habitación le saco tremendo susto.
—Se te olvida que Constantine duerme con un arma bajo la almohada, lo que sea que hayas hecho pudo causar un accidente.—El alfa solo negó con la cabeza mientras escuchaba las fuertes pisadas acercándose.
—No la tiene cargada y según tengo entendido tiene la manía de recorrer los pasillos, supervisando que no haya nadie sospechoso...
—¡¿Por qué demonios conoces sus hábitos?!—Frunce el ceño, no le gustó en nada eso.
—Mi amado alfa.—Inclina su rostro hacia adelante muy cerca de Maximiliano.—Estoy enterado de todo lo relacionado contigo mi vida, porque si mi plan no resultaba entonces me iba a escabullir a tu departamento, como un pervertido te miraría dormí.
—No sé quién está mas loco si tú por decir algo como eso tan orgullosamente o yo, por emocionarme.
—Ambos lo estamos, somos el tornillo faltante del otro.—Besa los labios del alfa.
—¡Hayden!—Lo ve furioso.
—Niki.—Se hace el sorprendido.—No sé del porque no estas durmiendo pero ya que estás aquí.—Señala las cosas que tenía que pelar.—Ven ayudarme.—Sonríe mientras mueve el cuchillo de aquí allá.
—Eres un infeliz.—Suspira derrotado.
Que dé gracias al cielo que Constantine ya estaba despierto desde antes porque si lo hubiese despertado entonces sí, Hayden me las pagaría así muriera en el intentó. Y por lo que veo sea a levantando a preparar comida entonces es alguna especie de deseó de Maximiliano.
Aún sigo procesando el hecho de que seré tío en un par de meses, estoy muy feliz por Hayden y también porque si ellos pudieron eso quiere decir que en su momento yo, y Constantine también podríamos conocer a nuestros futuros bebés. De solo imaginar una mini-copia de él corriendo por los pasillos mi corazón se acelera.
—Si querías ayuda podrías pedirlo como la gente normal.
—No, no sería divertido.
—Me dan ganas de incerta esta langosta en trasero.
—Mi vida, ¿lo estás escuchando?—Ve con mirada de cachorrito a Maximiliano.
—Si alguien hará eso ese seré únicamente yo, nadie aparté de mí tiene permitido tocar el cuerpo de Hayden.—Sus miradas se vuelven una.—El que lo haga moriría.
—Par de locos.—Susurró, abrazando a Constantine.
—Es probable que tú amigo sea el que también este pasando por los cambios hormonales.—Comenta Constantine.
Fue mas el shock el saber que mi maestro era comido por el joven Hayden que enterarme que estaba embarazado, creo que era él único que tenía la errónea idea de que mi maestro era el dominante. No es que este en condiciones de hablar porque a mi también me hacen morder la almohada, me entregó felizmente a este joven que estoy abrazando, él único que puede y logra hacerme pensar y decir cosas vergonzosas como obscenas.
—Y también puede que nos tenga envidia porque podemos tener intimidad a la hora que queramos.—Susurra cerca del oído de Nikita.—A él lo han de tener en abstinencia de ahí su frustración...
—Oh, cuánto lo siento.—Cerca de ellos dos paso un pedazo de cebolla.—Se me resbaló.
—Si como.—Nikita no le creía nada.—Solo darnos prisa, pongamos en práctica lo que nos enseñan.
—Descuida, Niki. También te ayudaré a preparar comida cuando tengas que cumplirle los deseos a tu novio.—Dijo al mismo tiempo que sirve el plato con sushi y wasabi a maximiliano.—Si siguen como conejos no me sorprendería que nos den tal noticia.
—¿Verdad, mi Reina?
Maximiliano solo asintió con la cabeza su boca estaba ocupada disfrutando el sushi como para decir una palabra, ignorando también el rojo carmesí en los rostros de los otros dos alfas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top