capitulo 70
No podía creer lo que estaba viendo ni porque lo tiene frente a sus ojos, se niega a creer que aquel niño que abandono sea tan inteligente y haya planeado todo esto solo para obtener su cariño porque sí, Rodolfo tiene la errónea idea de que Hayden ha hecho todo esto por celos porque Oriel es amado por su mamá y él no.
‹Esto no puede estar pasando, nada de esto es verdad todo es una especie de ilusión, broma de mal gusto de Maximiliano para vengarse por verlo amenazado, sí. Eso es. Es imposible que alguien don nadie como Hayden haya preparado todo esto.› Está viendo y no quiere ver la verdad a pesar de estar tosiendo sangre de vez en cuando.
—Rodolfo, Rodolfo.—Lo nombre con algo de burla en su voz.—No, ya que estamos en confianza te llamaré Mika.—Sonríe ligeramente una sonrisa que los demás preferían que fuera más sanguinaria en vez de dulce porque esa es peor que la malvada que suele poner.
‹Tenían razón cuando dijeron ese dicho de que, el que ríe de último ríe mejor porque sin duda es verdadero, es una sensación bastante extraña pero agradable es lo mismo que sientes cuando cumples ciertos objetivos. O cuando dijeron que la venganza es un plato que se sirve bien frío.› Ve sin ninguna a Rodolfo sin ninguna pizca de compasión, mucho menos lástima.
—¿Dónde esta ese hombre que se cree intocable?—Preguntó.—Porque ahora mismo solo veo una cosa fea por la cual no se puede sentir absolutamente nada, ¿es así como te sentiste tú al romper lazos con tu primer familia?—Sigue cuestionando.—No, es imposible que hayas sentido algo más bien a tus ojos éramos nada.
No había reproches en su voz mucho menos tristeza simplemente estaba hablando normal sin ninguna emoción en su voz. Hayden había dejado de sentir algo por sus padres desde años atrás, desde que comprendió que él no les debía nada porque murió (metafóricamente) ese día en ascensor cuando su mamá lo dejó ahí y no lo quiso salvar entonces fue cuando perdió esa vida que Rodolfo le había dado.
Ya cuando fue rescatado y sacado de ese ascensor renació, se dijo a si mismo, "la vida que me diste me la volviste a quitar este día, ya no le debo nada y tampoco somos nada." Con eso corto lazos por siempre con la persona que lo dió a luz para darle paso a un nuevo Hayden, uno siniestro con sed de venganza y hacerles saber lo que sucede si tocan o se mente con lo que es suyo.
Si la desesperación y la sed de sangre pudiera ser recreada o vista visualmente de otra manera entonces; se viera así, como esa sala inunda de ese intenso color rojo que parecía cortarte al mínimo movimiento.
Ese color es tan rojo como la mirada sanguinaria de ese joven sentando ahí que era como estar viendo el monarca más tirano que pudiera existir, uno que con solo verlo a los te haría llorar sangre. De esa forma es como se sienten los presentes y no presentes (las feromonas de Hayden se han esparcido por todo el pasillo) ni porque llevan mascarillas antigas no les era de mucha ayuda, sobre todo al ser presos de esa presión que es como magnetismo empujandote cruelmente al piso con la intención de despedazarte.
Si así se sienten las personas que se están protegiendo contra esa dominancia de esas feromonas de un digno omega dominate, ¿cómo la está pasando Rodolfo? A él no le han dado absolutamente nada para protegerse, es lo mismo para Maximiliano pero el es diferente a todos ellos, al principio sí, pese a que las feromonas de Hayden son dulce néctar el seguía irritando la naríz por la fuerza y lo intensa que son, sin embargo, cada vez que hace el amor con su omega y suelta sus feromonas él se a ido adaptando a tal grado que puede ser envueltas y ya no sentir ninguna e incomodidad no por nada se encuentra detrás de Hayden, olfateando el cuello del contrario.
No obstante no se podía decir lo mismo de Rodolfo, la palidez se volvió tan evidente en el Omega jadeando en el piso, parecía un moribundo a punto de cruzar las puertas del mas allá, pero sin querer hacerlo ya que, tenía miedo a morir de ahí el terror en su expresión mientras sus uñas arañan el piso hasta sangrar, y con la otra mano yacía aferrada en su pecho buscando la manera de que esa presión no se sienta tan sofocante. No aguantaba el dolor penenantre y en la manera que su corazón se sentía tan apretado como su estuviera siendo abrazado por púas de alambre.
—Te estoy hablando.—Con la punta de su zapato obligó a Rodolfo a mirarle a los ojos, en ese instante el Omega mayor se sintió apuñalado.—¿Dede cuando eres tan maleducado?
—¡¿Ugh?!—Sus ojos se abrieron en grande así como se queja de dolor al sentir una pequeña cortada en su quijada, no era profunda pero si ardía un poco y eso ocurrió porque la punta del zapato de Hayden, tienen mini cuchillas incrustadas que con cierto moviendo se activan.
—¡Mi... Mi cuello!—Exclama, sin color en su rostro al ver las pequeñas gotas de sangre caer en el piso.
Rodolfo está siendo humillado y por más que quiera liberarse o decir algo se le está siendo casi imposible, sintiéndose insignificante algo que no había sentido desde hace años atrás y volver a sentirse así era de lo peor, mucho más cuando esa humillación vine de ese mocoso que nunca considero su hijo, ese que desprecia tanto y pienso en su momento que lo tenían en sus manos.
—Jajajajaja, que divertido.—Deja salir una carcajada verdaderamente perversa que hizo estremecer a los demás.—Mi Reina, ¿lo puedes ver?—Pregunta al instante en que levanta su pie, como si esas cuchillas fueron juguetes.—Lindas, ¿no?—Cubriendo con sus manos las de Maximiliano que se encuentra sobre sus hombros.
—Muy prácticas la verdad.—Ellos hablan de eso como sino fuera nada, olvidándose de Rodolfo el cual seguía sangrando.—¿Tú las mandaste a hacer?—Pregunta.
—No, fue un regaló de cumpleaños de un buen amigo algo molesto...—Hayden se tensó al percatarse del aura asesinada que dejó salir Maximiliano.
—¿Qué amigo?—No oculto para nada su evidente interrogación.—¿Qué no es Nikita tú único amigo?—Existe otra bestia con la posibilidad que, no vea a mi omega con otros ojos que no sean de amigos.
Maximiliano estaba celoso y Hayden solo podía sonreír al verlo actuar de esa manera, a sus ojos el de mirada azul fría como el hielo se veía muy lindo con esa sed de sangre.
‹Dios, ¿que están haciendo esos dos en un momento como este? Su concentración debería de estar en ese hombre en el suelo que está más allá que para acá. Lo peor es que es a nosotros a quienes nos tocará limpiar ese charco de sangre ya que, no para de toser sangre cada vez que las feromonas del joven Hayden se vuelven una mano invisible y estrujan las entrañas de Rodolfo Nolan, muy pronto solo Rodolfo.› Es lo que pasaba por la mente de un serio Jacinto mientras veía a ese par.
—¿Quién es ese sujeto?
—Me encanta que te pongas celoso y sobre todo así de posesivo.—Confiesa, besando la mano de Maximiliano.—Pero no debería de estarlo ese tonto no siente atracción por el sexo opuesto ni por el mismo sexo, bueno, es lo que creo ya que no le conozco ninguna pareja.—Comunica.
—¿Por qué tal vez está enamorado de ti?—Ese celeste de sus ojos se volvió tan oscuro.
Maximiliano ya estaba pensando en ir por esa persona y hacerle saber que es a él a quién Hayden ama. Que él es la Reina de Hayden, no le daría ninguna vergüenza autodominarse Reina.
—No, él sabe que ya tengo a mi destino.—Entrelaza las manos con la de Maximiliano.—Aparte, si está cosa no hubiera engañado a mi progenitor y al padre de Darrell con esa falsa carta, en estos momentos Darrel sería mi hermano mayor.
Hayden desde sus 12 años sabe quién es el primer amor se su padre, y desde entonces a interactuado con él y con su familia en especial con Darrel ya que, tienen negocios juntos así como una estrecha amistad.
—¿Q-Qué?—Solo entonces Rodolfo reaccionó.
Rodolfo quiere levantarse del piso pero por más que lo intenta no puede, es como si estuviera pegado al suelo y era lo mismo con su cara en piso ya que, Hayden no le está permitiendo que lo vea a los ojos por eso a usado sus feromonas para mantenerlo así.
—¿C-Conoces al hijo de ese maldito bastardo?—Estaba incrédulo.—¿Cómo pudiste encontrarlo?
Rodolfo en su momento lo busco para hacerle saber de lo que se había perdido, de quién era hoy en día porque en sí, nunca superó que Derian lo haya rechazado en ese entonces así no estuviera enamorado de él.
‹¿Qué está pasando aquí? No estoy entiendo nada, no puedo pensar con claridad con ese hedor a sangre en el aire y no se sí estoy alucinando pero podría jurar que estoy viendo hilos de sangre por todo al alrededor de mi, esos hilos rojos me han roto la piel en especial mi cara... ¡Mi cara no!› Con dificultad lleva su mano a su rostro.
Un torbellino de caos se generó en la cabeza de Rodolfo, tenía tantas preguntas y nadie le daba una que respondiera todas sus dudas y es que nunca se esperó que Hayden tuviera algún tipo de poder cuando es un don nadie, uno que no tiene donde caerse muerto.
‹¿Qué es está sofocante presión que me corta la respiración y me otorga un dolor infernal como si mi cuerpo estuviera siendo desmembrado, no estoy siendo dramático ni exagerado cuando digo que es como si mis costillas se rompen desde adentro. Cada vez que siento tal cosa una bocanada de sangre sube por mi esófago pero no salé por mi boca, se queda ahí y luego vuelve a bajar provocando un desesperado ardor en mi estómago, eso me llega a vivir un infierno como si fuera fuego lo que estoy tragando.
¿Quién es el causante de todo esté dolor ejercido solo con feromonas? ¿Es Maximiliano acaso el dueño de ese infernal aroma? Por qué Hayden no estaba haciendo nada solo está ahí sentando con su pierna cruzada, mirándome fijamente cómo si yo fuera un insecto y él es más grande de depredador que con solo poner su pie sobre mi me estaría aplastando... ¡Esto no tiene que ser así! Soy yo el que debería verlo de esa manera. Me niego a seguir aceptar esto.›
—¡¿M-Me... me cortaste a mí que soy tu madre?!—Vocifera e incrédulo.—¡Cómo te atreves a hacerme esto a mí, yo que te dí la vida!
—¿Eh?—Hayden se rasca la cabeza en confusión ante lo dicho por Rodolfo.—¿Tú mi madre?—Sigue mostrando confusión.—Mi Reina.—Gira un poco su cabeza para ver al alfa.—¿Alguien de tu personal sabe el lenguaje de las cucarachas?—Pregunta.—Porque de los míos ninguno y yo mucho menos.—Concluye.
—No lo creó.—Mira en la dirección de Constantine y Jacinto.—¿Pueden entender lo que dice ya que son bilingüe?
—Jefe.—Ya ni servía gritar con consternación.—No sabemos hablar con animales.—Comentó Constantine.
—Bueno, pero lo podrías intentar.—Mira directamente a Constantine.—Es un favor que te está pidiendo tu cuñado.—Deja de mirarlo para verse las uñas.—Oh tendré que quejarme con Nikita.
—Bien.—Suspiro cansado.—Voy a intentarlo “cuñado.”—Segun entendí él está imponiendo sus derechos de una madre, respeto, lo cual ya es bien sabido que no tiene.—Menciona.—¿Me di entender?
—Algo confuso pero si, ya puedes decir que sabes otro idioma.—Sonríe maquiavélico.
Constantine no pensaba seguirle el juego porque el único que saldría perdiendo es él, por lo que optó por guardar silencio.
—¡Ahora te harás el que no sabe nada!.. Aghg.—Su cabeza fue aplastada nuevamente contra el suelo.
—Nadie te dió permiso de hablar y mucho menos alzar la voz.—Ejerce presión tanto con sus feromonas como voz dominate.
Hayen le hizo una seña a su asistente de que arrastre más cerca a Rodolfo, (Unos cuantos del personal de Bloody Rose habían llegado al departamento de Maximiliano) ella asintió y sin delicadeza arrastrado al omega mayor tanto que Hayden ya no tenía que estirar su pierna para patear a Rodolfo, y en estos instantes la suela de su zapato está justo en la boca del contrario.
—Esta no es tu casa por lo que no puedes hablar cuando quieras.—Ejerce más fuerza.
—¡T-Tú eres un... Aaahh!—Grito una vez mas al igual que solto una bocanada de sangre.
Rodolfo se asustó al darse cuenta que Hayden es un omega dominante y que todas esas espesas feromonas son de él, no de Maximiliano cómo lo creía.
—Sí, seguramente estás sorprendido de que me haya manifestado cómo Omega uno dominate luego de lo que me hiciste.—Sus ojos rojos se tiñeron mucho mas oscuros y esa aura a su alrededor como presión se volvió insoportable, en este punto los demás ya estaban apoyados con una rodilla en el suelo. Transpirando pesadamente.
—¡No es posible que sigas siendo un Omega!—Grito.
¡¿Por qué sigue siendo un omega dominante después de aquella operación que le hice en ese entonces?! Ese médico me aseguró que si le hacía esa operación cuando se manifestará sería un beta, no omega como estaba previsto. Ese fue mi último acto de buena fe hacia él, evitar que fuera un omega para que no pasará por celos o rut que le llegará a desgraciar la vida con un hijo no deseado o peor aún ser abusado.
—¡Lo hice por tu bien!—Aclara.—No quería que fueras un omega, no cuando las cosas en ese momento era duras para nosotros.—Sí, todo fue por su bien.—Ese fue mi último acto de amor de mi hacia a ti.
—¿M-Me amaste?—Preguntó con un temblor en su voz y mirada.
Rodolfo al ver eso y la manera en que la expresión de Hayden cambio, vio la oportunidad de escapar de esa horrible situación e incluso llevarlo a su lado
—Claro que me importabas por eso lo hice, tal vez no lo recuerdes pero tú padre me golpeaba.—Lagrimas caen por las esquinas de sus ojos.
Sí, Hayden sigue siendo ese niño que añora afecto de sus padres. Aprovecharé eso a mi favor y lo usaré como quiera después.
—Eras un pequeño por lo que no lo recuerdes.—Ya podía arrodillarse al no tener esa presión sobre él.—No quise dejarte.
—¿D-De verdad?—Las esquinas de sus ojos se humedecen.—¿Entonces por qué lo hiciste?
—¡Fue culpa de tu padre!—Exclamó.—Él me advirtió que si te llevaba conmigo me mataría a mí y a ti por último él.
—¿No te arrepientes de verme hecho esa operación?
—No, no porque era por tu bien.—Enfatiza.—Era para protegerte, créeme.
—No esperaba menos de ti, Mika—Sonríe cual angel rodeado de pureza.—Y aunque dijeras que te arrepientes no cambiaría nada para ti.
—H-Hayden.—Tartamudeo al encontrarse con esos ojos rojos que parecían mostrarle el infierno preparado para él.
—No trastes de querer cubrirme con tu puro “amor” porque para empezar, no estaba esperando eso cuando me podría importar poco tus falsos sentimientos.—Manipula sus feromonas llevándolas a un solo punto; más allá de la pelvis del Omega.
—¡Aagh!—Grito agonizante eso causo un escalofrío horrible en los demás, se vía cuan doloroso era ese frenesí de feromonas en la pelvis de Rodolfo, apretando con fuerza.—¿Q-Qué estás haciendo?—Se asusta.—¡No... No hagas eso, Hayden!... Por favor.—Suplicó al percatarse que esas feromonas que eran como gusanos dentro de él, se arrastran a su útero.
—Esto también lo hago por tu bien, “querida madre”—Cambiando su expresión de sanguinaria a triste.—¿No estás feliz que haga esto como un acto de amor así a ti?—Baja la mirada.—Solo estoy preocupado que a dónde irás te llegue el celo, mentiras. Jajajajajaja.—Sonríe perverso.—Solo estoy evitando que traigas a sufrir o utilices a un hijo para amarrar a otro hombre ya que, tu mina de oro se está divorciado de ti.
—Por favor...—Vuelve a suplicar.—Detente...¡Aaaahh!—¿Cómo está haciendo eso? ¿Qué clase de feromonas son las que posee?—Sino te de detienes se lo diré a Maximiliano...—Amenaza.
—Te a traves amenazarme.—Pero esa amenaza solo provocó que Hayden lo pateara, poniéndose de pie y dejando caer su pie derecho sobre el pecho de Rodolfo.—estas muy equivocado si crees que lograrás algo con eso...
—Salgan todos.—Ordenó Maximiliano.
Cada uno de ellos no se atrevio a llevarle la contraria no al ver esa aura negra a su alrededor, Maximiliano estaba endemoniado y si decían algo serían ellos en ser destrozados por lo que salieron del departamento. Y al personal de Bloody Rose ya se le había dicho que tienen que obedecer a Maximiliano, por eso salieron sin mas también porque sabían que esa irá no iba dirigida a su jefe.
—¿Entendí bien, verdad?—Ve a Hayden con una mirada adolorida, esas venas rojas alrededor de sus ojos son espeluznante.
—Ya pasó.—Acaricia el rostro de su alfa.—No pongas esa mirada ni expresión que eso si me hace doler el corazón.—Frota las yemas de sus dedos en los ojos cristalinos de Maximiliano.
—Lo puedes ver, Maximiliano.—Se arrastra en en suelo.—Él no te conviene.
——Hayden, cierra tus ojos.—Dijo, poniéndole unos audífonos a Hayden para que no escuché ni lo veo actuar como un animal.
—No es necesario...
—No me voy a quedar quitó está vez, mi Omega.—Besa la frente de Hayden, este último olfateo las espesas feromonas de su alfa.
—Él no te conviene ya que no podrá darte hijos... ¡Ugh!—Rodolfo que acaba de levantarse volvió a caer al suelo al igual que dos muelas cayeron de su boca.
Maximiliano le lanzó un puñetazo que mareó al Omega mayor, no le dio la oportunidad de respirar ya que, el alfa se lanzó encima de Rodolfo, empezando a lanzar puñetazos una y otra vez hasta que sus nudillos se volvieron rojos y Rodolfo cayó inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top