capitulo 76
Al bajar del ascensor y recorrer los pasillos Maximiliano nunca se esperó que sería él, quién estuviera realizandose incontables diagnósticos cómo si fuera el quién lo estuviera pasando mal y no Hayden. Confundido ante la situación el fue en busca de respuesta, mirando fijamente a su prometido.
—¿No eres tú el que la está pasando mal con las náuseas y mareos?—Preguntó, acariciando el rostro sonriente de Hayden aunque su piel hasta pálida.
¿Como puede sonreír cuando se ve así de mal? Cada segundo que pasa se vuelve más pálido, la mascarilla no le esta siendo de utilidad al parecer. Temo que en cualquier instante en que no lo vea, caiga desmayado.
—Yo, estoy bien.—Asegura.—No te preocupes por mí y ve que te hagan los estudios necesarios.—Si no le encuentran nada tendré que traer los mejores médicos del extranjero.—Si sientes incómodo yendo solo entonces estaré ahí contigo...
—Tengo el presentimiento que mis síntomas están ligados a ti, mi alfa.—Sus manos reposan en el estómago de Maximiliano.
El alfa al principio estaba confuso no entendía la dirección que estaba yendo la conversación, pero pronto cayó en cuenta sobre lo que Hayden le quería decir tras posar sus manos en su plano estómago.
—¡¿C-Crees que...?!
Mi respiración se acelera al igual que los latidos de mi corazón, me siento como un niño visitando por primera vez el parque de atracciones, subiendo a los juegos que un niño no puede subir. Así de emocionado estoy de solo imaginar que lo que Hayden piensa sea verdad.
—¿Y-Yo podría estar?
Solo entonces el alfa fue iluminado, perplejo ante la posibilidad de estar llevando una vida en su estómago. Mientras su expresión dejaba ver la sorpresa, sus ojos brillan intensamente emocionado de llegar a tener esa dicha, de darle un hijo a la persona que tanto ama.
—Sí.—Sostiene en sus manos el rostro de Maximiliano.—Principalmente por eso vinimos al hospital.—Frota sus dedos en las mejillas del alfa.
—...Y, ¿si resulta que no es así?—¿Estaremos preparados para las decepciones?
Quizás Maximiliano también pensó en ello anteriormente pero prefirió ignorarlo por lo mismo, temía ilusionarse y ilusionar a Hayden. Temor a decepcionarse como decepcionar a su omega.
—No pensemos en lo negativo solo hay que concentrarnos en lo positivo, ¿si?—Besa la frente de Maximiliano.—Únicamente en eso.
—Tienes razón.—Es mejor saber a quedarnos con las dudas.—Volvere, solo espérame.
—Bien.—Fue lo que hablamos no hace mucho en este pasillo.
‹Queria entrar con mi reina pero Homero (médico personal de la organización clandestina) me aconsejo que era mejor esperar aquí fuera, mis nervios y ansiedad solo podrían presión en Max. Quedándome sin alternativa mas que solo esperar pacientemente.› Ha estado yendo y viniendo por el pasillo en exceso, mareando a Jacinto el cual se enteró de algo que no quería.
Mas bien lo que ya sospechaba se le fue confirmado a Jacinto que, su incompatible jefe era nada menos el que recibí mucho "amor" en la relación.
—¿Por qué te vez más pálido que yo?—Cuestiona al guardaespaldas.—Tengo el presentimiento que vomitaras en cualquier momento.—Fija está su mirada en Jacinto.—¿Te desagrada la idea de que...?
—¡Claro que no!—Aclara.
No creo que me vea palido solo es él molestándome, poniéndome nervioso y también porque no quería enterarme de las posiciones en la cama, era innecesario. En momentos como este el tener buen oído es molesto, ya puedo imaginarme también la reacción de Constantine cuando se enteré y si fuí comido por ese joven tigre, ¿existe la posibilidad que también esté...?
—¡Solo estoy en shock!—Exclama.—Lo que conocía con respecto a las castas se esta volviendo desconocido.—Añade.——Usted también me contagió su nerviosismo y el hecho que se pasé de aquí allá me mareo.—Concluye.
—Ah, con que era eso.—Pone sus manos en los hombros de Jacinto.—Son solo pequeños detalles nada de lo que sorprenderse.—Sonríe.—Eres tan tierno como un niño en un cuerpo adulto.—Frota su mano en la cabeza del indignado guardaespaldas.
—Habla como si fuera un anciano.—Quita esa mano de su cabeza.—Y por favor no me diga "tierno" porque podría terminar muerto el día de mañana.—No hace mucho sentí un horrible escalofrío y, seguramente se debe al sexto sentido de mi jefe.—¡Ni lo piense, por favor!—Suplica al ver la sonrisa traviesa de Hayden.
Jacinto lo presentía que el joven le diría de esa manera delante de su jefe únicamente para despertarle celos, posesividad. Sin importarle que Jacinto sudara frío en ese instante.
—¿Dónde se encuentra Hayden King?—Esa imponente voz se escuchó desde la recepción de ese piso, hasta el pasillo no muy lejos donde se encuentra Hayden.
Jacinto al percatarse de esa voz desconocida se puso muy alerta, con la intención de enviarles una señal a sus compañeros pero en eso Hayden le toca el hombro, negando con la cabeza.
—No es peligroso. Bueno, no para mí.—Expreso como si nada.
—¿Lo conoce?—No lo he visto aun pero con solo escuchar el timbre de su voz puedo deducir su imponencia.
—Sí, él es...—Esquivo el puñetazo al instante contraataco pero el contrario también lo esquivó.—No puedes saludar como lo hacen las personas normales, Darrell.
—Al igual que yo, tú no eres normal.
Llevo esta mascarilla ya que, soy propenso a percibir las feromonas de los demás por mas ligeras que sean. Sin embargo, no parece ser efectiva si después de todo sigo percibiendo las que rodean a Hayden. Su pareja si que lo impregnó como un algodón en alcohol.
—Aunque entre los dos sigues siendo el mas anormal.
Jacinto no entendía que estaba pensando exactamente, el puño lanzado por Darrell fue tan rápido que ni lo logró ver fue lo mismo con el de Hayden. Lo único que sintió fue el viento como afiladas navajas pasando a lado suyo.
—¿No dijiste que te estás muriendo y por eso no irías a nuestro encuentro?—Preguntó monótono, pero en su mirada deja ver sus amplías ganas de romperle la cara a Hayden.
—No nos hemos visto desde hace ratos y ya traes esa cara larga.—Niega con la cabeza.—Y, si lo dices de esa manera es como si estuviera cancelado el encuentro con mi amante, es bastante desagradable.
—El único desagradable aquí eres tú, Hayden.—Suelta un profundo suspiro.
Sonaba tan serio en ese mensaje que no pude tomarlo como una simple broma, lo conozco y sé en que momento esta bromeado pero en esta ocasión no me vi venir esto.
—Por tu culpa y tus pésimas bromas de mal gusto viole unas cuantas reglas de tránsito.—Fue bueno que no le haya avisado a mi padre o hubiese cancelado la reunión.
—Nada que no puedas solucionar el gran e inigualable Darrell Sincleir.—Sonríe.—Hola, Reece.—Saludad.
—Hola, Joven King.—Sigo sin poder creer que ese joven que a simple vista parece inofensivo, es en realidad el sangriento maestro de la mas grande organización.—Es bueno ver que se encuentra bien.
—Ves, ¿por que no puedes ser mas como tu guardaespaldas?—Suspira con pesar.
—No estoy para tus bromas.—No cae en la falsa tristeza de Hayden.
Se suponía que hoy me presentaría al cuñado pero repentinamente recibí ese mensaje, me dijo que no viniera. Sin embargo, eso Hayden lo hace deliberadamente solo para que uno haga lo contrario.
.—¿Por qué estás en el hospital?
—No metí cuando dije que me estaba muriendo porque es verdad.
—Hierva mala nunca muere.—Aunque viéndolo bien se ve bastante pálido, ojeroso.
—Te estás descubriendo a ti mismo.—Contraataco.—Me estoy muriendo pero de la felicidad.
Darrell frunció el ceño ante la deslumbrante y muy cegadora sonrisa de Hayden, pensado en que definitivamente por mucho que le pesará debería de ingresar al omega en el psiquiátrico.
—No estoy loco.
—Si le pregunto a ellos dos sin duda me darán la razón.—¿Cómo es que termine siendo amigo de esta persona?
"¡¿Por qué nos mente a nosotros?!" Exclaman los guardaespaldas, evitando ver la mirada de Hayden. No querían lidiar con ninguno de los dos alfas.
—No andes por las ramas y solo dime que está pasando, ¿por qué te vez tan pálido?—Eso es lo que mas le preocupa.
—Es posible que mi reina este en cinta.—Comunica con una gran y sincera sonrisa.—Es ahí donde estoy muriendo pero de felicidad.
—¿Qué?—Eso si hizo que ese inexpresivo alfa mostrará un poco de sus emociones.—¿Es otra de tus bromas?—Volvio a poner su cara de poke, con Hayden no se puede distinguir entre la verdad y la mentirá.
—Tengo cara de estár bromeando.
—No, pero te recuerdo por si lo haz olvidado que tu pareja es alfa.
—Ya lo sé, sin embargo lo sabremos en unos momentos.—La esperanza es lo último que se debe perder...
—¿Quién es él?!—Preguntó, abrazando posesivamente por la espalda a Hayden. Liberando sus feromonas.
No le había gustado en nada verlos hablar tan cerca y mucho menos que Hayden haya sonriendo de esa manera. Fulminando con la mirada a Darrell.
—Es un vagabundo con traje.—Da la medía vuelta quedando frente a su alfa.
—¿Vagabundo?—Parece todo menos un vagabundo, también es bien alto y tanto su cabello como ojos son plateados.
—Asi es.—Reafirma.—¿Qué te dijo Homero?—Pregunta, revisando los brazos del alfa.—Te pincho los dos brazos.—Expreso que sería cuidadoso ese bastardo.
—Estoy bien.—Sonríe tras ser besado.—El médico comentó que nos llamaría cuando los resultados esten listos.
Darrell mantenía su seriedad pero ver a Hayden actuando de esa manera era espeluznante, él está acostumbrado a interactuar mas tiempo con la personalidad despiadada del maestro Bloody Rose.
—¿No me dieras quién es él?—Vuelve a preguntar.
—Ya dije que es...
—Soy Darrell Sincleir. Cuñado.—Se presento respetuosamente.—Aunque no compartimos sangre como tal, me considero el hermano mayor de Hayden.
Hayden se sorprendió que Darrell siendo todo un antibiótico, frío, se haya presentado como su hermano mayor. No era mentira que ambos se ven de esa manera pero son tan duros que no lo decían en voz alta.
—Es un gusto conocerle.
—Un gusto es mío.—Acepta el apretón de manos.—Soy Maximiliano Withe, prometido de Hayden.—Presume nuevamente el anillo en su dedo.—Sobre lo antes... Me disculpo por mi rudeza.
—No hay problema...
—Ya soltarlo.—Los separa, sacando un pañuelo para limpiar la mano de Maximiliano.—No era necesario que le dieras tu mano.—Besa el dorso y la palma de la mano de su alfa.—Te puede contagiar su lado antipático.
—¿Cómo lo soporta?—Pregunta.—¿No me dan ganas de meter su cabeza en el agua?
—No.—Su mirada se oscurece.—¿Seguro que lo ve como su hermano?—Duda tras escuchar esas declaraciones.
—No le prestes atención solo está celoso.—Abraza por la espalda a Maximiliano.—Tiene un crush por un pintor...
—Hayden.—Maximiliano le puso un alto.—No ventiles las cosas privadas de tu hermano mayor, eso es solo cosa de él y sino a dado el permiso no lo digas.
—De acuerdo.—Y, yo que me estaba empezando a divertir.
Darrell no lo dijo en voz alta pero les hizo saber que le agradaba mucho Maximiliano, sobre todo al ver que logra que Hayden sea obediente.
—Los resultados están listos, pueden pasar.—Comunico, Homero.
Hayden y Maximiliano entrelazan sus manos, en sus rostros solo había seriedad y algo nerviosismo pero sus corazones se tranquilizan al sentir el cálido tacto del otro.
—Asi no lo muestres sé que tienes curiosidad sobre esa posibilidad.
—Solo guarda silencio.—Si tenía curiosidad sobre la posibilidad de que un alfa pueda embarazarse.
Los tres enteraron al consultorio el único que no se sentó fue Darrell, el se quedó de pie detrás de la pareja fuertemente agarrados de las manos.
—Tal vez esto les sorprenden tanto como a mí.—Comunica.—Pero sí, las sospechas son cien por ciento ciertas.—Añade.—El joven maestro white si está a la esperaba de un bebé.
—¡En verdad lo es así y no está equivocado!—Exclama al unísono.
Sosteniendo el pecho con temor que se salga de su pecho, es mucha emoción, felicidad que dirigir. Serían padres cuando en su momento lo creyeron imposible.
—No hay ninguna equivocación.—Asegura.—Realizamos más de tres pruebas y todas dieron positivo en embarazo, tiene 4 semana de gestación.—Sigue informando.
—¡Hayden, lo escuchaste...!—Solo dejó salir sus lágrimas de felicidad sin importar como se viera a los ojos de los demás, esto no podía guardarse.
—¡Sí, seremos padres!
Besa cariñosamente los labios del alfa, ignorando todo a su alrededor únicamente se concentra en saborear los lágrimas que al rodar llegaban a sus labios, uniéndose al beso.
—Felicidades.—Felicita Darrell.—No quiero interrumpir pero podrían preguntar del porque eso ha sido posible.—Sugiere.
—No es necesario...
—Si lo es.—Difiere Maximiliano.—Podria explicar el motivo, por favor.
—Por supuesto.
"Hay varios factores por el cual esto pudo ser posible aunque sea imposible de creer, no tengo mucho conocimiento pero me atrevo a decir que, una de las razones sería; el género en sí. Hasta el momento eso sigue siendo muy enigmático, no hay una investigación en concreta con respecto también a las feromonas porque en este caso, ellas juegan un papel muy importante así para mucho solo sea simplemente suprimir a los demás.
Independientemente del género, pueden tener la capacidad de quedar en embarazados debido a la existencia de órganos reproductivos; adicionales o modificados y en el caso del joven maestro Withe, sería una alteración debido a que ha estado expuesto a amplias oleada de feromonas extremadamente dominantes.
Esas feromonas dominantes desencadeno cambios hormonales en el alfa, al ser tan intensas como ningunas otras; permitiendo así, la posibilidad de quedar embarazado pero eso no quiere decir que el haya cambiado de generó, no. El sigue siendo un alfa solo que ahora con la capacidad de concebir." Finalizó su explicación.
—Podria ser que fue cuando entraste en tu ciclo de calor, ese momento tus feromonas estaban al máximo.—Mis fosas nasales ardían en es entonces por la intensidad.
—Puede ser además después de eso las estuve liberando, eran leve pero te marcaba con ellas.—Abraza a Maximiliano.—Lo importante es que mis feromonas sirvieron para algo mas que no fuera causar convulsiones a quienes las ingieren, con excepción de ti por supuesto.
—No es tan diferente a cuando un alfa o Omega recesivo entra en contacto con la feromonas de un alfa dominante, ¿verdad?—Cuestiona Darrell.
—Si lo vemos desde esa perspectiva sí, no es no es muy diferente.—Concuerda.—Las feromonas de un alfa dominante no únicamente pude inducirle el celo a un omega, también puede sacar de ese periodo de recesivo a un omega. Y, cuando se trata de un alfa recesivo es una de dos; lo termina convirtiendo en omega o despertando el alfa ya latente en su interior. Aunque esos casos son el mínimo sino es que imposible.
—Lo imposible ya no se puede ver de esa manera, ahí esta el cuñado a la espera de un bebé por ejemplo.
—Razonable.
—¿Por qué estás tan interesado en ese tema?—Interroga Hayden.—Es por la persona dueña de esa pintura que cuidas como un tesoro.
—Es un tesoro.—Corrige—Y si.—Nada más respondió eso.—Agradezco su explicación.—Eso era todo lo que quería saber.—Los espero afuera, con permiso.—Sale de la sala.
Maximiliano se quedaron para escuchar las instrucciones del médico, lo que debe de tomar durante y precauciones que debe den tener antes y después del embarazo.
—¿Llevá mucho tiempo así?—Cuando Hayden mencionó esa pintura esos ojos plateados brillaron.
—Si no me equivocó creo que casi tres años.
—¿No le has ayudado a buscarlo?
—Se lo sugerí pero así como lo ves es alguien que cree en el destino.—Me prohibió buscar cualquier cosa relacionado con ese pintor.—"Si esa persona es para mí, el destino me lo volverá a poner enfrente, entonces le extenderé la mano y en el instante que la sostenga jamás lo soltaré." Fueron sus palabras...
—Cof, cof.—Finge toser.—Me disculpó pero pueden prestar atención.—Pide el médico.
—Sí, por favor.
—¿No hay problema si seguimos tenemos relaciones...?
—¡Hayden!—Se exaltada Maximiliano, su rostro se volvió escarlata.
Fulmina con la mirada al Omega sin vergüenza, pero este solo sonrió pícaro mientras posa sus labios en el rostro del alfa. Les importa saber el estado de su amado pero también el hecho si estará en abstinencia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top