capitulo 69
Con la llegada de Rodolfo todo el interior de ese departamento se quedó en total silencio, creándose una tensión tan sofocante que en cualquier instante te atravesara por la frialdad en el aire. Sin embargo, los presentes no le estaban prestando atención a esa sofocante tensión sino que a la expresión de Hayden.
En ese joven solo podían observar e incredulidad como negación en su temblorosa mirada, rojiza. No podía aceptar que tales declaraciones fueran ciertas. Se negaba a creer que esa persona frente a él fuera ese alguien que estuvo buscando por tanto tiempo peor aún, cuando ese mismo hombre le ha querido hacer la vida imposible desde que empezó a salir con Maximiliano.
—¿Quién lo dejó entrar?—Pregunta Maximiliano.—¿Desde cuándo mi personal es tan débil?
"Pero si usted dio tal autorización" es lo que querían decir sus empleados en especial Jacinto, observando como su jefe está siguiendo el juego de Hayden de no saber nada de lo que está pasando.
Entre todos ellos Jacinto y Constantine son los únicos en saber la verdadera personalidad de Hayden, de lo peligroso y manipulador que podría llegar hacer.
—No es como si fuéramos desconocidos.—Comenta Rodolfo, enderezando su espalda.—Pronto seremos familia...
—Deja de hablar estupideces.—Bufo Oriol.—El corre de aquí allá debió de fundir tu cerebro.—Sigue sin aceptar que lo que hizo estuvo mal.
—Oriol.—Lleva su mano al pecho cada palabra de su hijo era una estaca en su corazón.
‹¿Qué me están viendo? ¿Qué esperan que diga? Me miran como si les debería algo y no los debo absolutamente nada, mi pequeño no debió de haber venido a este lugar. Tampoco voy a permitir que rompa su compromiso todo por culpa de ese bastador de ojos rojos.›
Aún viendo sabiendo que ya está mas que perdió se sigue negando aceptar su realidad, sigue sin mostrar un poco de arrepentimiento, pero ya no importaba si se arrepiente o no. Rodolfo se encuentra justamente donde Hayden querían que estuviera, viendo miserable y con esa desesperación como dolor que lo carcome cada vez que Oriol, su amado hijo le de una mirada de desprecio.
Hayden nunca espero un arrepentimiento de Rodolfo por verlo abandonado, Hayden no quería ese tipo de cosas que consideraba triviales como e innecesarias. Lo que el joven de ojos rojizos quería lograr con sus acciones, ya lo estaba presenciando y disfrutado aunque no lo aparente ya que, tenía que seguir manteniendo esa imagen de asombro e incredulidad.
—No me llames con esa voz que me repugna.—Dejo el vaso de leche sobre la mesita.—No te quedes callado y solo habla, confirma que eres su madre. Ese que lo abandono sin arrepentimiento y sigue sin sentirlo.—Demanda.—¿Oh, estás esperando que nos sirvan té?
No esperaba que me siguiera hasta aquí o adivinara que vendría a este lugar, lamentablemente me sigue conociendo mejor que nadie. Quizás después de todo no somos tan diferentes, sigo siendo su hijo al final de cuentas. Mi mala personalidad y egoísmo viene se familia.
—¡Dile las respuestas que ha estado buscando todo esté tiempo!—Grito.—Hazle saber que lo abandonaste porque mi padre te era un mejor parti, con dinero...
—¡No es así!—Aclara.—¡Yo amo a tu padre!—Asegura.
Hayden solo arqueo su ceja al mismo tiempo que le hace una señal a Jacinto, este último discretamente se acerca al joven de ojos rojos.
—Sí.—Susurra.
—Ve por unas palomitas y diles a todos los de sistema de seguridad, que muevan las cámaras en todos los ángulos posibles.
Desde la distancia cualquier podría malinterpretar lo que se estaba hablando entre ellos porque en todo momento, Hayden hablo con pesar y una expresión de angustia muy diferente a lo que le estaba ordenando a un Jacinto todo incrédulo.
Jacinto se esperaba de todo menos eso, dándose cuenta que Hayden le seguía tomando el pelo que no tiene como esa excelente actuación de joven inconciente ajeno de lo que se está hablando cuando es el causante de todo.
—Oriol, vamos a casa.—No iba aceptar nada y mucho menos diría que dio a luz a Hayden.—Se que estás alterado pero no es el momento.—Mira con el revés del ojo a todos esos pares de ojos que están sobre su rostro.
No tengo porque darle explicaciones a ese pequeño engendro que lo único que ha logrado su existencia es arruinar mi vida, si me hubiera esperado por unos años más por mi destino que era Felipe, nada de esto estaría pasando. No tendría nada que ver con Frederick ni mucho menos con su hijo.
Si pudiera regresar el tiempo atrás no me metería con Frederick, dejaría que se quedará o marchará con ese bastardo de su primer amor. Pero no, tuve que involucrarme con Frederick cuando mi destino desde un principio me estuvo esperando.
—Esto es un asunto familiar.—Sigue caminando hacia el joven Omega.
—¡No eres tú el que dice que seremos familia, eh!
—Sí, pero aquí hay mucho mas personas que no entran en ese término.—Explica.—No tenemos porque hablar aquí sobre nuestros problemas...¡Aagh!—Al no ver por donde iba tropezó con el equipaje del joven ojos rojizo; cayendo justamente cerca de los pies de Hayden.
—Para hablar no le veo necesario que se arrodillé, señor Nolan.—Expresó, manteniendo una expresión imperturbable.
No tropezó porque no estaba viendo el suelo (Hayden empujó el equipaje) y aunque lo haya estado viendo el resultado seguiría siendo el mismo, casi besando los zapatos de Hayden.
—No soy Dios si lo que está tratando de hacer es pedir perdón.—Une sus manos.—Es con él con quién tiene que arreglar cuentas en un futuro.—No tan lejano.
—¡No viste que me caí, dejá de hablar cosas sin sentido!—Exclamó.—¿Por qué debería de arrodillarme en primer lugar?—Su cinismo no conocía límites.
Rodolfo araño el piso así mismo mordido rudamente sus labios, avergonzado pero no tenía tiempo para estar pensado o preocupado por eso.
—¿Es verdad lo que dijo su hijo?—Preguntó, mirándo fijamente a Rodolfo.—¿De que llevamos la mimas sangre?
El Omega se tenso al hacer contacto visual con ese color rojizo, para la mayoría esa mirada era lamentable de ver, porque acaba de enterarse que quién lo abandono estába frente a sus ojos. Sin embargo, para Rodolfo era totalmente diferente. Él solo podía ver unos ojos que le gritaban; "¿Qué se siente besar el piso? Tú y yo no somos iguales, es ahí abajo donde perteneces, arrastrándose como el ser insignificante que eres." Era con las cosas que esa mirada rojiza lo apuñalaba una y otra vez.
—¡Dejá de mirarme así!
Como se atreve a burlarse de mí, a mirarme con esa mirada altanera cómo si estuviera viendo excremento de cerdo. Él solo es un don nadie, ¡cómo se atreve a verme con tan arrogancia! Creé que a ganado o que me voy a disculpar, ¿pedirle perdón? Ja, lo sueñe.
—No eres...
—¿De que manera lo estoy viendo?—Pregunta e interrumpen a Rodolfo.
No estoy aquí para dejarlo hablar y mucho menos para escuchar sus careos, no cuando ya se lo que dirá. Únicamente lo deje entrar para verlo en ese estado, rogando por la atención y el perdón de Oriol. Desde siempre he sabido que este hombre no va arrepentirse de nada relacionado conmigo, tampoco me importa y mucho menos quiero que me pida perdón. Esa nunca fue mi intención.
Sería demasiado aburrido e insignificante si mi venganza se hubiera basado únicamente en querer que se arrepienta o me pida perdón. Quería algo mas que eso, quería verlo justamente donde se encuentra en estos instantes, en el piso. Mirándome desde abajo mientras yo lo hago desde arriba. Viendo como se destruye pedazo por pedazo ante el rechazo de su familia.
—Oriol, si piensas que mentir de está manera me va ha dañar solo porque fuí pareja de Maximiliano, estás muy equivocado. Estás perdiendo tu tiempo, madre no es Mika.
Hayden vio a la perfección el ceño fruncido del alfa, no le agradó en nada que el Omega lo llamara tan secamente, ya se acostumbro al "mi reina." Pero, principalmente por lo que frunció el ceño fue ese; "fuimos pareja." Aguantado sus ganas de sostenerlo de la barbilla y plantarle un apasionado beso.
—Tengo una fotografía de la persona que me abandono no solamente a mí, también a su esposo al cuál orilló a la adicción, darle la espalda a sus padres e hijo.—Sigue viendo fijamente a Rodolfo.
Volvemos a estar frente a frente pero ya no como desconocidos, sino que como lo que fuimos en ese entonces; padre e hijo solo que con los papeles invertidos. Ahora es él quien llora y se ve miserable por miedo hacer abandonando por su amado hijo, Oriol, y su familia.
Yo no hice nada mas que solo mostrarle su verdadero ser a las personas que engaño, a las cuales jura amar pero aún así se atrevio a mentirles. Mika o Rodolfo como se llame solo está recibiendo lo que con tanto esmeró cosechó, ni más ni menos.
—Y esa persona no es ese señor.—Señala el pisó.—Él no es Mika, no es la persona que engaño a mi progenitor al cual también le he impidió que se quedará con su primer amor.
Mientras Hayden observaba la lamentable apariencia y agonía en la mirada del Omega mayor, sus hombros empezaron a temblar al igual que llevó su mirada al suelo, solo basto eso para que los demás creyeran que le estaba pasando mal cuando era todo lo contrario.
Si bajó su mirada era únicamente para ocultar el sadismo en sus ojos, lo divertido que les es ver a Rodolfo en ese deplorable estado. Lamentado el no poder dejar salir la carcajada retenía en su garganta desde el instante en que lo vio entrar por esas puertas.
—¡Eso no es verdad!—¿Cómo sabe eso del primer amor de Frederick? Nadie sabía de eso.
—¿Qué quieres decir con que orilló ha tú padre a volverse un adicto?—Preguntó Oriol.—¿Impidió que estuviera con su primer amor?
—Oriol...
—¡No estoy hablando contigo!—Exclamó.—Responde, por favor.—Muerde sus labios.
— Frederick y Mika estuvieron enamorados de un beta llamado Derian, estudiaban el mismo colegio.—Relata.—Derian era un joven maestro algo que no se sabía excepto por una persona.—Mira a Rodolfo.—Y ese era Mika.
Fue por unos segundos pero esa mirada brillo sádica, estaba disfrutando ver temblar y volverse pálido ese hombre que seguía en el suelo, desde que cayó no se había podido levantar. Era como si estuviera pegado al suelo.
—Mika se le declaró pero Derian lo rechazo porque estaba enamorado de Frederick, este último también sentía lo mismo... Pero, Mika no podía aceptar esa humillación y mucho menos permitir que Frederick se quedará con un joven maestro.—Muerde sus labios con impotencia.—¡Mika ni siquiera estaba enamorado de ninguno de los dos, solo no quería que esas dos personas fueran feliz y vivieran bien!
—Jajajaja.—Oriol dejo salir una carcajada de incredulidad.—Esto ni siquiera debería de sorprenderme, el cinismo y la maldad de nuestra madre sigue sin tener fin por lo visto.—Y no Hayden, no estoy mintiendo... A mí también me gustaría que todo esto fuera una mentira y que mi madre no haya hecho lo que hizo, pero desgraciadamente es así, somos hermanos...
—¡No!—Refuta.—Si es así.—Mira a Rodolfo.
"Es momento de mi entrada dramática, preparar mis lágrimas." Pensó Hayden e imaginando que Nikita está grabé herido pero fuera de peligro así las sus lágrimas se verán más genuinas, y si Nikita se llega a enterar de esto seguramente querrá agarrar del cabello a su mejor y despiadado amigo.
—¡¿Cuánto más piensas hacerme sufrir?!—Grito.—¡¿No te bastó con abandonarme si no que también me quisiste dar tus acciones a cambio de que me fuera lejos?!—Solto una risita burlona.—¿En ese momento ya sabías que era tu hijo?—Cuestiona.—¡Tanto me odias por ser hijo de alguien pobre! Te recuerdo que fuistes tú el que decidió quedar embrazado, ¿que culpa tenía yo..?
—¡Hayden!—Maximiliano lo atrapó en sus brazos.—¿Estás bien?
—Solo...solo me mareé un poco... Esto es demasiado.—Agarra con fuerza la camisa de Maximiliano.—Él no puede ser esa persona, ¿verdad?—Levanta su mirada en buscá de esos ojos celeste.—¡¿Él no es la misma persona que me dejó en el ascensor esperando que muriera ese día cuando lo logré encontrar, verdad?!—Gritaba a todo pulmón todo que Oriol y los recién llegados escucharan.
Cómo no amar a este hombre de hermosos ojos celeste que me sigue en toda mis locuras, ocultando su frialdad y sus ganas de tomar por el cuello a Rodolfo todo para no arruinar nuestra obra de teatro.
—¡Dime qué no es la misma persona que aún cuando tenía a la oportunidad de tomar mi mano él solo prefirió abrazar la carreola...jajajaja.—Solto una carcajada entre lágrimas.—Ese niño en esa carreola eras tú.—Miró a un pálido Oriol, eso no lo sabía.
—Yo... Yo no lo sabía... Lo siento.—Su voz temblaba.—Co...mo... puedes ser tan...—No encontraba palabras para describir a Rodolfo y en eso vio a su padre.—¡Papá!—Corre a los brazos de Felipe.—Sácame de aquí.—No quiero volver a verlo.—Por favor llévame lejos, por favor.—Se aferra a Felipe.—No quiero volver a ver esa persona, si pudiera drenaria su sangre de mi cuerpo.
—Oriol...—Rodolfo sostiene su pecho.
Esa frías palabras de Oriol atraviesan su pecho una y otra vez hasta que se desangró, sentía tan apretado a su pecho y su respiración agitada era muy alarmante. Esas últimas palabras de su amado hijo fueron demasiado al punto en que estaba entrado en un preinfarto.
—Bien, así lo haré.—Felipe alzó en sus brazos a Oriol.—Me disculpó por todo esté alboroto, espero y podamos hablar después.
—Solo váyanse ya contaminaron mi hogar lo suficiente.—Comentó.
—Es..esposo.
Rodolfo se arrastra por el suelo con aquél dolor infernal en su pecho, una pierna y brazo se le habían dormido por eso no se podía levantar.
—¿Dónde crees que vas “mi querida madre”—Cierra la puerta, poniendo su pie en cabeza de Rodolfo.—Tú y yo aún no hemos terminado de hablar.—Sonríe sádico.
—Tú...¡Tú lo sabías todo!—Exclamó sin poder creer cuan rápido Hayden había cambiado de expresión, viéndolo con burlas.
.—Ponte cómodo porque hoy será la última vez que nos veamos así como a tu familia.—Soltó una carcajada.
Deja de pisar la cabeza del contrario para ir a sentarse al sofá, detrás de él se acomodo Maximiliano con sus manos sobre los hombros de Hayden. Mirando fijamente y con aquella sed de sangre al Omega en el suelo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top