capitulo 5

Ayer regresé muy tarde al departamento de Maximiliano, al llegar solo estaba el calvo de Jacinto. De esa manera me ahorre un sermón de ese malhumorado alfa.

"Llega tarde joven King, mi maestro salió hace media hora. ¿Puede hacerse su propia comida o necesita ayuda?" Esas fueron palabras de Jacinto, con un tono irritado.

Se encontraba molesto por no ver seguido a su jefe y quedarse cuidado de un mocoso irrespetuoso como yo. Como quieren que los respete en mi situación, no puedo aunque la mayoría del tiempo soy un hijo de puta, hasta con mi santo jefe.

Para ser mi primera noche durmiendo en éste lugar, no fue para nada desagradable al contrario, fue tan placentero. La cama se sentía como si estuviera hecha de algodón de azúcar. Dormi mejor que un adorable bebé.

No temía por mi seguridad ya que, Choco es el mejor cuidar del mundo. Con solo medio ruido que llegue a escuchar, se pone a la defensiva. Aparte tiene permiso de atacar a quien intente invadir mi santuario llamada habitación.

—¡Joven King, ¡puede avisar antes de salir!—Exclamó con molestia, Constantine.

Ni bien abri la puerta y me encuentro con la expresión sufrida de este rubio platinado, ese color de cabello combina de alguna manera con esos ojos violetas.

—Deje una nota—Le quita el collar a Choco, vienen de trotar—¿No sabes leer?—Abre la refrigeradora, toma una botella de agua.

Vacía agua en un vaso redondo, perteneciente al pastor alemán. El agua era de otra botella que no estaba helada.

—Claro que sé, pero ese no es el punto—Se apoya en la isla de la cocina—No debe de salir sin autorización, ni mucho menos sin protección.

—¿Puedo ser objetivo de los enemigos de tu jefe?—Tira la botella vacía al basurero.

—Sí, ya está entendido—Suspira aliviado.—Apartir de ahora tendrá un guardaespaldas las 24 horas.

—No quiero—Camina hacia las escaleras—No cambiaré mi estilo de vida por ninguna persona, soy un ave libre y así me corten las alas buscaré la manera de volar e incluso arrastrarme por el mismo infierno, pero de que soy libre, soy libre.

¿Por qué los mocosos de hoy en día son tan irritantes? ¿Que no entiende la magnitud que conlleva ser la pareja de Maximiliano Withe? Más cuando viven en el mismo espacio, el jefe odia compatir su espacio privado. No entiendo al jefe, desde que conoció a frederick, empezó actuar raro....

—¿Qué? Y si, tu amo es un mocoso irrespetuoso—Mira al pastor alemán, este solo le muestra los dientes—Ahora hasta discuto con un perro.—Sale del departamento por el desayuno.

No pienso quedarme en este majestuoso lugar, aunque no me desagrada la idea. Sería hermoso solo comer, dormir, comer. Pero mañana es el día del examen, el examen que definirá mi futuro.

Hayden busca ropa que ponerse recién salió de la ducha, su piel de porcelana sigue húmeda. No se había secado bien. Después de todo solo lleva una toalla al rededor de su grandiosa e estrecha cintura.

Necesito comprar más ropa, está ya esta muy vieja y desgastada. Mi abuela es quién se encarga de comprarme ropa. Ella se va a la de segunda mano, yo como buen nieto, no me quejó.

—Joven King—Toca la puerta.

Hayden corrió hacía el baño, cubrió su cuerpo con una bata negra. Fue tan rápido qué no se logró ver muy bien el tatuaje en su espalda.

Abre la puerta—¿Qué pasa?—Ve a jacinto.

—Ayer después de que se marchó a la playa, nuestro Jefe nos ordenó renovar el cual será su clóset. Ya puede tirar esas prendas andrajosas.....—Hayden le cerró la puerta en la cara.

Que de gracias que no lo golpeó por ver insultado los gustos e esfuerzo de su amada abuela. Hayden aguardo todo en sus dos maletines, los llevó al ancho, largo, lujoso guardarropas.

—Con este sin fin de ropa de marcas, zapatos, Rolex. Podría crear mi propio a boutique solo para gente fina.

Había ropa para las cuatro estaciones, cada una ya venia arreglada en conjunto para no dañar e arruinar la prendas al no saber combinar. De alguna manera, Hayden sintió que le estaban diciendo ignorante con cero de glamour.

—No le llevaré la contraría porque la ropa y el diseñador no tiene la culpa de que mi "terrón de azúcar" sea un dolor de culo.

Hayden eligió un conjunto casual primaveral ya que, están a dos días de entrar a primavera.

—¿Como demonios supieron mi talla? ¿Lo supieron con sólo verme semidesnudo?—Toca su providente trasero, no era exagerado. Pero si daba envidia verlo. No solo su trasero, lo de entre sus piernas también es envidiable.

Hayden termino de vestirse, acomoda su flequillo para dejar al descubierto sus pobladas cejas suavemente arqueadas, la izquierda tiene un corte fino. Dándole un toque de chico malo a su atractivo. Para culminar su atuendo, se pone un piercing de una pequeña serpiente albina con ojos rojos. Ese es un regalo de cumpleaños dado por Nikita.

Sali de la habitación, mi estómago está empezando a rugir, faltan treinta minutos, tengo suficiente tiempo. He desayunado a las siete y medía de la mañana desde que tengo memoria. No puedo comer ni antes ni después porqué se me quitan las ganas.

Antes de ponerme a realizar mi desayuno, tengo que alimentar a los dos pequeños de está casa, ¿Dónde estará la comida para gatos? Oh, esta aquí.

—Mis bebés, venga comer—Les sirvo la comida a diez metros lejos de la cocina, por esa dirección queda su patio de fuegos, es un pasaje para ir a la terraza.—Coman bien, sin pelear—Los acaricia, luego se lava las manos.

Hayden busca un delantal en la cocina para no manchar su ropa, abre la refrigeradora en buscas de que ingredientes usará. No habían mucho de dónde escoger.

Ni modo tendré que cocinar algo saludable, prefiero la grasa, pero esté refrigerador está más vacío que mi estómago en estos momentos.

No puedo cocinar si no escucho algo de música, aquí no hay ningún depósito con el cual vincular mi celular. Tendré que usar mis audífonos inalámbricos. Ahora así, manos a la obra.

Hayden reproduce la canción; Trouble [~Avicii~] se mueve y canta al ritmo de la música, está tan concentrado que no presta atención a su alrededor. Es muy rapido con sus manos, te mareas al verlo moverlas con ligereza.

Maximiliano andaba buscando a su fiel mano derecha, Constantine. Al no encontrarlo iba a volver ha subir a la habitación, fue entonces que escuchó un ruido en la cocina. No vio a Choco por ningún lado, creyó que Hayden seguía durmiendo perezosamente, despues de todo es domingo. Los domingos inclusive el duerme hasta tarda, es su único día de descanso.

Sin darse cuenta se quedó absorto en esa alma libre, rebelde joven. No podía retirar su mirada, no había nada más agradable de ver en ese lugar a parte de Hayden. Ese movimiento de caderas o en la manera que parte las fresas por la mitad sin quedar una más grande que la otra.

"Agarra demasiado bien ese cuchillo, es como si fuera parte de sus extremidades." Es lo único en lo que podía pensar Maximiliano.

¿Estudio baile? Esa sutileza e flexibilidad al mover sus caderas es mucho mejor que algunos bailes de esos concursos donde asiste como juez.

—¡Oh!—Hayden, paro en seco al ver esa penetrante mirada celeste en su cuerpo, apaga la música—¿Desdé cuando estás ahí?—Rompe el contacto visual, tiene que terminar de cocinar.

En dos platos habían tres tostas de pan integral con huevo y aguacate. Otros dos platos con manzanas y fresas.

—Menos de un minuto—Mintió.

—Es así—Se quitó el delantal, sirve los platos en el comedor de enfrente.

Ahora se veían aún más diferente, esa ropa lo hacia lucir como todo un joven de segunda generación con explendido sentido de la moda. No era necesario llevar un traje para verse atractivo. Maximiliano volvió verlo fijamente con todo el descaro del mundo.

—Ahora sí te vez como una persona—Cruzas sus brazos—¿Te queda floja?—Mira la parte trasera de Hayden, este está sacado dos vasos de vidrio.

—Gracias por tus “Halagos” y no, no me queda floja—Atrapa a Maximiliano, viéndolo—¿No lo estas viendo?—Arquea una ceja—¿Te gusta lo que vez?—Sonrío con picardía—Tu memoria debe de ser eidética, solo eso explicaría del porqué sabes mis tallas con solo verme semidesnudo tan sola una vez, o pusistes demasiado esmeró en observarme.

—No es como si hubiera mucho que ver—Le ve de pies a cabeza—Es visto mejores cuerpos—Habla con arrogancia.

—De eso no tengo dudas—Camina hacia Maximiliano—Pero tampoco tengo dudas de que, son manoseados de esos que buscan favores a cambio de una noche.

—¡Crees que soy esa clase de persona!—Le ve fríamente.

—No—Ve fijamente esos ojos celeste.—Al principio creí que serías un viejo grasiento con fetiches raros—Se acerca más a Maximiliano.

El aliento de Hayden con sabor a menta, erizó la piel del alfa. Lo tenía demasiado cerca, habían atravesado su sagrado espacio personal.

Maximiliano con discreción retrocedió tres pasos hacia atrás, queria estar lo más lejos de Hayden. El de ojos rojos, es muy atento a los detalles, eso no pasó desapercibido.

—Ves demasiadas películas o tienes mucha imaginación—Habla con desdén.

—No, soy realista. En las películas todo es más ficticio que en la vida real. ¿Cuando has visto que un mafioso en la vida real es todo un adonis? Todos son viejos y algunos con dentadura chueca.

—¡No soy un mafioso!—Está muy enojado—Que tenga un casino no me convierte en uno.

—Seguimos está desagradable conversación después—Toma asiento—No quiero comer algo frío.

Sirve el jugo de piña en los vasos, empuja dos platos hacia la dirección de Maximiliano.

—No soy un chef de cinco estrellas a los que estás acostumbrado, pero es comestible—Le dice que tomé asiento—No tiene veneno, sería un pecado que una cara y un cuerpo como ese, se pudra en un cementerio.—Le guiña el ojo coquetamente.

Hayden, bajo demasiado rápido su mirada, no logró ver ese medió tono rojo en el cuello de Maximiliano. Un hombre con ese aspecto frío al parecer tiene una parte adorable.

—No gracias, puedo dañar mi estómago—De igual manera tomo asiento frente a Hayden.

—Aya tú, al calvito de Jacinto. Puede que le guste—Mira a su alrededor, justo venía entrado—Jaci....

—A él no le gusta este tipo de desayunó—Acerca más los dos platos—Lo comeré por el simple hecho de que Constantine, aún no viene con mi desayuno.

—Aja—¿Tsundere? Esto se está tornado más divertido.

—Jefe—Saluda Jacinto—Constantine me llamó...—¡Mi jefe está desayunando algo que no es preparado por ese restaurante!—Está un poco retrasado porque tuvo un pequeño percance.

—¿Qué tan pequeño?

—Le pego a un auto mientras intentaba contestar mi llamada. Y le fue muy difícil razonar con la persona afectada. Pero, despues de tanto llegaron a un acuerdo.

Constantin debió tener mucha paciencia con esa persona. Él es un tipo sin paciencia alguna, si la otra persona hubiese golpeado el auto, en ese preciso momento, Constantin le rompe la cara por verlo retrasado.

—Comprendo, puedes retirarte.

—Con permiso.

—¿Sabroso?—Hayden espera un comentario positivo, sus abuelos dicen que si, que sí cocina rico.

Hayden sabía que sus abuelos y Nikita mentiría para no hacerlo sentir mal. Por eso quiere saber la opinión de una persona que no le tiene ni una pizca de aprecio.

—Como ya lo dijistes, no es lo más rico que haya probado, pero es comestible.

Te creería sí no te lo hubieses comido todo, no veo ni una migaja en ese plato blanco. O quizás en verdad, solo tenía mucha hambre.

—No importa lo que pienses, a Niki y a mis abuelos les gusta mucho. Su opinion es lo más importante aunque mientan un poco.

—¿Niki?—Ve fijamente a Hayden, pero este no lo esta viendo.

—Él es mi mejor amigo—Recoge los platos y vasos vacíos—Bueno, es más que eso. Él es.....

—¡Jefe, aquí está el desayuno!—Constantine entró en el momento menos indicado.

—Llegas muy tarde, mi "terrón de azúcar" ya desayuno.

—¡T-Terrón de azúcar!—Tartamudeo un pálido, Constantine.

—Vuelve a llamarme así—Golpeo la mesa—Y te arrepentirás.

—Yo...yo...lo siento. ¿Creíste que diera eso?—Solto una carcajada.

Maximiliano y Constantine se habían creído y sorprendió por la reacción temerosa del joven, solo fue por un momento, pero creyeron que lo habían asustado, solo que eso estaba muy lejos de suceder. Y se los hizo saber al segundo, con esa expresión burlona.

—Deberían de ver sus caras, son muy agradables de ver.

Maldito mocoso, por un momento creí que mi jefe fue muy duro con él. Este niño es muy inquietante.

—Constantine, puedes desayunar lo que compraste—Mira a Hayden con expresión es negra en su rostro por el enojó—Cuando termines de lavar esos platos que usaste. Subes al despacho, tenemos que hablar sobre lo que harás como “mi pareja”

Creó que me pasé. Y eso que, queria decir lo siguente; "Mi terrón de azúcar, ya comido el desayuno que preparo su hombre. Osea yo." ¿Que expresión hubiese puesto?

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