capitulo 68
Deambulando sin rumbo alguno con miles de cosas en su cabeza, Oriol terminó enfrente de un gran edificio. El omega no tenía un aspecto nada bueno, no había nada del joven alegre, arrogante y poco clasista. En este instante solo es un joven mirándo al frente pero no sé podría saber su estaba viendo ese edificio, su mirada se encuentra muy perdida, sin vida.
—Al final termine frente a este edificio, lugar donde la última vez fui llevado por la policía a la estación.—Sonríe avergonzado por sus tontas decisiones, segundos después esa sonrisa se vuelve un sollozo. Se sentía tan estúpido.
Oriol se encuentra a las afueras del edificio de nada menos que de Maximiliano, meditando en si debería o no entrar por las puertas. Tras unos minutos de pensarlo entró sin importarle si lo sacaban por la fuerza, nada pasaba con intentarlo. Pero para su sorpresa eso no pasó, lo dejaron pasar.
‹Es imposible que Maximiliano no esté enterado del pasado de Hayden, y si no lo está eso quiere decir que lo ama tanto como para esperar que Hayden le cuente su dolorosa infancia... ¿Cómo puede sonreír de esa manera a pesar de los golpees que le ha dado la vida? Yo no podría hacerlo, con solo saber lo que hizo esa persona que dice ser mi mamá, me sientia así, con ganas de morirme.
Es un sentimiento que con el pasar de los minutos solo causa que te aplaste los pulmones, sintiendo una irremediable perforación que te duele al respirar y te sentirás así por un largo tiempo, que te estás ahogando con tu propia sangra que se derrama desde adentro.
...Y si yo me siento de está manera, ¿cómo se sintió ese niño tras ser abandonado? Preguntándose que hizo mal como para que su familia terminará de esa forma, viendo a su mamá marcharse frente a sus ojos...debió ser algo traumático.› Y eso que Oriol no sabe que Rodolfo tuvo algo que ver con la muerte de sus abuelos y con el accidente de su querido tío.
Si esto no lo despedazó hasta el punto de desear la muerte cuando se enteré de eso si lo hará. Deseara morir o por lo menos perder todo recuerdo de lo vivido con Rodolfo, sacar de su vida cualquier rastro que esté relacionado con la persona que lo dió a luz.
—¡¿Joven maestro Oriol?!—Constantine que no sabía que estaba pasando, se sorprendió al encontrarse con Oriol en los pasillos.
Los tres bajaron del diferentes ascensor a mismo tiempo, por ello Constantine reaccionó de esa manera. Ya sabía que su jefe había quitado toda órden de sacar por la fuerza a Oriol, ya que “supuestamente estaban comprometidos” no podía correrlo si venía al edificio a visitar a su prometido. Sin embargo, lo que sorprendió a Constantine es ver al omega en el estado de se encuentra, cabello despiadado y ropa toda arrugada como si hubiera rodado por el césped de algún patio.
‹Se ve verdaderamente mal y quién sabe por cuánto tiempo estuvo camino para llegar a ese estado, ¿qué lo llevo a terminar de esa manera? Tendré que preguntarle a Jacinto.›
Nikita no regreso con su pareja porque tenía que ir con su papá, tenía días sin verlo y quería hacerle saber de que se encuentra bien. También porque tenía pensó hablar con su padre, dejarle en claro que no quiere escuchar nigún reclamó sobre lo que sea que le haya ido comentar su hermano mayor, Augusto.
—Hola... ¡Dios, que feromonas son tan posesivas!—Cubre su nariz por el intenso aroma con el cual ha sido impregnado el alfa de ojos violeta.
—¿Qué?—Huele sus brazos.
‹Niki me envolvió con sus feromonas como si de una loción se tratase, y me he acostumbrado a su olor que no me percate de ello. Pero ahora entiendo porque la mayoría de las personas se alejaban de mi desde que entre por las puertas del edificio, era por esto y no porque tuvieran algo encontrará mío.›
Constantine solo sonrió al entender a su jefe, del porque marcaba con su aroma a Hayden. Era por la misma razón por la cual lo hizo Nikita, para hacerles saber a quién sea que viera a su pareja que no tenía oportunidad, que ni siquiera lo viera porque ya tenía dueño y uno muy celoso, territorial.
—¿Cómo es posible que se sienta bien ser marcado con las feromonas de otro alfa así de dominante?—Preguntó.
Es bien sabido que eso es un insulto y una asquerosidad para otro alfa, no puede haber una especie de relación entre dos alfas por la misma razón; no toleran las feromonas de su misma especie y porque al tener relaciones es un pesar, ya que según lo que nos explicaron e informaron desde el jardín de infante; que los alfas no siente nada a la hora de tener coito con otro alfa.
—Bueno, no importa. Es su problema.—Sigue su camino.
‹No viene a hablar sobre las relaciones amorosas de los empleados de Maximiliano, a penas puedo con mis problemas como para prestarle atención o profundizar sobre ese tema de dos alfas siendo pareja.›
Oriol suspiro profundamente antes de tocar la puerta, amándose de valor para lo que escuchará acontinuación porque estaba seguro que sería destructivo pero aún así, él quería escuchar las respuestas a las preguntas que le realizará al alfa de ojos celeste y hermoso cabello plateado.
—Buenas noches, joven maestro Nolan.—El que abrió la puerta y saludó fue Jacinto.
Él no se sorprendió por la apariencia de Oriol, ya lo había visto por las cámaras desde el instante en que estuvo parado afuera del edificio. También tenían cámaras que daban a la calle.
—¿Ya es de noche?—Preguntó, él ni se había dado cuenta por la perdida de la noción del tiempo.
—Sí.—Reafirma.—Ya son las siete.—Verlo de está manera da un poco de pesar.—Pase, por favor.
—Gracias.—Entro al departamento, por reflejo o costumbre lo primero que hizo fue buscar a Maximiliano por todo el lugar.
—¡No des un paso más!—Exclamó, cubriendo su nariz ante el olor providente de Constantine.
—No seas exagerado.
—¿Exagerado?—Lo fulmina con la mirada.—Exagerado y mal educado es que te estés paseando de esa manera cuando tu cuerpo está minado con feromonas.—Señala.—Dile a uno de los chicos que te preste al ducha y te bañas porque no vas entrar así, mucho menos a irritar la nariz de nuestro jefe con el hedor de otro alfa.
—Jacinto...—Ya había cerrado la puerta.
Le expresó a Oriol que podía sentarse, si gustaba algo de tomar. El Omega solo pido un vaso de agua. Quería humedecer su garganta antes de entablar una conversación con Maximiliano.
—Lo traeré enseguida.—No se puede ver nada del joven maestro arrogante que siempre ha sido, se ve muy mal.—Mi jefe bajará en un momento.—"En un rato tal vez" Pensó.
Después de todo no estaba solo en su habitación, estaba junto a Hayden y no era necesario pensar o imaginar lo que estaban haciendo porque es muy obvio, Hayden se estaba devorando el postre antes de la cena.
—Aqui está su vaso de agua.—Lo deja en mesita.—También le traje un vaso de leche para que caliente su estómago.
—Gracias.
—De nada.—Hace una reverencia antes de marcharse, no era necesario quedarse si su jefe ya estába por bajar las escaleras.
—¿Oriol?
El Omega se tenso al escuchar y ver a Maximiliano bajar por las escaleras, desconcertado al verlo usar ropa tan abrigadora con cuello de tortuga. Esa fue obra de Hayden, no quería que su hombre fuera comido por la mirada de Oriol ni por ninguna otra persona.
Aunque chasqueo su lengua porque Maximiliano seguía mirándose tan bien a pesar de llevar esa ropa abrigadora, el alfa tiene un cuerpo tan destructivo que la ropa que se ponga sigue resaltando sus atributos, desde su sensual espalda y toda la parte de atrás como delantera toda esa musculatura y sensualidad es marcada para que la admires.
—¿Qué te trae por aquí?—Preguntó.
Mi rosa sangrienta estaba en lo correcto al decir que Oriol, vendría a nuestro departamento con la intención de querer hablar conmigo y estaba seguro que sería con respecto al compromiso, y que también saldría su nombre en la conversación. Así será porque no dudo de las palabras de mi Omega. Y si dice que algo así pasaría es porque pasará, él siempre va un paso adelante en todo.
.—Ya es de noche como para que andes deambulando a fuera.
—No me di cuenta de la hora.—Creí que al verlo podría dar por terminado todo muy rápidamente, pero es mas difícil de lo que pensé.
Ingenuamente creí que mi corazón dejaría de latir por él y que como si nada le diría adiós. Sin embargo, tenerlo tan cerca solo me hace desear abrazarlo, aprovechar lo del compromiso y así poder besarlo. Pese a mis deseos, logré comportarme, tragarme cualquier locura que quería salir de mi garganta. Estoy aquí únicamente para preguntarle sobre mis dudas y así poder marcharme.
—¿Lo sabías, verdad?—Fue difícil pero hice mi pregunta, aunque mi corazón ya sabía la respuesta seguía esperando una confirmación, ¿soy masoquista?
—¿Saber qué?—Se hizo el desentendido.—¿De que estás hablando?
—Por favor.—Ruega.—No finjas que no sabes de lo que estoy hablando.—Agarra con fuerza la taza con leche.—Solo responden, no me mientas que ya me estoy asfixiando con ellas.—Ve fijamente a Maximiliano.—¿Lo sabías?—Vuelve a preguntar, en su mirada se refleja únicamente dolor.
—¿Saber que exactamente?—Contesta con otra pregunta.—¿Qué Hayden es tu hermano mayor o que en realidad tu no eres mi destinado?—Podria ser muy duro para Oriol, pero para que pueda avanzar tiene que aceptar que no son destinados y nunca lo fueron.
—Ya sospechaba sobre lo último.—Sonríe para no llorar.
¿Pero entonces por qué duele que no me ame? No lo comprendo ¿Es por qué de verdad estoy enamorado de él o simplemente me creí el ser su destinados a tal grado que desarrolle ese supuesto vínculo?... tendré que vivir con eso, yo mismo me lo busque, por aferrarme a alguien que nunca me dió esperanzas y siempre me habló con la verdad.
—Ese día cuando dijiste que te casarías conmigo, y hablaste sobre el destino, ¿lo decías por Hayden?—Quiero ser azotado con la verdad para entender que esto nunca hubiera podido ser.—Al decir esas hermosas palabras...¿Estabas pensando en Hayden?
—Sí, me imaginé estár hablando con él.—Hablo con la verdad.—Con mi Omega.
—Entiendo.—Deguste la sangre de mi herido corazón que subió por mi garganta.—Está demás decir que hiciste lo que hiciste porque esa persona te amenazó.—Ya ni siquiera podía llamarlo madre, no sin sentir que mi corazón es aplastado.
Este amor no correspondido duele pero duele mas las en mentiras, traición de mi madre. Este amor lo voy a superar, ¿pero en qué hombro llorare hasta soltar la última gota de agua en mis ojos? ¿Cómo se supera lo que hizo mi madre?
—¿Aceptaste casarte conmigo por qué no querías que Hayden supiera sobre la identidad de su madre?
—No, no lo hice por eso.
—¿Qué?—Presintió que algo grave estaba por escuchar y no quería hacerlo.—¿Hay algo más?—Aún así terminó preguntando.
—Me chantajeo con verde las acciones de la empresa, unas que mi padre le había dado a tu tío, Gustavo.
—¡¿No puede ser?!—Exclamó.
No fue su intención en asociar el accidente de su tío con su madre, pero sin darse cuenta ya estaba uniendo las piezas de ese rompecabezas, siendo acuchillado una vez más por las horribles acciones de su madre.
—Veo que eres rápido para entender las cosas.
—¡¿También lo sabías?!
—No, pero lo sospechaba.
—¡¿Quién demonios es esa persona?!—Se agarra el cabello.—¡No queda nada de lo que un día conocí de él!—Muerde su labio, controlando sus ganas de llorar.—Me está dejando sin recuerdos que atesorar, ¿cómo pudo hacerle eso a mi tío y llorar como si de verdad le importará?—La hipocresía de ese hombre no conoce límite.—¿Qué estaba esperaba de alguien como Rodolfo?—Ya no podía llamarlo "mamá"—Si es alguien sin sentimientos si desde un principio terminó abandonando a Hayden cuando era tan solo un niño...
—¡¿Qué estás diciendo?!—Los presentes llevaron su mirada en dirección a ese joven de ojos rojos, el venía empujando una maleta.
Jacinto que acaba de vuelve de la cocina se quedó sin palabras, el actuar de Hayden de verdad que lo hacía dudar en muchos aspectos, si en serio estaba consternado al saber algo que ya sabe o si solo estaba fingiendo sorpresa. Lo confunden porque Hayden lo hace tan genuinamente que la verdad se pone en duda.
—¡H-Hayden!... ¿Estabas aquí?—Oriol se volvió tan pálido, no estaba en sus planes el hacerle saber sobre sus orígenes a Hayden, no de esta manera.
—¿Qué el señor Rodolfo terminó abandonando a quién?—La maleta rodó por las escaleras, fue tanto el asombro que no perdió la fuerza en sus brazos.
—Sobre eso...
—Solo escuché mal, ¿verdad?—Sonríe rígido.—Esa persona es imposible que sea la que estoy buscando.—Baja a recoger la maleta.—Sí, solo escuche mal.—Sus manos temblaban mientras agarraba la maleta.—Lamento interrumpir, yo solo vine por mi equipaje...no lo vayas a malinterpretar...
—¡No habrá ninguna boda!—Exclamó.—No me voy a casar con Maximiliano... Él solo te amaba a ti.—Sigue agarrando con fuerza la taza en su mano.—Nunca fuimos destinados, y no, no escuchaste mal. Tú y yo somos hijos de la misma persona...somos hermanos.
—¿Q-Qué?—La maleta volvió a caer en suelo, y allá a fuera se escuchaba un alboroto eran los de seguridad “queriendo” detener a Rodolfo pero de igual manera terminó abriendose pasó.
—¡Oriol se que..!—Rodolfo se quedó con las palabras en la boca al escuchar el severo resentimiento en las palabras de Hayden.
—¡Es imposible que ese hombre sea el malnacido que medio a luz! ¡Ese bastardo se llama Mika no Rodolfo!
—Acaba de llegar el protagonista.—Comento Oriol.—¿Por qué no le preguntamos a él?—No le dió ninguna mirada a Rodolfo.—¿Como te llamas realmente, Rodolfo o Mika?
Ambos hijos lo voltean a ver fríamente y con severo desprecio, esperando que dijera algo. Aunque sospechaban con las mentiras y excusa que diría.
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